julio 14, 2012

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La Consulta (PARTE 2)

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PARTE 2

Un rico y excitante gemido salió de su boca diciendo �aaaahhh- mi lengua jugueteaba hurgándole dentro de su vagina haciendo que Rosa se mojara intensamente. Mis lengüetazos eran cada vez más intensos hasta que toda mi boca estaba prendida en su panocha mamándosela y mis manos le nalgueaban sus glúteos de vez en cuando excitándola mas pero sin parar de mamarla.

-¡Aaaahhh . . . qué rico me haceeesss!- gritaba Rosa. Hacía apenas unos momentos me había pedido que parara y ahora me gritaba lo contrario llena de placer.

-¡Oooohhgg . . . no pareeess . . . cómeme asiii . . . cómemeee!-me gritaba la Doctora excitada de lujuria y con su vagina hinchada de ganas. Mientras mi boca golosamente seguía prendida de su sexo hábilmente me las ingenié para quitarme el pantalón sin dejar de mamarle su rica vagina que ahora estaba mojada y escurriendo un liquido cristalino. Me excitaba sentir en mi boca cómo su sexo se mojaba cada vez que la mamaba y lengüeteaba ávidamente Yo no paraba de acariciarle sus nalgas, su cintura, y de vez en cuando alargaba mis brazos hasta alcanzar sus pechos que colgaban al aire eróticamente y acariciarlos disfrutando de ellos. Algunas veces apartaba mi boca de su sexo para darle besos en las nalgas. Y cuando besaba su cintura un rico cosquilleo recorría su cuerpo. Mi boca estaba bañada en ese cristalino líquido que salía de su sexo al mamarla y me escurría hasta la barbilla.

Ya mi pantalón había quedado tirado a un lado del pequeño sofá, o no sé dónde. En realidad me importaba un comino, lo que verdaderamente importaba era tener a Rosa ahí empinada frente a mí, sobre el sofá y dispuesta a hacer con esa hermosa �petit� lo que siempre había anhelado en sueños. Tan solo de ver su hermosa figura excitada y empinada sobre el sofá me había puesto el pene durísimo como un riel. Era mucho tiempo deseándola cada día, imaginándola rendida a mis caricias y ahora por fín estaba ahí, con su vagina escurriendo de deseo sintiendo cómo la devoraba chupada tras chupada.

-¡Aaaahhhhaa! . . . ya no aguanto maaasss . . . que ricccooo- gritó Rosa cuando sintió mis dedos pasar por sus labios vaginales y entrar en su vagina. Mis dedos le entraban y salían una y otra vez frotándole dentro de ella y lengüeteándola al mismo tiempo haciéndola escurrirse. Cada vez que mis dedos salían de ella estaban empapados en ese líquido cristalino. Era el momento donde no había marcha atrás. Su vagina estaba lista para ser penetrada sin resistencia. Casi lo pedía a gritos Por fin mi verga había sido liberada como una fiera salvaje en busca de una presa para devorar. Me puse de pie detrás de ella con mi pene duro y erguido. Le arrimé la cabeza de mi falo rozándole su vagina y disfrutando la humedad de su sexo, y al sentirme de inmediato me dijo suplicante, -¡méteme esa verga yaaa . . . quiero sentirla dentro de miii!- , no sé si su voz se escuchaba con una mezcla entre súplica y desesperación, pero lo cierto es que yo sentí su vagina ya hinchada y deseosa de ser poseída. El perfume de su cuerpo no me dejaba pensar en otra cosa mas que en hacerla mía.

La cabeza de mi pene se hinchó más al escuchar su excitada voz suplicando por penetrarla.

-Aaasssiiiiii . . .ooohhhhggg . . . gimió mi dulce y sensual Doctora cuando le empujé mi pene para que entrara suavemente, haciéndola disfrutar con una tierna penetración.

-Mmmmhhh . . . qué ricaaa- gemía Rosa sintiéndome penetrarla. Nueve pulgadas de placer entraron en ella llenándola de satisfacción.

La verdad es que yo también disfrutaba de Rosa con la misma intensidad. Las paredes de su vagina se abrían al paso de mi pene y una deliciosa sensación recorría mi cuerpo al sentir la vagina de la Doctora abrazándome el duro palo. Su rica cosita estaba totalmente lubricada así que sin dificultad Rosa sentía mi carnosa tranca deslizarse dentro de ella.

Tomándola de su exquisita cintura empujé suave y hasta el fondo, toda mi verga se deslizó dentro de ella hasta que mis testículos toparon en su concha. Con la verga metida hasta adentro de Rosa me incliné sobre la tersa piel de su espalda, y mis manos la recorrieron hasta abrazarla y acariciar sus pechos. Mis manos sobaban sus senos acariciándola mientras mi verga estaba completamente metida en su vagina. Y comencé a moverme cadenciosamente, suave y en forma circular, meneándole mi verga dentro de ella, y acariciando sus pechos.

