Por

Anónimo

agosto 24, 2013

4711 Vistas

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Curso de diversidad

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Por ley tuve que acudir a un curso de diversidad, junto a un compañero de trabajo. Al llegar advertimos que solo había hombres. La primera mañana fue en un salón donde se habló de pluralidad política, en la tarde conversaron sobre religión, y en la noche nos llevaron a un hotel en la playa. Allí nos pidieron desnudarnos y se llevaron nuestra ropa. Nos mandaron a duchar y nos pidieron estar listos en media hora. Sirvieron la cena y me sentía muy raro viendo a todo en mundo desnudo. Advertí que la mitad eran blancos y la otra mitad hombres negros. Al terminar la cena nos llevaron a un auditorio.

Pasaron una película porno de unos 15 minutos de sexo gay interracial y al finalizar se realizó un foro. Mi compañero se había excitado como muchos otros hombres en la sala y noté que miraba mis muslos. Al finalizar el foro nos dieron tiempo libre y subí a la habitación, poco después mi compañero llegó y comenzó a preguntarme si me había excitado. Vi como su sexo se erectaba y me sentí turbado, notando que solo verlo me excitaba. El rió y dijo: Creo que todos nos excitamos. Encendí la tele pero solo habían videos de porno gay interracial, decidí dormir, pero él continuó mirando. Desperté sintiendo sus manos acariciar muy suavemente mi trasero, mi pene estaba a punto de explotar, noté que besaba delicadamente mis glúteos y descubrí que era muy agradable. Después de un rato ceso y se durmió.

Al día siguiente después de desayunar noté una atmósfera más relajada. Entramos en grupos pequeños a salones, donde un psicólogo nos hizo muchas preguntas sobre sexo, luego nos dijo que haríamos unos ejercicios. Estos consistían en tocar y acariciar diversas partes del cuerpo de nuestras compañeros. Yo toqué sus brazos, manos, y hombros; el en cambio tocó mi trasero, ano, y cuello. Luego el psicólogo nos dijo que debía hacer cada uno comenzando por mi. Toma su sexo y acaricialo, me dijo. Me opuse pero insistió y me dio una explicación. Accedí y sentí su pene erectandose en mis manos. Mi propio sexo se paró violentamente, entonces el psicólogo dijo: Lo deseas a muerte, pero te resistes, deja fluir la sensualidad, mírense a los ojos. Empecé a hacerlo y el fue con otra pareja. Mi compañero me mirába con deseo y empezó a acercar su cara a la mía tomandome por los hombros, el psicólogo nos vió y dijo: dejen que todo fluya, no se opongan a nada. Ramón besó mi boca de una manera deliciosa, quería separarme por el temor que sentía. Sentí que mi pareja acariciaba mi espalda de una manera deliciosa, y al apretar mis glúteos no pude reprimir un gemido de placer. El psicólogo se puso en mi espalda y dió algo a mi compañero. Descubrí que era un gel muy baboso y que sus dedos empezaban a dilatar mi ano. No, no, dije soltandolo, pero el volvió a besarme haciendome acariciar nuevamente mi sexo y continuó su trabajo. Vi que todos salían, poco después entro el psicólogo con una cajita y se colocó en mi espalda. Mientras Ramón me besaba y acariciaba, él empezó a introducir dildos cada vez más gruesos en mi ano, entonces dijo: Ya esta listo para ti.

Ramón me giró y colocó su pene en mi ano y empezó a meterlo. Entró con facilidad al principio, aunque sentía que iba a rasgarme, pero luego sentí dolor y busqué separarme, pero me tenía tomado por la cadera, empujó con suavidad y gemí. Retrocedió y volvió a la carga. A la 5ta. vez mi cuerpo cedió y sentí como me llenaba aquel inmenso falo, aún me dolía un poco cuando lo metía profundamente en mi cuerpo. De pronto noté que había metido su sexo hasta la base de su pene. Grité de dolor y placer, mi pene empezó a eyacular, y no supe que era más rico, si el dolor, la sensación de llenura, o el placer que sentía.

Ramón empezó a cogerme para acabar poco tiempo después.

Al acabar me abrazó haciendo pegar mi cuerpo al suyo. Estaba de puntillas, mi trasero estaba levantado, el tenía sus piernas un poco flexionadas, y empezó a besar mi cuello, orejas, y boca. Volteé y vi al psicólogo grabandonos, y dijo: yo se que es delicioso y quieren quedarse así para siempre, pero separense y vayanse a su habitación. Ramón, hasle el amor hasta que quedes agotado.

La mañana siguiente fui totalmente depilado, me maquillaron, y me pusieron un hilo dental. 5 hombres blancos habíamos perdido esa noche nuestra virilidad. Luego nos llevaron a un teatro donde nos presentaron y tuvimos que narrar nuestra experiencia.

De 70 parejas que acudimos 56 terminaron teniendo sexo.

Al volver me convertí en la hembra de Ramón y empezamos a vivir juntos. Ahora estamos enamorados perdidamente a pesar que llevamos 2 años de relaciones


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3 respuestas

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