Mi hijo venía conmigo a la empresa de construcción desde niño. Soy constructor y al el le gustaba mirar, e interaccionaba con los obreros quienes lo mimaban. Ya era un hombrecito de 19 años cuando le dije que tardaría en salir, pues tenía que llenar unos papeles. Descubrí que la secretaria los había llenado y solo tendría que firmarlos. Entonces quise ir a ver como iba el último piso y subí.

Mi sorpresa fue descubrir a mi hijo teniendo sexo con uno de los obreros. No había nadie en la obra y allí, totalmente desnudo estaba mi hijo sirviendole de hembra a aquel negro. Se besaban con deseo y copulaban. Vi salir aquel pene del ano de mi hijo y quedé sorprendido que aquel enorme sexo pudiera ser alojado entre las níveas nalgas de mi hijo. Vi como lo introducía nuevamente y escuche los gemidos de placer y gozo de Jean y su amante. Ver como se perdía aquel pene en el cuerpo de mi hijo me excitó, y más ver como se movía gimiendo de gozo con él. Juan aceleró su movimiento y tomó a Jean por la cadera con firmeza, dandole con una velocidad increible. Mi hijo eyaculó sin tocarse y Juan lo abrazo fuertemente apretandolo contra él y eyaculó profundamente en el cuerpo de mi hijo, quien gemía y jadeaba de placer.

Juan beso a Jean con ternura y le dijo que lo amaba, y oí a Jean decirle que se moría de ganas de dormir con el. Entonces supe que Juan tenía esposa y que trataría de escaparse de alguna manera. Al separarse se besaron con lujuria y ternura. Se lavaron en un chorro y aproveché para irme.

Jean llegó a mi oficina y le dije que terminaría en unos minutos. Al irnos me pidió que lo enviara a supervisar una obra en una ciudad cercana, y me sugirio ir con Juan, quien era de confianza. Accedí pero si se quedaba en nuestra casa de playa, muy cercana a la ciudad. Sonrió feliz. Instalé unas cámaras HD diminutas con las que los grabé para confrontarlos, pero al ver que realmente se amaban decidí no intervenir. Hoy 2 años después ambos viven juntos como pareja