mayo 18, 2024

3110 Vistas

mayo 18, 2024

3110 Vistas

Mi primera vez en el metro

0
(0)

Actualmente estoy en mis 30’s, y esta historia la viví yendo a la preparatoria.

Estaba yendo a la escuela, y me tocaba ir en una de las líneas más concurridas del metro de mi ciudad. Por aquel entonces, no tenía idea de los arrimones, y todo lo que podía pasar allí. Era muy inocente aún en ese aspecto.

Como era normal, siendo muy temprano y con todo mundo yendo a estudiar o trabajar, el andén para abordar estaba abarrotado a más no poder, en espera de que pasara algún tren vacío o al menos con algo de espacio.

Entre el mar de gente que avanzaba y se empujaba, terminé arrastrado hasta el final del andén, donde queda el último vagón, bien conocido como la «cajita feliz».

Hubo suerte, y enviaron un tren por completo vacío, y en cuanto se abrieron sus puertas, todos se lanzaron para entrar. Yo terminé al fondo, de frente a la última puerta que no abre. Aplastado, bajé mi mochila entre mis piernas para que no estorbara a los demás y tampoco dañaran mis libros y libretas. No sabía que ayudaría eso de otras formas. 

Como subí en la terminal de la línea, ésta es bastante larga, e iba a la terminal contraria, el viaje iba a tardar mucho, o quizá no.

Con el vagón lleno, la gente se empujó para acomodarse y permitir que la puerta de entrada se cerrara. Y quedé allí, al fondo, aprisionado entre muchos hombres. Estando así, era normal que sintiera algún toque o empujón impertinente, pero pasaba rápido, así que lo ignoraba, pero en esa ocasión sentía una mano rozando mi pierna. Me extrañó, e intentaba alejarme pero era imposible, y el toque persistía, lo que me ponía nervioso. 

Andaba ya el tren, y la mano se iba deslizando por mi pierna y mi cadera, y en un momento llegó a mi entrepierna. Ya era mucho para mí, e intenté ver quién lo hacía. De espalda se veía que era algo mayor que yo y también más alto, con la coronilla calva. Iba a reclamar, pero me ganó la curiosidad de qué iba a hacer.

Llevó su mano a mi entrepierna ya por completo porque no respondí mal a lo anterior, y tanteó mi bulto. Por ese entonces ya tenía una verga algo grande cuando tenía una erección, y se estaba haciendo notar aunque yo llevaba jeans. 

Llevaba sus dedos a mis huevos, tanteándolos, y luego con su palma me frotaba la verga. Así estuvo algunos minutos, sin parar aunque llegáramos a alguna estación, y como había mucha gente en el tren, poco se movían y tomaba mucho tiempo que se cerraran las puertas, lo que alargaba mucho el viaje. 

Entonces subió su mano y buscó pasarla bajo mi pantalón, pero no pudo, y luego me bajó el cierre, para seguir con su manoseo sobre mi trusa. Luego de algunos momentos, lo repitió con la trusa, y entonces me sacó la verga para frotársela en el culo.

Estaba muy nervioso, pero igual muy excitado, al punto que no noté que a mí lado otro tipo también estaba en la faena, con el pito de fuera igual. Como veía que me dejaba hacer, tomó mi mano y la puso sobre su pito, algo chico en comparación, pero igual me dio morbo.

Y allí estaba, siendo masturbado por uno al frente mientras se la jalaba a otro a mi lado, cuando el de delante se detuvo y se dio vuelta hacia mi. Yo de pena, reaccioné haciendo lo mismo, y dejé al tipo de al lado, pero no iba a terminar allí. Igual, íbamos a mitad del viaje. 

Como tenía la verga de fuera aún, el tipo ahora a mi espalda se pegó a mi y empezó a frotarse el bulto con mis nalgas, y el de al lado volvió a tomarme la mano para que le jalara la reata. Al verlo, el de atrás tomó mi otra mano y la llevó a la suya.

Con mi libido ya encendida, iba masturbando a ambos tan bien como me dejaba el espacio, y mientras lo hacía, el de atrás me dejó el pene para bajar mi pantalón. Iba a detenerlo, pero el de al lado me detuvo la mano para que no le soltara el pito, y mi otra mano estaba en una posición muy incómoda para moverla al frente.

