Desde siempre, a muchos les ha atraído de manera sobrehumana el hecho de contemplar a una mujer desnuda y ataviada únicamente con un buen par de medias. Podría decirse que era un fetichista absoluto de esta prenda femenina tan sexy y provocativa, y para él era lo máximo llegar a acostarse con una chica que sólo llevara unas medias como única cobertura. Aquella misma noche había ligado con una jovencita por internet. La cual estaba dispuesta a follar cómo a él le gustaba. , así que estaba deseando ponerse manos a la obra y catar a aquella chica de una vez.

, excitado, abrió la puerta, y se encontró a un bellezón de los de toma pan y moja. Desde luego, las fotos que aquella chica le había mandado eran totalmente ciertas, y la joven era toda una sensualidad despampanante. Por supuesto, llevaba en las piernas un buen par de medias de rejilla negras, las cuales habían empalmado a odesde el primer momento.

 Era una delicia poder conversar con la muchacha antes de penetrarla salvajemente, ya que convertía la relación en algo mucho más excitante. Después de conocerse un poco más en profundidad, agarró a la chica de la cintura y se lanzó a besarle en la boca. Sus labios se unieron en un desenfreno mutuo, jugando con sus lenguas y entrelazándolas en una espiral sin fin. Poco a poco, fue desnudando a la joven hasta dejarla completamente desnuda. Bueno, completamente desnuda no, ya que las medias era la única prenda que no podía ser retirada en toda la noche.