Os voy a contar una historia que, salvo pequeños detalles es real y así conocí a la que hoy es mi mujer.

Ese año fue un poco duro para mi, no sólo rompí con la novia que llevaba casi siete años con la que había fijado fecha de boda (ella me dejó por un compañero de su trabajo) sino que además, y para colmo, me despidieron de mi trabajo, aunque era un trabajo de mierda y ya tenía ofertas.

Así que, ese verano (con la indemnización de 20 días por año que me dieron -o que me gané-) aproveche para irme de vacaciones. Me fui solo ya que no quería poner en compromiso a los amigos (que más bien eran de ella) y la segunda opción, mi hermano, quería aprobar, en Septiembre, las dos asignaturas que le quedaban para acabar su carrera.

Reserve un hotel de esos de la “pulserita” en Canarias, el viaje desde Madrid, fue un horror con un retraso de 6 horas, al llegar al hotel, cené un tentenpie frio que nos ofrecieron en el Hotel a los que llegabamos (dos familias con niños pequeños y yo), me tomé dos ron con coca cola y me fui a dormir.

A la mañana siguiente, después de desayunar cogí los periódicos de recepción, un libro de asesinatos que me compré en el aeropuerto y me fui a la piscina del Hotel. Al principio estaba bien, no había demasiada gente, pero poco a poco se fue llenando, todo madres con niños (un caos de gritos y lloros).

Cuando estaba tumbado en la hamaca veía a gente que cruzaba la piscina y se iba a otro lugar, me fui a investigar a ver donde iban, y tras un cartel donde se leía “Area Adan & Eva” ví un remanso de paz, la piscina nudista, esa zona era tranquila, solo había tres parejas de extranjeros todos desnudos de mediana edad, una señora de color bronce por la cantidad de sol que tomaba y una pareja, creo, de gays, todos ellos sin gran erotismo.

Aunque yo no había hecho nudismo nunca, decidí trasladarme a esa zona (más que nada para estar más alejado del lío de la piscina familiar), busque un sitio, que fue algo complicado ya que el espacio era muy reducido y no quería parecer un mirón colocándome cerca de la señora que estaba ni parecer gay (cerca de la pareja de chicos que estaba) así que encontré un lugar un poco alejado del agua pero con sombra.

Me quite el traje de baño, me dí crema en las partes no acostumbradas al sol y me tumbé.

El primer día pasó así, no me bañé por que me daba un corte tremendo salir desnudo, incluso me tapaba con la toalla para ir al servicio o a la ducha.

El segundo día ocurrió igual, con la excepción que directamente me fui a la zona nudista, como era un poco más pronto elegí mejor sitio, y como era preceptivo me desnudé.

A media mañana, cuando estaba medio dormitando, se acercó una chica (la que hoy es mi mujer) con varios libros de economía, un bolígrafo y una libreta, lo que me extrañó, me preguntó si estaba libre la hamaca del al lado, le dije que sí.

Evidentemente ella se desnudó.

Por primera vez, decidí bañarme para ver si se me pasaba la erección, estaba poniendo cachondo, la tenia en estado de semi erección y me dio un corte tremendo cuando me levanté de la hamaca con el rabo como lo tenía (y que ni de lejos soy Nacho Vidal), cuando salí del agua me dijo:

• Hola soy Esther.

• Yo Mario, contesté

• Veo que es la primera vez que vienes aquí,

• No es mi segundo día, pero por que lo dices,

• Por que eres un culiblanco,

• El qué?,

• Si, tienes el culo blanco por lo que sospecho que es la primera vez que practicas el nudismo.

• Jo, que tino tienes, has acertado.

• Estas solo?

• Si, y tu?

• A medias, he venido con una amiga que se pasa todo el día durmiendo por que se va de discotecas y la noche la pasa con el primero que encuentra, yo odio las discotecas, pero me gusta divertirme.

Esther era mayor que yo, luego supe que me sacaba siete años, era normal, rubia con el pelo corto, ojos marrones, con un físico normal, delgada con poco pecho, unas caderas un poco más anchas que lo deseado, y el pubis rasurado completamente, era lo que más me llamó la atención.

Me daba vergüenza estar hablando desnudo con una chica también desnuda, en alguna ocasión me tapaba e incluso tenía la sensación que todos me miraban.

Me dijo;

• En los vestuarios hay una sauna, la has visto

• Ayer fue mi primer día y no he visto nada,

• Vente que te la enseño.

