Mi amigo Diego
Soy Andrea. Llevo el rock en las venas y desde niña toco el bajo eléctrico. Junto a mis amigos tengo una banda de rock en mi pueblo y de cuando en cuando damos conciertos. Debido a mi sangre rockera me visto como tal: ropa de cuero y metal, cabello con mechas de color morado, botas sexis, etc. Físicamente soy delgada, mido 1,65cm, cabello largo castaño medio, ojos negros, piel blanca, de grandes pechos y nalgas acorde con mi cuerpo.
Diego es un moreno de cabello corto castaño oscuro, ojos negros, rasgos finos y contextura delgada. Él es un chico serio y callado y por tanto ya había llamado mi atención. Siempre lo miraba desde lejos compartiendo con sus amigos o solo, hundido en sus pensamientos. No sabía cómo acercarme porque a simple vista se notaba que escogía bien sus amistades y no quería ser rechazada. Desde el primer momento que lo vi me imagine teniendo sexo con él.
Comencé diciéndole tan solo hola, el respondía con un hola también (a lo mejor por educación, realmente no se). Un día, esperando el autobús de la universidad para regresar a casa, el (un poco embriagado), cruzo unas cuantas palabras conmigo y pues eso me dio pie para buscar lo que quería.
Gracias a la red social universitaria pude chatear con él. Le pregunte como era que sabía mi nombre y un montón de bobadas más las cuales el respondió sin quejarse. Transcurrida una semana se hacía evidente que yo tenía otra intención, el me seguía el juego pero cuando se lo pregunte claramente pues me dijo que yo no era el tipo de mujer que a él le gustaba. Me hirió el orgullo pues no creo ser fea, a la vez me entristeció un poco pero eso no me hizo retroceder. Así que me mantuve en pie de guerra un tiempo más.
Ya que con Diego no veía oportunidad en un corto tiempo y mientras seguía cultivando una linda amistad con el y pues inicie una relación con otra persona (la cual termino hecha un desastre), y bueno, cuando necesite su hombro, él estuvo allí para consolarme.
Termine la universidad y empecé a trabajar. Diego seguía en la Univ. El contacto se hizo casi nulo, no nos vimos por casi un año, el único contacto era por chat o mensajes de texto. Nuestros caminos se separaron pero yo aún pensaba en lo rico que sería el sexo con un hombre como él. Así que concretamos una cita, le dije que lo extrañaba y lo quería ver, el accedió, me invito a ir a su casa. La primera cita se canceló por motivos que desconozco, pero la segunda se confirmó. Llegue a mi casa del trabajo, me bañe y me vestí con la ropa más sexi que conseguí y me perfume para el encuentro.
Llegue a su casa casi a las 7:30, el me esperaba. Nos sentamos frente a frente y conversamos de diferentes temas por un largo rato, extrañaba mucho su voz y las expresiones de su rostro al hablar; además sentí el mismo �sustico rico� en el estómago al verlo que me causaba siempre. No le dije nada, en ningún momento (no quería incomodarlo con mis perversiones) pero ciertamente había tensión en el ambiente. Pasaron un par de horas de conversación y llego el silencio incomodo, no había más que decir, Diego sorprendentemente me beso y yo no lo podía creer, no me imagine que lo hiciera de ninguna forma, siempre pensé que yo tomaría la iniciativa. Respondí a su tímido beso con pasión, disfrutando mucho el momento. Repentinamente se separó, me miro a los ojos y me dijo: Me gusto� Con esas palabras me arrancó una sonrisa, colocó sus manos alrededor de mi cintura y volvió a besarme. Quise darle mi mejor beso, sensualmente chupe su lengua, mordí sus labios dulcemente, suspiraba suavemente, todo con el fin de volverlo loco; el me correspondía dejándose llevar. Sus manos comenzaron acariciar mi abdomen intentando con disimulo subir hasta mis senos, yo coloque mis brazos alrededor de su cuello y el, ya un poco excitado, me invito a sentarme sobre sus piernas. Lo hice, ya así el con su mano izquierda acariciaba mi espalda y con la derecha me seguía tocando mi abdomen, empezó a besarme el cuello y suavemente bajaba hasta mi pecho intentando con la boca sacar uno de mis apretados senos de la blusa, su mano izquierda bajaba hasta tocar la parte final de la espalda por donde sobresalía mi hilo, sus manos recorrieron el trayecto del hilo en mi espalda y su otra mano, ya con más confianza me tocaba el pecho. La cosa estaba candente pero no podíamos ir mas allá, lamentablemente su familia estaba en casa y nos podían ver, así que tuvimos que frenar el momento, caer en la incomodidad de estar tan cerca y no poder hacer nada. Eran casi las doce cuando decidí que mejor era irme antes de que pasara alguna locura.
