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agosto 25, 2012

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VIVENCIAS 2 (XOCHITL, LA OTRA PUERTA)

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VIVENCIAS 2 (XOCHITL)

El ingreso a la escuela fue un tanto desconcertante para mí, el contacto directo con los capitalinos me causaba un tanto de incomodidad, yo no podía ocultar mi estilo provinciano, tuve que aguantar, burlas, un sinfín de apodos, y porque no, hasta marginaciones, pero en mí seguía vivo el deseo de superación, por lo que no me importó aguantar los malos tratos de mis compañeros hijos de papi. Me decía, una y mil veces� �Yo soy el tripa, y si en mi pueblo, pude llegar a ser popular, no creo porque aquí no.� Ya vería la forma de hacerme aceptar entre toda esa bola de hijos de la chingada que en muchos casos lo único que tenían, era el dinero de sus papás y de inteligencia y ganas de progresar, nada.

En el trabajo, ni se diga, me gustó mucho porque la mayor parte del tiempo la pasaba en las calles de la ciudad, y el trato directo con gente importante de otras empresas despertó en mí, mucho más interés en mi superación personal. El primer contacto directo con la tecnología, marcó mi vida, pues las computadoras me empezaron a gustar sobremanera. Lucía se encargó de darme mis primeras clases de computación, usando una modernísima (en aquel entonces) pc, IBM 5150, con un procesador 8088 de 16 bits, corría a una súper (Jajaja) velocidad de 4.7 Mhz y con una excelente memoria de 16Kb en RAM, y una lectora de discos flexibles de 5 ¼. Todo esto era complementado por una impresora también IBM de matriz de punto, que tenía 2 modalidades de impresión, letra Arial, o letra Condensada. El primer software que utilicé fue el Lotus 123, donde hice mis primeros programas para trabajar, a base de macros y formulas.

Mis visitas a la casa de Xóchitl también fueron más frecuentes, aunque no siempre podíamos echar pasión, las pláticas con ella y su hermana eran de lo más entretenidas y amenas. En varias ocasiones, Xóchitl se había percatado de mis ausencias mentales mientras hablábamos, era cuando en un flash pasaba por mi mente mi prima Lea. Cierto día que estábamos platicando de nuestros amores y desengaños, me preguntó si había dejado a alguien en el pueblo, yo sentía la necesidad de desahogarme con alguien y decidí contarle mis andanzas con Graciela y por último con mi prima. Le conté con lujo de detalles como había surgido nuestro romance y hasta nuestra despedida con aquel intenso y placentero sexo anal.

De verdad? Preguntó. Yo creí que eso solo se veía en las revistas porno. Dijo un tanto sorprendida. Y como fue? Volvió a preguntar.

Con toda la paciencia y lujo de detalles fui narrándole desde nuestra salida de la casa y hasta como Lea en un acto de desesperación me pidió que se la metiera en el culo.

Ooouch, eso debe doler mucho. Dijo.

Pues, al último mi prima me dijo que si había sentido dolor, pero también un gran placer. Y a mí, pues ni se diga, la presión que ejerce el recto sobre el pene, es tal que provoca una terrible excitación. Comenté.

A estas alturas las mejillas de mi hermosa vecina se encontraban un tanto rosaditas, motivo de la excitación que le empezaban a provocar mis relatos. Ella por su parte me platicó como había sido su desvirgamiento.

A los 14 años tuvo un novio de 17, que poco a poco la convenció de entregarle su tesorito, la encaminó a base de sexo oral y dándole unos calentones que en varias ocasiones no pasaba a más, pero un día, decidió no ir a la escuela e irse de pinta con su novio para dar rienda suelta a su pasión y terminar con lo que casi siempre que estaban juntos, empezaban. Su novio ágilmente la llevó a su casa que casi siempre estaba sola, y sin más ni más, comenzaron a desnudarse, fue tan grande el deseo que provocó en aquel hombre la desnudez de Xóchitl, que sin mediar palabra la tiró a la cama y de un solo empellón le traspaso su virginal vaginita, sin importar que ella lo disfrutara.

