Mi madre me trató como a una niña desde bebe. En los primeros 5 años de mi vida me llamó Penélope, para luego cambiar mi nombre a John, pero en casa seguí siendo Penélope.

Mi madre me obligó siempre a vestir de mujer en casa, mis juguetes eran de niña, y me hacía maquillarme. Mi cabello rubio era largo, y a los 11 años me llevó a un médico quien me recetó hormonas femeninas. Eso hizo que mis pechos empezaran a desarrollarse, y mi trasero se hiciera femenino. Mi cintura se afinó y mi madre me obligaba a hacer ejercicios para levantar mi trasero y mantenerme delgado.

Un sábado me hizo vestir linda y femenina, me maquilló muy bien, pintó mis uñas y me hizo salir con ella. Eso no lo hacía desde que tenía 5 años.

En el camino me dijo que si alguien me tocaba dijera que tenía la mestruación.

Llegamos a casa de una de sus amigas y un chico muy guapo de unos 15 años me miró con deseo y me dijo: Ven, tenemos una disco.

Miré a mamá y ella sonrió y dijo: Ve Penélope, disfruta.

Entramos a un cuarto oscuro al final de la casa, con música y luces, había chicos y chicas bailando. Juan me llevó a la pista para bailar y luego a una barra para tomar algo. Allí asentó su sexo erecto en mi trasero. Al comienzo me sentí mal, pero eso me excitó. Juan empezó a besarme el cuello y yo volteé, entonces nos besamos con deseo. Fue el primer beso de mi vida, me abracé a su cuello y el empezó a tocar mi cuerpo y espalda. Al ver que deseaba manosearme por delante le dije: Estoy mestruando. Sonrió y abrió una pequeña puerta, allí sacño su sexo y me hizo arrodillar frente a el. Había visto a mi madre hacerselo a su novio y se lo mamé con deseo. Al eyacular me bebí todo su semen. Pasé esa tarde bailando muy pegado a Juan, besandolo con lujuria y satisfaciendolo oralmente. Esa noche no dormí, si eso era ser mujer, era lo que más deseaba en el mundo.

Dos días después el novio de mi mamá, un hombre negro muy viril y fuerte llegó temprano a casa. Mi madre estaba trabajando y no llegaría en unas 5 horas. Julián me vio caminar hacia la ducha y entro en ella desnudo.

Me beso en la boca y empezó a manosearme mientras me enjabonaba, luego deslizó uno de sus dedos en mi ano, y rato después gemía de placer y dolor mientras Julian me cogía por primera vez.

Esa tarde me llamó Juan y le confesé que era un chico y el dijo: Lo se, mi madre me contó, pero quiero verte.

Desde ese día satisfago a Julian frente a mi madre, y mantengo relaciones y salgo vestida de mujer con Juan.

La madre de Juan no quiere que una mujer lo hiera, pues uno de sus hermanos se suicidó al ser dejado por una chica, y mi madre se vengó de mi padre, volviendome homosexual.