
Por
Follado por el dueño del mesón, y...
Follado por el dueño del mesón, y…
Ya en otra ocasión estuviera con el dueño del mesón O
Cabazo. Pero en aquella ocasión, no pudo realizar lo que
pretendía, que no era otra cosa que romperme el culo, y
follarme bien follado.
en aquella primera ocasión, mi culito no podía más, y
aunque había insistido, y vuelto a insistir, mi negativa
no dejaba lugar a dudas. ni siquiera le realicé la mamada
que me pedía le hiciera, al no dejar que me rompiera el
culo. Es que sabía que si le hacía aquella mamada, luego
iba ser más difícil negarse a que me follara.
Así que en esta ocasión, al recordarme de él, se me
ocurrió hacerle una visita, e intentar dejar lo que la
vez anterior, le había negado.
Cuando entré en el mesón; serían las 11:30 de la
noche; había todavía clientes, así que situándome en la
barra del mesón, me senté en un taburete, y le pedí una
cerveza para beber.
Tan pronto me vio, se debió empezar a recordar, ya que
no me sacaba la vista de encima. A saber lo que le estaba
pasando por la mente, y que pensamientos de mí, tendría,
al recordar aquel día, que no pudo follarme.
Estaba la televisión dando unos resúmenes del día, así
que mirando para la misma, me dispuse a beber la cerveza
que terminaba de servirme, y de paso ir ojeando la
clientela que en ese momento había en el local.
Entre las personas que allí había, pude ver otro
muchacho de más o menos mi edad, que sabía que le gustaba
el rabo igual que a mí. Es que en ciudades pequeñas, al
final la gran mayoría nos conocemos, o al menos nos
reconocemos. También él se me quedó mirando cuando había
entrado.
como a la media hora, y después de ir marchando la
mayor parte de la gente, me dispuse ir al baño, cuando
justo al pasar a la altura del dueño del local, me pidió
que no me marchase sin hablar con él. Salí del aseo, y
volviendo a donde estaba sentado, miré como estaba
saliendo el muchacho al que había reconocido nada más
entrar. Ya no quedaba más que yo, un viejo, que parecía
un vagabundo, y el dueño del mesón.
Se acercó a junto mía, y después de entablar una
pequeña charla; me preguntaba que hacía tiempo que no me
había visto, etc. etc. etc. al final me propuso follar
con él, para así de paso, congraciarme con él, ya que la
vez anterior, mi negativa a follar, le había dejado muy
caliente y con muchas ganas de romper mi culito.
¿Me dejarás follarte esta vez? o eres un… ya sabes,
un calienta pollas de esos.
No me quedaba otro remedio, que decirle que sí. Además
a eso había venido, pero claro, él eso no lo sabía.
Cuando le dije que sí, se dispuso a cerrar el local,
todavía quedaba el viejo vagabundo, pero eso le dio
igual. La verdad que era conocido, al menos ya le había
visto durmiendo por los bancos de la zona; centro de la
ciudad, y por el parque jardín, que hay en mi ciudad.
Desde el mesón, había una puerta que daba acceso a la
vivienda del dueño, la cual quedaba un piso arriba.
Habló con migo pidiéndome que subiera y que le esperase
arriba, mientras él terminaba de cerrar el negocio. Así
lo hice.
No tardó nada en aparecer, y con él venía el vagabundo.
Al principio quedé algo sorprendido, y pensativo. Como me
debió ver algo pensativo, después de meter al vagabundo
en el baño, vino junto mía, comentándome que no me
preocupara. Es que al viejo le estoy dejando dormir aquí,
ya que con el frío que hace estos días, me da pena verlo
durmiendo por la calle. Ve sacando la ropa, que ahora
mismo vengo; voy dejar que se lave el viejo, antes de que
se acueste.
empecé a sacarme la ropa, pero sin mucha prisa, ya
que realmente la habitación estaba fría. y es que estaba
haciendo frío aquellos días.
De pronto apareció en la habitación, pero venía con el
vagabundo de la mano, y desnudo. Abrió la cama, y lo
acostó en el costado izquierdo de la cama. La verdad, es
que me estaba quedando sorprendido, ya que no era mi
intención de hacer un trío. O que sería lo que pretendía
hacer el mesonero.
Yo ya estaba en slip, cuando se empezó a desnudar él,
y me soltó: tranquilo que no tiene ninguna enfermedad,
además lo he lavado bien lavadito.
Métete en la cama, y arrímate a él. Sacándome el slip,
me metí en la cama, cuando ya estaba él tocándome el
culo, y empujándome para que me arrimara bien al viejo
vagabundo.
La cosa me estaba empezando a gustar, y es que era
mucho morbo lo que estaba viendo, además que al ver al
vagabundo en pelotas, le había visto un pedazo de rabo,
de tres pares de cojones, y eso que solo la tenía
morcillona.
