Era la hora de la siesta y me encontraba en mi cuarto, en la parte trasera de mi casa. Habia llegado la hora de la buena paja mientras todos gozaban de su sueño siestero.

Me bajaba los patalones lo fuficiente para sacar la berga fuera de pantalon y ladeadaba mi cuerpo poninedo un papel en la cama cerca de la berga para recoger la leche expulsada despues de una gran corrida porque no me gustaba dejar huellas de mi paja. Mi patio trasero era usado por gentes conocidas del barrio que acortaban su camino para llegar asi luego a las tiendas de la calle principal.

Me la habia comenzado a jalar con toda emocion cuando de la nada vi pasar a Cecilia cerca de la ventana de mu cuarto. Me detuve y me preguntaba si ella me habia visto cuando Cecilia regresaba de retroseso lento para verme lo que hacía. Que situasion para mi… el haber sido descubeirto por una de las chicas mas apetececidads del barrio. Senti que me queria intimidar y prentendia a no importarme su presencia y contiue jalandome la berga que por si ya la tenia hinchada de lo excitado que me encontraba. Los ojos de Cecilia no paraban de verme la berga apretada por mi propia mano que me la agitaba hacia adelante y atras.

Los labios rojos de Cecilia los tenia brillantes de sus misma saliva. Miro su relojo de puño y Cecilia salia a toda prisa dejandome mi intimidad a mi disposicion y me corria con tres chorros de de leche que cain en el papel.

             De esa manera fue que Cecilia y yo entablamos una relacion de amigos y mas despues le pedia que fuese mia, pero esta se nego aunque mi prsentimiento era que ella queria, pero tenia miedo. Su descubrimiento hacia mi tampoco era de que todos los dias ella me miraba jugando con mi berga, pero nua vez me econtro preciso cuando me corria y miraba como salian los chorros de leche de mi berga y eso si la dejaba impresionada a ella. Recuerdo que esa primera vez le tiraba una de mis almohadas mientras ella estaba en la ventana de mi cuarto.

La seguia pretendiendo con insistencia y una noche en el mejor club que existia en el pueblo ella me decia hasta que punto ella podia llegar a tener intimidad conmigo, pero su condicion era que yo debia estar liado de mis dos manos a los dos extremos de la cama. Acepte su trato y el dia indicado Cecilia se metia por la ventana de mi cuarto cuando iba a tomar el transporte que la llevaria para la universidad. Me deje atar de mis manos por ella y los ojos de ella no dejaban de ver a los mios de manera picara. Quedaba boca arriba y ella soltaba la correa de mi pantalon, para despues desbotonarlo y bajar la cremallera y bajar de una vez mi pantalon. Cecilia quedaba mirando la berga que poco a poco tomaba una ereccion impresionada.

Cecilia jugaba con ella mientras la tenia en su mano hasta que se la ponia en la entrada de su boca como un pinta labios. La saliva de la boca de Cecilia libaba la cabeza de mi berga hasta que de un inesperado momento se la metia en su boca. Miraba como se abria la boca de Cecilia y me la mamaba de manera jugetona.

             Quise preguntarle algo y ella me callaba y me pedia que me quedra muy quieto. Poo a poco ella lo chupaba hasta llegar seriamente a lo que es una mamada de berga. No aguntaba tanta sensacion que la boca de Cecilia me aplicaba lo largo de mi berga y me corria en una torrentada de leche que salia por los lados de la boca de Cecilia… se detenia para preguntarme si me habia gustado.

Todavia me sentia que temblaba de la gran corrida y le contestaba que habia sido una de las mejores corridas hasta ese momento de mi vida. Cecilia se quitaba sus bragas y se montaba en mi para agarrar mi berga y lo tomaba como una brocha de pintar para correrlo a lo largo de su raja.

Miraba como la cabeza de mi berga separaba los labios de su panocha cada vez que lo hacia y pensé que talvez ella se iba penetrar mi berga en ella, pero no fue asi y me decia que ella todavia era virga y solo lo hacía para ver lo que se sentia y admitia que se setnia muy rico, pero queria estar virga por un tiempo mas. Cecilia desmontaba, se ponia sus bragas y se iba por donde habia entrado a mi cuarto. Le pedia que me soltara de  mis manos, pero ella me decia que era facil poderlo hacer por mi propia cuenta y asi fue.

Continue mi amsitad con ella, insistiendo a que fuera mia, pero no fue posible mas de solo dejarme aquel recuerdo que recuerdo como una de las mejores cuando fui adolescente…Cecilia tenia otra hermana, pero Cecilia era la que mas me intersaba.

Hoy a los años me pregunto a donde estara esa boca de Cecilia.