Era una tranquila tarde de viernes, acababa de regresar del colegio despues de jugar un partido de fútbol y me sentía cansadisimo, lo único que quería era llegar a casa y beber un vaso de agua helada y jugar mis videojuegos favoritos. Mi mamá había estado fuera toda la mañana haciendo diversas diligencias acompañada de su mejor amiga de hace ya varios años llamada Sara, que tambien es la mamá de uno de mis amigos.

Sara es una mujer de buen porte. Es alta, de aproximadamente 1.75 metros, tiene un trasero enorme y jugoso, un busto que parecía dos enormes montañas redondas, unas largas y robustas piernas que descansaban sobre dos hermosos zapatos de taco alto negros, vestia un vestido azul con rayas horizontales negras lo suficientemente corto para dejar a la vista los majestuosos muslos.

Casi siempre salían a hacer diligencias juntas y en ocasiones almorzaban juntas. Yo me encontraba descansando sobre un sillón cuando ambas entraron, aparentemente ninguna de las dos se percataron de mi presencia pues alcance a oir que Sara dijo a mi mamá que se sentia un poco molesta del estomago, pues sentia que había comido demasiado y paso su mano sobre su vientre. En ese momento me vieron y me saludoran ambas, ellas se quedaron platicando en la mesa del comedor y yo me fuí a mi cuarto. En varias ocasiones yo me había masturbado pensando en la amiga de mi mamá pues a sus 42 años y a pesar de haber tenido ya 3 hijos, con su enorme trasero y gigantescos pechos era mucho más atractiva que muchas de mis compañeras de clase. Ese día no fue la excepción pues mientras ellas platicaban animosamente yo disfrutaba mis fantasías en la privacidad de mi cuarto.

Despues de casi una hora finalmente salí de mi cuarto y me dirigi a la cocina a buscar algo de comer. En ese momento mi mamá dijo que había olvidado hacer un pago y era el último día para hacerlo. Le dijo a Sara que se pusiera comoda y que ella regresaría en unos momentos pues el banco no estaba lejos de casa. Tomo las llaves del auto, su chequera y salió disparada de casa.

Sara se quedo en silencio unos minutos en la mesa del comedor y se dirigio a mi que veía televisión en la sala:

-Me prestas tu sanitario.

-Adelante. Respondí yo.

Entro al baño y yo me levante y me acerque a la puerta con la esperanza de lograr escuchar el sonido de algún pedo. En ese momento sono el telefono celular que había dejado sobre la mesa, yo dude en contestar, pues no era mi telefono pero despues de ver que la llamaba una de sus hijas conteste y a través de la puerta le avise de la llamada.

-Puedes pasarme el telefono.

Me dijo mientras abria un poco la puerta. Yo se lo pasé y atendio la llamada, mientras yo esperaba afuera de la puerta sin atreverme a asomarme. Despues me dio de vuelta el telefono. En ese momento perdí el miedo y la timidez y le dije:

-¿Puedo entrar Sara? Quiero ver como hace popo.

Espere un minuto y escuche una respuesta, que me dejo sorprendido.

-Claro, adelante.

Entre y la encontre con el calzon en los tobillos, era un hermoso calzon negro con encaje. Ví su preciosa concha peluda y me quede sin reacción.

-Vamos, no te quedes ahí parado. ¿Quéres ver o no?

Se hizo un poco hacia adelante y yo metí mi cara detras de su espalda para ver dentro del retrete. Hizo un esfuerzo y de su culo comenzó a salir un hermoso tronco color marrón bastante grueso y largo. El olor era fuertisimo y excitante.

-Comí demasiado pollo frito, es mi comida favorita pero aveces me pone así.

Yo no respondi, me encontraba hipnotizado por semejante espectáculo que estaba presenciando. En ese momento reaccione y le dije:

-Usted tiene un trasero espectacular, lo amo.

-Muchas gracias, me dijo mientras pujaba y comenzaba a salir el segundo mojón, que olia incluso peor que el anterior.

En ese momento le dije que no usara papel, que yo con gusto le limpiaba el culo.

-Eso me encantaria. Dijo mientras se levantaba y daba media vuelta para dejar frente a mi rostro su enorme y redondo trasero con restos de caca dentro de las nalgotas.

Saque mi leguna y con los ojos cerrados comence a lamer su ano y los costados de las nalgas. Era un sabor amargo que me sabia a gloria. No podia creer lo que estaba haciendo, por primera vez estaba cumpliendo una de mis fantasias más locas. Despues de dejarle el trasero reluciente de limpieza. Me pare, ella se inclino y comenzo a darme la mejor mamada de mi vida. Eyacule tan fuerte que sentí que me secaba, ella me miro sonriendo y comenzo a saborear mi semen mientras me guiñaba el ojo y al final se lo trago. Salí del baño sintiendome sumamente relajado mientras ella jalaba la palanca para dejar que los dos maravillosos, enormes y olorosos troncos marrones se fueran por el retrete.

Me fuí a mi cuarto y despues de algunos minutos regreso mi mamá del banco, Sara se despidio y se fue.

Despues de eso cada vez que nos veíamos, en silencio ambos recordabamos esa experiencia con complicidad y sonreíamos. Ninguna de mis novias quiso experimentar eso y con ella nunca se volvio a repetir pero puedo decir que ha sido de lo mejor que me ha pasado.