Transcurrió el tiempo y planeamos otros encuentros pero todos fallidos. A diferencia de las veces anteriores esta vez Diego no ponía oposición sino que factores externos arruinaban la ocasión. Hasta que llego un día viernes y decidí secuestrarlo. Le envíe un texto una hora antes de salir del trabajo, le dije que se preparaba que al salir del trabajo pasaba por el y asi fue. Tome un taxi hasta su casa y nos dirigimos hasta un hotel en las afueras de la ciudad, pedimos una habitación con jacuzzi. Llegamos a la habitación y me quite mi uniforme del trabajo, le dije que quería bañarme antes que nada y el acepto. Me espero pacientemente mientras yo me duchaba para quedar bien limpiecita para él. Salí del baño con la ropa interior más sexi que tengo (brasier negro e hilo con encajes y malla negra), el me esperaba acostado en la cama viendo la televisión. Me recosté sobre el besándole la boca, el colocaba sus brazos alrededor de mi cuerpo acariciándome. Metí mis manos debajo de su franela y toque su pecho apretando sus pezones sin dejar de besarlo y seguidamente le quite la franela. Bese su cuello y fue llegando a su pecho para morder sus pezones mientras con mis manos comenzaba a quitar su pantalón sintiendo su pene ya duro. Fui besando el camino hasta su hermoso pene con dulces besitos hasta que lo tuve en mi rostro. Lo agarre con mi mano derecha y empecé a llenarlo de saliva. Lamí todo su pene de abajo hacia arriba mientras le acariciaba sus testículos, besaba su cabeza con suavidad hasta que estuvo bien húmedo. Entonces me quite el hilo y coloque mi sexo en su rostro haciendo el 69 y comencé a meter su pene en mi boca, ahí dentro lo chupaba y movía de arriba hacia abajo mientras él me daba la mejor lamida de mi vida. Lo saque y lo seguí lamiendo, chupando y besando así un buen rato hasta que ya no pudo más y acabo dentro de mi boca. Saboree su dulce leche y me la trague todita� Seguí lamiendo su pene hasta asegurar que quedo limpio. Entonces me acostó en la cama y empezó a besarme y tocarme los senos, beso mi cuello hasta llegar a mi pecho, con sus manos saco mis senos del brasier y los chupo dulcemente mientras apretaba con las manos. Yo lanzaba suaves gemidos mientras tenía mi mano sobre su cabeza. El volvió a besar mis labios y yo tome su pene que ya estaba duro nuevamente y lo puse en la entradita de mi vagina, suavemente comencé a introducirlo (me causaba un poco de dolor ya que tenía muchos meses sin sexo), una vez dentro inicie con suaves movimientos hasta que mi cuerpo se acostumbró al roce entonces me movía de arriba hacia abajo con más fuerza, el me tomo de la cintura y me sentó de frente sobre sus piernas; yo lo rodee con mis piernas y con su ayuda brincaba sobre el sintiendo por completo todo su pene dentro de mí a la vez que mis senos rebotaban frente de su rostro� Lo estaba disfrutando mucho, con cada golpe me excitaba más, gemía y no quería parar� Al cabo de unos minutos tuve el primer orgasmo, él se dio cuenta y se detuvo y me cambio de posición. Me acostó de lado con las piernas abiertas el acostado a mi espalda penetrándome, tocando mis senos y besándome� Yo me sobaba el clítoris, estaba muy mojada� Le pedí más fuerza y él lo hizo, embistió con fuerza mi cuerpo y haciendo movimientos con mucha velocidad; yo sentía tan rico que inevitablemente tuve otro orgasmo y otro más, el al mismo tiempo termino conmigo� Fue muy excitante sentir el movimiento de su pene al eyacular y su rico semen calientito dentro de mí�
Estábamos extasiados, sin embargo aún había algo que faltaba por probar; si, el jacuzzi� Le dije que pedí la habitación con jacuzzi porque siempre fantaseaba con él en uno y quería cumplir esos deseos. Encendí el jacuzzi para calentar el agua hasta que estuviera tibia, me metí y lo invite a acompañarme. El vino hasta mi, tomo un aceite aromático y me lo unto en mis hombros y pecho, entro al jacuzzi me pidió que me volteara y me unto el aceite en mi espalda. Me empezó a acariciar las nalgas mientras poco a poco acercaba sus dedos a mi ano, con su otra mano me abrazaba y besaba el cuello. Siguió jugando con sus dedos metiendo uno despacio y lentamente, mientras seguía besándome con ternura, yo gemía suavemente y le pedí que metiera su otro dedo y el así lo hizo, cuando yo ya estaba bien excitaba y mi culito se había adaptado a sus dedos empezó a meterme suavemente su pene estando yo en cuatro� Al principio fue un poco difícil y ya una vez dentro los primeros golpes contra mis nalgas fueron dolorosos luego el dolor se convirtió en placer y lo disfrutaba mucho, era muy rico como con cada embestida sus testículos chocaban contra mi clítoris, estaba flujando muchísimo, y muy excitada gritaba de placer, tuve tres orgasmos seguidos mientras él me cogía rico por mi culito, hasta que finalmente el acabo llenándome el culito de leche�
Luego de la sesión de sexo dormimos un rato antes de irnos. Llamamos al taxi y nos despedimos, con la promesa de en alguna próxima vez cumplir mi fantasía de estar con una mujer.
2 respuestas
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