Así, me bajó el pantalón y la trusa bajo la cadera. Sin tardar, el de atrás mío se bajó igual el pantalón, y así me restregó su verga entre mis nalgas. No podía creer cuan fácil logró todo eso. Luego escupió y sentí su saliva bajar por mi culo, entre mis nalgas.

Y llevó su verga a la entrada de mi ano, empezando a picotearlo mientras lo mojaba con su saliva, escupiendo otra vez. Para mantener el equilibrio, liberé la mano con la que se la jalaba al de mi lado y me apoyé en la puerta. Sin tardar, aquél se acercó más a mi y empezó a meterme mano, y se pegó para empezar a besarme y lamer mi cuello y mi oreja. 

El de atrás me tomaba fuerte de la cadera y empujaba más y más contra la puerta, y luego de algunos segundos ya me había metido la verga a la mitad de su largo. Sentía su calor y la humedad de su saliva dentro mío, e igual sentía mucho calor por lo excitado que me tenía la situación. En tanto, el de al lado me la iba jalando con una mano, con la otra me levantó la camisa y jugaba con mis pezones, mientras jadeaba entre sus besos y lamidas. 

Para empeorar todo, el tren de detuvo a media estación y se apagaron las luces. Los que se aprovechaban de mi debían tener mucha suerte. 

A obscuras, el de atrás mío le dejó de importar el lugar, y empezó a cogerme con fuerza, metiendo por completo su verga de unos 20cm. No era tan gruesa, pero vaya si la sentía profundo dentro mío. Se escuchaba cómo bombeaba y me estrellaba contra la puerta, y el de al lado no dejaba de masturbarme, tan fuerte que me lastimaba el cuero un poco. 

Parecía que ese rato duraba una eternidad, por mucho tiempo que sentía pasar, no volvía la luz ni avanzaba el tren. 

Siendo follado por delante y detrás con tanta fuerza y pasión, me terminé viniendo, ahogando mis gemidos cerrando fuerte mis labios. Cuando lo sintió el de al lado, se limpió la mano de mi leche en mi pecho, y tomó la mano con la que me detenía contra la puerta para que se la jalara otra vez. 

Ya no razonaba, entre mi culo follado y mi orgasmo, sólo atiné en masturbar al tipo, tan fuerte como me permitía mi acalorado cuerpo. Entre tanto, volvió la luz, el tren se volvió a mover, pero a los tipos les importó un bledo.

Y ocurrió. La verga del de atrás mío empezaba a hincharse y palpitar. Crecía más dentro mío, y podía sentir como si me fuera a venir de nuevo. Y luego sentí calor, mucho calor en mi recto. Sentía cómo una abundante cantidad de mecos eran disparados dentro mío.

Cedí por completo, y empujé mi culo hacía atrás para que el tipo dejara ir toda su carga en mi interior. Y a su vez, el de mi lado también se empezó a venir, tirando mucha leche también, pero no tanta como la que me estaba llenando. Con los tres jadeando, me quedé quieto, esperando que los tipos me dejaran por fin en paz. Y conforme se calmaban, nuestras vergas volvían a esconderse.

Así salió la verga de dentro mío, y con eso, apreté mi culo para que no se me saliera la leche. Los tipos sin tardar se acomodaron su ropa, y luego de eso, me ayudaron a vestir de nuevo. 

Vieron que era muy chico en comparación a ellos, y se compadecieron. Al llegar a la terminal, me llevaron a los baños del metro rápidamente para evitar que vieran muchos cómo había terminado. Esperaba que hicieran algo más conmigo, pero no fue así.

Limpiaron de encima mío todo el semen tanto como pudieron, así como el de mi ropa y mi mochila. Ya más presentable, me agradecieron por el buen rato, y así, sin más, se fueron.

Cansado y mareado, lo único que se me ocurrió fue seguir mi camino también, y así como quedé, me fui a la escuela como era el plan de ese día.

¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Una respuesta

  1. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

Morbo en casa: Deseos cumplidos

omarander50d

10/08/2020

Morbo en casa: Deseos cumplidos

Mi primera vez

franc

17/02/2014

Mi primera vez

Ted, Jeff y el Escarabajo averiado.

rosemarie10

16/08/2013

Ted, Jeff y el Escarabajo averiado.
Scroll al inicio