-Mmmhhh . . . aahahh. . . que rica está tu vergaaa- me decía Rosa disfrutando cada pulgada de mi pene meneándose dentro de su sexo. Era como un masaje interno a su caliente vagina.

-Ésta es la segunda parte del masaje, ¿te gusta?- le pregunté,

-Me encanta- me dijo �me encanta cómo me haceess- su voz era como un gemido. Se escuchaba excitada, con su panocha caliente de sentir mi verga cogiéndola. Era una posición eróticamente agradable tener todo mi cuerpo sobre ella, cogiéndola empinada. Mi verga entraba y salía suavemente de su vagina haciéndole sentir la dureza de mi miembro abriéndose paso. Estimulándola, preparándola poco a poco para llevarla hasta el clímax.

-Ooohh . . . ooohhh . . . que rico . . que ricooo- gritaba excitada en cada movimiento mío pero ahora se notaba en su voz un poco más de ansiedad.

Algo tenía su voz que me excitaba al escucharla gemir así, y entre más lo hacía mas vigorosos eran mis movimientos. Yo metía y sacaba mi tranca de su panocha cada vez con mas fuerza. En cada penetrada el capuchón hinchado de mi falo le provocaba sensaciones increíbles que la estremecían de pies a cabeza. Y entonces sentí como una suave caricia en mis testículos. Era la sensual Doctora buscando mis pelotas, acariciándomelas, con su manita jugando con ellas.

Sentí como una corriente subir desde mis huevos hasta la punta de mi pene. Las mágicas manos de Rosa acariciándome los huevos me provocaban olas de placer poniéndome la verga tan caliente. Todo mi ser era para ella en ese instante. En la puerta del frigo bar se reflejaba la empinada silueta de ella, y mi silueta sobre su cuerpo abrazándola y agarrándola de los pechos meneando mi cadera y metiéndole la verga como un pistón. Era la viva imagen de un macho montándose a su hembra.

Ella no paraba de gemir, se le escuchaba que gozaba intensamente en cada ensartada y yo seguía metiéndole mi carnosa verga tan profundamente como me era posible. Entonces me enderecé un poco despegándome de su espalda y así completamente de pie como estaba, pero sin sacarle mi verga. Y es que sus gemidos me excitaban al máximo y esa chica necesitaba sentir todo el ímpetu de mi pasión. Pasión que hacía mucho tiempo había querido demostrarle, y éste era precisamente el momento justo para hacerlo.

Solté sus pechos y la tomé firmemente de sus caderas de modo que ella no pudiera escapar de mis calientes embestidas y le dije �vas a sentir mi verga como nunca has sentido una tremenda cogida- y al decirle esto creo que la excitó porque sentí su panocha mas jugosa de lo que ya estaba.

-Cógeme como tú quieras- me dijo �cógeme yaaa por favooorr-.

Con mis manos firmemente agarrado a sus caderas aceleré el ritmo de mis movimientos, las estocadas eran firmes y profundas, ella disfrutaba mi dura y maciza tranca que entraba y salía sin misericordia de su delicada panochita. Mis manos la jalaban hacia mí firmemente de sus caderas de tal modo que mi verga le entraba hasta que sus nalgas se estrellaban en mi cuerpo.

¡Qué par de nalgas!, perfectamente redondas y rebotando en cada arremetida. Mi exquisita Doctora se veía divina empinada recibiendo mi verga hasta el fondo.

-Aaasssiii . . . méteme duro esa vergaaa . .métela duuuurooo- me decía con una voz transformada por la excitación. Mi propósito había sido volverla loca de pasión, excitarla a un punto donde me suplicara cogérmela, y lo estaba logrando. Su jugosa vagina recibía lo que su boca me pedía a gritos. Cogida tras cogida mi carnosa tranca se hundía en su preciosa panochita.

-¡Ooohh . . siii . . toma . . mi amor . .. toma mi verga!- le decía yo bramando como un toro desbocado.

-¿Te gusta? . . . ¿te gusta asi?- le pregunté mientras mi pene no paraba de moverse entrando y saliendo de la rica hembra que tenía en mis brazos. Su cuerpo se cimbraba de placer y ella apretaba con sus manitas los cojines del sofá resistiendo con gusto el ardiente falo que la penetraba.

�Cógeme papi . . .cógeme bien duro . .-, gritaba Rosa con la voz caliente por la pasión -méteme esa pinga hasta adentrooo -.

Rosa estaba totalmente transformada, mi verga y mis caricias la estaban convirtiendo en una loba apasionada y deseosa de sexo. La recatada Doctora estaba ahora a mi merced y recibiendo las duras estocadas de mi miembro. Mi vientre se estrellaba en sus nalgas haciéndolas rebotar lujuriosas en cada metida.

