enero 4, 2013

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Mi amiga de internet

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Soy un chico delgado y deportista. Me gustan las chicas rellenitas y gordas. Siempre me ha costado encontrar una chica que me gustara porque las chicas gordas no me han hecho mucho caso o no me tomaban en serio.

Por eso he buscado desde hace tiempo por internet, es muy difícil pero a veces he conocido chicas simpáticas e incluso hemos llegado a tener algo más que amistad.

En este relato voy a hablar de una de las más especiales, Ana, la conocí en un chat y rápido cogimos confianza, nos añadimos al msn y hablamos por ahí con webcam. Ella era una chica gordita y muy guapa, con unos ojos enormes oscuros y una sonrisa amplia.

Yo tenía 28 años y ella 24, estaba terminando la carrera y me contó que tenía novio desde hacía varios años, conocía a la familia aunque vivía con sus padres todavía.

Sin embargo, no estaba del todo feliz con su novio, aunque le quería mucho y estaba feliz con él, no se acostaban nunca juntos, él nunca tenía ganas y eso había hecho que ella estuviera muy salida, tanto que había estado con otros chicos alguna vez mientras salía con su novio.

Pasamos cerca de 1 mes hablando todos los días hasta tarde en la noche, nos contábamos de todo. Yo desde el principio le hablé de mis gustos y a ella le gustó. De hecho casi todos los días nos masturbábamos delante de la webcam, a ella le encantaba que le dijera que posturas tomar y como tocarse.

Nunca había estado con una chica así, cada día se masturbaba 2 o 3 veces y sin embargo, como ella decía, no era muy experta en el sexo. Había tenido sexo 11 veces desde que perdió su virginidad con 22 años.

Un día que nos estábamos masturbando me dijo que quería quedar conmigo y follarme, yo no pude ni pensar y le dije que sí, sus padres se irían el fin de semana y se quedaría sola en casa.

Durante los días previos al fin de semana seguimos hablando sobre lo que íbamos a hacer, dejábamos claro una y otra vez que ya veríamos que pasaría, que igual no hacíamos nada pero creo que ella tenía tan claro como yo que íbamos a follar sin control.

El viernes por la noche me presenté en su casa y me recibió muy guapa, un vestido, mallas, zapatos planos. Tenía bastante escote, ella tenía unos pechos enormes redondos, sabía sacarse partido.

Estuvimos en el salón sentados en el sofá tomando algo, viendo la tele y charlando, nos abrazamos y nos mirábamos nerviosos, yo me sentía muy atraído y creía que ella también pero no quería hacer nada que pudiera estropear el momento.

La conversación llegó hasta nuestras charlas por msn y fuimos a su cuarto ya que lo conocía, para verlo de verdad.

Ahí le dije que esa era la cama donde había soñado siempre tirármela, ella se tumbó boca arriba y me dijo �ah, si?�.

Yo me tumbé a su lado, la cogí por la cintura y empecé a besarle los labios despacito, muy dulce le comía el cuello y le acariciaba el costado desde el hombro hasta la cintura.

Nos íbamos calentando cada vez más y yo empecé a acariciarle los pechos por encima de la ropa, bajaba besando por el cuello. Le dije que se incorporara para quitarle el vestido y ella me quitó la camiseta. Se quedó con las mallas, le quité también el sujetador. Estaba un poco avergonada por los michelines pero ya le dije que a mi me gustaban y me excitaban.

Le besé los pechos y los acariciaba y apretaba con mis manos, nunca había estado con una chica con los pechos tan grandes. Los pezones eran gruesos y de color claro con unas aureolas muy grandes. Los mordisqueaba suavemente mientras ella empujaba con sus manos mi cabeza hacia ella.

Al rato me dijo que quería comermela y que le dijera si lo hacía tan bien como le habían dicho que lo hacía. Me ayudó a quitarme los pantalones y me quedé sentado mientras ella me acariciaba el pene con sus manos y lo besaba despacio con sus labios.

Estaba ya muy duro y no tardó en lamer el glande con la lengua y empezar a introducirselo en la boca. La noté húmeda y caliente. Cuando estaba bien mojada con su saliva me pajeaba con la mano más rápido, deslizandose de arriba a abajo, lo hacía mientras me miraba, me encantaba que me miraba sin parar.

Siguió comiendomela hasta que noté que me faltaba poco para correrme y se lo dije, me daba morbo correrme en su boca pero no lo haría sin decírselo.

Ella se sentó, y se juntó y subió los pechos con el brazo izquierdo, con la mano derecha me seguía pajeando y mientras me sonreía, sacó la lengua fuera.

Yo me puse de rodillas delante de ella notando como me ardía y me acercaba al orgasmo sin dejar de mirarnos hasta que empecé a correrme, un enorme temblor me recorrió y ella no paró de agitarme mientras eyaculaba chorros de semen ardiendo sobre sus pechos, su cara y su lengua.

Fue una escena muy excitante que sólo había visto en películas porno y ella no se lo pensó dos veces en h`acer.

Yo caí mareado a la cama y ella se reía mientras se relamía y se tragaba lo que había quedado cerca de su boca. Con el movimiento había salpicado casi todo su cuerpo.

Seguidamente me levanté y fui al baño, humedecí en agua una toalla y se la llevé para ayudarla a limpiarse la cara, el cuello y los pechos. Nos besamos y acariciamos un buen rato tumbados en la cama.

Luego hicimos más cosas, volvimos a quedar y hoy en día lo seguimos haciendo, pero lo contaré en otros relatos.


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2 respuestas

  1. nindery

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