Siempre se tiene a una musa en la cabeza, un tipo de mujer, que por su físico su cara o su mirada, querrías satisfacer todas tus fantasías sexuales, las cosas mas guarras que se te pasaran por la cabeza, esta, no tiene por que ser tu amor ni siquiera ser una amiga, simplemente una chica que te pone a mil y tu no sabes porqué. Por supuesto una cosa es fantasear y otra muy diferente, es poner en práctica todo lo que fantaseas con esa persona que deseas.

En mi caso mi musa, se llama Rebeca, lo ha sido desde hace mucho tiempo, para mi su cuerpo representa el morbo, el pecado�

Rebeca medirá 1,70 cm, es pelirroja y muy blanca de piel, su cuerpo es finito pero con unas curvas muy femeninas, sus piernas son delgadas pero muy estilizadas que acaban en su parte mas alta en un culito fino redondito y proporcionalmente perfecto, le sigue una cintura estilizada que sabe mover muy bien y mas arriba sus pequeñas pero sexis tetitas, similar a dos flanes, hacen que junto con su estilizada carita, con alguna que otra pequita, que Rebeca sea para mi el �objeto sexual� perfecto, a todo esto hay que añadirle que Rebeca siempre ha llevado ropa ceñida tipo, pantalones ajustados, tops, mallas�Debido a esto, siempre me he fijado en su entrepierna y he vislumbrado su preciosa rajita�Siguiendo con la descripción hay que decir que su carácter es poco afable, tendiendo a seco, un poco como de niña pija consentida. Pero si hay algo que realmente me pone a mil es su voz, esta es poco común para una chica con este cuerpo, su voz es femenina pero tirando a ronca, como su carácter.

Esta es Rebeca, lo que para mi seria �mi juguete sexual� perfecto, siempre me he masturbado fantaseando con ella, con ponerla a cuatro patas, con correrme en su cara, con llamarla putita, con darla por el culito�

Mi relación con Rebeca nunca ha sido de amistad ni de amor, ni tan siquiera de grupo de amigos, debido a su carácter maleducado y de niñata, siempre me ha caído mal�En el Instituto es donde la vi por primera vez y realmente me impresionó absolutamente todo de ella, quizás por eso la deseo, para mi es pura contradicción. A pesar de esto siempre nos hemos llevado bien, nunca me he metido con ella ni ella conmigo, lo que hacia entre nosotros un vinculo especial, sin llegar a haber nada de nada.

Al paso de algunos años, el destino nos quiso juntos en un curso de Inglés, para mí volver a verla fue algo muy excitante, el paso del tiempo no había hecho mas que mejorar su figura y había calmado su carácter, la cosa no se pudo poner mejor para mi, cuando después de saludarla, los dos nos dirigimos hacia la misma dirección y entonces empezamos ha hablar un poco mas en profundidad, le dije que me gustaba la informática, a lo que Rebeca saltó muy efusiva, que esa misma tarde su PC se le había estropeado y que tenía documentos importantes, la vi tan preocupada que me ofrecí a echárselo un vistazo a lo que accedió de muy buen agrado.

Cuando llegamos a su casa no había nadie, hacia tiempo que no veía a Rebeca, por lo que no sabía nada de su vida privada y por supuesto si tenía o no novio o si vivía con alguien�pensé en preguntar pero me pudo la prudencia. Rebeca me ofreció un refresco, acepté y me puse a mirar el PC, Ella se fue del salón, me supuse que iría a su habitación o al servicio, quien sabe� para aquel entonces yo me había fijado en su cuerpo unas cuantas veces, solo pensaba en si lo habría notado, me daba vergüenza que pensara que la estaba mirando, ¡Que pensaría de mi!

Mientras yo arreglaba el PC ella llegó y se sentó en el sofá, que estaba detrás de mí y mientras, estuvimos hablando de cosas sin importancia. Debido a lo que le ocurría al PC tuve que desenchufar unos cables de detrás del equipo, y ella se levantó del sofá para echarme una mano, yo me arrodillé en el suelo y ella seguía de pié a mi lado intentando echarme una mano, cuando giré la cabeza hacia atrás, me di cuenta que su coñito estaba a escasos centímetros de mi cara, casi podía olerlo, aquella rajita estaba embutida en aquel pantalón y se le marcaba todo. Me quedé unas décimas de segundo mirándoselo, totalmente abobado�Entonces miré hacia arriba, obviamente Rebeca se había dado cuenta que la había estado mirando la rajita, entonces ella me miró, como diciéndome �Te he pillado mirándome la rajita guarro�, luego esbozó una risita pícara y me dijo:

-¿Te gusta?