Detrás mía, se metió en la cama el dueño del mesón, y
sin dejar de tocarme el culo, se fue arrimando a mí,
empezando a morderme el hombro, las orejas, y el cuello
que es mi gran debilidad.
De pronto me pidió que le agarrara la polla al viejo
vagabundo, y le empezara a menear, cosa que así hice.
Me decía; ves que la tiene limpita, se la he lavado a
conciencia, mientras estaba en el baño. Así que no tengas
miedo, ni reparo, además la tiene grande el muy cabrón.
Mientras me iba diciendo esto, no paraba de meterme mano,
y morderme por todas partes.
De pronto me pidió que me pusiera de cucharita, para
poder meterme su polla en mi culito. Me dijo mientras me
estaba metiendo un dedo en el culo, aaaaah, joder que
culito tienes, la otra vez, no pude follarte, pero ahora
verás que bien te voy follar, aaaah, joder que bueno
estás, joder y que calentito tienes el agujerito, cabrón.
Vamos anímate,y cómele la pirola al viejo, que mira
como la tiene ya el muy cabrón. La verdad es que me daba
algo de reparo, y aunque ya estaba empezando a ponerme
caliente a más no poder, todavía no me atrevía.
pegándose más a mi culito, el mesonero, empezó a
ensartarme su polla en mi culito. en 2 movimientos de
cadera, me la clavó todita.
hacía fuerza para metérmela. Es como si quisiera que
me llegara a la boca, aquella polla, y estaba empujando
el muy hijo de puta.
poco a poco empezó con el vaivén, y a empezar a
jadear, y dar grandes suspiros, y decirme mientras me
follaba. chúpale la polla, ya verás, que rica, y como te
va gustar. Aaaaah, joder, putito, que culito, aaaah, como
me gustas, joder, mmmmm, que culito más caliente que
tienes, cabroncito.
Ya estaba que no aguantaba más, y estando el mesonero,
dándome una rica follada, abriendo la boca, fui
engullendo aquel pedazo de rabo. Joder, que era grande
aquel rabo, joder con el vagabundo, menudo pirolón que se
gastaba. no se si aquello me entraría en mi estrecho
culito pero bueno, mientras tanto me estaba follando el
mesonero, me dedicaba a darle lengüetazos, y chupar
aquella cabeza, e intentar meterme aquel ciruelo, lo más
que podía en mi boquita.
El dueño del mesón, estaba empezando a follarme mucho
más rápido, por lo que sabía que estaba muy pronto a
terminar. Así fue, empezó a clavarme la polla hasta lo
más profundo, mientras gritaba, aaaah, aaaaah, joder que
corrida te estoy echando putito, mmmmm, que gustito,
aaaaaah, cabronazo, que bueno estás, joder.
Mientras me estaba inundando el culo de leche, y me
daba aquellas arremetidas, el mesonero, la polla del
vagabundo, entraba más a fondo en mi boca, tanto llegó a
entrar, que casi me ahogo. Me salía la bilis, quedando
colgado hilitos de mi saliva. Joder, hasta no paraba de
llorarme los ojos.
después de correrse en el fondo de mi culito, y dar
grandes suspiros, me dejó la polla enterrada en mi
culito. Cuando le salió la polla de mi culo al mesonero,
va y me larga. Deja que te folle el viejo, mira que polla
más rica tiene. Anda, súbete encima y deja que te clave
esa polla, ya verás que bien que lo vas pasar.
Con lo caliente que en ese momento estaba, no lo dudé.
me subí encima, y cogiendo la polla del vagabundo con la
mano izquierda, la fui llevando a mi caliente y recién
follado culito.
Una vez la puse en la entrada de mi ano, fui bajando
lentamente, y clavando aquel manjar. La verdad es que
había entrado bastante fácil, y es que tenía el culo bien
abierto, y escurriendo el semen del mesonero.
cuando tenía toda la polla, de aquel vagabundo dentro,
y estando sentado sobre el vagabundo, empecé a subir poco
a poco, e ir cogiendo velocidad.
Joder, ya estaba galopando sobre aquel tremendo
ciruelo, y me estaba gustando un montón. La verdad es que
cuando me sentaba sobre aquella tremenda polla, la misma
parecía que me llegaba a las amígdalas, vamos que tenía
el culito bien lleno por aquel pedazo de carne del viejo
vagabundo. La hostia que polla se gastaba el viejo,
menudo ciruelo, y que bien me había entrado, en aquel
momento, sentía mi culito lleno por aquel pedazo de
ciruelo.
galopaba cada vez a mayor velocidad, y empezaba a
sudar como nunca, mientras me ensartaba aquella polla,
aaaah, joder que cosa más rica, mmmmmm como me estaba
gustando.
