«Yo atiendo a la que quiere ser cogida» eso fue lo que escuche de Mario cuando éste hablaba con el dueño de la tienda donde compraba cosas para mi casa mientras yo esperaba mi turno de ser atendida. Mario y el dueño de la tienda estaban unos cinco pies de distancia platicando de manera regular. Una vez atendido Mario, el dueño se despedi e Mario para atenderme a mi. Mario pasaba por donde mi y me saludaba «Buenos dias Griselda» No creo que Mario se haya percatado de que yo le habia escuchado decir de él que él cogia a la que queria ser cogida. Somos personas mayores que en algunos casos se pensara que nosotros (as) los mayores, maduros pues piensen que ya no hacemos el amor o que no sintamos ganas de hacer el amor. Mario me sorprendia cuando de manera involuntaria le decia al dueño de la tienda que cogia a quien quieria ser cogida.

               Poco a poco me habia acercado a Mario sin saber de mis intenciones y cuando lo supo me preguntaba por mi esposo que casi ni me tocaba. Mario no era el agresivo que se mosro cuando le escuche hablar con el dueño de la tienda y me aclaraba que eso solo era con las mujeres que estaban solas, pero que conocia a Fito, su amigo, que ese no perdonaba nada. Con Mario conocia mas el barrio al decirme de todo lo que sucedia a bajo perfil en él. Me enseño una maestra «A ella se la coje el repartidor de las gaceosas» Mire a la maestra y nunca me imagine que ella tenia cola que la pisara y asi de cuento en cuento me daba cuenta del barrio donde yo habia estado viviendo por diez años. Cuando Mari terminaba de hablar yo estaba muy mojada y los pezones de mis tetas muy erectos. Mario se marchaba prometiendo que regresaria al otro dia. Esperaba por mi esposo para que me la metiera y nada y me ponia mis bragas peleando con unas ganas de coger.

              Salia de la tienda cuando me encontre con Mario y Fito y despues de un par de palabras los tres, Mario se despedia «Hey! ahi los dejo a los dos» Fito tenia la mirada agresiva porque me miraba por todos lados como si estuviera estudiando mi cuerpo. Hablamos de tiempos pasados cuando eramos mas jovenes donde en nuestras epocas juveniles se inauguraba la primer disco del pueblo. Comence a recordarme de Fito cuando en su juventud era muy parecido y que culeaba a medio mundo por el hecho de saber bailar muy profesional. Me tomo un mes para hacerle constar de lo que queria hacer yo porque mi marido se habia quedado atras con sus tareas intimas para conmigo. «Yo te soluciono Griselda» me prometia Fito.

             Esa mañana que decidimos hacer algo entre Fito y yo me tome un buen baño y me llenaba de crema para irme desnuda a la cama y esperar por Fito. La puerta estaba abierta para él algo que ya habiamos decidido a como hacer. Me mire en el espejo y al verme desnuda me senti muy segura de que mi cuerpo aun tenia buena forma, pero al fin quien se lo perdia era mi esposo y habia llegado el momento de que otros si lo iba a disfrutar. Mire el reloj y me iba a la cama para arrecostarme boca abajo. Escuhe que abrieron la puerta y comence a sentir nervios. Cerraron la puerta con llave y escuche los pasos de Fito que se iban acercando a mi cuarto. Presenti que ahi estaba Fito mirandome mi cuerpo desnudo cuando escuche preguntar a donde esta Fito? resalte para ver qien estaba ahi y era mi vecino que me preguntaba que me pasaba. Mi vecino me llevaba algo que su esposa me habia mandado con él, pero no dejaba de verme y me preguntaba si queria coger. Me era muy incomodo para mi de que alguien me descubriera mi secreto.

            El vecino estaba animado por meterme mano y poco a poco me fue tocando ls tetas y le preguntaba que si se animaba «Como no» me respondio él. Mire su mano que se iba directo a la cremallera de su pantalon y sacaba su berga. Me pedia que me pusiera como me habia encontrado, boca abajo y asi fue como mi vecino vino a cogerme hasta darme la cogida que habia venido buscando desde unos meses atras. Me senti comocda con él y comence a mover las nalgas y mi vecino quedaba fascinado que me decia lo rico que las movia. Fue una corrida de las buenas que la cama quedo empapada de las dos leches. Mi vecino se marcho y yo quede ahi acostada en la cama con mi cuerpo muy afinado de la cogida que necesitaba. Fito nunca llego y Mario me decia entonces que él haria el trabajo que yo habia venido buscando a lo que le conteste que él solo era boca y que los callados era mas efectivos que los de mucho bla-bla-bla. Mi vecino y yo cada quince de mes entra por esa puerta y me da mantenimiento en mi casa. Tengo cuarenta años, pero me conciento que todavia tengo vida para que me den leche y sacar leche…chao chao