Consecuencias
Estaba furioso conmigo, atrás quedaron esos días de amor y sexo en nuestro nido clandestino, le había decepcionado por completo, ya en sus ojos no veía amor, mucho menos deseo hacia mí, sólo ira, hastío… Le había negado su derecho fundamental, conocer a su hijo, y lo que en su momento vi como una acierto para ambas partes, ahora al ver en el hombre centrado que se había convertido comprendí que fue un error negarle ese conocimiento paternal durante estos tres últimos años, me odiaba.
Iván: Vienes ahora como de la nada, a confesarme esto… !Eres una egoísta! Me negaste y se lo negaste a él, decidiste por ambos y ahora ¿que?, ¿Qué se supone que tengo que hacer yo ahora, Ana?
AnaC: Estar a su lado, recuperar el tiempo perdido, obviamente no te voy a pedir que me perdones, porque veo en tus ojos lo irreparable del daño que te he hecho, pero el no tiene la culpa de que yo te haya hecho daño con mi decisión, es que… Jamás pensé que cambiaras tanto, ahora lo tienes todo, todo lo ideal para ser padre…
(Agaché la cabeza vencida, culpable, él impasible me miraba con ojos profundos, descorazonadores, sin contestarme, se acercó a nuestro hijo, y le sonrío, son tan iguales, el parecido es tan obvio, que Iván no tuvo dudas, y contuvo sus lágrimas aunque yo me di cuenta de todo.)
Iván: Hola socio, a partir de ahora siempre me tendrás cuando me necesites, Te quiero.
(Lucio como si le entendiese sonrío, habían encajado a la perfección, a Iván se le dan muy bien los niños por lo que parece, sintiéndome un poco apartada y celosa, celosa porque desearía menos de la mitad de la atención que Iván le estaba regalando a nuestro bebe para ser feliz, derrotada me retiro a la cocina, dejándoles a ambos su espacio, tres años son muchos, y necesitan su tiempo.)
Más tarde…
(Lloro al pensar en lo que pudo haber sido, apoyada en la encimera, preparando una ensalada distraída, sollozo e Iván aparece por mi espalda, yo me sorprendo pero disimulo las lágrimas torpemente, intento cambiar de tema.)
AnaC: ¿Qué tal?
Iván: Se ha quedado dormido, es muy risueño y enérgico, se le ve feliz, has hecho un gran trabajo, felicidades.
(Por un momento sonrío escéptica.)
AnaC: Por lo que se ve contigo no lo hice igual de bien ¿verdad?
(Vuelvo a llorar con esperanzas de derretir su helado corazón en mi presencia.)
Iván: No llores… Nuestros errores están hechos, ya no podemos volver a atrás, ahora hay que intentar ser felices, Ana, él te necesita, eres una gran madre.
(Iván se dispone a marcharse pero yo le retengo sujetándolo del brazo.)
AnaC: Quédate a almorzar, ahora cocino mucho mejor te lo prometo…
(Iván sonríe, hacia mucho tiempo que no veía esa sonrisa tan sincera, tan limpia, tan tremendamente atractiva.)
Iván: Seguro que si Ana, pero tengo que irme, tengo cosas que hacer…
(Ana pierdo la esperanza triste.)
AnaC: ¿Hay otra mujer?
(Iván asiente con la cabeza.)
Iván: No es otra, es mi mujer, mi pareja. Yo también seguí con mi vida Ana…
AnaC: Entiendo… ¿Volveremos a verte?
(Iván sonríe sincero.)
Iván: Ya nada puede separarme de vuestras vidas, estamos unidos para siempre Ana, nos guste o no, estamos unidos por ese niño, ¿puedo volver mañana?
(Lo miro deseosa, sincera.)
AnaC: Esta es tu casa mi amor, él es tu hijo, tú puedes venir aquí cuando quieras, ya tienes mi número, avísame antes para ver si estamos aquí, tanto yo como Lucio.
Iván: Gracias, lo haré. Ya hablaremos de como vamos a tratar este tema del niño, tengo que informarme.
(Sonrío al ver su interés, al ver que quiere ser su padre oficialmente.)
AnaC: No pondré problemas, yo quiero que mi hijo conozca a su padre, y si quieres, que lleve tu apellido.
Iván: Ya lo hablaremos Ana, me marcho ya, hasta luego.
AnaC: Hasta mañana, cuídate.
(Al siguiente día nos reencontramos, el distante, siempre cauto conmigo, no confía en mí, y con razón.)
Iván: En este momento no, pero en cuanto pueda permitírmelo, me gustaría que nos hiciésemos las pruebas de paternidad, se que el parecido es obvio pero necesito una prueba indiscutible.
(Claramente enfadada, tiro el vaso con agua que le había ofrecido al suelo, frenética, furiosa.)
AnaC: Ya veo que «quién sea» te ha envenenado en mi contra, y !no te preocupes!, yo misma correré con los gastos, mañana mismo si quieres, no quiero que dudes de mi honestidad.