Cuando de repente empezó el mesonero a pellizcarme los
pezones, pero con fuerza el muy hijo puta.
Dios, como me ponía, ya empezaba mi polla a gotear
semen encima del pecho del vagabundo, y el otro hijo de
puta, largándome tremendos pellizcos. empezó a morderme
el cuello, y yo a jadear como una perra en celo.
Jodeeeer, aaaaah, por favor, mmmmmm, no sigas, que me
voy correr, aaaaaaaaaah, mmmm.
Así putito, como te gusta la polla, eres toda una
puta, mariconcito.
Entonces el mesonero, poniéndose de pie en la cama, se
arrima a mí, y cogiendo mi cabeza con sus manos, el muy
hijo de puta, va y me manda abrir la boca, para meterme
su polla, flácida, y llena de los restos de semen,
después de la follada que me había largado.
Abrí la boca, y empecé a devorar aquella flácida
polla. La saboreaba, y limpiaba con golosina, como un
vicioso pervertido.
el muy cabrón, me tenía agarrada la cabeza, no
dejándome galopar sobre aquella tremenda polla del
vagabundo. tenía la polla flácida, en mi boca, y el muy
hijo puta, me metía hasta los huevos en mi boca. dios,
tenía la nariz enterrada en su pubis, y apenas podía
respirar.
Estaba ya casi extasiado, cuando el vagabundo que hasta
entonces no había abierto la boca, empezó a jadear, y
agarrarme la cintura, dándome tremendas culeadas. La
hostia, ahora que no le galopaba, por sujetarme el
mesonero la cabeza, y enterrarme su polla en la boca, el
vagabundo, me estaba culeando. Le estaba gustando al muy
cabrón, aquella follada, no queriendo que se parara de
follarme su tremendo ciruelo.
Dios, estaba dando empujones con su pelvis, y la
polla, me la estaba clavando mucho más a fondo, uuuh
mmmm, murmuraba el vagabundo, y agarrado a mi cintura,
empezó a darme cada vez más fuerte.
Aaaah, mmmm, como me estaba dejando el culito, aquella
follada.
Aquello parecían las últimas estocadas. Joder, como
me tenían aquellos 2 hijos de puta, y yo sin dejar de
soltar semen, más que goteo, ya casi parecía un grifo
chorreando. y de mi culito, notaba como con aquella
follada, me iba escurriendo el semen del mesonero, que
antes me había follado, y dejado en el fondo de mi culo,
su lechita.
Joder ya me corría yo de placer, y aquel toro, aún no
había soltado su leche.
Empezó a correrse el vagabundo, y de aquel ciruelo
empezaba a salir a grandes borbotones su espesa leche.
el semen del vagabundo, terminó en lo más profundo de
mis entrañas. Había quedado extasiado, y sin fuerzas.
Joder, ya no me quedaban fuerzas para más, estaba
espatarrado en la cama, completamente en pelotas, y
sudando como un cerdo. que follada me largaron aquellos 2
hijos de puta, el dueño del mesón, y el vagabundo que
invitó el mesonero. Me habían dejado el culo bien
abierto, y repletito de leche.
poco a poco me fui incorporando, y con la misma, empecé
a vestirme, tenía que irme, sino no sabía como me
levantaría al día siguiente. Aunque no creo que aquellos
2, tuvieran fuerzas para otra nueva sesión de sexo, así
que mejor vestirse, e irme para mi casita. eso sí, bien
follado, y repletito de leche.
El dueño del mesón se puso el pantalón, y una camisa,
para bajar con migo, y abrirme la puerta del negocio,
para poder marcharme. Mientras bajaba, iba manoseando mi
culo, y cuando nos despedimos en la puerta, me dio unas
palmaditas en el culo, hasta otro día, putito, tienes un
culito muy rico. No tardes en dejarte volver a ver.
Cuando salí, miré la hora que era; marcaban las 2:35
de la madrugada. y con la misma, me marché andando para
mi casa, iba bien follado, y llenito de leche de 2
machitos. iba andando, y notaba como se iba escurriendo
la leche que terminaban de dejarme en mi vicioso culito.
Dios, el culito, parecía que iba boqueando, y todavía iba
calentito, parecía que quería más guerra. Yo estaba
cansado, pero mi culito, tenía hambre de más polla. si en
el camino a casa, me encuentro otra pirola, como la de
aquel vagabundo, estaba seguro, que me dejaría follar de
nuevo.
Este es otro de mis recuerdos de buenas folladas que me
dieron., espero que os haya gustado, tanto como me gustó
a mí aquel día que me follaron, y hoy al recordar,
mientras escribo el relato.
3 respuestas
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