Esther, desnuda, yo con la toalla del hotel bajamos unas escaleras y vimos los aseos -distintos a los que usé el día anterior- (me sorprendió que a pesar de estar todos desnudos había de Ladys y Men) y una tercera puerta con el Letrero de Sauna.

• Pasa,

• No, las damas primero.

Entramos en la sauna, que estaba encendida, ella cogió una toalla, para sentarse, que estaba por allí y yo me senté sobre la toalla que traía.

• Relájate y disfruta, que no lo hago habitualmente, y me cogió el rabo y empezó a pajearme,

• No esas circuncidado, no está mal de tamaño y tienes tu atractivo, me dijo.

Con la excitación que tenía, no duré mucho, pero le dije, quieres que te devuelva el favor.

• No déjalo para otro día, y salimos de la sauna, nos duchamos y volvimos a la piscina, ya la tenía más relajadita.

Era la hora del aperitivo y la invité a un par de cervezas del Bar del Hotel (que no pague al tener la famosa pulserita), para lo que nos tuvimos que vestir (ella se puso el pareo y la parte de abajo del bikini y yo el traje de baño y la camiseta que había traído), tras la cerveza y pinchar algo en el Buffet del hotel, me dijo, que le apetecía una siestecita pero que su amiga estaba durmiendo y que si entraba la despertaba y no quería entrar.

• Si quieres, podemos ir a echarnos la siesta a mi habitación, te prometo que, si tu no lo quieres no haremos nada.

• Vamos.

Subimos a la habitación, allí ella se quitó en pareo de espaldas a mi y de espaldas me pidió una camiseta para dormir, yo le dí una camiseta y nos echamos la siesta, No pasó nada.

Ella durmió como un tronco, yo no paraba de mirarla, me encantaba como subía y bajaba su pecho.

Anda vamos un rato a la piscina,

Vale, pero antes voy a ver a mi compañera de habitación, bajé a la piscina, me desnudé y fui un rato a la sauna, donde me encontré con una señora (desnuda) de unos 45 años.

Al salir de la sauna, ví que todavía no había llegado y ya estaba un poco preocupado por su tardanza, aunque sabía que tenía que volver por que había dejado en la tumbona de la piscina los apuntes y el libro de economía, cuando llegó.

• Has tardado, le dije.

• He estado de chachará con mi compañera de habitación, me dijo mientras se quitó el pareo que dejó a la vista un bikini blanco de esos de triangulos, se tumbó en la hamaca.

• No te desnudas, le pregunté

• Ahora, espera un poquito.

• Me gusta verte desnuda.

• Todo a su tiempo, contestó.

Al poco tiempo de estar en la piscina y evitando como podía alguna erección, llegaron un montón de chicos y chicas de alrededor de 20 años (alemanes, holandeses…), ellos se desnudaron inmediatamente, las chicas se quitaron primero la parte de arriba y alguna la parte de abajo del bikini, eso era un espectáculo tetas y pollas jóvenes moviéndose al compás. No pude evitar que se me pusiese morcillona.

Esther me dijo, otra vez, tendremos que hacer algo.

Voy a bañar a ver si se me pasa, le dije. Fui a la piscina sorteando los chicos y las chicas que estaban jugando y tirandose a la piscina, intentando no rozar a ninguno/a y con la mano derecha bajando la excitación de mi polla.

Al salir del agua, ya más relajado, vi a Esther completamente desnuda, le dije, te has decidido, y estas alucinante.

Recuerdas el favor que te hice esta mañana, me preguntó, perfectamente, respondí, anda pues quiero cobrartelo.

• Donde vamos, dije.

• A la sauna,

• Había otra pareja haciendo cositas, contesté

• A mi me da igual, tu veras

• No problem, dije

Así que cogimos la toalla y nos fuimos a la sauna, entramos y la parejita que estaba, ya se fueron (pasaron más de dos horas desde que los ví) y empezamos con el lío, ella se quitó el pareo y empece a besarla y tocarle las tetas mientras ella me sobateaba la polla, baje y empece a lamerle el clítoris metiendo un dedito, y comenzó a jadear. Métemela ya me dijo, no tengo condón respondí, hazlo ya tomo la píldora y empece a metersela, no sé como aguanté tanto pero al final respondí como un campeón entre los gritos y jadeos de ella.

Al final me dio un gran beso y nos duchamos en las duchas de la sauna, antes de ir nuevamente a la piscina.