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Anónimo

septiembre 16, 2017

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UNAS VACACIONES DE DESCUBRIMIENTO DE MI OTRO YO, EL FEMENINO -PARTE-8

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Por: ByL

Y por fín llego el ansiado día de irnos de vacaciones, casi 3 meses desde que comencé a buscar la compañía adecuada para esas vacaciones “especialmente femeninas” que tantas ganas tenía de experimentar y casi un mes desde que tuve mi estreno como mujer en la cama de un hombre….

Uff, me levanté cachonda como una mona, y no pude más que empezar a pensar en lo que iba a pasar en unas horas y por los siguientes siete días, y no pude más que empezar a acariciarme y dejar que me invadiese el placer hasta llegar al orgasmo.

Me corrí y me fui a la ducha. En pocas horas tendría que estar ya en el aeropuerto, por lo que me vestí con un pantalón corto y un polo y unos zapatos náuticos. Cerré la maleta enorme que llevaba y pedí el taxi por teléfono. En 20 minutos estaría en la puerta.

Entones le mandé un wasap a mi acompañante para que supiera que iba ya al aeropuerto y le dije “Saliendo. Voy ya al aeropuerto…” y me respondió “allí te veo, zorrita”. Entonces pensé “pues empezamos bien el día” y sonreí de manera pícara para mí misma y empecé a dejar volar mi imaginación…

Al llegar al aeropuerto y dejar el taxi, me dirigí hacia el mostrador de facturación para dejar el maletón con toda mi ropa de mujer y muy poca de hombre que llevaba, y poco antes de llegar, en el pasillo me encontré con él. Nos saludamos y me dijo “bueno, guarrilla, estás dispuesta a disfrutar de las vacaciones?” y le respondí “por supuesto, en todos los sentidos, y tu?” y me dijo “claro, lo vamos a pasar muy bien” y entonces le dije “estoy segura de ello”… y nos reímos. Entonces nos acercamos y facturamos las maletas y dirigiéndonos a la puerta de embarque, pasamos por la puerta de unos servicios y me dijo “ven”. Nos metimos en el baño y nos metimos en uno de los reservados. Por suerte no había nadie que nos viese, y entonces me agarró y me dio un morreo increíble mientras me sobaba el culo con sus manos. Yo entonces le pasé la mano por el paquete y lo noté durísimo, cosa que me puso más cachonda y acentuó el morreo que le estaba devolviendo…

Salimos sin que nos viese nadie y nos dirigimos al avión. Entramos y nos sentamos juntos. Entonces se acercó a mi oído y me dijo susurrando “tengo ganas de follarte putita”, y le miré y le dije “y yo de que lo hagas”….

Durante las algo más de dos horas que duró el vuelo no pasó nada más, pero a mí la cabeza me daba vueltas pensando en lo que iba a pasar durante la semana y sabía que a él ya se le habían ocurrido muchas cosas. Nos cruzábamos miradas cómplices y muy pícaras y los dos sabíamos el porqué de ellas…

Alquilamos el coche y nos fuimos al hotel que habíamos elegido. Nos registramos, nos dieron las llaves y entramos en el ascensor… fue cerrarse la puerta y nos enrollamos. Empezamos a sobarnos, a meternos mano, a morrearnos… increíble.. por el pasillo que teníamos que recorrer hasta llagar a nuestra habitación el no paraba de llamarme puta, guarra, zorra, y todo lo que se le pasaba por la imaginación y yo le respondía siempre con un “mmm… ”.

Entonces entramos en la habitación y abrimos las cortinas y entonces y tras ver la vista al mar tan fantástica que teníamos, me dijo, “bueno nena, a despelotarse”… y entonces abrí la maleta y cogí el primer conjuntito que iba a ponerme para empezar a disfrutar y me fui al baño a cambiarme.

Cuando salí ya vestida del todo, con la lencería, los tacones, la peluca, maquillada y con minifalda y blusa muy transparente, me lo encontré encima de la cama completamente desnudo, con su polla ya bastante grande aunque no durísima.

Le miré y me dijo “ya te dije que iba a estar desnudo todo el día” y le dije “no esperaba menos”… entonces salí a la terraza y me dijo “¿y si te vé alguien?”, y entonces hice algo que él no esperaba. Me quité la blusa y la minifalda, quedándome sólo en lencería en la terraza, donde claro que podían verme, sin problemas, y empecé a caminar por la terraza, exhibiéndome. Se le puso durísima y me dijo “ven aquí zorrita”… entonces me acerqué a él y le dije “follamé”.

