Mis Crónicas Sexuales — La noche de Fin de Año

Mi nombre es Arnau y soy un chico de 29 años. Mido un poco mas d un metro ochenta y soy de complexión delgada, hago algo de ejercicio físico cada semana, así que tengo la musculatura algo definida.. Mi pelo es castaño y mis ojos marrones. Llevo el pelo algo largo y suelo dejarme crecer un poco la barba. Trabajo de en el departamento informático de una gran empresa. Este empleo me permite vivir en pequeño apartamento en el centro y disfrutar de la vida con algunos caprichos (buena ropa, viajes, mujeres…)

Esta historia empieza el fin de año del 2007, esa noche salí con mis amigos a un local del centro de Barcelona. Estuvimos bailando y bebiendo toda la noche, estuve bailando con algunas mujeres. Allí estuve hasta la madrugada, al salir nos dirigimos a un bar a desayunar. En ese momento fue cuando realmente empezó mi fiesta de fin de año.

Mi teléfono sonó, era Laia, una chica con la llevaba unas semanas follando. Me invitaba a ir a casa unos amigos suyos que seguían de fiesta. Me gustaba estar con ella, es una chica divertida, guapa y siempre lo terminábamos pasando bien. Así que sin pesarlo deje a mis amigos y me fui a encontrarme con Laia.

Laia tenia entonces apenas 19 años, parecía aun una adolescente, pero ya sabia perfectamente como usar sus armas de mujer para someter a cualquier hombre. Tiene un cara algo pecosa y un sonrisa permanente. Es de baja estatura, sobre metro setenta, piel blanca Su cabello es castaño y lleva una bonita melena rizada que le llega un poco mas abajo de los hombros. Sus pechos son pequeños y no tiene casi tripa, su culo y caderas sin embargo son algo grandes.

Cuando llegue a casa de sus amigos me invito a pasar hacia comedor. La casa estaba casi vacía, se escuchaban jadeos de una de las habitaciones y al llegar al comedor solo vi una pareja besándose medio desnudos en uno de los sofás, eran Julia y un chico que no conocía de nada. Julia era la única amiga de Laia que conocía, tenia 21 años y pero ya parecía toda una mujer. Para no molestarlos me senté un sillón justo en frente de ellos. Laia se ofreció a preparar unas copas, me dijo que no me moviera del allí que enseguida volvía. Volví mirar a la pareja que tenia delante, esta vez los besos eran mucho mas pasionales, estaban entregados el uno al otro. El solo llevaba puestos los calzoncillos. Ella aun llevaba puesta su camisa medio abierta pero que dejaba ver sus grandes pechos. Julia acariciaba la polla de aquel hombre por encima el calzón, el le manoseaba el trasero, el cual podía ver perfectamente gracias a un tanga rojo que dejaba ver sus hermoso culo. Julia saco la polla de los calzoncillos empezó a chuparle la polla a su chico, lo hacia estupendamente bien, la erección del chico era descomunal. Parecía que no les importara que yo estuviera allí. En un momento vi como Julia me miraba mientras chupaba sin parar la polla de aquel chico. No paraba de mirarme mientras lamia sin para esa enorme polla. Esa situación me hizo olvidar donde estaba y que hacia en esa casa, solo quería seguir mirando y hacerme una paja. Una voz me hizo volver a la realidad, era Laia que volvía con las copas:

-¿Te gusta como la chupa mi amiga?

Sobresaltado le conteste que si, que me estaba poniendo muy cachondo. Me dio mi copa y se sentó a mi lado a ver como su amiga se comía esa polla. Empezamos a tomar nuestras bebidas ,entonces me contó que aquel chico era Juan, el novio de Julia. La escena seguía desarrollándose delante nuestro, Juan se follaba a Julia sentado en el sofá, ella estaba encima de el mirando hacia nosotros mostrando sus enorme pechos y como disfrutaba con la enorme polla que tenia su novio. Yo no podía parar de mirar, Julia siempre me había parecido una chica guapísima y verla practicando sexo delante de nosotros me ponía muy cachondo. Laia volvió hacer que dejara de mirarlos por un momento:

– Venga ya esta bien de mirar, vamos a lo nuestro.

Me cogió de la mano y me llevo a una de las habitaciones. Al pasar a lado de la pareja Laia le dio una palmada en el culo a su amiga, y se cruzaron un mirada de complicidad:

– Nos vamos a la habitación a follar, si quiries algo ya sabeis.

Nada mas entrar en la habitación la empece a besar a Laia, ya no podía aguantar mas, quería follarme a mi amiga. Ella me tiro contra la cama y se quedo de pie delante de mi. Llevaba unos apretados tejanos negros con unos inmensos tacones de aguja, una camiseta sedosa de color negra, se podían apreciar perfectamente sus rosados pezones. Se descalzo para sacarse los pantalones y dio un par de vuelta sobre si misma para que contemplara su cuerpo casi juvenil.

La visión era perfecta, llevaba una bonita lencería negra de esa tela casi transparente , casi podía casi ver su hermoso coño a través de la tela sus braguitas. Esta vez parecía llevarlo perfectamente depilado. Normalmente lo llevaba bien recortado pero siempre con una diminuta franja de bello púbico.

