
Por
Anónimo
Vecino cachondo
En alguna ocasión lo vi asomado, pero pensaba que era casualidad, hasta que me di cuenta que había colocado una silla al lado de la ventana. Mi vecino era un hombre mayor, grueso y con cara de salido.
Una noche llegué a casa y vi que estaba en la ventana, como escondido. Me dio mucho morbo y decidí cambiarme con la persiana subida y la luz encendida.
Me desnudé, me quité la ropa, el sujetador y las braguitas y discretamente hacía movimientos para que se me viera todo, como subirme a la cama para coger algo.
Hubo un momento que miré y noté como se estaba masturbando. Ufff! Que morbo me dio que se diera placer mirando mi cuerpo. Un día llegué más lejos y me masturbé para que lo viera. Lo hice con un juguetito.
Lo tenía obsesionado, todo el día asomado. Sabía cuando llegaba y se colocaba en su silla. Notaba el movimiento de brazo cada vez que se masturbaba y cada vez más rápido. Lo hice unas cuantas veces hasta que un día lo vi que tenía un móvil en la mano y ya corté. Además, me lo encontré varias veces en el portal y me dio miedo de como me miraba.
Lógicamente me daba igual que mirara pero no quería nada con él.
Me mudé y ya no lo volví a ver. Desde entonces me da mucho morbo que me miren, pero ahora tengo cuidado y sé cómo y dónde hacerlo
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