(Iván me mira serio.)
Iván: Esto es entre tu y yo, Ana, no hay más nadie detrás, pero yo tengo que rendir cuentas, y es normal que necesite pruebas, pese a estar seguro de que es mi hijo.
AnaC: !Por supuesto que lo es! yo no soy ninguna zorra a las que acostumbrabas ¿eh? pero está bien, me lo merezco supongo, tendrás tu maldita prueba evidente.
Iván: Te lo agradezco, en cuento pueda te lo pagare.
AnaC: No quiero que me pagues nada, lo hago por mi, por mi honor, eso si, yo también quiero algo…
Iván: No estás en condiciones de exigir mucho, Ana, pero… dispara.
(Yo sonrío sarcástica ignorando que me ataque.)
AnaC: En cuanto salgan los resultados, tu y yo vamos firmar ante notario un documento que certifique que tu eres su padre, y luego iremos al registro civil para que le des tu apellido a Lucio, ¿te parece una exigencia injusta?
(Iván niega con la cabeza.)
Iván: Me parece bien, ambos queremos lo mismo.
(Me cruzo de brazos visiblemente enfadada con su comportamiento, el superior me ignora.)
AnaC: ¿Algo más?
Iván: Me gustaría verlo…
AnaC: Desafortunadamente, hoy has llegado tarde querido… Ahora esta durmiendo su siesta y no quiero que le molestes…
(Iván se acerca poderoso a mí, desde su altura, desde su belleza me susurra.)
Iván: Ya me has castigado tres largos años, no sigas castigándome tan sólo porque te lo pongo difícil y no accedo a tus caprichos de niña malcriada, no te pega con lo puretona que eres…
(Molesta, le propino una sonora bofetada, una lágrima se me escapa por la mejilla, al tiempo en que Iván me agarra del cuello lo preciso para no hacerme daño, y me estampa contra la columna del salón junto a su cuerpo, me lame lascivamente el cuello, y empiezo a notar ese descomunal bulto del que en otras ocasiones he hablado en su pantalón, esperanzada y como una fiera, me lazo a besar esos bello labios, esos labios diseñados para comerme como nadie, pero el no quiere besos, haciendo valer su poderío físico frente al mío me agacha la cabeza hasta arrodillarme en el frío suelo, se baja los pantalones y los calzoncillos, y me deja ver lo que por años había añorado… Desde nuestro último encuentro había cambiado, se notaba que se la había mantenido en forma y estaba mas grande, de los 27 cm de nuestro último encuentro hace años, yo diría que había aumentado, era !descomunal! sin tiempo para pensar más, me introdujo su coloso en mi boca que ya no estaba acostumbrada a tal magnitud, pero no iba a estropearlo después de tanto soñarlo, abrí mi boca hasta hacerme daño en las comisuras de los labios, pero no me importaba, yo sólo quería bombearlo y que me diera lo que considero que me pertenece, su leche. Lo que pensé que seria un acto de amor, se empezó a tornar en salvaje, Iván me sujeto de los pelos con fuerza y me aceleró la mamada, sentía mucho dolor en la boca, pero la fuerza y furia de Iván que me estaba castigando hacia inútil que me resistiera, tras diez minutos en ese plan, Iván descargo entre gritos, su descomunal corrida en mi boca, me entraron arcadas, pero Iván no permitió que se me escapará ni una gota de semen, me incrusto su rabo en la garganta y los descargo todo dentro, soltaba tanta cantidad de corrida, que se vio obligado a sacarla y decidió seguir corriéndose en mi cara, la pastosidad de ese semen único inundo mis ojos, mi nariz etc., pero me daba igual yo estaba disfrutando de esa polla única en el mundo.)
Iván: No vuelvas a golpearme, Ana, la próxima vez no seré tan placentero…
(Iván se dispone a marcharse ante mi sorpresa, creía que iba a hacerme el amor, mi vagina lo pedía a gritos y su polla también.)
AnaC: ¿Dónde vas?
(Iván se vuelve y sonríe.)
Iván: ¿Creías que íbamos a follar?, Yo solo me acuesto con la persona a la que ame, contigo soló quiero una buena mamada y correrme, no esperes más, mañana vendré a ver a mi hijo, cuídate.
(De rodillas y entre lágrimas vi marcharse a ese dios descomunal, me había hecho sentir como una zorra, y me dejó claro que no volvería a ser su mujer, tan sólo me quería para que se la comiese, si le volvía a golpear, me volvería a hacer eso que es mucho peor que un golpe, me haría sentir como una mujer que sólo vale para eso, para una mamada, pero lo peor es que ni siquiera tenia fuerzas para enfrentarlo o insultarlo, si no que lo único que podía pensar era en que no me iba a hacer el amor, es mi perdición, esa enorme polla me tiene embotada, distraída, esclavizada.)
Continuará…
AnaCRamírez.
2 respuestas
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