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Anónimo

abril 14, 2021

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Mi sueño se ha hecho realidad

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Por: ByL

Hace poco que mi sueño se ha hecho realidad. Mi fantasía cumplida. Lo que llevo años buscando por fin lo he conseguido…

Hace mucho tiempo que me gusta vestirme de mujer, si lo reconozco, soy lo que se llama “una crossdresser”. Me encanta vestirme con lencería muy sexy y vestidos ultra cortos, lo que se podría decir, muy al estilo puta. ¡Lo reconozco, me encanta! Llevo años haciéndolo siempre en privado, en mi casa y en los hoteles cuando me he ido de vacaciones.

Me encanta vestirme, pintarme, transformarme por completo… y estar así todo el día. Me vuelve loca y mi cabeza vuela. Me transforma en la zorra que me gusta ser. 

Y nunca lo he hecho con nadie ni para nadie, pero todo eso ha cambiado recientemente…

Hace ya algún tiempo comencé a entrar en contacto con una mujer con la he quedado varias veces para simplemente tener sexo. Nos conocimos a través de internet de una página de contactos liberales donde además puse lo que me gustaba y lo que buscaba, que no era otra cosa que lo que he encontrado con ella.

Una mujer liberal, apasionada del sexo, de la lencería que me gusta, de los tacones de aguja, y con ganas de experimentar mi mundo, el mundo de las crossdresser, es decir, de mí misma como mujer. Al principio no quería que me vistiera como ella para nuestras sesiones de sexo, pero le ponía mucho mas cachonda cuando le hablaba de las ganas que tenía yo de hacerlo así con ella… y terminaba siempre metiéndome un consolador y haciéndome disfrutar como “su puta”.

Hace un par de meses, después de follar como locas, le dije que cuando me iba a dejar vestirme de mujer para ella y follar en lencería las dos y sentirme lesbiana con ella. Y su respuesta fue la que por fin quería escuchar. “Ahora mismo”.

Nos levantamos de la cama, fuimos a la ducha y al salir, me llevo a su “armario sexy” como lo llama ella, donde tiene toda la ropa sexy que se pone para el sexo y que tanto me gusta, y me dijo, “elije, a partir de ahora, vas a ser siempre mi zorra. Este va a ser tu templo del placer conmigo. vístete y ven a la cama, puta.”

Sólo oír eso de su boca y por la forma de mirarme tuve una erección instantánea que ella vio perfectamente.

Empecé a coger un conjunto de sujetador, tanga de hilo, liguero, medias con costura… encontré una super minifalda de cuero y una blusa negra muy transparente… 

Me lo puse todo allí mismo, delante del armario, y cuando terminé me dirigí al dormitorio, donde estaba ella en la cama, completamente desnuda, pero con un arnés y un consolador puesto al que estaba “masturbando”. Me vió y me dijo, “puff que zorrita eres, me encanta, pero te falta la peluca, los tacones y que te pinte como una puta, pero eso será otro día. Ven aquí y comete mi polla ahora mismo.”

Me acerqué a ella y poniéndome encima de ella empecé a besarla, a acariciar sus tetas, a lamer esos pezones que me vuelven loca, a acariciar todo su cuerpo, hasta que llegué a esa polla de plástico que mantenía en su mano, realista, grande y por supuesto, dura. Me miró y cogiéndola, me la llevó a la boca y me dijo, “chupalá”.

Y lo hice, ella quitó su mano y la cogí yo, primero chupándola de abajo a arriba, hasta metérmela en la boca por completo. Aprendí a hacer no sólo esas mamadas que ya había practicado yo antes con los consoladores que yo ya tenía, sino a hacerlo hasta el fondo, hasta la arcada. Ella disfrutaba y yo me sentía tan lesbiana, tan guarra, tan puta que estaba disfrutando casi como en mi vida. Sentía mi polla más dura que nunca con el tanga empapado, mis pechos acariciando la tela del sujetador y mi culo cada vez más preparado para que hiciera lo que quisiera con él.

Después de follarme la boca durante eternos minutos que disfruté enormemente, me la quitó de la boca y me dijo “desnúdate puta, te voy a reventar”.

Me puse de pie y empecé a quitarme la minifalda y me dijo, “despacio zorra, quiero ver como disfrutas desnudándote. Quiero que te exhibas para mi mientras lo haces”.

Entonces empecé a moverme despacio, a bajar muy despacio la cremallera, a pasar mis manos por la minifalda y a mirarla mientras lo hacía. Yo estaba disfrutando, pero esa mirada lasciva suya de puro vicio que tenía, me ponía aun más cardiaca de lo que ya estaba.

Finalmente, la minifalda cayó al suelo, dejando en evidencia mi erección increíble a través del tanga, lo cual le gustó, porque me dijo “si, ya veo, menuda guarra eres cuando te vistes de putita…” y entonces no pude más que decirle “joder, estaba deseando estar así contigo”, y entonces me dijo, “quítate la blusa, quiero verte pasear en lencería antes de follarte”.

