CAPÍTULO 3º

HOLLY EN ACCIÓN

            El pequeño estadio del Instituto de la localidad de Stone Creek está a rebosar de aficionados a la lucha libre femenina, ansiosos por ver en acción a sus bellos ídolos y heroínas y cómo éstas se zurran de lo lindo sobre el cuadrilátero.

            En estos momentos vemos como el árbitro de la compañía, un gigante negro de cabeza rapada y profunda voz de barítono, de nombre Isaiah, se planta en el centro del cuadrilátero micrófono en mano dispuesto a anunciar a las protagonistas del siguiente combate.

            ―Señoras y señores, es para mí un placer y un honor el presentarles a una luchadora muy querida por todos ustedes, ya que es hija de esta ciudad –pausa dramática antes de alzar la voz hasta convertirla en un grito casi ensordecedor para decir―: ¡CON TODOS USTEDES, LA MÁS BELLA GUERRERA CHEROKEE, HOLLY “TORMENTA PERFECTA” BURNNETT!

            Y entonces, vestida con el traje típico de su pueblo, e imitando la archifamosa “Danza de la Lluvia” de los pueblos nativoamericanos de Norteamérica, nuestra bellísima y exuberante protagonista hace su aparición acompañada de una algarabía de gritos y vítores e incluso alguna que otra palabra soez y subida de tono, ya que su vestimenta resalta cosa mala sus formidables curvas y la mayoría de los asistentes al espectáculo son hombres de dudosa catadura moral, anhelantes de ver mujeres hermosas contonearse y mostrar sus cuerpos de manera lujuriosa.

            Poco después, y una vez Holly ha subido por fin al ring y se ha desprendido de las partes de su vestuario que le molestan para luchar, quedando vestida con un ajustadísimo pantalón de lycra y un sujetador cubierto  de lentejuelas, que a duras penas puede contener el tremendo poderío de su prominente busto, el negro Isaiah presenta a su contrincante, una bonita joven de nombre Milena Rodríguez, de origen mexicano y dueña también de un curvilíneo y exuberante cuerpazo, que al igual que el de Holly, hace las delicias de los asistentes masculinos a la velada.

            ―Muy bien, señoritas –dice Isaiah, que hace las veces de presentador y árbitro de la pelea, haciendo un gesto a ambas contendientes para que se aproximen a él en el centro del cuadrilátero―; nada de golpes bajos ni no permitidos, ni tirones de pelo. ¿Les ha quedado claro?

            ―Como el agua –responde Holly, frotándose las manos con gesto decidido y clavando en su rival una mirada feroz y claramente retadora.

            ―Por mí vale –responde también la mexicana, dedicando a nuestra protagonista una mirada cargada de falso odio, pues de eso se trata, de crear el ambiente propicio para que los asistentes disfruten con el espectáculo.

            ―Pues, a su puestos y… ¡A LUCHAR! –Clama el negro Isaiah, apartándose de las dos combatientes para dejarles espacio y que puedan iniciar el combate.

Y en efecto, éste da comienzo cuando las dos guapas y exuberantes luchadoras se agarran de los brazos y hombros y empiezan un intenso forcejeo para calibrar cuál de es la más fuerte de las dos, resultando vencedora Milena, aunque por muy poco.

Luego, y una vez se han vuelto a separar, dedican unos instantes a dar vueltas por el ring sin dejar de mirarse fijamente la una a la otra mientras se susurran frases amenazadoras del tipo: “Te voy a destrozar, jodida golfa Piel Roja” o “Voy a hacer que muerdas el polvo y voy a hacer que me comas el coño, sucia guarra mexicana”. Y entonces, cuando el público parece que comienza a impacientarse, nuestra protagonista se abalanza sobre su rival y logra ejecutar sobre ella una llave conocida como “La Nórdica”, en la que Holly amarra el brazo izquierdo y la pierna izquierda de su contrincante con la pierna izquierda y ejerce presión sobre Milena, hasta que ésta, de forma igualmente magistral, logra zafarse con un estudiado movimiento que hace caer a la nativoamericana a la lona con fuerza suficiente como para hacerse daño en el costado.

―¡FURCIAAA! –Brama Holly Burnett alzándose del suelo de un salto, y ejecutando sobre su antagonista una perfecta patada voladora que lanza a Milena Rodríguez contra las cuerdas, donde queda apoyada levemente aturdida por el impacto, cosa que aprovecha la guerrera Cherokee para conectar sobre ella una rápida serie de golpes antes de rematarla con un ataque en plancha desde la esquina después de tirarla a la lona, aprovechando inmovilizarla y realizar el conteo de tres del árbitro.

―¡Y LA GANADORA DEL COMBATE ES, SEÑORAS Y SEÑORES, NUESTRA BELLÍSIMA GUERRERA CHEROKEE, HOLLY “TORMENTA PERFECTA” BURNETT! –Grita el negro Isaiah mientras alza el brazo derecho de nuestra heroína, que se suelta y en un estupendo y emotivo gesto de deportividad, se acerca a ver cómo está su compañera y contrincante, ayudándola incluso a incorporarse de la lona.