julio 23, 2012

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LA CONSULTA (parte 3 Gran final)

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-Mmmmhhh . . .aaaahhhh . . qué ricoooo . . me encanta esa verga . .dame . .dame papi. .dameee- ella manoteaba en el sofá jadeando de deseo, -aaahhhyyy chiquitoooo . .asssiii . .papito . .asiii . .métemelo bien rico papi . .- en su rostro se veía una expresión de total satisfacción. -Aaahhyy . .mmmmmhh .. ay qué rica, qué buena está tu verga papiitooo . � Su panocha se mojaba cada vez más casi al borde de una orgásmica locura, y mi verga estaba a punto de explotar de deseo por la rica doctora. Hacía tanto tiempo que deseaba tenerla así, empinada frente a mí y ensartándola mi verga hasta el fondo y por fin mi fantasía se hacía realidad. Ahí estaba ella, con toda mi dura tranca hasta el fondo y ahora ahí la tenía jadeando de placer.

Pero yo estaba decidido a hacerla sentir en la gloria y eso era solo el principio de la diversión. Me había propuesto excitarla hasta pedir mi verga a gritos y lo hiba a conseguir, así que saqué mi verga de su ardiente vagina. Mi verga goteaba del jugoso líquido de su sexo. Ella se sorprendió un poco pero no le di tiempo a preguntarme nada. Y me arrodillé atrás de ella para meter mi lengua en su panocha dándole unas enormes lamidas que la hicieron gemir de gozo.

-¡Aaaahhh! . . . qué haces?- me dijo con la voz entrecortada.

-Quiero volverte loca de deseo- le dije sonriendo mientras le pasaba otro lengüetazo haciendo que se escurriera en sus jugos.

-¡Uuuummmhhhhh!- gimió mi rica doctora cuando sintió mi lengua rozándole el culo. Y como vi que le gustó pues abusé de su rico culito cosquilleándole con la punta de la lengua alrededor del mismo.

-¡Oooohhhhhh . . .me mataaassss . . . uuuuiiiiihhh .. . qué ricooooo!- ella gritaba y se contorsionaba delirando de placer y yo le sostenía las caderas para hundir mi lengua en todo su sexo.

 

Y cada vez que le jugueteaba el culo con mi lengua ella apretaba sus labios disfrutando la corriente de placer que la recorría desde su rico culo, subía por su espalda y le llegaba hasta el cerebro volviéndola loca de lujuria.

-Oooommfff . . . nunca había sentido eeessttoooo . . � me gritaba sin saber qué hacer con tremenda sensación.

-Goza mi amor, . . goza esto por que te lo mereces por ser tan linda conmigo, ¿te gusta?- le dije cariñoso.

-Ooohhh sssiiii. . . . dame mas . .dame mas . . me vuelves looocaaa- ella apretaba sus manos y su vagina se escurría hasta que gotas cristalinas caían de su panocha mojando los cojines del sofá mientras mi lengua le lamía y le lamía desde la vagina hasta el culo. Casi se desmayaba cuando mi lengua le rozaba el rico hoyo. De vez en cuando le daba nalgadas despertando el lado pasional de su sexo salvaje.

-Oooohhh . ..ssiii.. que ricooo- me decía con su voz caliente de sexo cuando golpeaba sus nalgas. Eso la excitaba más todavía y a mí me ponía la verga más dura que un tronco. Ella meneaba sus nalgas de una forma tan sensual restregándomelas en los cachetes y yo le besaba golosamente sus divinas redondeces. Su cuerpo era verdaderamente hermoso. La chica estaba totalmente al ritmo de mi juego erótico, entendiéndonos ambos en ese hermoso lenguaje del sexo. Mi verga estaba super caliente de tener esa hembra escurriéndose en sus propios jugos, provocándole eróticas sensaciones.

Entonces ella se giró un poco para alcanzar mi brazo y me jaló fuertemente tumbándome para caer sentado en el sofá. Cuando caí mi pene quedó a la distancia de su cara y comprendí lo que ella quería. Sus ojos se clavaron con lascivia en mi carnoso tronco y sus delicadas manos se apoyaron en mi vientre. Ella se empinó completamente al lado izquierdo de mí sobre el sofá Y sentí sus carnosos y sensuales labios besándome la punta del pene.

-Quiero ver qué es lo que me voy a comer- me dijo de una forma pícara y sensual.

Mi verga estaba firme y parada apuntando hacia arriba. Lista para lo que la bella doctora dispusiera. Y con su lengua comenzó a lamerme el miembro desde la raíz hasta la punta, pero sin tocarlo con sus manos. Sus manos seguían sobre mi vientre acariciándome. Era una prueba de que ella también deseaba complacerme y satisfacerme.

