LA ÚNICA VEZ QUE ME DEPILÉ 3

“…Poco a poco el tío agarró viada y me comenzó a pistonear con todas sus fuerzas, yo me mordía la lengua para no gritar y él me daba como loco hasta que sentí como se tensaba y explotó dentro del condón que previamente se había puesto.

Sacó la verga de mi culo, se sentó al lado, se sacó el condón y me dijo: Límpiamela bien, putito…

Yo me acerqué a su deliciosa verga y se la dejé lista para encerar. Nos acomodamos la ropa y el tío antes de irse, me da un beso en la boca, me da las gracias y al pararse le dice a un tipo que estaba mirando nuestro encuentro en la siguiente fila: Riquísimo… chupa como no tienes idea y tiene todo el cuerpo depiladito… riquísimo…

El tío se levanta y el tipo también y rápidamente ocupa el lugar del tío. A mi lado. Me sonríe y saca una verga más deliciosa que las dos anteriores…”

Resumo las 2 anteriores historias: Por una apuesta que perdí me depile todo el cuerpo, y a los días de hacerlo me metí a un cine porno a “pasar la mañana y ver que sale”, y vaya que salió un día interesante: Me tiró un tío de tipo militar que se sorprendió gratamente que este depiladito totalmente, se la chupé y me tiró riquísimo y al irse del cine le pasó la voz a un tío mayor que yo la chupaba rico y que estaba depiladito, el tío rápidamente se apuntó y solicitó “mis bondades” y también se la chupé y también me tiró riquísimo. Pero, al irse, también le pasó la voz a otro tío, mayor también pero, de menos edad que el anterior, con una verga más hermosa que las anteriores, el tío no se vino con rodeos, se sentó a mi lado y se bajó el pantalón a las rodillas y solicitó mi boca. Yo también, todavía, estaba con los pantalones abajo y mientras se la chupaba, el tipo recorría cada centímetro de mi cuerpo verificando que estaba totalmente depilado.

“Que rica piel, eres toda una hembrita, toda una putita de piel suave y boca deliciosa, espero que tu culo sea tan rica como tu boca…”

Al rato de estar chupándosela, el tipo solicitó probar mi culo, se puso de frente, con la verga bien parada, a esas alturas yo ya estaba con una pierna del pantalón afuera, así que me senté, dándole la espalda, sobre esa deliciosa verga. El tío mientras me culeaba, me levantó hasta el cuello el polo y empezó a sobarme las tetillas deliciosamente. A esas alturas, ya era más que evidente para todo el cine que estaba totalmente depilado y que me encantaba la verga. Teníamos unos 4, 5 tíos alrededor, observándonos y masturbándose descaradamente frente a nosotros. En una de esas, el tío me pide cambiar de posición y me pone en 4 sobre la butaca mirando al asiento de atrás, y me la volvió a meter deliciosamente.

Uno de nuestros “observadores”, que había estado atrás de nosotros, ahora lo tenía frente a mí, un peldaño más arriba. El tipo decidió probar suerte y me puso la pinga a la altura de mi boca, y a esas alturas yo estaba con una calentura sin igual, el morbo de todo lo que estaba pasando, me desbordó y me dejé llevar por el momento, y mientras el tío me daba caña yo chupaba una verga larga, no tan grande como las anteriores, pero rica y limpiecita. Eso fue el inició de la experiencia más “loca”, que he pasado en un cine porno, porque cuando se vino el tío que tenía atrás mío sobre el condón que tenía, al salirse, otro tipo que no lo vi, solo lo sentí, ocupó rápidamente su lugar, y también comenzó a metérmela deliciosamente. El tipo que se la estaba chupando se corrió en mi boca, y otro tipo también ocupo su lugar. Ya no había vuelta atrás, porque cuando el otro chico que me estaba culeando se corrió, lo remplazó un chiquillo con una verga no tan grande, como los anteriores, pero con buen aguante, porque con la boca hice que se corrieran 3 tíos más hasta que el chico se corrió abundantemente sobre mi espalda. Y todos me calentaban mucho, porque mientras se las chupaba o me culeaban, todos acariciaban riquísimo cada centímetro de mi cuerpo, maravillados de lo suave y lisa que estaba mi piel por la depilación.

Ya estaba buena tanta calentura, ya me habían culeado 4 tipos y se la había chupado a 4 más, ya el cuerpo pedía descanso, así que me tuve que escapar prácticamente con los pantalones en la mano a un lado, para ponérmelos y salir corriendo al baño para ponerme “decente” y poder salir disimuladamente del cine sin que nadie de afuera se dé cuenta de lo rico que la había pasado en el cine.

Lo gracioso es que, en el baño, una travesti que me había visto, me dio otra culeada deliciosa. Al salir del cine, tuve que hacerlo despacio porque bajar las escaleras era un suplicio, las piernas me temblaban un montón y cada paso que daba era una tembladera total.

Así pasé una experiencia inolvidable la única vez que se me ocurrió depilarme totalmente y todo por una apuesta, que la verdad, ni recuerdo cual fue, ni porque fue, por último, ni con quien aposté, lo único que quedó grabada en mi mente fue esta experiencia inigualable e inolvidable.