septiembre 18, 2013

10006 Vistas

septiembre 18, 2013

10006 Vistas

Yogurin Superdotado

0
(0)

Sirva este relato verídico y apegado a la realidad para rendir honor a una relación esporádica excitante y a la que como resultado tengo a un hermoso hijo de 3 añitos y medio. Soy una mujer morena, de pelo largo, color castaño azabache, mido 1 metro 72 centímetros, y un cuerpo a decir de mis allegados espectacular, ahora tengo 37 años aunque todo el mundo piensa que tengo 30 años, con 53 kilos. Soy divorciada, me case muy joven y no pudimos tener hijos por circunstancias de saludad de mi ex. Nunca había sabido de verdad lo que se siente al tener una relación sexual completa.

Un Viernes de hace ya tres años largos, me decidí a salir con unas compañeras de redacción por la noche Sevillana, hay conocí a ese hombre maravilloso que me hizo sentir única y que por cierto es el padre de mi único hijo, por motivos que no interesan al lector no daré el nombre del joven puesto que el ignora que yo me quedara embarazada esa noche y creo que lo mejor es que siga siendo así.

En un famosa y lujosa discoteca de la ciudad (A******) bailaba con unas amigas en la zona VIP, hasta que el encargado del lugar me presento al chico en cuestión , el cual pese a su extrema juventud me atrajo muchísimo,era atractivo y muy sexy, y daba la impresión de saberlo por su seguridad, estaba claro que ese yogurin tenia mas experiencia que yo.

Ante mí tenia a un chico que rozaba el metro noventa, 20 años y con un cuerp delgado pero trabajado seguramente en el gimnasio, le vi su cara, la cual era muy expresiva y dulce, hablamos durante horas, bailamos, bromeamos, nunca me había sentido tan cómoda con alguien, nos vimos intensamente a los ojos y con una sonrisa le agradecí su gesto y sus palabras halagadoras.

Cuando le dije mi nombre «Ana Cristina» él se rió y me dijo que era muy largo el nombre, cosa que me hizo sonreír mucho.

Volvimos a bailar, muy juntos, el bailaba como indiferente, sin embargo, me di cuenta que el continuo roce con su cuerpo estaba despertando su virilidad y comenzó apoderarse de mí un deseo sexual irrefrenable y viéndole la cara a mi compañero de baile, me di cuenta que era el Adonis que había esperado durante muchos años, yo comencé a sentir su erección, su mano dulce me levantó la barbilla y me dio un beso muy suave en mis labios, me invitó a sentarme en un sofá en un reservado, yo me dejé arrastrar y pedimos dos copas más. Su índice comenzó suavemente a deslizarse por mi cara, mis orejas, mi cuello y luego su dedo comenzó a jugar con mis pechos, yo no sabía qué hacer ¿rechazarlo por su juventud o bendecirlo por el placer que me estaba dando?. Yo ya no pude más y me lancé sobre él y lo besé en sus labios, el chico respondió a mi beso y me abrazó pasando sus manos por mi espalda, sus manos fuertes apretaban mis hombros y me hacían ser más agresiva, me olvidé de todo lo que había sido mi vida hasta ese momento, y solo pensé en dar rienda suelta a lo que considero mi baja pasión, Iván. Le abrí los botones de la camisa, sus pectorales sin un vello fueron una tentación para mí, procedí a morderle suavemente el cuello y jugué con él convirtiéndolo en juguete de mis labios y mi lengua, eso fue como un resorte que disparó en él todos sus deseos sexuales, me levantó y me pegó contra la pared, su boca recorrió mi cuello y de inmediato una de sus manos se apoderó de mí, yo por mi parte no permanecí tranquila comencé a besarle su oreja y acariciar su pelo. Se apoderó de mi lengua y abrazándome y pegándose fuertemente a mi cuerpo. Esto precipitó mis acciones y lo que mi pubis y piernas sentían, había que comprobarlo con mis manos y mis dos manos se apoderaron de un pené colosal, que no me cabía en mis manos. Era un gigante que cabeceaba fuertemente en mis manos, lo apreté con desesperación con mis manos y sintiendo su lengua en mi garganta le pregunte con voz lasciva e ingenua, pero firme: � ¿Tú vas a ser capaz de meterme ese monstruo? Él sólo me contestó lapidario: � INTEGRO lo tendrás INTEGRO. Su respuesta me dejó estupefacta. Estuve a punto de perder el equilibrio, a dios gracias que estaba agarrada del coloso de mis preocupaciones, El chico, se dio cuenta que me iba a caer y me sostuvo y me repitió: � Lo tendrás integro y lo disfrutaras como nunca lo has hecho, y será más pronto de lo que imaginas, vámonos de aquí. Me bajó, y me arreglé un poco y tomé el resto de la copa que quedaba en mi vaso, salimos de la discoteca y montamos en su coche, fuimos a un conocido hotel de los alrededores.

