Desde hace tiempo venía deseando tener una aventura con un cliente, con alguien que no conociera de ningún lado y que seguramente no volvería a ver. Y anoche, sucedió. Eran más o menos las 7:00 pm, las calles estaban solas, el cielo estaba terriblemente nublado, y la brisa estaba bien fuerte. Yo ya había decidido irme a mi casa, cuando recibí la solicitud de un ride corto, como de 15 minutos, así que decidí hacerlo. Cuando vi la foto del tipo, me emocioné porque se veía como 10 años mayor que yo, de unos 35, (casi nunca tengo clientes jóvenes). Entonces llegué a recogerlo, me hizo esperar unos minutos, pero pacientemente me quedé ahí frente al edificio esperando por el tal “Juan”. Veo a un tipo súper musculoso y bien vestido acercándose a mi carro. El verificó la matrícula y procedió a sentarse en la parte de atrás. Tenía un perfume exquisito, demasiado delicioso. Lo saludé con una sonrisa, una mirada rápida y comencé a manejar.

El GPS decía 16 minutos de distancia, así que debía actuar rápido si de verdad deseaba cumplir esta fantasía. Así que empecé sacarle conversación, sobre su nombre, que sonaba muy varonil… El se sintió halagado, por supuesto, yo podía notar como me desvestía con los ojos desde el asiento trasero, seguro se estaba imaginando mis senos. Le gustó mi voz, me dijo que le parecía muy sensual, y que mis manos eran hermosas, me dijo mientras me sonreía. Llegamos al destino, era otro edificio enorme en donde parecía que se estaba celebrando una fiesta de oficina o algo así. Juan me dice que por favor lo llevara a la parte de atrás del edificio y yo acepté. Llegamos y me pidió que me estacionara en lo oscuro. Ya yo estaba sospechando que algo raro pasaría pero seguí y puse mi carro en pare, voltee y estiré mi mano para tocar su pierna y lo miré a los ojos mientras me mordía los labios. “Puedes encender la luz?” Me dijo bajito. Encendí el bombillo que está en el techo y vi su erección máxima sobresaliendo de su pantalón. Que rico!! Le bajé la cremallera y salió su verga completamente dura, yo seguía sentada en el asiento del conductor pero con mi brazo estirado al 100% hacia la parte de atrás haciéndole una paja a este chico. La tenía no muy grande la verdad, tamaño regular, pero con una cabezota enorme… Juan no tardo mucho en venirse, nisiquiera tuve que mostrarle mis tetas o hacer nada más que tocarlo. Terminó en mi mano, le ofrecí una toallita húmeda para limpiarse, luego me limpié yo y le dije que lo dejaría al frente. El accedió y cuando se iba bajando del carro, se despidió con un “gracias hermosa, espero verte de nuevo”…