Fue la noche de primavera, cuando los estudiantes festejan la llegada de la estación del amor…

En mi curso de cuarto año de secundario, o sea a mis 15 años, se había organizado una fiesta de primavera en un parque cerca de la marina, en la costa. Todos los padres accedieron ya que en la marina hay un puesto de vigilancia con marineros, que suelen ser muy estrictos.

La fiesta transcurrió normalmente con música, baile y tragos de contrabando.

Yo, que ya era consciente de que me gustaban los hombres, traté de disimular y bailé con mis amigas todo el tiempo. Pero a medida que me llegaba más alcohol, me fui soltando y bailaba de forma desenfrenada sin percibir que todos me miraban preguntándose qué diablos me pasaba…

La cuestión es que yo estaba como fuera de mí(muy desinhibido pero no borracho), sin importarme nada y sin comprender la imagen que daba a los demás. Las horas fueron pasando y cuando quise acordar la mayoría de los chicos se habían ido y sólo quedábamos bebiendo alcohol un chico mayor (como de 18 años)y otros cuatro que eran como los nerds, los que no levantan una chica ni que en eso les vaya la vida, uno o dos años menores que yo, amigos de mis hermanos menores.

El chico mayor, Andrés, me animaba a seguir bailando aún sin música y yo viéndolo tan animado, accedí a su pedido… que más que pedido parecía una orden. Me di cuenta de eso por la cara de asombro de los otros chicos cuando Andrés me ordenaba quitarme una prenda por cada desequilibrio en el baile. Como sólo tenía tres prendas, además de las zapatillas que ya las había perdido en la arena hacía rato (o sea, un polo, unas bermudas y el bóxer), rápidamente quedé desnudo. Cuando Andrés me ordenó quitarme el bóxer, me dio vergüenza, pero como los demás me animaban a hacerlo, finalmente cedí y quedé completamente desnudo. Cuando eso sucedió Andrés comenzó a insultarme y a decir que eso era lo que había estado buscando toda la noche bailando de esa manera, que era una puta buscando que todos los chicos me cogieran. Yo me sentí descubierto en mi homosexualidad (a pesar de que ya había tenido sexo con algunos chicos extra colegio, pretendía conservar eso en la intimidad). Y empezó a alentar a los chicos a que me sometieran porque eso era lo que yo quería: ser ensartado por varios…

Los otros chicos, menores que yo, estaban en la etapa donde todas las hormonas se revuelven y la testosterona pide a gritos un hoyito donde calmar su sed de sexooo…

Quizás fue por eso que a la orden de Andrés de:¡Atrápenlo!

los chicos comenzaron a correrme mientras yo intentaba huir, en la arena, sin que mi cuerpo me respondiera.

Fue así que no les costó demasiado trabajo, después de correr tras de mí algunos minutos, atraparme y llevarme a donde estaba su «líder». Él ya había separado algunas soas (de las que se habían usado para formar el perímetro en donde estaba permitido bailar sin caer a río)y les indicó que me pusieran contra un árbol. O sea mi cara y mi pecho frente al árbol, dejando mi culo expuesto sin movilidad alguna ya que me ataron con mucha fuerza a aquel árbol. Una vez que lo hicieron, Andrés les ordenó que cortaran algunas varas de las que crecen en la costa y que me azotaran mientras me insultaban con toda clase de agresiones. Y como los chicos no entendían bien lo que debían hacer, Andrés gritaba: vamos, vamos, vamos… díganle lo puta que es y el asco que les da que sea tan puta y que quisiera que todos lo cojamos. Entonces él tomo la iniciativa y comenzó a azotarme las nalgas mientras me gritaba en mi oído: ¡qué puta que sos, cómo querés que cualquier macho te coja! mientras me pegaba en la espalda y en mis nalgas con aquella vara que me hacía gritar de dolor.

Y los chicos menores que yo, amigos de mis hermanos, comenzaron a entender lo que debían hacer y cada vez más excitados y descontrolados (por el alcohol y sus hormonas)me golpeaban con las varas y me insultaban y denigraban. Dos cosas comenzaron esa noche, la idea de los chicos de que así se trata a un puto (sólo por serlo)y mi aceptación de ser un puto sumiso…

Entre la testosterona, el alcohol que habían bebido y las ordenes de Andrés, diciéndoles que así se harían machos, me azotaron y me insultaron durante muuucho tiempo. Eso los fue excitando cada vez más hasta dejar sus vergas bien erectas, hasta empezar a cogerme así de una sin siquiera haberme dilatado… Yo gritaba de dolor, de placer… me empezó a excitar ser sometido por estos chicos más chicos bajo las ordenes del malvado Andrés que estaba divino y me gustaba desde hacía tiempo.

Luego me quitaron del árbol y tirando la soga por sobre una rama y atándome una mano con otra, me obligaron a ponerme de pié con el tronco paralelo al suelo y mis piernas muy abiertas, cosa que pudieran meterme sus pijas por mi boca y por mi culo. Yo sentía que se iban turnando los que me la metían en la boca y los que me la metían por el culo.

Ya reconocía las ccinco vergas cuando de repente sentí otras dos nuevas… eran dos de mis hermanos que habían vuelto a buscar a sus amigos y también me estaban cogiendo… ¡mis hermanos menores me cogían uno por el culo y otro por la boca! Mientras me insultaban, escupían y me daban nalgadas muy fuertes en mis glúteos que aunque no podía verlos, los sentía súper colorados de tanto golpe.

Con toda esa excitación (en la que algunos de ellos debutaban) yo ya me había perdido y pedía más y más pija, que me rompieran bien el orto, pedía, que yo era su putita y que existía sólo para darles placer a ellos que eran mis machos…

Me tuvieron así, cogiéndome durante no se cuánto tiempo, hasta que por mis gritos de dolor y placer se acercaron dos o tres marineros (no recuerdo bien) a ver qué sucedía. Y al ver lo que sucedía, lejos de liberarme de mi sometimiento, se sumaron a sodomizarme. Me cogían de una manera muy violenta, me daban y me daban verga por mi culo y mi boca y volvían a empezar los cuatro chicos, mis dos hermanos, Andrés y los marineros…

No se cuantas veces me cogieron, en algún momento perdí el conocimiento. Sólo se que hasta el día de hoy, cada vez que mis hermanos me ordenan desnudarme, yo lo hago y me cogen con el mismo desprecio de sus amigos a quienes llama cada tanto para repetir aquella noche de primavera, así como me obligan a entregarme a otros hombres a los que tengo que complacer diciendo que soy su putita y siempre los voy a complacer. aaahhhh…