Caminando hacia la habitación, pasó por mi mente que no debía continuar esta locura, sin embargo, como podría vivir después , si tiraba todo por la borda por un arranque de honestidad. El joven a mi lado me besó y eso me hizo olvidar el último sentimiento de recato. Entramos a la habitación y encendí la luz y pude ver a plenitud a ese hombre, era un chico hermoso y creo que yo también lo complací, me dijo agarrándose sexy su miembro por encima del pantalón: � Lo tendrás integro y te haré gozar de placer. Esta expresión me trajo a la realidad y olvidando amigas, marido y educación, sin pensarlo dos veces me quité mi vestido, quedando para mi macho como vine al mundo, desnuda con mis piernas semi abiertas y enseñándole mi sexo, le dije con una voz sexy: � Sólo eso deseo, pero no sé cómo eso entrara dentro de mí. Y quitando mis zapatos, mis uñas pintadas de rojo agarraron su pantalón y al monstruo de mi pasión y temor. Él suspiro y trató de abrazarme sobre mí. Sin embargo con un suave beso de lengua, lo detuve y le dije: � Tendré a ese coloso, íntegro en mi cuerpo, pero la primera vez déjame a mí hacerlo como yo buenamente pueda. El joven obediente sólo dijo: � Sí mi reina. Procedí a quitarle la camisa, su pecho era hermoso, delgado, su espalda ancha, lo besé y lo hice sentar en la cama, quitándole los zapatos y los calcetines, él se recostó boca arriba en la cama, y mientras mi lengua disfrutaba de pecho, le aflojé la correa y entre ambos sacamos su pantalón y vi al coloso, al monstruo de mi macho aprisionado en la base por su minúsculo interior, se veía un poco ridículo o sobraba material o faltaba interior para retener a ese falo enorme. Sin pensarlo dos veces me lancé poseída, sobre el monstruo que no me había dejado dormir durante años, mis manos se apoderaron de él y mis ojos quedaron fijos y desorbitados, viendo ese coloso que estaba destinado hacerme disfrutar y sufrir. Yo arrodillada en la cama, comencé acariciar al coloso, con mis dos manos de arriba abajo, el animal porque era un animal, crecía cada vez más y el chico boca arriba comenzó acariciar mis pies, piernas y muslos, yo traté de medirlo, pero me era imposible, estaba embotada, el glande era como una pelota de golf y cada vez que mis manos llegaban a la cabeza de ese rabo maravilloso y se devolvían a la base del pene mi cerebro solo pensaba en una frase: INTEGRO LO TENDRAS INTEGRO. Además de lo largo, era grueso, del diámetro de un vaso de tubo, y yo tenía sed, sed de sexo, sed reprimida durante años, sed de un aparato como el que tenía a menos de cinco centímetros, para mí era un reto importante y prácticamente, lancé mis labios sobre el glande de mi macho y en ese instante el padre de mi hijo, clavó sus manos sobre mis muslos y su lengua sobre los labios de mi vagina. Yo empecé a gemir de placer pero no dejaba de besar y pasarle lengua a mi coloso, con mis manos acariciaba el escroto y el cuerpo del coloso y con mis labios disfrutaba del glande, mis senos, mis hombros, mis mejillas mis labios se disputaban sentir lo terso y duro del miembro de mi hombre y mientras esto ocurría, mi vagina chorreaba hacia la boca del joven, ríos de lubricante. Mi vagina conocía por primera vez una lengua dura y bastante mañosa, que me producía gritos, gemidos y contracciones involuntarias. De repente todo cambió y me metió su lengua entre mis nalgas al principio traté de rechazarlo, pero lo dejé hacer, era una caricia nueva pero excitante, su suave rostro viajaba por mis glúteos, era una sensación maravillosa, que de repente me hizo gritar: � ¡ME ESTAS MATANDO! Luego de esta deliciosa tortura, mi yogurin volvió a las andadas con mi clítoris y se lo colocó entre sus labios chupándolo a veces y otras veces dándome duro con la lengua, yo ya no gemía, ya estaba pegando grititos fuera de control y aceleraba mis movimientos de manos y lengua al coloso que estaba por volverme loca, mi vientre estaba todo mojado de saliva y mi vagina bien lubricada, cosa que muy pocas veces me había sucedido, Mi hombre de repente empezó a mover hacia arriba su pene con intención de metérmelo bien adentro en mi boca, lo agarré pero sus embestidas eran fuertes y a veces se me salía, yo estaba a punto de tener un orgasmo, en ese instante sentí que sus dedos hurgaban mi vagina y me introdujo en dedo moviéndolo circularmente y con sus labios y lengua chupó fuertemente mi clítoris lo cual me hizo gritar y llegar a un orgasmo espectacular, yo gritaba, pero mi chico también había llegado al orgasmo y torrentes de semen bañaron el interior de mi boca, nunca en mi vida había tragado semen, pero esta vez lo hice y me sentí complacida por ello. El semen también regó mis mejillas mi cuello y mis senos. Mi pecho palpitaba y me quedé acostada sin soltar al coloso de mi amado, restregando en mi cara y cuello, la cabeza del coloso de mi amado. Mi vientre sentía también las palpitaciones de él y su respiración acelerada sobre mi vagina, nos quedamos sin pronunciar palabra cerca de 45 segundos, yo aparté una de mis piernas y manteniendo firmemente el pene de mi animal volteé hacia su cara y al vernos las caras llenas de los líquidos de nuestras partes vitales procedimos a reírnos y yo, sin soltar a mi coloso me acerqué a la cara de él y procedí a besarlo salvajemente, a lo cual el correspondió.