Yo estaba también excitada. Dijo. Pero la forma en que lo hizo terminó de desencantarme, por el gran dolor que me provocó su embestida. Fue tan intenso el dolor y el ardor que sentí, que ni siquiera pude sentir el calor de su esperma llenándome por dentro. Al final cuando hubo terminado, saco su pene ya con poca erección, bañado en semen y sangre, de mi vagina también empezó a salir un líquido blanquecino con residuos sanguíneos. Limpiándome con mis pantis me vestí y me dirigí decidida a la puerta. El me alcanzó a decir, �La próxima será más placentera�, pero ya jamás hubo próxima. Terminé con él y no volví a tener novio, hasta que llegaste tú. Pero aun así, mi curiosidad estaba despierta, y a escondidas de mi hermana veía revistas que mis amigas en la escuela me prestaban y que a su vez ellas hurtaban a sus padres. Eran tales los calentones que me daba viendo las imágenes e imaginando que era yo la protagonista de varias de ellas que en varias ocasiones me causé daño, intentándome meter tres o cuatro dedos en mi conchita. Yo me repetía una y otra vez, �no siempre puede ser tan doloroso�, �las chicas de las revistas muestran cara de satisfacción y placer�, En una ocasión andando por tepito, una de mis amigas nos condujo a una tienda donde vendían artículos para adultos, vibradores, bolas chinas, sobrecitos de té que supuestamente despertaba el apetito sexual, tinta china para alargar el tiempo de erección en los hombres, revistas de todo tipo de pornografía, entre ellas, zoofilia y dobles penetraciones, hasta yumbina. Toda la mercancía era mostrada por un tipo beodo y maloliente que con morbo nos quería mostrar de bulto el uso de cada uno de sus excelentes productos de importación. (Según él). Con mis amigas hicimos coperacha y decidimos comprarnos un vibrador de regular tamaño y que nos turnábamos por días, con él, por vez primera sentí lo que era tener algo grueso dentro provocándome algunos orgasmos, pero no era suficiente, yo necesitaba algo caliente y palpitante, algo que estuviera vivo, pero también me daba miedo, por la mala experiencia que tuve. Decía.

No creas, cuando vi tu pene por primera vez, pensé que me iba a causar daño, pero me sorprendió que de un solo empujón lo llevaras hasta el fondo de mí. Me llevaste al cielo. Me dijo.

Y te llevaré las veces que tú quieras. Le dije. Pero no quiero engañarte, el recuerdo de Lea, está presente en mi mente y mi corazón, no quisiera que te sientas usada..

No te preocupes, me gustas mucho, y desde un principio fui yo, quien provocó nuestros acercamientos, dejemos que el tiempo y las cosas sigan el cauce, y si con en el futuro nace algo más, bienvenido, y si no, pues, seguiremos siendo amigos como hasta ahora. Amigos con derechos. Terminó diciéndome.

Mi relación con Xóchitl y Lucía se hizo muy estrecha, fueron incontables las veces que pasé a cenar con ellas o los fines de semana que haciendo gala de mis artes culinarias, las invitaba a comer a mi depa.

Cierto sábado como al medio día, estábamos afanados en la preparación de la comida y discutiendo sobre quien era mejor cantante si Fer de maná o Saúl de caifanes, alguien llamó a su puerta, me ofrecí a abrir, en al momento de abrir apareció un joven de unos 24 o 25 años, que al momento preguntó por Lucía, y dijo llamarse Emigdio�

Permíteme un segundo�dije.

Entre y fui a la cocina a decirle que la buscaban y al decirle quien era, lanzó un ahogado grito de felicidad, no pudiendo creer que el chavo que le gustaba, había ido a buscarla. La animé a salir y ella arreglándose un poco el peinado y sus ropas salió un tanto nerviosa.

Xóchitl y yo la seguimos y ella hizo pasar a ese apuesto joven, nos presento con él y él amablemente nos tendió una bolsa con sabritas y algunas cervezas que había comprado, las tomé para colocarlas en el refri y regrese a la sala donde ya se encontraban en una animada tertulia. Invité a Xóchitl a la cocina argumentando que la comida requería atención, dirigiéndome a Emi (como el dijo que le llamáramos) le dije�

Te quedas a comer� no?

Me encantaría. Respondió animado.

Los dejamos que conversaran un buen rato mientras nosotros terminábamos la preparación de los alimentos. Cerca de las 3 de tarde cuando hubimos terminado de comer y dando cuenta de buena parte de las botanas y cervezas que nuestro visitante había llevado. Se levantó y dijo�

Lucía y yo queremos ir al cine, vienen con nosotros?

Xóchitl argumentó tener tarea y pidiéndome ayuda decidió quedarse, hice lo mismo, aparte creo que lo que querían era estar solos, por lo que nos pareció un tanto imprudente ir de chaperones. Bueno� muy en el fondo nosotros también queríamos hacer lo mismo.

