Cuando vio que entraba sin problemas empezó a moverse mas rápido; me encantaba esos movimientos, casi sin querer, empece a gemir como una mujer, me sentía toda una perra.

A él parece que también le gustaron mis gemidos, porque empezó a moverse mas fuerte. Cada vez que la me la metía se me movía todo, creo que hasta la cama se movía, eran unas empotradas muy fuertes, tanto que sentía que me partía en dos con cada metida. Así estuvo unos diez minutos, mi pene chorreaba, pero no quería masturbarme porque quería disfrutar todo junto, así que solo me tocaba un poco, aunque él me acariciaba los huevos de tanto en tanto, pero tenia sus manos en mi cintura para que las arremetidas fueran fuertes.

Después de un rato, me la metió bien hasta el fondo y cuando sentí su pelvis pegada a la mía, empezó a moverse muy rápido, era un vaivén espectacular; rápido y fuerte. Se apoyo en mi espalda y con sus manos en la cama, ahora de verdad parecíamos un perro con su sumisa perra. Me bombeaba con fuerza y velocidad, tanto que sudábamos los dos mucho y su respiración estaba muy agitaba. 

Mi culo ya no distinguía de ardor a placer, era todo junto a mi me encantaba, estaba atragantado de placer. Me tuvo así unos 5 minutos mas y después se empezó a mover muy rápido, estaba por acabar. Se levanto de vuelta y me agarro otra vez la cintura. ahora el bombeo era corto y bien rápido, hasta que sentí que su pene se hincho y libero su carga. Sentía que llenaba el ano de semen mientras él gemía de placer, se movía al compás de sus descargas, podía sentir que me llegaban bien adentro, pero esa solo fue la primera cogida (creo que no duro mucho porque el estaba muy excitado y yo también).

Nos recostamos juntos, estábamos agitados, después de unos diez minutos mas o menos, me dijo de vuelta que me pusiera en cuatro, ¿otra vez? le pregunté, y me dijo: «¿no me escuchaste? tenemos toda la noche; esto recién empieza» 

Yo temí por mi culito, hace una hora era virgen y ahora le esperaba toda una noche de embestidas. Pero me puse en 4 como me ordeno y me la metió de vuelta, esta vez sin dedos, solo su largo pene. Me embistió en esa posición un buen rato, tanto que yo perdí la noción del tiempo, me acabo varias veces adentro, tanto que mi culo chorreaba semen y su cama estaba toda manchada. Esa tarde lo hicimos en varias posiciones; me cogió en la cama en cuatro, en misionero (en la que me la metió muy al fondo pues me tenia abajo de el y me poseyó fuertemente); en el piso también en cuatro, me apoyo en el borde de cama y me tenia sujetado para que no me levantara, después fuimos al baño y me penetro sentados en el inodoro, también me la enterró contra la pared. 

Cuando nos dimos cuenta, ya eran casi las diez de la noche, ¡Habíamos estado cogiendo sin parar casi cuatro horas! Mi culo me ardía y me dolía de tantas cogidas, mi pene me dolía por estar tan tieso, él se movía lento porque también le dolía, estaba tan cansado. Despues me contó que hace varios meses que había cortado con su novia y no cogía dede hace rato, que andaba re caliente y se descargo conmigo.

Me quede dormido en su cama porque estaba muy agotado, dormí un rato y de golpe me despierto porque tenia una sensación rara ¡él estaba encima mio y me la estaba metiendo de vuelta! «Ey! ¿no estabas cansado?» le dije, pero me respondió «ya estoy bien otra vez». Así que me la volvió a meter hasta el fondo, parecía un atleta del sexo anal, su pene no se cansaba de estar tieso y el no paraba de bombear. Así, mientras yo estaba acostado, él me penetró. su movimiento era siempre fuerte y duro, con su pelvis pegada a la mía, como para que no se le escapara nada de mi culo y me cogiera bien cogido, así, estuvimos otro rato. Yo acostado y el encima mio, ensartandome. 

Cada cogida terminaba con mi culo lleno de semen, nunca acababa afuera, siempre me metía todo su espeso liquido, creo que habremos estados unas dos horas. Fueron cogida tras cogida, me penetro hasta el cansancio. 

La ultima vez fue larga porque él se movía lento, daba unos bombeos muy fuertes pero lentos. Su ultima acaba termino con un grito (creo que ya le dolía mucho el pene) yo estaba exhausto, y eso que solo estuve acostado, pero ya me sentía toda una mujer; cuando me cogía le preguntaba si le gustaba mi culo, pedía mas, le pedía duro, y hasta gemía.