Cuando estudie la prepa, mis ganas de conocer más sobre pies de chicas creció al por mayor, ya que veía a muchas compañeras en la escuela usar sandalias, cuando era temporada de calor, cosa que aprovechaba y entre cada receso las podía ver en el patio exhibiendo sus lindos pies, de ahí también nació mi afición a ver los pies arreglados y con las uñas de colores cuando en una ocasión una compañera llegó a clases con sandalias y pedicure amarillo en un pie y verde fosforecente en el otro, esto me enloqueció (años después hice que una novia usará un pedicure similar).

En ese entonces no tuve una novia formal, me divertia con un par de amigas (Silvia y Jess) pero no pasaba de fajar con ellas, a las dos les confesé mi gusto por los pies… Por sus pies, con Silvia (que en la actualidad aún convivo con ella y sabe de mi gusto por sus pies) solo quedó en platicarle lo que queria que me hiciera con los pies. (por el momento). Los pies de Jess me gustaban más que los de Silvia, eran morenos, pequeños como del 3, le gustaba tenerlos arreglados y pintados siempre y aunque no fuera así era algo muy sexy en ella. Para esto Jess es morena como de 1.60 de estatura de esas chicas con poca teta y culo bien formado, complexión normal, ella no había tenido novio y a mi me gustaba jugar con ella, la bromeaba diciéndole «sí tú quisieras podrías tenerme a tus pies» ella se reía y me decía raro, pero cuando me mandaba mensaje me decía «mis pies te extrañan» o «necesito cariño en los pies» por lo que siempre me tenía pensando en ellos.

Cuando salia con Jess la invitaba a caminar un rato, ir a parques solitarios para poder estar cerca de ella y siempre que podía tocaba sus pies, aunque ella cuando veía gente venir gritaba «ya deja de tocar mis pies» y me hacia ver como un pervertido, eso la causaba gracia. Con ella no paso de besos, fajes, tocar sus pequeños pechos en sitios escondidos de la ciudad.