Lucía se dirigió a su habitación a arreglarse un poco y llamó a su hermana, Emi y yo nos quedamos charlando como buenos amigos, al poco rato, regresaron las 2, Lucía se veía hermosa. Tomaron unas llaves y se fueron prometiendo regresar pronto.

Entre Xóchitl y yo fregamos los cacharros y limpiamos el desorden de la cocina y el comedor, al término me recosté en un sillón de la sala y ella fue al lado mío, la tomé por la cintura y la recosté en mi pecho, poco a poco se acomodó encima de mí, colocándose boca arriba y apretando su trasero con mi pene, lleve mis manos a sus senos y ella comenzó a mover su cintura en círculos para excitar mi verga.

Así estuvimos unos minutos y ella me dijo�

Vamos a tu depa, Lucía quiere estar sola con Emigdio cuando regresen y me pidió que si podíamos salirnos de la casa hasta las 8:00 pm.

Eran aproximadamente las 4 de la tarde, por lo que teníamos 4 preciosas horas para darle gusto al cuerpo. Nos dirigimos a mi depa, y una vez encerrados nuestros cuerpos se buscaron con frenesí, nos dirigimos a mi recámara y poco a poco la recosté e la cama, ella se dejó hacer, volví a besarla, bajando mis labios hasta su cuello y en donde le deje varias marcas rojas provocadas por la succiones que le daba con mi boca, pasaba mis labios por sus orejas y ella se estremecía, por encima de sus ropas apretaba con mis manos, sus carnosos senos que se marcaban turgentes en la blusita se color beige sin mangas y su conchita marcada bajo la tela del pantalón de tercio pana color café que llevaba puesto ese día. Ella también hacia lo propio, encima de mi pantalón masajeaba desenfrenadamente mi verga ya babeante de excitación, llevábamos las cosas con la mayor calma del mundo, ambos sabíamos que eran 4 largas horas que teníamos a nuestra disposición, y como si nos pusiéramos de acuerdo, decidimos paladear palmo a palmo nuestros cuerpos y nuestros deseos.

Estuvimos unos 20 o 30 minutos abrazándonos y acariciándonos con la ropa puesta hasta que ella se incorporó y me dijo que quería ducharse.

Hay toallas en el baño, le indique.

Me acompañas? Dirigiéndose a mí con todo de coquetería.

Vamos. Le dije, abrazándola por la espalda y restregándole mi pene en su culito apretadito.

Nos bañamos sin prisas ni preámbulos, acariciándonos y besándonos tranquilamente sin llegar a tocarnos nuestros puntos sensibles, como alargando el tiempo y guardando lo mejor para después, terminé de ducharme y ella quiso quedarse un poco más en el agua, me retiré a la recamara indicándole que la estaría esperando.

Ella me contestó con un guiño y mordiendo su labio inferior.

Me quité la toalla en la que estaba envuelto y me recosté a mis anchas en la cama dejando que mi verga con su punta roja y babeante apuntara directamente hacia el techo del cuarto. Entrecerré mis ojos dejándome llevar por la imaginación, desfilaron por mi mente infinidad de imágenes de Xóchitl haciéndome el amor de una y mil formas. De vez en vez llevaba mi mano hasta mi verga, masturbándola un poco para que no perdiera erección y cuando saliera Xochitl, la encontrara en su máximo esplendor. Poco a poco me iba sintiendo más orgulloso de aquella herramienta que portaba, por lo que intuí que me iba a dar grandes satisfacciones a lo largo de mi vida. (Y así ha sido).

A los 10 minutos aproximadamente oí que se el agua ya no corría, y en unos instantes Xochitl salió totalmente desnuda sin el menor pudor, se paró justo a la mitad del camino que divide la puerta y la cama y pude contemplar su perfecta figura llena de pequeñas gotitas de agua a lo largo y ancho de su cuerpo, giró en sus talones me y ofreció una vista de 360 grados de su cuerpo bien delineado, el ancho de sus nalgas redonditas y duras contrastaban con la estrechez de su cintura y la bien estilizada forma de sus piernas color vainilla, su rajita en el centro de su cuerpo apenas se asomaba tímidamente entre su hermosos muslos. Mi pene comenzó a palpitar y ella lo observo con devoción, se acercó poco a poco a la cama y se situó a la altura de mis caderas, llevó una de sus manos hasta mi falo y lo meneo de arriba hacia abajo dejando todo mi casco al aire libre emanando unas gotitas de lubricante.