-¡Aahh qué linda verga tienes!- me dijo, y sin decir más sus labios se prendieron de la cabeza de mi verga chupándola y jugueteándole la lengua. Una sensación deliciosa recorrió mi ser desde la punta de mi pene.

-Oooohhh . . .- gemí sin poder disimular la rica sensación de sus labios chupándome el pene.

A ella le gustó saber que yo estaba disfrutando lo que me hacía porque le impuso más cariño a su faena. Su boca se abrió para recibir mi verga y ésta se hundió todita en su boca. Y comenzó a mamarme con una delicia indescriptible. Se veía golosa disfrutando mi carnosa verga hundiéndose una y otra vez en su boca. Ella se hundía mi verga hasta que topaba en su garganta. Lugo con su mano derecha agarró mi pene desde la raíz y siguió prendida de él mamándome con verdadera pasión. Con su manita izquierda me cogía los huevos acariciándomelos. Su rostro estaba lleno de lujuria viendo mi verga hundirse en su boca.

Mamaba y mamaba succionándome la punta de la verga como si quisiera arrancármela de una chupada.

-¡Qué rica verga!- me decía.

Con mi mano izquierda alcancé sus nalgas y mis dedos buscaron su delicioso culito. Y mientras ella se servía a lo grande deleitándose en mi tronco yo le piqueteaba el culo haciéndola gemir con esa voz transformada por el deseo

-Mmmgghhhff . . . mmmffgghhgg- se escuchaban los gemidos ahogados de sus labios pues su boquita estaba ocupada con mi verga. Y semejantes mamadas me la ponían mas dura que un fierro. Esa chica me había puesto la verga tan caliente que yo ya estaba deseando seguir cogiéndomela a como diera lugar. Y oh . . delicia, su lengua bajó hasta mis huevos para darme unas ricas lamidas que nunca olvidaré.

Aún su vagina estaba húmeda y caliente, deseosa, ansiosa de mas verga.

-No aguanto más- me dijo, . . -dame más de esa rica verga- agregó.

Se abrió de piernas y se trepó de frente sobre mí. Y se subió un poco mas su vestido para treparse sobre mi pene. Sentí su rica panocha en la punta de mi verga y ella sin poder resistir más se dejó caer suavemente ensartándose mi carnoso tronco hasta el fondo.

-Aaaaaaahhhhmmmm . . . qué rrriiicccaaaaa- suspiró Rosa al sentir mi tranca penetrándola hasta el fondo, sintiendo cómo su rica y lubricada vagina se abría recibiendo mi ardiente miembro gustosa. Y comenzó a mover sus caderas frenéticamente restregándose mi miembro dentro de ella excitada. Los jugos de su hinchada vagina se escurrieron hasta mojar mis huevos en cada meneo de sus caderas. Cada vez se meneaba más rico y más rápido y gritando.

-Aaahhgg . . .aaahhgg . . .aahhg- gemía mi dulce doctora con mi verga dentro de su cuerpo. Hasta que perdió el ritmo del meneo frenético de sus caderas y sus agitados gritos fueron acompañados de ricos sentones sobre mi tronco. Mis manos agarraban sus nalgas acompañándolas en el erótico furor de sentir mi verga ensartándola toda.

Lo único que yo hacía era poner el palo firme y ella misma se propinaba recias ensartadas dejándose caer a sentones sobre mi dura verga. Una tras otra sus nalgas caían rebotando sobre mí hundiéndole mi verga hasta el tronco. Clap . . clap . . clap . . . se escuchaban sus nalgas rebotando en cada sentón. Las ensartadas eran una tras otra dejándose caer sobre mi verga ensartándosela toda. Sus perfectas tetas subían y bajaban felices ante mis ojos y mi boca trataba de alcanzarlas en su camino. Sus hermosos ojos me miraban y yo sentía el cielo en esa mirada. Era un deleite tenerla tan cerca de mí después de tanto tiempo deseándola. Estaba sentada sobre mí , sobre mi dura verga, disfrutándonos mutuamente, frente a frente. Y sus labios y los míos se unieron en un apasionado beso, disfrutando de ella me sentía agradecido por la vida de tenerla en mis brazos, amándola, haciéndola sentir un sinfín de emociones. Ella me besaba apasionadamente entregándose toda en ese beso. Su vagina se lubricaba enormemente al besarnos.

-¡Te ammmoo . . . te amo como nunca pensé que podía amarte!- me dijo casi con lágrimas en los ojos y con su sexo lubricado de pasión.