Ahora era un momento de calma que nos permitió ver con más detalles nuestros cuerpos, él veía y acariciaba suavemente mis senos, yo veía su cara feliz y tranquila, pero sin soltar al monstruo de mis pasiones y preocupaciones, estimé ahora el largo, creo que puede alcanzar 27 centímetros de largo con un color moreno en contraste con su tez clara y surcado por unas venas moradas y gruesas que indican la gran irrigación sanguínea que se requiere para mover a tal espécimen, ahora, mis suaves caricias lo estaban reviviendo y yo en un momento de sinceridad, amor y deseo muy ponderado le dije: -Te quiero y al él lo quiero Íntegro. Él respondió: � Te aseguro que lo tendrás Íntegro. Su coloso comenzó a moverse inquieto en mis manos, lo cual me hizo inclinarme y darle un beso, movimiento que aprovechó mi hombre para comenzar a besarme un pecho y acariciar mi cuerpo, suavemente me acostó boca arriba y comenzó a besarme. Su miembro ya estaba rígido, yo por mi parte le mordía suavemente una oreja, le agarraba sus nalgas y con mis piernas le acariciaba las de él. Iván se colocó encima de mí, me besó con pasión y sus manos entre mi cabellera me hacían excitarme, su miembro lo sentía fuerte y vigoroso golpeando mis entrepiernas, sin embargo yo no estaba lo suficientemente lubricada, para recibir un monstruo de tales dimensiones. Para evitarme conflictos con mi nuevo amante le dije: � Recuerda que te prometí que tendré a ese coloso enorme, íntegro en mi cuerpo pero la primera vez será a mi manera. El nuevamente me dijo: � Sí. Pero hazlo ya. � Shisssssssssss y le hice señas con el dedo para que callara, en este momento mando yo. Lo acosté boca arriba, lo besé y le mordí un pezón y con la mano izquierda agarré de mi bolso un frasco de aceite (lo uso para lubricar mi piel) le quité la tapa dispensadora y procedí a echarle generosamente al coloso de mi amante, con mis manos comencé a acariciar la fuente de mi deseo y apenas comencé respondió al cariño y mi macho de inmediato tomó el aceite y se lo echó en ambas manos y lo regó generosamente en mis labios, clítoris, y vagina, sus dedos duros, se movían con especial cariño y sus dedos comenzaban a sacar gemidos de lo más profundo de mi ser, su miembro era imponente, su tamaño, su diámetro, su coloración, sus venas lo convertían en un miembro que causaba deseo y temor al mismo tiempo.

Yo le estaba haciendo una masturbación, a pesar de la gran rigidez de su candente hierro, él parecía absorto en manipular mis labios, mi clítoris y mi vagina. Yo empecé a pegar gritos de placer y él con gran habilidad y ayudado por el aceite introdujo de repente con gran rapidez su índice y su pulgar en mi vagina, a mí me parecían esos dedos como unas tenazas que me producían un placer insospechado, los movimientos circulares de sus dedos estaban a punto de hacerme llegar a otro orgasmo, pero yo no lo quería así, traté de separarme y no pude sus dedos parecían unas grapas enterradas en mi cuerpo que me hacían retorcer de placer. Con voz ronca por el deseo, le grité: � Suéltame, Llegó el momento de ver si soy capaz de tenerlo integro en mi cuerpo. Él inmediatamente me soltó. Había llegado el momento por años deseado: Un miembro monumental de un superdotado que acababa de conocer. Moviéndome rítmica y fuertemente mi vagina sobre sus dedos le dije con mucha serenidad. � Amor prométeme, que no te moverás y sin esperar respuesta le derramé unas gotas más de aceite en el monstruo, y me coloqué agachada sobre él. Desde arriba lo veía imponente y mi vagina casi virginal temblaba de deseo y temor. