
Por
Anónimo
UNAS VACACIONES DE DESCUBRIMIENTO DE MI OTRO YO, EL FEMENINO -PARTE-7
Por: ByL
Desde luego tenía las cosas más que claras según se iba acercando el día de irnos a la playa, a disfrutar en todos los sentidos. Estaba claro que iba a ser un veranito donde la ropa iba a brillar por su absoluta ausencia y donde el morbo, el nudismo y el sexo iban a ser el denominador común.
En los últimos cuatro días, había hecho sexo por webcam con mi amigo tres días, y cada vez, durante más tiempo. Él era una máquina sexual en todos los sentidos y yo me había convertido en una auténtica puta viciosa que solo pensaba en follar todo el día y ser lo más zorra y lo más “mujer” posible. Y me encantaba. Había casi renunciado a mi género masculino.
Ya sólo quedaban dos días, en 48 horas cogíamos el avión y yo estaba muy ocupada porque tenía que hacerme una maleta de mujer. Que estrés. Vestidos, blusas, minifaldas, tacones, y lencería, además por supuesto del maquillaje y las pelucas. ¿Me cabría todo en la maleta? Además, tendría que llevar algo de ropa de hombre… Como ya había dicho, en la habitación iba a estar en lencería y vestida de mujer por completo, pero cuando saliese, lo haría como hombre, y según veía las maletas que tenía e iba seleccionando las cosas que me quería llevar, estaba claro que no iba a caber… necesitaba otra maleta más grande…
A todo esto, recibí una llamada en el ordenador, y cuando la cogí y se encendió la conexión, apareció él, como siempre desnudo, y me preguntó que si ya tenía todo listo, y demás… y le dije, “pues mira me pillas empezando a elegir las cosas que me quiero llevar y no me van a caber en la maleta”, y me respondió “bueno, conociéndote, seguro que te llevas la lencería adecuada, como la que llevas puesta ahora mismo, que me pone cachondo verte.” Entonces le dije “¿te gusta cómo voy? Porque es uno de mis conjuntos preferidos”.
Era un conjunto todo azulón, con sujetador y tanga de encaje, un liguero también azul y medias negras con costura, además de tacones de aguja metálicos dorados. Y llevaba una peluca negra larga, pero iba sin maquillar.
Entonces él me dijo “si, es muy bonito, te queda muy bien, me encantará ponerte a cuatro patas con él” y yo le dije “¿qué pasa, que solo piensas en follar?”, y él me respondió “¿y tu no?” y le dije “que cabrón, me has convertido en un putón y estás haciendo que me moje con solo pensarlo”, y entonces comenzó a reírse a carcajadas, la verdad es que hizo que yo también me riese. Después me dijo, “bueno, que, ¿vas a usar tu consolador hoy?”, y le dije “pues mira, de momento me voy a cambiar y me voy a por otra maleta, y luego cuando vuelva, depende de lo cachonda que esté, lo haré o no. Si quieres te llamo y me miras mientras lo hago” y me dijo “mejor quedamos y te follo yo”. Entonces le dije “bueno, anda, que me voy ya. Luego hablamos, ¿vale?”, y me respondió “venga, vale. Luego me llamas, zorrita” y me mandó un beso y desconectó la conexión.
Si, estaba claro que casi no íbamos a salir de la habitación y que iba a volver reventada en todos los sentidos. Iba a necesitar unas vacaciones para descansar y reponerme físicamente de las vacaciones. Empezaba a asustarme, pero por otro lado, me apetecía mucho. Ya iba a saco y me daba igual.
Cuando llegué al centro comercial, me dirigí a la tienda de las maletas y me atendió una chica preciosa, me quede embobado mirándola. Era guapísima y su uniforme de falda azul marino y blusa con chaqueta a juego con la falda me despertaron más de un sentido… Le pregunté por la maleta más grande que permitían en los aviones y me estuvo enseñando varias, pero mientras tanto yo me fijaba en cómo iba maquillada, pensaba en cómo sería su ropa interior y en sus zapatos, que eran de tacón ancho y bajo, y pensaba en como ganaría con unos buenos taconazos ya que tenía unas piernas bonitas… Al final me llevé una que me gustó y la consideré lo bastante grande para toda mi ropa de mujer y de hombre.
Cuando salí de la tienda, me dieron ganas de pasarme a comprarme algo más de ropa, y pensé en un vestido y algo de lencería, asique me dirigí al departamento de mujer del centro comercial a ver que veía. Después mucho mirar y buscar, encontré un vestido largo, de fiesta (según me dijo la dependienta) y que era muy sexy por el gran escote y la raja en la pierna que tenía, increíble, casi hasta la cintura me lo llevé.
Después me dirigí hacia la zona de lencería, y por el camino ya iba pensando en cómo ponerme ese vestido. Pensé que con el liguero y los tacones iba a ser impresionante, ya que desde luego se vería todo, pero que esa visión iba a ser un bombazo. Me puse cachonda de solo pensarlo y entonces me dije “en cuanto llegue a casa me lo pruebo”.
Cuando llegué al departamento de lencería estuve paseando a ver que veía y en un momento, pasé por el expositor de una marca francesa que tenía conjuntos de encaje bastante transparente en color amarillo, e inmediatamente llamó mi atención. Quería uno para mí. Poco después me llevé un sujetador y un tanga. Me costaron una pasta, pero ya sabía que la lencería buena vale dinero.
Me subí en el coche y puse rumbo rápido a mi casa. No tardé mucho en llegar, empapada, con la polla durísima y pensando en el nuevo vestido y en verme con él puesto, cosa que no tardé mucho en hacer. Conjunto de lencería negra sin sujetador por el escote, por supuesto el liguero y las medias y los taconazos, y acto seguido, el vestido. Uff, que sensación. Tenía vestidos y minivestidos sexis, pero como ese ninguno. Impresionante! Me quedaba como un guante y me hacía un cuerpo estilizado y un pecho bonito que dejaba ver el contorno de mis pechos pero no llegaba a marcar los pezones. Me encontraba guapísima. Me miré al espejo y como no llevaba ni maquillaje ni peluca, me dije a mi misma “nena, maquíllate, ya!”. Y me dirigí al baño a hacerlo. Necesitaba verme de mujer por completo.
Me puse una peluca rubia de pelo corto que tenía y cuando me ví maquillada y así vestida me quede mirándome al espejo un buen rato. Estaba increíble, no paraba de mirarme la pierna con el liguero visto y la media. Y de costado, casi que se veía el tanga si lo abría un poco más… era toda una declaración de intenciones.
Me toque por encima del vestido y estaba empalmada y entonces se me ocurrió algo que también hacía tiempo que no hacía, usar el plug anal que tenía guardado. Me fui al cajón donde tenía mis juguetes y lo cogí. Metálico, y no muy grande, tamaño mediano, con una “joya” por fuera. Lo miré, me lo metí en la boca y comencé a chuparlo mientras me abría el vestido y me bajaba el tanga hasta las rodillas. Abrí las piernas y me lo metí. Uff, que placer noté… me subí el tanga, me coloqué el vestido y me estuve paseando por la casa. Me imaginé así en el hotel, por la noche, mientras él desnudo me miraba…
Entonces pensé en devolverle la llamada como le dije que tal vez haría, pero pensé que no, que iba a ser una sorpresa y que se “iba a enterar”…
Esa noche no hablamos, pero por la noche disfrute yo a solas…
Y ya sólo quedaba un dia…
2 respuestas
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