-Yo también te amo- le dije emocionado -siempre te he amado y lo sabes bien- le agregué. Y mi verga se lo estaba demostrando, sentía que mis huevos hervían de lujuria ansiosos de descargarse en esa rica hembra. Y Rosa comenzó a moverse con más ritmo, hundiéndose mi verga en su panocha como si quisiera quedársela dentro, cogiéndome como una hembra en celo, ensartándose una y otra vez sobre de mí con toda la pasión que desbordaba su cuerpo.

Y de pronto sentí unas ricas contracciones desde su vulva, su vagina se estremecía toda y mi verga la estaba sintiendo. Eso me excitó enormemente, mis huevos se prepararon para una apasionada descarga.

-¡Dame tu leche papiiiii . . . dááámelaaaa yaaa . . .- gritó Rosa completamente excitada mientras me besaba apasionadamente.

Su voz fue como una orden que mi verga no hizo esperar, una ola de placer nació desde mis huevos hasta la punta de mi verga haciendo que un chorro de caliente semen saliera disparado a la vagina de Rosa. MI exquisita doctora lo sintió en el fondo y un grito apasionado salió de sus labios.

-Aaaayyy . . aaayyy . . .aaayyyy . . . – gritó mi chica cerrando sus ojitos mientras toda una placentera sensación orgásmica la recorrió por todo su cuerpo abrazándome con fuerza.

-¡Oooohhhggg . . .mmmhhh . . .oooooohhhhhhhh . . .- gemía yo mientras un chorro de leche tras otro salían disparados hacia la vagina de Rosa llenándola toda con mi caliente semen.

-¡Assii papito . . .assiii . . dámela toda . . dámela todaaaaa!- me decía mi linda chica entre contracciones orgásmicas de su perfecto vientre. Toda ella se estaba viniendo a chorros, su jugosa vagina se vaciaba toda derramándose sobre mí mojándome las piernas, los huevos, y hasta escurría parte del sofá. Su venida era tremendamente orgásmica. Llenándola toda de mí, y ella haciéndome el hombre más feliz del mundo.

Nuestros jugos se mezclaban eróticamente como una muestra de esa apasionada entrega. Ella no paraba de moverse y mi caliente verga seguía derramándose dentro de ella. Su rica vagina me exprimía sacándome toda la leche posible

Pero aún quedaba mucha pasión en nuestros cuerpos. Se quitó de encima de mí destrabándose de mi pene. Y se arrodilló frente a mí para saborear con su lengua mi jugosa verga que había quedado totalmente mojada en nuestros jugos. Yo seguí sentado en el sofá viendo cómo ella acercó su lengua a mi pene dándole unos ricos lengüetazos. Lamía y lamía mi pene como si fuera una chiquilla saboreando su rico chocolate.

-¡Mmmmhh , . . qué rico es el sabor del sexo- dijo la doctora mientras seguía lamiendo mi verga con golosa actitud.

En cada lengüeteada hacía estremecer mi cuerpo y pene respondía manteniéndose firme ante deliciosa caricia.

-¿Sabes? . . . siempre quise conocer el sabor de mi panocha así, mojada, el sabor de mi orgasmo- me dijo.

-Por mí encantado-, le dije �es mas, me excita mucho ver cómo lo saboreas con tanto gusto,- agregué emocionado.

-¿de verdad?, me dijo cariñosa �qué lindo eres amor, . . te mereces un premio por eso- y sin decir nada más se metió mi verga en su boca hasta el fondo succionándola con una vehemencia que casi me desmaya de gusto. Mi verga estaba recibiendo la mejor de las mamadas, y tomé su carita acariciándola mientras ella seguía y seguía regalándome golosas chupadas con su maravillosa boquita.

-Ooohh . . mmmhh . . . assii . . . asssiii . . qué rico me mamas amoooorr . . qué ricoooo- le decía yo con mi voz excitada.

MI pene entraba y salía de su boca dejándomelo limpio, hasta la última gota de todo el jugo de nuestros orgasmos fue succionado por la golosa doctora. Y semejante tratamiento obviamente tenía el efecto esperado, mi pene se puso tan duro con las deliciosas mamadas que recibía, que mis huevos reaccionaron sintiendo en ellos cómo se acumulaba nuevamente una cantidad de leche lista para descargarse otra vez. Sus manos tomaron mi pene desde la raíz y su lengua bajaba hasta mis testículos lamiéndomelos. Sentí los ricos lengüetazos desde mis testículos hasta la cabeza de mi pene y su lengua se detuvo en la punta de mi verga para lamer las gotitas de un líquido cristalino y viscosito que me brotaba. Eso indicaba que mi verga estaba lista para descargar más leche. Y creo que Rosa era lo que deseaba provocarme en ese instante pues mientras me daba suculentas mamadas sus ojos sensuales me miraban fijamente. Mi verga ya no podía soportar tanta dulzura y la leche comenzó a acumularse amenazando con brotar a chorros otra vez.

