Soy Fabián, tengo 30 años y trabajo como abogado en una asociación grande. Soy de los abogados más buenos de la firma, pues mis casos se resuelven con éxito. Fuera de eso, mi vida como pasivo también fue siempre excitante, gracias a esas aplicaciones, he ordeñado a varios machos en la zona del edificio.

Todo empezó en un buen día laboral, como siempre, vestía mis pantalones de traje ceñidos para que los hombres del bus vieran mi culo redondo, mi barbita y aquellos con fetiches de trajes y esas cosas. Atendí mis citas todo el día hasta llegar la noche, eran las 8:30 pm y cerraban en 40 minutos. Estaba tomándome un café en mi oficina, donde ya todos se habían ido y solo quedaba la secretaria buenona que apuesto a que estaba esperando a su mozo. Yo estaba cerrando asuntos en el computador cuando suena el teléfono:

– Vaya Irene, trasnochas conmigo o que?- le pregunte a la secretaria

– ay no doctor, no ve que es mi trabajo cerrar y esperarlo 

– vaya descanse yo cierro, déjeme las llaves abajo no ve que es viernes? Vaya y diviértase

– doctor muy amable

– descanse 

– no doctor espere, lo llamaba para decirle que acá abajo hay dos jóvenes, no tienen cita pero dicen que es urgente…

– hágalos pasar, veré que quieren

Segui en el computador hasta que llegaron los chicos. Eran dos jóvenes apuestos, altos. Eran bonitos, uno morenito flaco en pantaloneta y camisa de tirantes blanca y otro bronceado fornido con una camiseta de tirantes gris y una licra también gris. Tenían una voz grave.

– buenas está usted ocupado?

– no, sigan chicos siéntense en qué les puedo ayudar?

– Verá – dijo el chico de gris – estamos próximos a salir a la universidad y haremos un viaje fuera del país.

– La cosa es – interrumpió el moreno – que tengo problemas con mi pasaporte porque se registró dos veces por error. 

– Vale chicos, denme el pasaporte y miro como les ayudo. Al parecer solo es redactar una carta de aprobación para que se quite un registro y listo, pero necesito tus datos entonces déjenme redactó la carta la imprimo y empezamos vale?

Mientras escribía, el chico de gris sonreía y le mostraba el celular a su amigo mientras me veían de arriba a abajo. Me excito un poco pero no les preste atención. Me paré para imprimir la carta y sentí sus miradas en mi trasero. Al voltearme, el moreno me mostró su celular. Era mi foto de perfil mostrando mi culo en la red social gay. 

– Es usted no? – me dijo con su amigo riéndose. Entre en nervios y excitacion al tiempo. Sonreí para responder y luego el moreno me respondió con un beso, su lengua jugaba conmigo. Luego mi boca pasó a la lengua del amigo, que con fuerza me puso sus palmas en mi culo. Me besaba en el cuello mientras mis manos tocaban el bulto de su licra. 

El negro se quitó la camisa mientras yo me ponía en cuatro en mi escritorio que había despejado el chico de gris. El moreno me bajo los pantalones luego de quitarme el cinturón y me metió su lengua en mi hoyo. El de gris se quitó su camisa y azotando mi culo se puso en frente de mi al otro lado del escritorio. El de gris saco de su billetera dos condones, le pasó uno a su amigo y dijo “este abogado va a gritar”. 

El negro se bajo el bóxer y me metió su miembro venoso de una. Mi grito hizo que me estremeciera. Me baje del escritorio luego de que el moreno dijera que se quería correr en mi boca. Teniendo su miembro en mi mano agachado saque el otro pene de la licra. Era un poco más gordo y largo que el negro. 

Los dos chicos sudaban con el calor de la oficina. El chico de gris me quito la camisa y me quito el saco, jalándome de la corbata me dijo: 

– Esta perra va a recibir su mejor follada a manos de estudiantes.

Me metió toda su polla mientras me acariciaba el pecho. El negro me puso su polla en mi cara mientras la hundía  por mi garganta. 

– ahhh puta me vengo

El negro saco dos chorros de semen en todo mi pecho, se secó las manos con mi corbata y se fue abajo de el otro chico para chuparle los huecos mientras me coguia. El chico me agarraba de la cintura y me follaba rápidamente.

En un grito, se corrio en toda mi cara.

– limpia doctor limpia mi pene 

Los dos chicos chupaban mi pene esperando a que me corriera cuando las puertas del ascensor se abren. Me tiré al piso y apagué la luz mientras los chicos seguían chupando. Estaba que gemia, no iba a aguantar más, hasta que la persona que ingresó volvió a salir. Debió ser un señor de limpieza. El negro se corrio otra vez y se vistió. Yo estaba en el escritorio pajeandome junto al otro chico, que la tenía mucho más grande que yo. Me metió dos dedos en el culo y me corri en sus fuertes abdominales. El chico tenía una cara de placer gigante, con ojos cerrados se corrio con mucho semen. 

Se vistieron y dijeron que reservarían cita. Me limpié con la carta de borrador. Estaba empacando después de la calentura cuando cogi mi computadora. Tenía semen arriba, así que lo chupe y al abrirlo había un número de celular. Escribí hola y me fui a mi casa. 

Luego de varios días, estaba en casa cuando me llega un mensaje

– qué tal, habla el chico que le dejaste lleno de semen su licra deportiva 

Era una foto de él agarrando su polla y una polla negra. Me corri tres veces viendo esa foto e imaginándome lo que me esperaba el jueves en la cita.