Echamos el primer polvo del día. Impresionante. Me encantó y a él también. Después nos quedamos en la cama, yo solo con el liguero, las medias y los tacones. Y me dijo “nos vamos a la playa un rato?” y le dije “vale. Operación bikini…” y empecé a reírme mientras me iba a limpiar un poco y a cambiarme. El también vino a la ducha y ahí no pasó nada más que unos besos y cuatro azotes.

Salimos de la ducha y tras secarnos le dije “bueno, a ver que bikini te gusta más” y empecé a enseñarle los que me había llevado. Todos tanga, y el sujetador a juego. Entonces los miró y me dijo “ese, el negro” y entonces cogí uno rojo que me gustaba más y delante de él me lo puse.  Le dije “te gusta cómo me queda?” y me dijo “joder nena”. Sonreí y volví a salir a la terraza, pero esta vez estaba claro que era un hombre en bikini el que paseaba así. Y esperaba que alguien estuviera mirando, quería que me viesen.

El se puso un bañador tipo braga náutica, super ajustado, se le marcaba todo el paquete y el culo, que le había muy atractivo.

Me puse unas zapatillas, una camiseta azul marino que aunque marcaba perfectamente el sujetador por delante y las tiras, tampoco se veía demasiado, y salimos de la habitación. Nos metimos en el coche y recorrimos un par de kilómetros hasta llegar a una zona de dunas donde se veía el mar como a 300 metros o algo más y pequeños círculos de roca donde ya sabía yo que era zona nudista. Aparcamos y directamente me quité la camiseta y salí del coche. Y ahí estaba yo. En mitad de la carretera, en bikini tanga y sujetador y los coches pasando y pitando. Nos reímos y comenzamos a andar por las dunas para llegar al mar.

El se quedaba detrás, sabía que para mirarme, por lo que le estuve provocando agachándome y haciendo que el tanga se metiera por el culo, y ajustándome los tirantes del sujetador. El de vez en cuando me decía “que puta eres”.

En un momento determinado y cuando no quedaban más de 100 metros para llegar al mar, me dijo “espera un momento”. Me dí la vuelta y se quitó el bañador, quedándose desnudo. Le sonreí y seguimos andando. El en pelotas y yo con mi conjuntito de bikini.

Por fin llegamos cerca del mar y elegimos una zona donde no había nadie a menos de 200 metros. Extendimos nuestras toallas y nos tumbamos. El boca arriba y yo boca abajo.

No pasaron más de 10 minutos cuando se acercó paseando un hombre, estaba claro que era un mirón, porque no nos quitaba la vista de encima, por lo que me acordé de la anécdota y le dije a mi amigo “te acuerdas lo que te conté del tío en la playa y yo en tanga?”, y me dijo “claro”. Y entonces le dije “quieres que ponga cachondo al mirón?” y me dijo, “que zorra, a ver lo guarra que eres”.

Entonces me dí la vuelta y esperé que volviese a pasar. Cuando lo hizo vio que yo también era un hombre, que no se lo esperaba al verme de espaldas. Entonces abrió los ojos por la sorpresa y sonriéndole abrí las piernas y me toque un pecho por encima del sujetador. El siguió caminando y pasó de largo y entonces me miró mi amigo y me dijo “putón”. Y nos reímos.

No pasarían más de 3 minutos cuando el mirón volvió y le dije a mi amigo, “aquí vuelve”. Entonces me puse de pie y en dirección al mirón comencé a desatar el sujetador lo más despacio que pude, moviéndome de manera sugerente. Me lo quité del todo y justo cuando pasaba en este caso a mi lado, me puse a 4 patas en la toalla, como si quisiera estirarla. El mirón no quitaba la mirada en ningún momento. Me tumbé de nuevo, esta vez de costado enseñándole el culo y mirando a mi amigo, que tenía la polla ya muy dura. Entonces pase mi mano por toda su extensión y el mirón lo vió y mi amigo me dijo “te ha visto, guarra”, y le dije “pues va a ver más”. Entonces me incorporé un poco y acerque mis labios a su polla, besándola con los labios y la lengua, pero no llegue a comérmela. Sólo quería excitarles a los dos. Me puse de pie y girándome hacia el mirón, me baje el tanga, quitándomelo y quedándome también desnuda. Me tumbé boca arriba y esperé acontecimientos.

Mire en dirección donde estaba el mirón y estaba claro que se estaba masturbando. Me miró mi amigo y me dijo “si, le has puesto cachondo”, y entonces dije sonriendo “si, y a ti también”, y me respondió “desde luego”.

Nos quedamos así y al rato volvió  a pasar el mirón, abrí de nuevo las piernas y sonriéndole pasó de largo, devolviéndome la sonrisa. No volvimos a verle.