– Ya hemos visto suficientes manadas por hoy, ahora me vas a darme placer a mi.

Su voz fue tajante, era la primera vez que la veía queriendo llevar ella el control de la situación. Eso me excito todavía mas. Me acerque a ella y le di unos besos en la barriga, lleve mis manos a su cintura y le quite las bragas. Recorrí sus piernas con mi lengua hasta sus pies, para despojara por completo de esa diminuta braga. Empece a lamer su entrepierna y acariciarle los muslos. El olor que desprendida me volvió loco, cuanto mas le lamia el clítoris mas se mojaba ella y mas cachonda se ponía. Relamí cada uno de los flujos de menaban de su sexo. Le introduje un dedo lentamente y empece a jugar con su sexo. Cada vez disfrutaba mas comiendo el coño a mi amiga. Ese sabor me volvía loco y ya no podía aguantar mucho tiempo mas mi erección en aquellos tejamos. Pronto note como le flaqueaban las piernas y soltaba un gemido, comprendí que la estaba llevando a un orgasmos con mi lengua. La levante con fuerza y la tire contra la cama, seguí comiéndole el coño hasta beberme todo el liquido que la chiquilla había soltado.

Me pidió que me desnudara y le sacara la camiseta que aun llevaba puesta, no llevaba sujetador puesto así que me lanza contra sus pechos nada mas verlos. Eran jugosos y rosados, los recorrí con la lengua y acaricie tanto como quise. Me tumbe encima de ella y le bese la boca, mi lengua aun sabia a sexo de mujer pero ella no hizo ningún asco, nuestras lenguas se entrelazaron con pasión. Con su mano busco mi polla y se llevo hacia su sexo. Ella estaba perfectamente lubrica gracias al sexo oral que me había pedido , aun así se estremeció con el primer empujón para introducir mi dura polla en su coño. Me encantaba ver la cara de placer que ponía cuando me la follaba, pero también me gustaba ponerla de espaladas para contemplar ese culito que tantas ganas tenia de follarme. Al final me corrí dentro de ella después de mucho esperar. Ella se había corrido mínimo dos veces mientras me la follaba así que me recosté en un lado de la cama y contemple como le salia todo el semen que le había dejado dentro. Mi polla aun estaba algo dura y llena de líquidos vaginales y semen. Laia mi miro y me dijo:

– Recuerda que aun te tengo que chupar la polla. Así que cuando quieras ven par aquí que te haré una buena mamada.

Me acerque a ella y le bese. Después se arrodillo y llevo mi falo a la boca. Ella paso su lengua por toda la polla recogió todo el liquido que encontró y finalmente se la llevo a la boca. Me miraba y sonriera, parecía disfrutar con eso. Pronto volvió a esta dura como un piedra y ella cada vez tragaba mas y mas. No tarde en volver a estar preparado para correrme. Normalmente Laia me pedía que le avisara, pero esta vez no pensaba hacerlo, quería correrme en su boca y ella pareció no acordarse de pedir el aviso. Cuando mi polla volvió a estallar ella siguió chupando como si nada, se trajo toda mi corrida y dio un par de besos a mi polla. Me miro a los ojos diciéndome:

-Feliz año nuevo.

Se levando y nos besamos con pasión dejándonos caer exhaustos sobre la cama. Estuvimos hablando un rato sobre lo que habíamos estado haciendo esa noche antes de encontrarnos. Le conté como pase la noche con mi amigos en el local, ella me hizo una confesión que no olvidare:

– Yo he estado toda la noche follando con Julia, su novio y la demás gente que estaba por aquí, ellos han sido los que me han convencido para tragarme las corridas de los hombres a los que he chupado la polla esta noche. Después me los he follado varias veces, y no me lavado ninguna vez. Estaba esperando a que vinieras para que me limpiar mi usado coño con tu lengua. Era el precio que tenias que pagar para dejarles que fueras tu quien estrene algún día mi culo.

Me dejo un poco loco esa confesión, pero desde que entre en esa casa todo había sido pasión y sexo. Le bese y le dije.

– He disfrutado de ti como nunca, me gusta que me utilices así, y saber que has follado tanto como has querido esta noche. Y sobre el asunto de tu culito ya hablaremos.

Nos quedamos dormidos en la cama. Al despertar me fui para mi casa. Laia se quedo con sus amigas hablando en la cocina de la casa. Al salir me encontré con el novio de Julia y dos chicos mas que aun no había visto en la casa,estarían en las otras habitaciones, hablamos un rato y todos llegamos a la misma conclusión,que esas pijas disfrutaban mucho con el sexo y teniamos suerte de ser nosotros quien nos las folláramos.

Así fue como Laia me introdujo en los juegos sexuales que se llevaban entre manos ella y Julia. Pronto sabréis mas sobre Laia, Julia, su novio y otras mujeres.

* Los nombres de esta historia son inventados. Y los protagonistas son persona que he conocido durante mi vida. Las cosa no han tenido que pasar tal y como están contadas.