-Dame tu leche papi i i. . dámela en mi boca- mi segunda fantasía erótica era precisamente eso que Rosa me estaba pidiendo. Por un momento no lo podía creer, ante mis ojos estaba la oportunidad que siempre había querido experimentar y qué mejor que con alguien que amaba con toda mi pasión. La cabeza de mi verga se hinchó más al escuchar su voz.

Todo mi cuerpo se preparó para obedecerla, en mis testículos ya hervía un calorcillo que subía poco a poco por todo mi pene y la boquita sensual de mi doctora lo sintió.

-Mmmmhhhgg . . .ya viene papi . .ya viene . . dámela toda, dámelaaaammmhgg . � gemía mi exquisita doctora sin sacarse mi verga de su boca.

Unas pulsaciones recorrieron mi pene hasta la punta y . . . -ooohhhh . . .- la descarga de leche brotó como la erupción de un volcán. Todo mi cuerpo se tensó cuando un chorro de caliente semen salió disparado y entró a la golosa boquita de Rosa.

-Mmmmmggghh. .- gimió ella sintiéndolo estrellarse en su garganta, y después otro, y otro más. La sensación de estar con sus labios abrazando mi verga era increíble y era imposible contener tanta pasión, así que uno tras otro mis chorros de semen salían disparados a su boquita y ella me los recibía tragándoselos gustosa. La descarga era tanta que mi semen se escurría por los bordes de los labios de la golosa doctora, pero ávidamente succionaba y lamía mi pene exprimiéndome más y más leche.

Indudablemente que sentir mi leche en su boca la excitaba, o alguna fantasía erótica se veía reflejada en tan cachonda proeza, pero a mí no me importaba, lo que me importaba era que ella no dejara de mamar como me lo estaba haciendo.

Mamada tras mamada la sensual doctora devoraba mi caliente semen chupándolo y exprimiéndome la verga. Quería tragarse hasta la última gota de mi ardiente leche que brotaba y brotaba sin parar.

-Aaasssiii papi . . . asiii . . dame toda esa leche chiquito . . dámelaaa- me decía ella entre lamida y chupada. Mi verga entraba toda desapareciendo en su boca y salía brillante de las ricas mamadas que me daba. Especialmente en el capuchón de mi pene que lo dejaba rojo de los chupones que ella se saboreaba. Yo no sé cómo hacía Rosa para sacarme tanta leche, pero su boca estaba llena de mi líquido lechoso y lo más maravilloso y que me llevaba mi fantasía al límite era ver que todo lo que yo le enviaba se lo tragaba sin miramientos. Y tal parece que quería más.

¡Qué locura!, eso era más de lo que mi mente se había imaginado, su actitud me calentó a tal extremo que mi verga siguió dura y firme y en mi mente lo único que pensaba era en meterle mi caliente pene nuevamente a mi linda chica.

Ella terminó de mamarme la verga dejándomela limpia y reluciente, con el capuchón brilloso de tanta mamada. Y ya que mi verga quedó libre una idea cruzó por mi mente.

Me puse de pie y cargué a la preciosa petit, ella se colgó de mi cuello y me abrazó con sus piernas abiertas alrededor de mí cintura y la cargué metiendo mis brazos bajos sus piernas para tenerla con su hermoso par de las nalgas al aire, y juntando su panocha contra mi verga mi miembro entró en ella reconociendo el camino.

Mis vigorosos brazos la balanceaban subiéndola y bajándola sobre mi duro miembro ensartándola y haciéndola gritar de deseo.

-Aaaggghh- gimió ella al sentir mi verga penetrándola. Tenía a la deliciosa doctora en el aire dándole tremendas ensartadas en su panocha. Al ritmo de mi deseo la balanceaba en el aire dejándola caer sobre mi dura tranca y ella gemía recibiendo gozosa mi verga loca de placer sin soltarse de mi cuello.

