UN LUNAR INDISCRETO

Este relato podría decirse que es la continuación de SEXO NOCTURNO EN LA PLAYA a pesar que sucedió  2 años después de esto, y les voy a explicar por qué.

Tengo un lunar de nacimiento, casi en forma de media luna, a unos 15 cms abajo de la nalga derecha, y a partir de ahora empezaré una suerte de saga con historias que me han pasado debido a este lunar ‘indiscreto”.

Yo en los 80’s, a los 17 años jugaba fútbol en la Liga de Puente Piedra, era lateral derecho, o marcador de punta como se le conocía en aquellos tiempos. Al presidente del club donde jugaba le gustaba apostar con los otros presidentes cada partido que se jugaba. Este no fue la excepción, así que hizo una puesta considerable en dinero con el otro presidente más 5 cajas de cerveza. Demás está decir que antes del partido nos arengó al máximo, ofreciéndonos un bono si ganábamos el encuentro. Ese día yo estaba medianamente inspirado, me jugué un buen partido. El encuentro fue muy reñido, algo de pierna fuerte, un par de conatos de bronca, un expulsado por equipo. Un buen partido, para qué. Al final ganamos 3-2, pero yo, como decía, estuve medianamente inspirado, metí el 2-2, y faltando 2 minutos, le puse un pase en callejón, un pase milimétrico de casi 30 metros a nuestro delantero, que quedó solo frente al arquero y luego de sortearlo puso el 3-2 definitivo.

Demás está decir que nuestro presidente estaba de lo más feliz. Tanto el delantero (que hizo 2 goles), como yo recibimos “cariños” especiales de nuestro presidente. El presidente del otro equipo, un hombre mayor, fanático del fútbol, se acercó a felicitarnos y a pesar de haber perdido la apuesta, celebraba el partido por lo bien disputado (fue considerado el partido de la fecha), y nos invitó a tomarnos unas “aguas”, en la sede de su club, que estaba a 15 minutos del estadio. Así que por mandato de nuestro presidente, nos  fuimos a la sede del otro equipo a tomarnos unas cervecitas de rigor. Nuestro presidente, un hombre efusivo y de gustarle llamar la atención hablaba en voz alta de las bondades de su jugadores, y tanto el delantero como yo éramos motivo de elogio por parte de él. Compartimos un buen momento tomándonos unas cervecitas con los miembros del otro club, en eso estábamos, cuando en eso, al otro lado de la sala, había un tío que se me hacía conocido, no me acordaba de dónde pero, sabía que lo conocía de algún lado. Y al juzgar por las miradas que me daba, asumí que a él también le pasaba algo parecido.

Nos acabamos las 5 cajas de cerveza (éramos como 30 personas), y el tío que les digo, habló con su presidente y el mío y les ofreció un par de cajas más de su parte, pero con la condición que lo acompañe un miembro de mi equipo para que lo ayude a traer las cervezas. Y antes que alguien diga algo, dijo; “Presi, que me acompañe su marcador, parece que es un tipo tranquilo”. Nuestro presidente volteó a verme y me dijo: “Anda acompaña al señor a traer unas cajitas más de cerveza por favor, hijo”. No me hice de rogar pero me llamó la atención el pedido. Subimos a su camioneta y nos dirigimos a un depósito de cerveza. En el camino el tío me mira y me dice “Te acuerdas de mí?”. – La verdad, me parece que lo conozco de algún lado pero no lo ubico… “Te acuerdas de la parejita, ya hace 2 años atrás, en la costa verde, que estaba tirando y nosotros mirando?”

Casi se me sale el corazón por la boca. Me asusté pues nadie sabe que soy bisexual. Temí que el tío este comience a contarles a los demás quien era o peor aún, intentar chantajearme. Él como adivinando mis pensamientos me dijo: “Tranquilo, que el presidente de mi club es mi cuñado, estoy casado con su hermana y entenderás que yo tampoco quiero que nadie sepa lo que hago lejos de aquí”, el alma me volvió al cuerpo, “la verdad, cuando te vi no estaba seguro si eras tú, estás un poco cambiado, has echado cuerpo, pero en un lateral que sacaste, te levantaste el short para rascarte la pierna a ahí vi ese lunar inolvidable, ahí me di cuenta quien eras…”

Lunar de mierda, pensé para mis adentros, él fue el indiscreto para que me reconozcan. “Sabes, estás muy rico, y desde que te vi estoy con una calentura enorme”, y mientras manejaba se sacó la verga del pantalón. Hermosa, como la recordaba, “Este es un secreto entre los dos, no te preocupes, pero tengo unas ganas de follarte de nuevo”. El camino era al lado de una chacra, así que al decir esto, se orilló un poco a la chacra, estacionó a un lado y nos adentramos entre el maizal. – Esto queda entre nosotros, verdad?. “Tienes mi palabra, como te digo, si aquí se enteran que me gustan los hombres, me jodo la vida y hasta mi mujer me botaría de la casa”.

Ya más tranquilo por eso, decidí probar esta hermosa verga que me trajo recuerdos, ricos recuerdos. Me agaché y comencé a chupar ese manjar delicioso. Él me levantó un poco el culo para ponerme en posición 90 grados, y mientras yo le chupaba la verga, él me iba trabajando el culo dilatándomelo para dejarme listo para su verga. Cuando ya estuve listo, me puse en 4 patas y él me ensartó hasta el fondo. Me culeó deliciosamente. Me hizo gemir y gritar como una puta, hizo que me corriera solo con la verga dentro, sin tocarme siquiera. Y al final me llenó el culo de su deliciosa leche.

Ya repuestos subimos rápido a la camioneta, llegamos al depósito, recogimos 4 cajas de cerveza más, y al llegar a la sede del club, ya teníamos una coartada hecha para justificar la demora. Le dije a mi presidente que el tío era el cuñado del otro presidente y me había hecho la propuesta para que juegue para ellos el próximo campeonato pero que yo no había aceptado. Mi presi estaba orgulloso de su “cachorro’, y me pidió que no me aleje de él “para que no intenten de nuevo convencerme de irme con ellos”.

El tío, cumplió con su palabra. Nadie supo lo que hicimos, y seguimos haciendo porque después de esa oportunidad, volvimos a encontrarnos unas cuantas veces más hasta que a los 25 años yo dejé la liga para dedicarme a los estudios definitivamente y ya le perdí la pista a todo lo que era el entorno de las ligas distritales de fútbol.