Yo le contesté:

-¿Los cables?

Rebeca dijo, con esa voz ronca pero muy sensual:

-No bobo, si te gusta mi coñito.

Yo no contesté, escuchar aquellas palabras de Rebeca me habían dejado noqueado, pero algo me hizo posar mi mano sobre aquella tierna rajita y entonces dije:

-Es realmente precioso Rebeca.

Ella me dijo entonces:

-Desde que te conozco, no ha habido un solo día, que no me hayas clavado la mirada, me miras el coño, el culo, las tetas, mi cara�Tu manera de mirarme me pone muy cachonda , no se como describirlo, me dijo.

Acto seguido, me levanté y posé mis dos manos en aquella delicia de culito que tenia y la apreté contra mi cuerpo, nos miramos lascivamente y nos besamos, no dijimos nada. Aquel momento fue tanto para ella como para mí de infarto�pero los dos sabíamos el tipo de mirada que habíamos visto en nuestros ojos. Entonces la di la vuelta y la pegué dos buenos azotes, para comprobar que hablábamos el mismo idioma y efectivamente lo hablábamos, Rebeca estaba muy cachonda, después me puse de cuclillas detrás de su culito y empecé a besárselo, de seguido la desabroché los pantalones, se los bajé hasta las rodillas y metí mi cara en su culo y empecé a recorrer con mi lengua sus intimidades, me percaté entonces que no llevaba ni tanga ni braguitas, que guarra pensé. Yo seguía lamiendo y lamiendo, ella gemía, solo notaba que ella gemía más fuerte, cuando la chupaba el ano, por ese motivo lo hice con mucha mas frecuencia hasta que llegó un momento que solo la chupaba el agujero del culo, entonces fue cuando ella se puso a 90º con el culo en pompa y empezó a decirme:

-¡Chúpame el culo cabrón! ¡Sabia que eras un guarro! ¡Que guarro eres Dani! ¡Que guarro Dani!

No podía parar de chupárselo, de escuchar sus gemidos�tenia la cara llena de sus fluidos y de mi saliva, pero quería más de Rebeca, así me levanté y la pregunté:

-¿Donde tienes las braguitas?

Ella dijo:

-Me las quité nada mas llegar a casa.

La contesté:

-¿Quieres ser mi cerdita?

No la dejé contestar, porque la hice ponerse de rodillas y acto seguido la dije cogiéndola fuertemente del pelo:

-Ahora me la vas ha chupar Rebeca.

Liberé mi polla del pantalón y se la puse sobre su cara, primeramente la manoseó y me miraba, luego se la tragó, y dijo textualmente mientras me miraba:

-Mmmm que buena está

Al principio tenia mi mano sobre su pelo y era yo quien imponía el ritmo de aquella felación luego ella continuó, se la veía muy suelta chupándomela. Desde mi privilegiada posición veía como �mi juguete sexual� me la chupaba, pero quise estar más cómodo por lo que sin dejarla sacar la polla de la boca, me senté en el sofá, ahora estaba mas cómodo viendo a mi putita de rodillas y chupándomela. Cuando me cansé de que me la chupara, levanté las piernas y dirigí con mi mano, su cabeza hacia mi culo, su lengua recorría mi ano con confianza lo que hacia muy excitante estar en esa posición, también la dirigía la cabeza para que me chupara los huevos, que por cierto siempre llevo rasurados, lo cual parecía gustarla, cuando estuve satisfecho, nos levantamos y nos desnudamos el uno otro a otro y de seguido la chupé aquellos pezones que estaban duros como escarpias.

Ella decía mientras me la cascaba:

-Dani, eres un guarro, ¡un guarro! ¡No me lo puedo creer!

Yo la dije:

-Te pone decir guarradas ¿eh Rebeca?

Y dijo con voz de pijilla:

-¡Mogollón! Me pongo a mil tío.

