Mi esposo a los dos meses de casados comenzó a decirme que tenía ganas de verme coger con otro hombre sugerencia que por supuesto rechace pero el continuo insistiendo hasta que una noche que me encontraba cachonda me vestí de puta y salimos a buscar un hombre que fuera de mi agrado pero a las dos de la madrugada esa era una misión imposible y ya desanimados emprendimos el regreso a casa pero antes acudí a una tienda de conveniencia a comprar unas bebidas y ahí se encontraba un chico que al verme vestida de esa manera comenzó a decirme un sin número de groseros piropos y hasta se atrevió a meter la mano por debajo de mi cortísima falda y decirme al oído, te invito a que pruebes mi verga de veinte centímetros  te apuesto que no has tenido una así

  Confieso que me estremecí al escuchar el tamaño de su verga ya que la de mi esposo solo mide quince y me entusiasme pero le dije que aceptaría si mi esposo se encontraba presente y así fue como llegamos a aquel hotelucho donde el desconocido comenzó a manosearme y desnudarme y cuando él se desnudo y me mostro la verga mi primer impulso fue tomarla con ambas manos para mirarla detalladamente, grande, gruesa y con una enorme y roja cabeza y las venas bien marcadas, entonces escucho a mi esposo decir, anda nena no seas tímida chúpala, mámala, trágatela toda y así comencé en principio mamando solo la enorme cabeza luego el desconocido me tomo de de la cabeza para obligarme a tragar más de su verga y aunque tuve unas arqueadas fui capaz de tragármela entera, es algo indescriptible el sentir la verga mas allá de la garganta

   Me coloco en cuatro y comenzó a pasar la verga por mi ano diciendo, tienes un culo divino se me antoja darte por ahí entonces si intervine, no te atrevas porque entonces aquí se acaba esto, el rio diciendo solo es broma y comenzó a frotar la verga entre mis labios vaginales antes de comenzar a meterla, vibre entera al sentir como iba entrado su enorme cabeza y luego como se fue deslizando el resto de su verga con lentos bombeos, no pude evitar gemir de placer al ir sintiendo como esa enorme verga me iba penetrando y antes de tenerla toda adentro me pregunta, te gusta muñequita, con voz ahogada digo, si, si me gusta tienes una verga divina aun no la metes toda y ya siento que me vengo, apresuro sus movimientos y con ellos me enterró toda la verga ya no solo gemía gritaba pidiendo mas y mas verga entre orgasmo y orgasmo y al recordar que me estaba cogiendo sin protección le pedí que se viniera dentro de mí lo que hizo metiendo la verga lo más profundo que pudo pero antes de eso yo había alcanzado un par de maravillosos orgasmos

   En ese momento me percate que mi esposo ya se encontraba desnudo y jalándose la verga viendo como aquel desconocido me cogía y cuando él se vino me pregunta su ya nos retirábamos y mi respuesta fue contundente, no cariño tu quería verme coger con otro hombre y ahora vas a verme coger toda la noche como una vil puta y tomando la verga del desconocido aun bañada por nuestros flujos comencé a mamarla excitándome al máximo con su sabor y ya cuando se encontró dura me monte sobre ella y lentamente me la fui hundiendo entre gritos y gemidos la fui cabalgando y viniéndome como nunca, cambiamos de postura una y otra vez antes de que él se viniera de nuevo dentro de mí, esa noche mama verga hasta el cansancio y el desconocido me clavo la verga creo que unas siete veces dejando mi panochita anegada con su semen

  Ya en casa mi esposo me confesó encontrarse arrepentido de haberme pedido coger con otro hombre pero ya no había marcha atrás yo ya contaba con su número telefónico para llamarle cuando quisiera coger con el