-Oooohhh . .. assii . . . que ricaaa- gritaba mi dulce Doctora al sentir mi caliente verga.

Una y otra vez yo empujaba hasta el fondo ensartándole mi miembro y la Doctora más se empinaba empujando sus nalgas hacia mí para sentir mi verga hasta el fondo. Las rudas estocadas que le estaba dando la sacudían salvajemente haciendo que ella se agarrara con fuerza del pequeño sofá. Su rostro descansaba sobre al respaldo del sofá y yo le arremetía con fuerza ensartándole mi verga una y otra vez provocándole apasionados gemidos.

-Oooohhhgg . . . que verga tan duraaaa . . . aaasssiii – gritaba

-quee rico papiii . . . que ricooo . . .me vuelves loca . . . oooohhgg- mi tranca entraba y salía de su panocha haciéndola gritar de pasión y en cada metida sentía cómo se lubricaba deliciosamente. Tal como la había imaginado, ella era en ese instante realmente como la había deseado en mis eróticas fantasías.

Mis huevos rebotaban y rebotaban en su clítoris provocándole corrientes de placer que hacían estremecer su vientre.

-aassii papi . . . assii .. . golpéame con esos huevos-, me gritaba, y toda ella se contorsionaba excitada. Yo no la soltaba de sus caderas sino al contrario, me afianzaba más fuertemente para arremeter con pasión sobre su panocha ensartándola cogida tras cogida.

-Aahhh .. . ooohhh . . . méteme toda esa verga. . . mételaaa � la voz de Rosa era suplicante, exigiendo ser cogida al máximo -aaassii papiii . . . mátameee de placer aassiii � mi verga se hinchaba más al escucharla respondiendo a cumplir la orden que la bella chica le exigía.

-cógeme toda mi amor . . .cógeme aaasssiii . . . no pares . . no pares . . La verga entraba y salía de la vagina de Rosa sin parar. Mis piernas apoyadas firmemente en el piso me servían para impulsarme con fuerza sobre las nalgas de la Doctora y mis huevos arremetían campaneando golpeándole el clítoris.

Sus bellos ojos estaban medio cerrados, concentrada para no perder ni un detalle de esa rica sensación. Sus gritos quizá se escuchaban en todo el edificio del consultorio, pero eso estoy seguro que no le importaba por el momento. Lo que ella quería era sentir esa verga arremetiendo vigorosamente contra su panocha. Sacudiéndola de placer, llenándola de caricias.

-Cógeme por favor . . assi . . aaahhh . . gritaba desesperada. -Aaayyyy . . .así no pares . .asíí´. . asíí´. . aaahhh que rico- su voz era una mezcla de suspiros y gemidos. En cada cogida su cuerpo se estremecía de gozo.

-Toma mi verga . . tómala . . le dije golpeándole las nalgas y metiéndole mi verga hasta el fondo sin piedad. La verdad es que era un deleite sentir a la antojable Doctora haciéndole el amor con tan intensa pasión. Una pasión contenida por tanto tiempo ahora se volvía una deliciosa realidad.

-Asíí´ . . .asííí´. . oohhh . . qué ricooo . .- gritaba mi rica doctora pidiéndome verga y más verga.

-Ohh Dios mío que riccooo . . gritaba entre gemidos.

-Asíí´..asíí´. . toda . .todaaa . . papi i i . . todaaa.- me exigía con su voz enronquecida por el deseo.

-Dame más . .oohh . .asi papi . . mmhh . .mmhh . .dame mas . .dame maaasss . .-

-ooohhh qué rico . . .ssii, . . dame , dame, dameee . . siii. . cógeme con esa vergota papi i i i . . �, sus gritos resonaban en todo el consultorio, afortunadamente nadie estaba cerca para escucharnos.

-aaahhggg . . .cógeme toda papi . .cógeme todaaa . . .oohhhgg . . méteme toda esa verga tuyaaaa . . .. asssiiii papiii- Rosa estaba recibiendo la mejor cogida que haya tenido jamás, su panocha caliente me lo estaba demostrando mojándose toda con mi verga dentro de ella.

Después el tono de su voz se hizo mas suave dándole ese toque sensual que me volvía loco de deseo.

-asi . . papi . .cógeme . .cógeme . .- me decía �cógeme mi panocha, cógela papi . . mmmhh-

Mi verga entraba y salía de su vagina como un pistón, dándole la cogida que estaba pidiendo. Mi tranca dura entraba hasta lo más profundo de su ser haciéndola gozar como nunca. Haciéndola pedir más y más cada vez con esa vocecita rica y cachonda.

-Aah . . aah . .aahh . .aahh . .aahh . . aahhyy . . aahhyy . � gemía ella cada vez que sentía mi pene entrar y salir de su apretadita vagina.

CONTINUA EN LA PARTE 3


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2 respuestas

  1. nindery

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