Sin decir nada mas, la puse a cuatro patas en el sofá, la di otro par de azotes y la volví a chupar aquel precioso culito, lo que la causó un gemido bastante sonoro, definitivamente a Rebeca la gustaba que la chupara el culo y a mí mas todavía. Yo estaba flipando con aquella situación y no quería irme de allí sin hacerla todo lo que había fantaseado, a Rebeca parecía gustarle todo lo que la hacia y eso me daba todavía mas confianza. Tenía su culito y su rajita para mí, decidí empezar por el coñito, la cogí con las dos manos de su cintura e introduje mi polla en aquella tierna rajita, primero suavemente y después con cierta violencia, luego pensé en lo mal que me caía y la di todavía mas fuerte, cogiéndola del pelo y la decía:

-Te gusta fuerte ¿eh Rebeca?

Ella con voz entrecortada por las envestidas que estaba recibiendo, decía:

-Joder tío, que pasada de polla tienes.

Mientras miraba como me follaba a Rebeca, pensaba en lo siguiente, y para mi estaba mas que claro, quería darla por el culo. Entonces llevé mi dedo índice a su culito y empecé a jugar con su esfínter�ella de seguido apartó el dedo, pero la suerte de aquel culito no la iba a decidir ella, volví a la carga, la escupí en el culo y entonces metí el dedo con seguridad en su ano y con el metido hice movimientos circulares, todo esto mientras la follaba fuerte.

Su fino culito daba contra mi cadera mientras la follaba lo que me excitaba aún mas, entonces la cogí su mano derecha y se la llevé hacia su rajita y la dije:

-Mastúrbate Rebeca, mastúrbate para mí.

Entonces saqué mi polla y me dispuse a metérsela en el culo, lo cual me llevó unos instantes hasta que su esfínter estuvo lo suficientemente dilatado y entonces, se metió hasta que desapareció por completo en aquel preciado culito, Rebeca gimió durante esos instantes�Ahora Rebeca no tenia escapatoria, la estaba dando por el culo!! Estaba excitadísimo solo de pensarlo, pero es que además mi polla entraba y salía de aquel culo como si estuviera en su casa. Por lo que pude comprobar a ella la encantaba aquella situación y por su boca salía todo tipo de tacos y guarradas varias. Recuerdo que ella decía:

-Ahora mi culo es tuyo ¿eh cabrón?

-Te has salido con la tuya cabronazo ¡eres un cabrón!

Recuerdo como mis huevos se posaban sobre su piel a un ritmo endiablado, yo cada vez la daba mas y mas fuerte y a ella parecía gustarle mas y mas�Saqué el rabo por completo de su culo y vi el destrozo que la había causado, su culo estaba completamente abierto, su mano seguía agitando su rajita, entonces la metí de nuevo la polla en su roto culito hasta que Rebeca llegó al orgasmo, lo noté, a parte de por sus gemidos, porque su culo se estremeció por instantes. Se quedó quieta durante unos segundos, estaba sudorosa, la abracé desde atrás�y la dije al oído:

-Ponte de rodillas que tengo los huevos cargados de leche, ¿te gusta la leche?

Se puso de rodillas y la pedí que me mirara, su carita estaba desencajada pero tenía la mirada muy cachonda y me dijo repetidas veces:

-¿Te vas a correr en mi cara Dani?

No la contesté, era obvio y no quería desconcentrarme, la dije:

-Chúpamela Rebeca.

Comenzó a chupármela de nuevo, pese a ver estado metida en su culo, estuvo mamándola un par de minutos hasta que yo ya no pude más, la dije:

-Me voy a correr en tu cara Rebeca.

Ella me miraba con los ojos como platos y yo estaba a punto de evacuar mis huevos sobre su cara, hasta que por fin llegó, la cogí del pelo y descargué toda mi leche sobre su carita, las pocas pecas que tenía quedaron tapadas por mi ración de leche, cuando terminé se me quedó mirando como diciéndome, �mira como me has puesto cabrón� y acto seguido nos empezamos a reír, y me dijo:

-Eres un guarro Dani, ¡me encanta!

La contesté

-¿Quieres ser mi juguete sexual Rebeca?

Ella me dijo:

-¿Y tu el mío?

Me invitó a una ducha, terminé con el PC y me fui con ganas de volver, no por ver a Rebeca, sino por follarme de nuevo ese cuerpo, �ahora mi juguete sexual� Rebeca y yo nos vemos de vez en cuando, no somos amigos, ni nada, solo somos dos guarros que se dan su festín cada cierto tiempo.