Por motivos económicos mi familia montó una posada en un pueblito costero, donde fuí iniciada sexualmente por un negro maravilloso.

Todo empezó al mudarnos allí, el sitio era idílico, la playa preciosa, pero luego de unos días era terriblemente aburrido. Todos en el pueblo eran gente de color, con muy poca cultura. Como única diversión tenía ir a la playa cada tarde de 4 a 6 pm, excepto los fines de semana en que había gente en la posada. como soy muy rubia no me expongo al Sol fuerte. Una semana después de estar allí se me acercó un hombre negro de unos 35 años. Era un pescador muy alto y fuerte, al verlo me sentí atraida por el. Era muy simpático y me hacía reír con facilidad. Al tercer día de vernos me invitó a ver el atardecer. Fuímos a una colinita. Hacía brisa y me dió frío y el me abrigó con su cuerpo. Sentí su sexo erecto en mi espalda y me excité mucho. Al ponerse el Sol me giró hacia el y me besó en los labios. Nunca antes había besado a un hombre de esa manera, era delicioso y el se dió cuenta que no tenía experiencia. Me dijo: Nunca creí que fueras virgen. Lo miré sorprendida y el volvió a besarme, pero esta vez besó mi boca, mi rostro, mi cuello, mis hombros. Yo estaba muy excitada y asustada, entonces volvió a girarme y besandome el cuello por detrás, empezó a acariciar y tocar mi cuerpo. Sentí sus dedos pasando debajo de mi bikini y acariciar mi pubis. Al tocar mi rajita para estimular mi clítorix me dijo: Mi vida, estás muy mojada, giró mi cara hacia el y besó mi boca, sin dejar de estimularme. Entonces extalló en mis entrañas el primer orgasmo de mi vida, me tomó por sorpresa y no pude ocultarlo. El me apretó y me dijo que me amaba. Al recuperarme me puso frente a el besandome con pasión, esta vez sus besos fueron bajando por mi cuerpo, bajó mi bikini y me dió otro orgasmo increible con su boca. Entonces me dijo. Es tarde, vamos. Me dejó cerca de la posada. El día siguiente volvimos a encontrarnos. Nos besamos y acariciamos toda la tarde, se acostó sobre mi y colocó su sexo entre mis piernas, me estimuló y regaló otros dos orgasmos friccionandose contra mi y me preguntó si deseaba ser su novia. Acepté. Entonces me dijo que depilara muy bien mi pubis, pues quería lamerlo sin preocuparse por los vellitos. Al día siguiente llegué a la playa, no lo vi y me senté a esperar. Después de un rato apareció y se puso frente a mi pidiendome que le mostrara mi rajita. Le dije que fueramos hacia las dunas. Entonces rió y me dijo: No, descubre tu rajita, aparta tu bikini. Pueden vernos contesté, y el dijo: Eres mi novia, quiero verte, además das la espalda al pueblo, nadie podrá verte. Accedí y lo hice. Estaba excitadísima. El miró mi pubis depilado un largo rato y tocó mis labios vaginales. Estaban muy húmedos, entonces me dijo: Muestrame tus pezones, quiero verlos. Los descubrí y el me dijo: Son hermosos, con ellos vas a alimentar a mis hijos, me tomó de la mano y me llevó hacia las dunas, donde me desnudó completamente. Al el desnudarse vi por primera vez su pene. Era enorme y grueso. Sentí miedo y deseo. Me acostó sobre mi toalla y abrió mis piernas, vi como se montaba sobre mi y colocaba su pene en mi vagina, empezó a besarme y poco a poco lo fue introduciendo en mi cuerpo. Vi vagina cedió, sentí un desgarrito y como mi cuerpo era completamente llenado con aquel inmenso pene. Al empezar a cogerme tuve un fuerte orgasmo que se repitió dos veces más antes que el acabara. Esa tarde y noche me montó 5 veces más. Al llegar a la posada el vió que tenía una entrada exterior a mi habitación y me propuso dormir juntos, lo que acepté feliz. Antes de un mes estaba preñada, pero tuve una perdida y aproveché para empezar a tomar anticonceptivos.

Yonni desfloró todo lo que era desflorable en mi cuerpo. Con el aprendí a disfrutar plenamente mi sexualidad. Mis padres no estaban de acuerdo, pero no me molestaron mucho. Empecé a estudiar en la Universidad y dejé el pueblo, pero cada vez fin de semana se que me espera un fin de semana magnífico y muy placentero con mi Yonni. Al terminar la carrera empezarémos a vivir juntos.