Descubriendo el sexo (capitulos 1 a 3)
INTRODUCCION:
Bueno, empezaré contándoos algo sobre mí y sobre algunos personajes del relato.
Me llamo Aaron, tengo 16 años. Vengo de una familia adinerada y estudio en un colegio normal. Soy bisexual, al igual que la mayoría de chicos de mi clase. Mi padre no suele estar en casa por motivos de trabajo. Está divorciado y no suelo ver a mi madre. Mi hermano vive con su novia en otra ciudad.
Gabriel: Tiene 16 años, es el chico más guapo de la clase y el que más éxito tiene, tanto con chicos como con chicas.
Mandy: Buen cuerpo, muy guapo, el segundo más guapo para ser exacto. 16 años.
Omar: El más alto, físico normal, 16 años, el más gracioso.
Pedro: El más musculado, muy velludo, 16 años.
Carlos: Flaco, alto, 15 años, pelo largo.
Jesús: Rellenito, 15 años, se cree el mejor pero queda en ridículo numerosas veces.
María: es mi asistenta. Tiene 23 años y es la hija de la anterior asistenta. Lleva año y medio con nosotros, o más bien conmigo. Es muy guapa. Tiene buenas tetas, buen culo y además es muy simpática y educada.
CAPITULO 1:
Un día la profesora de Educación Física faltó a clase. El profesor de guardia nos abrió el pabellón para que jugáramos al fútbol. Algunos chicos y todas las chicas prefirieron ir a la biblioteca para estudiar para el examen de mates que teníamos después. Nos quedamos 7, los que solemos formar la pandilla, yo, Gabriel, Mandy, Omar, Pedro, Carlos y Jesús.
Entramos al vestuario para ponernos el chándal, salvo Jesús, Gabriel y Pedro, que ya lo llevaban puesto. A mi lado se sentó Carlos. Se quitó el pantalón y se quedo en calzoncillos. No le marcaban gran paquete, quizás porque no lo tenía. Me quede mirándolo mientras nos cambiábamos de pantalón.
Cambie mi mirada hacia el lado contrario. Ahí estaba Mandy, semidesnudo, sin camisa ni pantalón, en calzoncillos. Él si que tenía un paquetón. Omar se había cambiado en la zona de las duchas, así que no vi nada. Salimos afuera e hicimos los equipos. Yo estaba en el de Gabriel, Pedro y Carlos. Yo y Carlos somos los que peor jugamos y no habíamos marcado ningún gol. Íbamos 4 � 4 y en 5 minutos debíamos irnos a cambiar.
Fue entonces cuando marqué gol y Gabriel y Pedro vinieron corriendo a mí, me abrazaron y dimos saltitos gritando �¡Eh! ¡Eh! ¡Oe!�. En ese momento note el pene de Gabriel pegado a mi muslo. Continuamos el partido y lo ganamos 6 � 4 gracias a un gol de Gabriel.
Entramos todos al vestuario para cambiarnos. Nos quedamos todos sin camiseta. El torso de Pedro estaba recorrido de arriba abajo por una línea de pelos. Además los sobacos estaban repletos de ellos. Gabriel, a su lado, no tenía ni un pelo de cuerpo para abajo, o por lo menos a donde llegaba a ver.
Omar y Mandy salieron en calzoncillos de la zona de las duchas, que no son usadas por nadie. Volví a contemplar el paquete de Mandy y a su lado, el de Omar, que no se quedaba atrás. Se colocaron uno a cada lado de Jesús, quién alardeaba de haber sido el que mejor había jugado por el hecho de meter 3 goles. Entonces Omar le dijo:
– ¿Tu crees que fuiste el mejor?
– Está claro, si el gol que metió Mandy fue de chiripa y tú a portero te metieron 6 goles.
– ¿Y qué? ¿Por qué no te pones tú a portero?
– Sabes que yo soy delantero. Tú juegas a portero desde siempre.
– Pues vas a ver. Una, dos y ¡tres!
Omar y Mandy agarraron cada uno por un lado del pantalón de Jesús, tiraron hacia abajo, dejando al descubierto su pene. Medía unos escasos 2 cm y estaba arrugado. Todos nos reímos de él, despertando uno de sus muchos ataques de furia. Agarró a Omar intentando bajar el suyo mientras alegaba que su tamaño se debía al frío, pero Omar era más fuerte y se opuso, dándole un empujón que chocaría en la pared.
Se marchó sin ponerse la camisa. Nosotros seguíamos riendo. Nos terminamos de vestir y sonó el timbre, así que subimos a clase dispuestos a hacer el examen de matemáticas.
CAPITULO 2:
Subimos a clase. La profesora estaba preparada para el examen. Todos nos sentamos en nuestros sitios. Todos, menos Jesús. Suele ocurrir que cuando queda en ridículo no sube a clase, o por lo menos hasta la mitad, cuando interrumpe para recoger sus cosas alegando que le duele la cabeza y que se va a su casa. Ese día era una tontería porque era última hora.
Acabamos el examen y salimos de clase. Habíamos quedado a las seis en mi casa para ver jugar el Madrid-Barça. Yo vivo con mi padre, aunque no suele estar nunca en casa por sus numerosos viajes de negocios. Soy del Madrid.
Los primeros en llegar fueron Gabriel y Pedro, a menos cuarto. Gabriel traía una camisa de manga corta y un pantalón apretadito, así que se le notaba el pene. Pedro traía una camisa sin mangas, que dejaban ver con claridad sus musculosos brazos y un chándal. Gabriel es del Madrid y Pedro del Barça.
