CAPÍTULO 9º

PREPARANDO EL GRAN COMBATE

                Sábado, 24 de Septiembre de 2016 cuando son las 12:47 del mediodía y vemos a Arthur Bamber y a Holly Burnett hablando en el estadio donde se celebran los combates de lucha libre para ultimar los detalles del Gran Combate en el Ring de Fuego, que si todo va como está previsto, se celebrará en menos de veinticuatro horas como despedida a su estancia en la pequeña ciudad de Stone Creek.

                ―Ya sé que el otro día estuviste a punto de liarte a guantazos con Alice –dice de repente el orondo empresario de la trouppe ambulante de lucha libre, dedicando a nuestra protagonista la más paternal de las sonrisas antes de agregar en tono divertido y cómplice―: No tienes por  que disculparte ni darme explicaciones, querida muchacha, yo soy el primero que sabe lo insufrible que puede llegar a ser tu compañera pelirroja.

                ―Usted lo ha dicho, señor Bamber. Si no llega a intervenir Matt… ―Susurra Holly agachando la cabeza con aire sinceramente avergonzado.

                ―Tu novio es un buen hombre y estoy muy seguro de que te hará muy feliz una vez os caséis –dice entonces Bamber palmeando con gesto cariñoso y amable los cobrizos hombros de su luchadora estrella, que le sonríe, asiente con la cabeza y replica con aire enamorado y soñador:

                ―Sí; lo cierto es que soy muy afortunada, y como usted bien dice, yo también estoy segura de que hago lo correcto casándome con él.

                ―Pero ahora será mejor que dejemos eso para más tarde y sigamos con esto –dice entonces el obeso empresario, dedicando un guiño a la joven de origen Cherokee, que lanza una carcajada y asiente con un enérgico cabeceo mientras Bamber agrega en tono alegre y distendido―: Como ambos sabemos, un combate de estas características da muchísima faena desde el comienzo.

                Se dispone Holly a responder a esto, cuando aparece en escena su novio, portando en las manos varias bolsas con comida china, que reparte entre nuestra protagonista, el dueño del show y el resto de compañeros de la trouppe de lucha libre que están preparando el gran combate en el Ring de Fuego.

                ―Precisamente hablábamos de usted, señor Bensinger –dice Bamber a modo de saludo mientras se sienta en las gradas del pequeño estadio donde se están celebrando todas las sesiones del espectáculo de lucha libre durante su estancia en Stone Creek para comerse lo que ha traído el joven miembro del equipo de montaje y mantenimiento de la compañía.

                ―Imagino que entre los dos me habéis puesto a parir –ríe Matt mientras toma a su chica de la cintura y la besa con pasión en la boca.

                ―No lo sabes tú bien, bomboncito mío –replica la joven de origen nativo americano mientras echa mano a la entrepierna de su chico, que lanza una sonora y divertida risotada, para luego darle la vuelta y decirle en un susurro en el oído, al tiempo que le propina un azotito en el perfecto y delicioso trasero:

                ―Será mejor que sigamos trabajando antes de que el señor Bamber comience a impacientarse y nos meta una buena bronca.

                Y así, entre risas y bromas, el equipo de montaje y mantenimiento y varias de las luchadoras del elenco del show de Arthur Bamber siguen con la preparación del cuadrilátero para el combate especial en el Ring de Fuego.

                Ese mismo día, ya casi de noche a las ocho de la tarde, Holly “Tormenta Perfecta”Burnett y su adorado Matt Bensinger disfrutan de una intensa y placentera sesión de sexo en la caravana del joven y atractivo operario, que en estos momentos está penetrando a su chica desde atrás, al estilo perro.

                ―¡ESO ES, MI SEMENTAL! ¡CLÁVAME TU VERGA HASTA LO MÁS HONDO! ¡TALÁDRAME EL COÑO CON TU POLLÓN! –Gime y jadea nuestra protagonista sin dejar de contonearse con ganas, mientras Mathew sigue embistiendo con su dura y potente herramienta en su hirviente y chorreante vagina desde atrás hasta que…

                ―¡ME VOY A CORRER, JODER, ME VOY A CORRER! –Clama Matt Bensinger entre sonoros jadeos de pura excitación, al tiempo que saca su miembro del interior de su novia, y tras quitarse el condón de un fuerte tirón lo acerca a la boca de la joven, que lo recibe con ansía y deleite más que evidente, tragando con fruición hasta la última gota de semen espeso y caliente.

                ―Ah, mi amorcito lindo –suspira Holly Burnett tras dar a la verga de su amado los últimos lametones para limpiar bien los últimos restos de esperma antes de agregar en tono claramente pícaro y lascivo―: Nada como un buen polvazo antes de una pelea importante.

                Luego, y tras apoyar la cabeza en el delgado pero a un tiempo fuerte y musculoso torso de Matt, nuestra guapa y exuberante protagonista queda profundamente dormida mientras su novio le acaricia con dulzura la larga y oscura melena.