A mis treinta y picos años y cerca a los cuarenta mi esposo habia comenzado a llamarme por nombres muy feos. Vivimos en un pueblo muy chico donde todo se sabe y me enteraba que Sergio mi esposo estaba saliendo con una chica entre los veinte. Sergio habia dejado de tocarme por muy arreglada que yo estuviera y me convenci que todos aquellos bellos juegos intimos Sergio lo habia terminado conmigo. En varias ocasiones encontre a la chica en la calle y ésta me miraba de pie a cabeza para reirse de mi de manera sarcastica. Yo trabajo en el correo nacional y un dia un inspector de gobierno me decia lo bonita que lucia agregando decir que mi esposo tenia la mejor de las suertes en haber encontrado una mujer como yo. Recuerdo que Sergio al comienzo de nuestra relacion me hizo andar sin calzon para que nuestra relacion fuese mas picante y haciamos el amor en todos los rincones del pueblo como dos locos. Me acostumbre a ir sin calzon a donde quiera que voy. El inspector comenzo a decirme cosas insinuantes y yo me ponia muy caliente y una vez me decia que fueramos a su cuartito a comer algo a la hora de almuerzo y que no me preocupara por la hora de regreso al trabajo. El inspector habia quedado solo despues de un divorcio y me decia que le gustaba gozar de su nueva solteria. Me hablo de la suerte de mi marido al tener una esposa como yo y despues de pensar le decia la verdad de mi vida matrimonial. El inspector quedo sorprendido y me decia «Entonces no se hace nada de nada» y le conteste que él lo habia dicho todo. «Lo que son las apariencias verdad?» me pregunto el inspector y yo me moria por una insinuacion de parte de él, pero no decia nada. Mi inspector tomo su cellular y llamo a Gonzalo para decir «Gonzalo, voy a tomar libre el resto de la tarde…te veo mañana». Me preocupe por mi y le decia que yo tenia que regresar al trabajo y me preguntaba si me queria quedar con él haciendome compañia. Le conteste que no queria perder horas de trabajo y me contestaba «Eso ya esta arreglado si decide quedarte conmigo por el resto de la tarde». El inspector me pedia que le hiciera un masaje en su espalda y le dije que no habia problemas en eso. El inspector se desnudo de primas a primera sin yo esperarlo y se daba cuenta que yo habia quedado sin palabras y me preguntaba «¿Que?. ¿Nunca antes habias visto a un hombre

desnudo?». No le conteste ni tampoco él sabia que yo estaba sin calzon y ya la sentia bien mojada. El inspector se ponia boca abajo y yo me montaba en su espalda para comenzar el masaje. Vi su ezpresion en su cara que trataba saber que pasaba conmigo y senti una de sus manos que me tocaba la cintura y me preguntaba por mi calzon y le conteste que no andaba nada. El inspector de una vez se ponia boca arriba y sentis su verga muy erecta que casi se me emetia por la raja. Hubo silencio de parte de los dos y yo misma tomaba su verga pata metemerla yo sola. Él se daba cuenta de mi necesidad y me daban tremenda sacudida que me hacian acabar. El inspector se deleito en mi cuerpo y me cogia con todas sus ganas que cogimos toda la tarde. Aqui viene lo raro. Mi esposo unca antes habia ido a buscarme al trabajo y lo hacía preciso cuando el inspector me cogia en su cuartito. Mi esposo segun gentes se ponia muy incomodo y alguien le decia que yo me habia ido con el inspector mio. Bjando las gradas del cuartito del inspector y mi esposo que me mira…el inspector quedaba arriba de su cuarto sin camisa mirando que mi esposo habia ido a buscarme. Yo aun sentia resentida la panocha de la cogida que me habian dado toda la tarde. Mi esposo se ponia muy serio y me preguntaba que hacëa en la casa del inspector de correo. No le di explicacion en ese momento y espere llegar a la casa para contarle la verdad. No crei la reaccion de mi esposo al verlo estallar en llanto y me decia que me queria…senti lastima por él y me confundia su actitud. Le prometi en no volver hacerlo mas con el inspector y mi esposo comenzo a comportarse de lo major, pero ahora la jodida soy yo porque el inspector y aparte que me gusta me sigue dando unas buensa cogidas tanto en el correo como el su pequeño cuarto donde vive. Mi esposo me coje, pero mas me coje el inspector de correos y la felicidad de mi vida la he vuelto a recuperar. Mi esposo lo sabe, pero prrefiere quedarse callado y ha dejado de visitar a sus amigos.