junio 26, 2012

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Las rosas del jardín

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LAS ROSAS DEL JARDÍN.

La ultima vez que vi al buen mozo de Ulises fue hace mas de dos semanas. Su imagen caprichosa y provocativa no dejaba mi cabeza en paz. Mis padres regresaron de su viaje relámpago y no planeaban salir una vez mas. Así que tenía que idear algo para secuestrar al papasote que vive en el jardín 🙂 Así que mi maquiavélico cerebro tramo un plan que no fallaría y que me daría en bandeja de plata al semental que vivía entre las flores. Mas falsa que nunca les dije a mis padres que les obsequiaba un viaje todo pagado a Miami, Florida. Uno de sus destinos favoritos y les pedí permiso para hacer una fiesta en su patio. No tuvieron objeción y se fueron toda una semana de viaje. Ahora tenía que deshacerme de la golosa de Rosa. La mande a surtir las despensas para mi supuesta fiesta y le dije que con gusto la mandaría de vacaciones a su pueblo por una semana, claro le dije que quería divertirme en la casa con mis amigos, también acepto. 

Tenía que preparar todo para recibir a Ulises el próximo día, segura de que la casa estaba sola de que Rosa y mis papás estaban a Km de la ciudad me dispuse a esperar al buenazo que me arrebataba el SUEÑO. Me levante temprano me bañe en agua tibia y depile todo mi cuerpo y mi panochita la deje limpia. Me unte crema de rosas en toda mi piel fresca elegí mi ropa y deje de lado mi ropa interior me puse una playero ya unos shorts cortitos que no dejaban nada a la imaginación. Me puse mis tenis y salí al jardín a esperarlo. Comencé a correr y a ejercítarme Ulises llegaba a las 8:00 y quince minutos después encendía los aspersores para regar el césped. Estaba al frente cuando escuche que llego y comenzó a sacar sus herramientas, inmediatamente y sin verlo mi conchita se entumeció y mís piernas temblaron. De manera temerosa me acerque a él para saludarlo. 

– hola guapo, no te dijeron que hoy no hay nadie?

Cuando volteo a mirarme se quedo con la boca abierta. 

– buenos días señorita, no me avisaron pero en cuanto termine me marcho. 

Le sonreí coquetamente y le dije que mas tarde tendría una fiesta, después de exhibirme frente a él me atreví a tocarlo para decirle:

– necesitare que me auxilie en estos días ya que estaré sola…

Ulises tartamudeo para darme una respuesta no podía quitar la mirada de mis piernas suaves. Lo deje en el

cobertizo y espere en mi puerta a que encendiera los aspersores, quería mojarme para que viera bajo mi blusita los redondos y perfectos pechos que tengo. Cuando empezaron a trabajar me empape la ropa y avance una vez mas hacia él. 

– Ulises!… Ulises! Necesito que en unos momentos suba a ver que tiene mi baño; no sale el agua y me urge ducharme.

Me miro de pies a cabeza, observo mi semidesnudez a través de mi ropa blanca mojada. Lo deje picado al retirarme de prisa. 

Comencé a subir las escaleras pensando en su viril cuerpo, calentándome mas y mas a cada paso. Llegue a mi recamara y me desnude. 

Ulises no tardo en llegar y cuando al fin llego y entro, salí del baño desnuda como si nada, el se ruborizo y agacho la mirada. 

– por favor, arréglalo. 

No sabia que hacer cuando avanzo al baño y paso de largo me pare tras el para » observar » le comencé a tocar la espalda y le sobe mis pezones. Le tome su cintura y lujuriosa afloje su cinturón mis manos bajaron a su pene para sentir la dura y potente erección que tenía. Ulises no acertaba a decir nada… Se estaba dejando llevar.

Me puse delante de el y anide su verga en mi boca invadió mis huecos bucales y mi garganta suave. Quería devorarlo en ese momento. El estaba  rojo a punto de estallar, entonces jalo mi pelo y beso mi boca tan salvaje que dolió,  cual niño embelesado por un dulce acaricio y beso mis senos, recorrió mi talle gentilmente como temiendo el enojo  mío. Al llegar a mis caderas sonrió lascivo al ver mi pubis sin vello tal vez recordaba en ese instante la naturalidad de su zorra Rosa. Regreso a mirarme y le volví a sonreír. Entonces atravesó sus manos entre mis piernas y las separo despacio abriéndome lo necesario… Se arrodillo y beso mis labios, luego como bebiendo se prendió de mi cocho y lengüeteo travieso por un buen rato. 

Después de beberse mi elixir me tumbo a la cama, tirada desde ahí podía ver su verga exhuberante tambaleandose de un lado a otro, gorda, roja, venosa, con la cabeza brillante y ancha. 

Se veía mejor cuando la tomaba en sus manos y no le cabía… Que bien dotado!!!

– tienes una panochita deliciosa!!!

Eso era lo único que repetía, era un semental en acción. Me levante poco a poco y lo saque del cuarto, desnudos los dos salimos al jardín y le pedí que me cojiera allí justo como a su zorrita Rosa… Ulises se sorprendió pero le agrado la idea, así que me nalgueo fuerte y me agacho sobre el césped, a gatas me acaricio como si fuera un animal metió sus dedos en mi concha y apretujo mis tetas. Luego se puso a gatas tras de mi y lamió mi culo…. Me transportaba. Recreo la escena que vi antes entre el y Rosa…me acomodo la punta de su polla y la dejo ir toda, también me empujo hacia delante y me hizo gritar. De perrito me cojió rico… 


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2 respuestas

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