septiembre 17, 2025

136 Vistas

septiembre 17, 2025

136 Vistas

El festival de gemidos

0
(0)

Bueno, ¿recordáis a mis vecinos? ¿Los que follan como conejos? Pues decidí que era hora de devolverles el favor. Ya estaba harta de solo escuchar. Era mi turno de dar un espectáculo. Me puse a buscar en Tinder hasta que encontré mi arma: Marcus. Su perfil era una obra maestra de insinuaciones: una foto de sus manos (grandes, fuertes, capaces), un vistazo de un tatuaje que le subía por el torso y una sonrisa que prometía que sabía exactamente cómo usar lo que tenía.

Lo llevé a casa un viernes por la noche. En cuanto traspasamos la puerta, no perdí el tiempo. Lo empujé sobre el sofá, me subí a su regazo y me restregué contra el bulto impresionante y muy sólido de sus vaqueros. Captó el mensaje. Besaba como si estuviera muriéndose de hambre y yo fuera su primera comida en años. Sus manos estaban por todas partes: tirándome del pelo, agarrando mi culo, apretando mis tetas a través de la camiseta.

Lo llevé al dormitorio, justo al lado de la famosa pared medianera. Me aseguré de ser ruidosa. Cuando por fin se bajó los pantalones, joder. Era enorme. Grueso, venoso y simplemente… perfecto. No fingí ni un solo sonido cuando me penetró. Grité. Un sonido crudo y gutural me salió de la garganta mientras me abría, llenándome de una manera que ese estúpido pepino jamás podría.

Tenía un ritmo, una cadencia profunda y contundente que alcanzaba cada punto dentro de mí. Veía las estrellas, le arañaba la espalda, le suplicaba que lo hiciera más fuerte, más rápido, más profundo. Estaba aullando como un maldito animal, y me aseguré de apuntar mi boca directamente hacia la pared. Esta era mi sinfonía ahora, cabrones. Escuchad esto.

Y entonces, silencio en su lado. Por un momento glorioso, pensé que había ganado. Los había callado. Marcus me estaba embistiendo, con el sudor goteando de su frente sobre mi pecho, y yo estaba tan cerca de correrme que podía saborearlo.

Entonces, empezó.

 

No era su follativa frenética de siempre. Era deliberado. Un gemido lento y profundo de ella, largo y prolongado, puro placer. Luego, el gruñido bajo de él en respuesta. La cabecera de la cama golpeó una, dos veces, una declaración de guerra. Habían aceptado mi desafío.

Lo que siguió fue la competición sexual más caliente y alucinante imaginable. Marcus me embestía, haciéndome gritar, y ella respondía con un crescendo de sus propios gemidos. Él gruñía, un sonido primal y posesivo, y mi vecino lo igualaba con un rugido. Nos estábamos alimentando los unos a los otros, dos parejas separadas por una fina pared de cartón-yeso, intentando follarse mejor que el otro. Era guarro. Era animal. Fue el mayor calentón de mi vida.

Yo corrí primero, un orgasmo gritado y tembloroso que me hizo apretarme alrededor de la polla de Marcus. Al oírme, ella soltó un grito triunfante y lastimero un segundo después, seguido por su propio grito gutural. Marcus, espoleado por toda la situación demencial, vino poco después, desplomándose sobre mí con una última embestida profunda.

Los cuatro nos callamos, solo el sonido de la respiración agitada desde ambos apartamentos. Marcus se rió, sin aliento. «¿Qué coño ha sido esto?» Yo solo sonreí.

Ahora, cuando nos vemos en el pasillo, son sonrisas cómplices y cejas arqueadas. Nada de «¿cómo estás?» educados. Solo un reconocimiento silencioso y compartido del secreto guarro y delicioso que todos compartimos. Esa pared ya no es una barrera. Es una invitación.

¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Deja un comentario

También te puede interesar

RING DE FUEGO...: CAPÍTULO 9º PREPARANDO EL GRAN COMBATE

bbmalo

14/01/2018

RING DE FUEGO...: CAPÍTULO 9º PREPARANDO EL GRAN COMBATE

Le tenía ganas pero no se pudo

anonimo

04/05/2023

Le tenía ganas pero no se pudo

Cuernos Consentidos de Fin de Año (H26) (M26) (H26)

anonimo

02/01/2023

Cuernos Consentidos de Fin de Año (H26) (M26) (H26)
Scroll al inicio