El siguiente fue Carlos, del Barça, a menos cinco. Vestía como siempre, camiseta y bermudas, que no dejaban ver gran cosa. A y diez llegó Omar, del Madrid, vestido igual que Carlos.
Mandy como siempre fue el último, a y veinticinco, solo cinco minutos antes del partido. Es del Barça, y vestía en manga larga y pantalón vaquero.
Vimos el partido, sufriendo los goles en contra y celebrando los a favor. Llegado el descanso, el partido iba 1 � 1, los del Madrid estábamos seguros de que ganaría el Madrid, y los del Barça al revés.
– El gol de Cristiano fue mil veces mejor que el de Messi �dijo Omar-.
– Pero si eso no es nada comparado con el de Messi �dijo Mandy-.
– Si con Pepe cada vez que llega a nuestro campo pierden el balón �dijo Gabriel-.
– Si se hubiera lanzado Casillas hubiera sido un golazo de Villa �dijo Omar-.
– Viendo como está el partido está claro que va a ganar el Madrid �dije yo-.
– ¡Que dices! Tu lo flipas �dijo Carlos-.
– Está claro que vamos a ganar �dijo Mandy-.
– ¡Que os apostáis a que gana el Madrid! �dijo Omar-.
– Lo que quieras, ¡si va a ganar el Barça! �dijo Pedro-.
– Los del equipo que pierda tiene que dar una vuelta la casa desnudos �dijo Omar-.
– ¡Vale! �dijeron Pedro y Mandy a la vez-.
– Venga vale, ¿todos de acuerdo? �dije yo-.
– No se� -dijo Carlos dudoso-.
– Venga tío, si el Barça va a ganar �le dijo Mandy dándole ánimos.
– Vale �dijo al fin-.
– ¡Pero no vale taparse! �dijo Gabriel-.
– Vale �dijimos el resto-.
El partido volvió a empezar, y esta vez la vivimos aún más nerviosos. El primer equipo en marcar fue el Barça, aunque fue igualado por el Madrid. A falta de cinco minutos de partido se produjo el gol definitivo. Gol que hizo que el equipo perdedor se temiera lo peor.
Ganó el Madrid. El equipo perdedor acusaba al árbitro de la derrota. Pero una apuesta es una apuesta.
CAPITULO 3:
Carlos, Pedro y Mandy se quedaron en calzoncillos. Eran las ocho y media pero no hacía mucho frío. Les atamos las manos tras la espalda con cinta aislante. Fuimos a la entrada y salimos al jardín delantero.
Les bajamos los caloncillos y salieron corriendo a dar la vuelta. Corrieron a toda velocidad por todo el jardín, rodeando toda la casa. Pasaron por la zona de la piscina, por los rosales, etc. Llegaron aquí y nos dijeron que les liberásemos, pero les dijimos que lo hicieran ellos mismos.
Mientras intentaban liberarse yo les veía sus penes. El de Mandy era el más grande. Le medía 8 cm y era bastante gordo. El de Pedro medía 7 y era bastante finito. El de Carlos era el más corto, de 4 cm y un grosor intermedio. No podían, así que pude mirarles disimuladamente un buen rato. Además, podría verlo en el futuro, porque las cámaras de seguridad deberían haberlo grabado todo. Omar llevaba todo el rato riéndose. A Gabriel se le notaba el paquete más abultado que de costumbre. Quizás por su pantalón, quizás porque estaba cachondo.
Como no podían y se estaban empezando a enfadar les ayudamos a liberarse. Luego se vistieron y entraron dentro. Les propuse quedarse a dormir, pero solo Gabriel aceptó. El resto de fue y nos quedamos solos.
– ¡Que suerte que gano el Madrid! �dije yo-.
– Suerte no, estaba claro. Y qué risa cuando tuvieron que quedarse desnudos. ¡Ja, ja, ja!
– Sí, qué gracioso.
– ¿Te fijaste en el pene de Mandy? Era grande, ¿no? �esa pregunta me desconcertó, no me la esperaba para nada-.
– Sí �dije dudoso- , es grande. ¿Por qué lo dices?
– Porque tiene un buen pene �todos sabíamos que Gabriel era bisexual, pero no suele hablar de eso, y menos conmigo-.
– Está grabado en las cámaras de seguridad �dije, no sé por qué-.
– ¡Qué guay! ¡Vamos a verlos!
Fuimos a la sala de vigilancia, y puse el video donde salían desnudos. Se notaba que Gabriel estaba cachondo, pero evitaba mirarle para que no se diera cuenta. Vimos el video entero, desde diferentes ángulos. Luego dijo:
– ¿Vamos a la piscina?
– ¿Ahora?
– Sí, ¿por qué no?
– No sé, vamos.
Llegamos a la piscina y nos quedemos en calzoncillos. Me acerqué al borde e introduje un pie para ver la temperatura. De repente, Gabriel me dio un empujón por detrás lanzándome al agua. El se tiró de bomba a mi lado. Estuvimos un rato nadando, chapoteando y hablando de nuestras cosas. Salimos del agua. Su calzoncillo mojado dejaba ver la silueta de su pene.
– ¡Joder! Estoy empapado �dijo Gabriel.
– ¿Tienes una toalla para secarme el calzoncillo?
– Están dentro, ¿voy a buscarla?
– No, no hace falta, me los quito y ya está.
Entonces se bajó los calzoncillos, dejando al descubierto un pene de 7 cm y un grosor medio.
– Quítatelos tú también �me dijo-.
– ¿Para qué?
– No sé, por que sí.
– Vale
Me los quite. Estábamos ambos desnudos, y mi pene se encontraba semierecto. Él se dio cuenta.
2 respuestas
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