Estoy a solas con mi mejor amigo. Le acaricio la polla por encima del pantalón y me lanzo a sus brazos. Empezamos a liarnos con pasión. Entre beso y beso metemos la lengua, nos besamos en el cuello y recorremos el cuerpo del otro con las manos. De repente me dice que pare, que nos vayamos a otro sitio para que le haga cumplir una de sus fantasías: sexo en público.

Vamos caminando por el pueblo mientras introduzco mi mano en su pantalon. Comienzo a acariciar su polla por encima de los calzoncillos, y cuando comienza a crecer acaricio su culo desde dentro de los calzoncillos. Al final me animo a dar el paso, introduzco mi mano en el interior de sus calzoncillos y le toco la polla. Noto cómo se le pone más dura poco a poco mientras le realizo una suave paja.

Tras dar un paseo llegamos al centro comercial y allí empieza el espectaculo de verdad.

Comienzo a pajearle más y más al tiempo que su polla se va poniendo más erecta.

Mis manos acaban llenas de su líquido preseminal. Después de pajearle delante de todo el mundo él decide que va a enseñarlo todo de verdad. Me dice que me va a enseñar a hacer una buena paja y se saca su polla para que todo el mundo la vea. Agarra mi mano y la mueve sobre su polla. Hace justo lo que dijo, enseñarme a hacer una buena paja.

Tras mostrar esa clase a todo el mundo, me bajo los pantalones yo también. Dejo mi culo al aire y lo restriego contra su polla, que continúa poniéndose más y más dura. La gente nos mira fijamente mientras nos restregamos y gemimos. Me doy la vuelta y le beso con pasión mientras le pajeo de nuevo.

Decidimos cambiar de escenario para el siguiente espectáculo y nos vamos al baño.

Con unas irrefrenables ganas de sexo, mi amigo me pone encima del lavabo y empieza a penetrarme. Los dos nos movemos y gemimos sin parar hasta que entra una señora en el baño. Entonces mi amigo saca su polla de mí para correrse en la cara de la desconocida.