Mmmmmm, dijo relamiéndose los labios. Que delicioso se ve. Me das? Preguntó.

Es todo tuyo. Le dije.

Fue acercando su boca a mi pene y poco antes de llegar a él, sacó su lengua para probar las gotas recién salidas de mi interior degustándolas lo más que pudo, colocó sus 2 manos en la cama y abrió su boca para clavarse mi verga hasta la mitad, comenzó a darme una tremenda mamada que hizo que instintivamente mi mano se dirigiera a tocar su senos bamboleantes y mojados. Ella respondió con leves lengüetazos a lo largo de mi falo. Poco a poco la jale hasta lograr acomodarnos en un perfecto 69 ella encima de mí, en esa posición yo podía recorrer su rajita palpitante a mi gusto llegando hasta su apretado culito, arrancándole gemidos y espasmos de placer, puse más atención en su culito haciendo presión con mi lengua, sus jugos salían a borbotones de su conchita y yo los bebía con desesperación, ella mientras me daba más y más placer en mi pene que estaba ya al borde de la explosión. Era exquisita la visión que yo tenía desde abajo, podía ver todo ese trasero que despertaba mis deseos, sus senos bamboleantes y que se aplastaban cada vez que ella bajaba por mi verga abrazándolo con sus labios y tratando de meterse los más posible en su garganta, por lo que en varias ocasiones vi que le provocaba arqueadas. Ignoro cuanto tiempo nos pasamos en esa posición, hasta que ella en un tremendo espasmo alcanzo un severo orgasmo que la hizo bajar sus labios hasta la base de mi pene, quedándose quieta para no vomitar, mi pene no aguantó la presión y empezó a escupir su candente lava la cual fue a dar directamente hasta el esófago de mi hermosa amante, que únicamente se dedicó a recibir cada disparo con deleite y sumisión. Cuando mi pene dejo de expulsar mi esperma, ella lo fue sacando lentamente de su boca para no dejar escapar algún residuo que se hubiera quedado en sus comisuras, hasta que al fin lo caso por completo y se quedo mirándolo con sorpresa.

Jamás me imagine en tenerlo todo en mi boca. Dijo.

Y yo jamás me imagine a al quien que pudiera hacerlo como tú lo hiciste. Le dije.

Recogió una última gota que salió de la cabeza roja y la bebió con absorto. Se dio la vuelta y se recostó en mi pecho como esperando mi recuperación, nuestras respiraciones estaban aceleradas y coordinadas por lo que poco a poco nos gano el sueño.

Una hora aproximadamente más tarde, una deliciosa sensación me sacó del estado de relajación en el que me encontraba, abrí los ojos y vi a Xóchitl, nuevamente pegada a mi verga afanándose en ponerla erecta, la masajeaba de arriba hacia abajo y me daba unas succiones en la punta para jalar la sangre y que se pusiera dura. Mi pene no tardó en reaccionar y casi de inmediato alcanzó su máximo, ella volteo a verme y me sonrió diciéndome con una voz cachonda�

Quiero más�

Volvimos a la batalla formando nuevamente el 69, pero ahora la jalé hacia un lado y fui yo quien quedó encima, ahora apliqué más atención a su clítoris inflamado, mientras ella me daba otra riquísima mamada que me elevaba la temperatura, fuimos acomodándonos de manera que su cabeza quedó al borde de la cama obligándola a hacerla más hacia atrás, en esa posición comencé un ligero movimiento hacia adelante y hacia atrás penetrando su boca como si de su conchita se tratara, poco a poco mis movimientos se hicieron mas rápidos, de vez en vez le sacaba mi verga para que recuperara su ritmo respiratorio y después ella misma se lo introducía para que siguiera con mi faena, su clítoris estaba muy inflamado de excitación, y ella volvió a convulsionar alcanzando el orgasmo y jalándome de mis nalgas introdujo nuevamente en su totalidad mi pene, pero esta vez, pude controlarme y no eyaculé. Cuando se recuperó lo saco completamente y volvió a metérselo poco a poco hasta lo más profundo de su garganta, me sorprendió ahora la forma tan fácil que tenía para recibirlo todo, por lo que comencé a penetrarla hasta el fondo de su garganta y sacarla casi por completo, ella solo gemía una y otra vez.

