
Por
Anónimo
Los deseos del placer.
«Ya no te impresiono como la primera vez verdad?» Quise decir algo, pero ella me detuvo y solo me dijo «No!, esta bien y mejor que sea asi antes que me digas una mentira». Manuela salia del baño para ella terminar de arreglarse en el dormitorio. No sabia que hacer y continue con la navaja, pero pensando en lo que Manuela me habia dicho. Tuve temor a que ella podria mas tarde a ponerme los cuernos, pero no miraba en ella que tuviera el valor de hacer semejante cosa. Esa noche yo estaba con mi amante dandole duro al chaca-chaca y a veces ella, Manuela, se me venia a la mente. Llegaba a las once de la noche con conciencia de culpabilidad y ella estaba dormida. Note que Manuela habia dejado de esperarme desnuda y eso me molestaba porque como ser humano ella necesitaba de mis caricias. Era un problema conciliar mi sueño y trataba buscarle la solucion al problema antes de que fuera tarde. Una madrugada senti que Manuela se levantaba de la cama sin saber ella que yo estaba despierto y preferi quedarme ahi haciendo que dormia porque de saber que yo estaba despierto hubiese querido que me la cogiera y mejor no porque los deseos de cogerla ya no estaban en mi. Note que no regresaba y fui a ver que pasaba cuando la mire sentada en el sofa, meditando. Estaba desnuda y con cuidado regrese a mi cama. Estando en el trabajo se me ocurria algo loco que se lo comente a Manuela y a los dos nos causo mucha risa y en un acuerdo de los dos decidimos hacer lo que se me habia ocurrido hacer con Manuela.
LLego el plomero a casa y yo me hice pasar como un vegetal sentado en una silla de ruedas y el plomero pregunto por mi y Manuela le decia que yo era su marido, pero en un accidente de autos yo habia quedado todo jodido, hecho una mierda. El pomero me quedo mirando y le decia a Manuela cuanto lo sentia. Desde ahi el plomero le miraba constantemente el culo a Manuela que vestia con ropa muy atrevida. Manuela, a veces me miraba y le hacia señas a ella que lo estaba haciendo bien. El plomero se metia bajo el lavadero mientras Manuela se quedaba ahi cerca del plomero y mire que el plomero miraba la piernas de Manuela y me imagino que le miraba hasta sus bragas. Llego la hora del almuerzo y el pomero invitaba a Manuela a comer. El plomero ordeno comida al restaurante y se iba a buscarlo. Una vez solos le decia a Manuela que se quitara el calzon y Manuela me decia que yo estaba loco «Que pasa si me quiere coger Tony?» me pregunto ella y le conteste que fuera hasta los extremos y ella me decia que yo deberia de entender que ella llevaba dias de no coger y este plomero hiciera lo que hiciera despertaria las hormonas hasta las que van en sus uñas. Le conteste a Manuela que tratara y que si se iba mas alla de los limites como querer pegarle entonces las cosas serian diferentes.
Despues de almorzar habiamos tomado posesion y yo estaba en la silla de ruedas actuando como un idiota. El plomero se metia bajo el lavadero de la cocina y Manuela me miro y se fua a ponerse cerca del plomero y note la reaccion de él cuando descubria que Mnauela estaba sin bragas. Deje de escuchar el trabajo del plomero y me imagine que ya estaba mirando a Manuela cuando ella le preguntó al plomero que si neceitaba algo. Yo escuche que el plomero dijo «Si quiere bajeme la cremallera de mi pantalon: Manueal se hacía la desentendida y le preguntaba otra vez, pero el plomero ya no dejo nada. Manuela me miraba y con señas le decia que le preguntara al plomero una vez mas y el plomero volvio a repetir que le bajara la cremallera de su pantalon. Manuela hizo lo que el plomero le habia peido y salia esa berga parada del plomero y Manuela qu se chupaba los labios de su boca «Distraigame señora para hacer un buen trabajo de plomeria». Manuela se acomodo abriendo sus dos piernas y la estaca de pija del plomero le apuntaba directo a su raja.
Le indique a Manuela que bajara y ella obedecia haciendo todo como toda una profesional del tubo. Bajaba y bajaba y nunca penso que la mandaria a sentarse en el pito del plomero. Sabia que Manuela tenia unas ganas y su oportunidad le habia llegado gracias a mi idea. Me encanto ver a mi mujer clavando al plomero hasta que se salio del lavabo de la cocina y comenzo con un oral en la panocha de mi mujer. El plomero me quedo mirando y le decia a mi mujer que me iba a poner contra la pared porque no podia concentrarse en estarme mirando ahi frente a ellos. El mal parido del plomero me puso cara a cara contra la pared y ya no pude ver nada mas que solo escuchar los gemidos de Manuela. De repente ella le decia al plomero «Papi me voy a correr en tu berga» Me quede quieto en la silla y el plomero le decia que Manuela estaba rica y que seria conciente con la paga del trabajo de reparo de la plomeria. El plomero tomo dos horas mas para reparar la plomeria del lavabo de la cocina y antes de marcharse Manuela le pego una mamada de pito y para que yo escuchara decia que su situcacion era dificil por tener un hombre en silla de ruedas sin poder hacer nada. El plomero remataba una vez mas a Manuela y se iba de lo mas contento. Esta fantasia erotica me hacía rectificar el error mio para nunca mas dejar a Manuela sin mantenimiento en la cama porque mi mujer es guapa y sobre todo buen culo que me la cojo muy seguido para mantenerla muy contenta. Si no se atiende la tienda, otro vendra para que la atienda.
2 respuestas
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