Sus gritos resonaban en el consultorio, la doctora estaba feliz de ser ensartada en el aire. Se veía hermosa tenerla cargada en mis brazos y arremetiendo su rica panochita. Así en mis brazos y ensartada tras ensartada caminé con ella y la llevé enseguida al cuarto de consultas donde tenía una camilla para los pacientes. Le recosté solo la espalda en forma de T, de tal manera que su espalda quedó atravesada en la camilla, sus nalgas en el aire, y sus piernas eran sostenidas por mis vigorosos brazos. La altura de la camilla era perfecta, y así sin destrabarnos seguí arremetiendo contra su vagina. Ella se agarró firmemente de la orilla de camilla mientras yo la sostenía de sus piernas para meterle la verga una y otra vez haciéndola gritar. De hecho sus piernas ya estaban descansando sobre mis hombros mientras mi cadera empujaba y empujaba para pistonear la rica panochita de la doctora. MI dura verga entraba y salía de su mojado sexo mientras ella gritaba como una loca.

-Aaagghh . ..siii . .assii papiii . .. asiiii . . cógeme duro . . .cógeme duro con esa vergaaaaa . . .. aaaggghhh-.

Recostada en la camilla podía ver cómo sus pechos se sacudían en cada arremetida de tranca.

-Ay .ay .ay .. ay . .ay ah . ah . .ah . .agh . .agh . � gritaba gimoteando en cada sacudida al meterle la verga. Y en cada profunda metida mis testículos le golpeaban el culo provocándole un rico cosquilleo.

-¡Aaahhhgg . . de haber sabido que me cogerías así yo misma me hubiera trepado sobre tu verga desde hace mucho tiempooo . . � me dijo ella disfrutando cada movimiento.

-No pares . . no pares- gemía extasiada, la chica estaba a punto de un segundo orgasmo. Mi verga la estaba matando de placer, y yo ya no podía contenerme más. Entonces me incliné un poco sobre ella, y ella abrió más sus piernas como una mariposa. Sus piernas abiertas de para en par me dejaron todo el espacio para dejarle caer toda mi dura tranca hasta el fondo de su vagina. Mis nueve pulgadas de carnosa verga la estaban matando de placer hasta topar sexo con sexo. Sus manos rasguñaban mi espalda de desesperación, todo su sexo estaba completamente mojado y mi verga entraba y salía arrancándole placenteros y dolorosos gemidos. Mis caderas aumentaron de ritmo, cada vez más, con más fuerza, con más profundidad. Mi cuerpo era una locomotora desbocada y sin poder detenerla arremetía vigorosamente contra su caliente panocha, hasta que por fin . . . un grito salió desde su alma . . . �aaahhhhggggggghhh- . . . la doctora se estaba viniendo de nuevo, sus jugos saltaban desde su panocha salpicándolo todo en cada arremetida. Su agitada respiración se confundía con la mía. Su panocha recibía una y otra vez el duro tronco en sus entrañas y todos sus jugos se derramaban brotando a chorros de su vagina. Sin parar de cogerla me prendí sobre ella mamándole un pecho mientras un chorro de semen salió disparado a su vagina, y otro, y otro más.

-Ooooohhhhgggg- . . .un gemido ahogado de mi voz se mezcló con sus gritos eróticos al venirme. Y entre más bombeaba mas jugo brotaba de su ardiente vagina, hasta que por fín fue aflojando sus fuerzas. Su orgasmo había sido tan intenso que quedó totalmente agotada y jadeante . . .pero bien cogida. Y así permanecimos un poco más, hasta que todo se normalizó en nuestros cuerpos, la llené de besos y ella no dejaba de besarme agradecida del rico orgasmo que la había hecho sentir. Todo su ser había vibrado en mis brazos y yo también con ella, y eso era un hermoso regalo para ambos. No sé cuanto tiempo permanecimos juntos sobre la camilla, pero fue el tiempo suficiente para decirnos a besos que a partir de ese momento nuestra vida sexual se escribiría con el calor de nuestros cuerpos.

Con mi pene aún erecto, saqué mi pene de dentro de ella. La cargué y la deposité suavemente sobre la alfombra de su consultorio. Mi pene goteaba triunfante y mis piernas temblaban. Busqué mi pantalón que había quedado en la salita de la entrada. Me vestí, ella se acomodó su ropa y salimos juntos de ahí. Se abrazaba de mí en todo el camino.

-No puedo creer lo intenso que fuimos- me dijo ella, -creí que nunca volvería a gozar como lo hicimos- agregó dándome un beso. Cuando la dejé en su casa quedamos de vernos al día siguiente, pero su trabajo se lo impedía así que le envié unas flores y nos vimos hasta el fin de semana.


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3 respuestas

  1. sexonavegante

    espero les haya gustado la ultima parte de este Relato, me gustaria saber su opinion . . .

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