Cuando ya sentía cerca mi orgasmo, me salí por completo, y me relajé un poco, la acomodé en cuatro para penetrarla desde atrás y ella colaboró empinándose totalmente y pegando una de sus mejillas al colchón, mientras con sus manos se jalaba sus nalgas hacia los lados para ofrecerme su rajita caliente y totalmente abierta, que ya expulsaba gran cantidad de líquidos lubricantes. En esa posición se me antojo darle lengua otra vez, bebiéndome por completo todo lo que emanaba de su interior, y jugando con mi lengua en su culito apretado, ella emitía unos pequeños chillidos de placer, me coloqué justo detrás de ella y apunté mi verga directamente a su vulva abierta, y de un solo empellón se hundió hasta los más profundo provocándole un orgasmo más acompañado de un grito de satisfacción. Volví a repetir la hazaña y nuevamente ella respondió con el anterior�

Haaaaggg�

Mis embestidas empezaron a subir de tono y aprovechando la humedad que había dejado mi lengua en su culito, introduje poco a poco mi dedo índice en él, ella por un momento se quedó muda, pero a los pocos instantes comenzó un rítmico meneo de caderas, hice más presión en su culo apretado y mi dedo se hundió en su totalidad haciendo que su espalda se arqueara aun más, mis arremetidas se hicieron al ritmo que mi dedo entraba y salía de su anillo posterior, empujándola hacía adelante y haciendo que su mejilla en que estaba apoyada rosara con la sabana de la cama, después de varios bombeos, mi verga amenazó con expulsar el candente semen, por lo que me detuve en mis arremetidas.

Volví a entrar y salir de aquella húmeda cueva primero despacito y después con gran fuerza cuando ella comenzó a restregar su clítoris con su mano haciendo evidente que nuevamente le estaba arrancando otro orgasmo, y aprovechando el éxtasis que estaba alcanzando, me salí de su conchita caliente y de un solo empujón le hundí la mitad de mi venosa y babosa verga en su lubricado y bien dilatado culito, y ella lanzo varios ayees de dolor. Me quedé quieto por unos momentos, dejando que su apretado anillo se amoldara al grosor de mi falo. Ella recupero su ritmo respiratorio, me dijo�

Si lo vas a hacer, hazlo ya.

Empecé un ligero mete y saca para dilatar al máximo su culito, cuando esa parte se amoldó, nuevamente ejercí un poco más de presión y ella se empujó hacia mi dejando mi verga totalmente hundida en su otra cavidad. Aguarde unos instantes y sentía como su culito me apretaba al ritmo de las pulsaciones de sus latidos cardiacos, unos segundos después, reanudé mi labor, con pequeñas arremetidas que poco a poco iba aumentando, hasta que ella victima de la excitación solita empezó a empujarse y alejarse de mí, a un ritmo que me dejó helado, lo estaba disfrutando, tomé con mis manos sus caderas y mis empellones se hicieron tan fuertes que se oía el chocar de mis huevos y piernas con sus nalgas ya rojas de tanto golpeteo, me excitaba sobremanera ver como mi verga completa era devorada por aquel antes pequeño y apretado, y ahora grande y dilatado agujero. Hasta que no pude mas y jalándola fuertemente hacía mi le hundí mi verga hasta el nacimiento de mis huevos y ella apretó con todas sus fuerzas el colchón alcanzando casi al unísono el orgasmo, que llegó acompañado de oleadas de semen que inundó su intestino, y por debajo su conchita que también expulso una gran cantidad de delicioso liquido vaginal. Quedé absorto encima de ella hasta que mi verga perdió fuerza y por inercia se salió de su culito que por un momento se quedó abierto expulsando un torrente de semen mezclado también con sangre.

Le había desgarrado el culo. Se dio vuelta y vio mi pene también con pequeños residuos de sangre y me dijo�

Me has dado muy fuerte en mi culo. Ves como si tenía un tesoro para darte? Fue extraordinario, Ahora es tuyo. Terminó.

La jalé y la puse de pie, la besé con pasión y nos dirigimos al baño, ella iba escurriendo de sangre y semen y yo iba que me temblaban las piernas por el esfuerzo realizado. Nos duchamos y volvimos a recostarnos en la cama, cerca de las 9 de la noche, nos vestimos y me ofrecí a llevarla hasta su puerta, justo cuando ella iba a introducir la llave, la puerta se abrió y Emi Salió despidiéndose de todos, prometiendo regresar a los 8 días. Xóchitl me besó y se metió a su depa, y Lucía y yo nos despedimos con una mirada de picardía, ambos sabíamos lo que habíamos hecho, pero no hubo reproches ni recelos, simplemente, complicidad.


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2 respuestas

  1. nindery

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