Nos dimos un baño juntos y cuando ya empezaba a hacerse tarde, le dije a mi amigo, “me debes una cosa”, y me preguntó “el que?” y le dije “quiero que me hagas una mamada, aquí y ahora”, y dijo “encantado”. Entonces me tumbé abriendo las piernas y el a cuatro patas comenzó a comerme la polla, increíble. Que sensación. Una gozada. Yo gemía como una loca y le decía “venga, cómele la polla a tu puta”, “así cabrón, sigue”, “cómetela”. Y el se la metía hasta el fondo, cada vez más fuerte. En un momento le dije “me corro…” y entonces se apartó para que me corriera sobre mi misma, manchando todo mi abdomen y sus manos. Cuando terminamos y después de descansar un poco, le pregunté “te ha gustado comerte mi polla?” y me respondió, “me ha encantado putita” y nos sonreímos.

Entonces nos bañamos de nuevo y aprovechamos para limpiarnos un poco y me dijo, “bueno, vámonos”. Me puse mi bikini tanga y el sujetador y él se puso el bañador y comenzamos el camino al coche…

Volvimos al hotel y nos duchamos. Primero él y luego fui yo. Después, él una vez más se quedó desnudo mirando la tele y yo me vestí de nuevo de mujer. Esta vez sólo me quedé con un sujetador, un tanga de triángulo negro detrás, medias de silicona y tacones. Me puse una peluca negra y me pinté los ojos y los labios de rojo. Era todo bastante básico, pero estaba muy cómoda.

Entonces salí a la terraza, y estuve un rato apoyada en la barandilla. Miré hacia la piscina del hotel que ya estaba iluminada y no había nadie. Por la playa casi a oscuras tampoco se veía a nadie, pero miré a los lados y a la izquierda, un par de habitaciones más allá había una chica joven, tendría treinta y tantos y no era española, eso estaba claro. Ella estaba en topless y nos miramos. Me vio perfectamente en sujetador, y me sonrió. Luego se metió en su habitación y yo me senté en una silla que teníamos en la terraza.

Se le comenté a mi amigo que estaba pajeándose y me dijo que si se habría dado cuenta de que era un hombre y le dije que no creía…  Luego me quede sentada mientras él seguía masturbándose. Le miraba de vez en cuando y la verdad es que me gustaba verle y me ponía cachonda la escena, por lo que me empecé a acariciar por encima del tanga y a tocarme las tetas y los pezones por debajo del sujetador. Mmm… que gozada!.

Cuando se corrió, soltó un chorro de leche increíble y le llegó casi hasta la barbilla, uff… yo estaba empapada y el tanga igual. El me vió y dijo, “ya veo que te ha gustado mirarme”  y le dije, “si, mucho”. Entonces me levanté, me quité el tanga y entré en la habitación para cambiarme, pero antes, me giré hacia él y con mi polla mojada y medio dura, le pregunté si íbamos a salir a cenar o a pedir algo, por cambiarme y desmaquillarme o no. Y me contestó que lo que quisiera, pero que como antes en la playa me había hecho una mamada, ahora quería ser él el que me viese masturbarme, y asi me lo dijo “lo que quieras, me da igual, pero antes quiero que te masturbes y te corras para mí, quiero verte disfrutar de tu polla” y entonces empecé a provocarle, “quieres que me masturbe para ti?”, “quieres ver como se corre tu puta? Eh?” y me dijo “si, puta, correté para mi, venga zorra, correté, so guarra, quiero ver tu leche en ese cuerpo de puta que tienes…” yo estaba delante suyo, de pie, ya con mi mano masturbándome, con la polla durísima y empapada. Notaba que el sujetador ya me sobraba, quería estar completamente desnuda, asi que me lo desaté y se lo tiré, y entonces empezó a decirme “que tetas tienes, perra, menudas tetas de puta, tienes los pezones duros zorra”, y yo gimiendo como una loca y ya deseando corerme por el placer que me estaba dando. El estaba de costado, mirándome y yo en medio de la habitación, masturbándome como una loca, hasta que dije “me voy a correr” y el dijo “correte puta”. Entonces eche un chorrazo de leche hasta quedarme tranquila, allí temblando de placer. Tuve que sentarme porque me iba a dar algo. Tenía que recuperarme un poco, no podía más.

Algo más tarde, decidimos pedir algo para cenar en la habitación y nos dormimos pronto. Entre unas cosas y otras estábamos muy cansados.

Y solo había sido nuestro primer día de vacaciones, pero menudo día…

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2 respuestas

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