La blusa casi se desabrocho instantáneamente, quedándome sólo en lencería delante de ella, y al ser mi primera vez así delante de alguien, se suponía que podría darme vergüenza, pero fue lo contrario… me sentí genial, confiada de estar haciendo realidad mi sueño, lo deseaba y se notaba.

Estuve andando un rato por la habitación así, exhibiéndome en lencería y entonces me dijo, “en cuanto te compre tacones, una peluca, y te pinte, vas a ser mi puta siempre” y le dije “no sabes cuánto lo deseo, quiero ser una puta, me muero de ganas de ser tu zorra cada día.”

Entonces se levantó de la cama, se acercó a mi y cogiéndome la polla a través del tanga me dijo, “pues prepárate porque te voy a hacer mujer, y a partir de ahora sólo tendremos sexo lésbico” y entonces me dio un morreo realmente fantástico. Tras él, me dijo, “ponte a 4 patas en el borde la cama, te voy a reventar el culo de guarra que tienes”.

Me acerque a la cama y poniendo mi culo en pompa, me bajó el tanga y me abrió las piernas, y entonces me metió esa polla de plástico en el culo, dándome primero despacio y preguntándome si me gustaba, pero yo no podía parar de gemir, para luego seguir cada vez más fuerte y cada vez más hasta el fondo… 

Me folló durante no se cuanto tiempo, me corrí dos veces seguidas mientras ella no para de follarme y de reventarme, hasta ya no poder más y pedirla que parase.

Paró y sacó su polla de mi culo, estaba reventada y se lo dije, y me respondió “te ha gustado zorra?” y le dije “demasiado.”

Entonces nos besamos y nos acostamos una junto a la otra en la cama. Me miró y me dijo “que puta eres, me alucinas.”

Y le respondí “gracias”. Entonces me quité el sujetador que aun llevaba puesto y empezó a tocarme mis tetas y a chuparme los pezones que se me pusieron duros instantáneamente. Entonces me miró mientras me los chupaba  y me dijo “mmm, que duros están, me encanta”.

Y entonces fue mi turno, ya casi no podía con mi cuerpo de las corridas que me había llevado con su follada, pero no iba a dejar que se librase de que yo la follase y se corriese igual.

La cogí y la dí la vuelta, pasando a estar de encima de mí a estar yo encima, y ahí comenzó otra sesión de sexo, donde tras quitarle el arnés, le metí la polla por todas partes, hasta que se corrió ella otras dos veces, por supuesto mientras nos decíamos de todo y hacíamos de todo. La reventé el culo igual que ella a mi, y me dijo que el sexo anal la volvía loca y que quería que la reventase así siempre.

Volvimos a quedar dos días después y ya me había comprado una peluca rubia, unos taconazos de aguja y un set de maquillaje completo.

Me abrió la puerta de su casa como a mi me gusta, vestida de la puta que en el fondo es, y directamente tras morrearnos en la puerta me llevó al baño y me enseñó la peluca y los tacones y me dijo “prepárate zorra, desde esta noche vas a ser mi puta cada día. vístete y luego te maquillaré como una mujer para que me folles como la lesbiana que eres siempre que estemos juntas.”

Desde entonces el sexo entre nosotros es brutal, casi hasta caer rendidas, sesiones maratonianas… Nos encanta hacer de todo y nos gusta insultarnos y decirnos toda clase de burradas, hace que nos ponga mucho más cachondas. 

Un día después de disfrutar juntas me dijo que porque no me iba a vivir con ella, que le encantaría tenerme de mujer las 24 horas con ella. La respuesta inmediata estaba clara, “si, desde luego, me vengo a vivir como mujer contigo, quiero ser tu novia, tu puta, tu zorra, quiero ser tuya y estar todo el día vestida de guarra para ti.”

Evidentemente, tocó otra sesión interminable de sexo lésbico salvaje.

Al día siguiente, hice la mudanza y me fui a su casa, donde ahora me paso el día vestida de mujer excepto cuando tengo que salir a hacer algo o salimos juntos a algo, ya que de momento, sólo sigo vistiéndome en la intimidad de nuestra casa. Pero es llegar a casa y vestirme. Dormimos en lencería o desnudas todos los días y he aprendido a maquillarme bien, aunque de vez en cuando es ella quien quiere maquillarme.

Ya no hay un solo armario sexy, ya tenemos 3 y desde luego una casi infinita colección de juguetes sexuales de los que hacemos uso más que frecuentemente.

Me paso el día vestida de puta, paseándome en lencería, completamente transformada en una mujer con mis pelucas y maquillada, y siempre subida a unos taconazos… y disfrutando de haber encontrado a la mujer de mis sueños en todos los sentidos. Y follamos todos los días y más de una vez al día la mayoría de los días.

Mi sueño hecho realidad.

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2 respuestas

  1. nindery

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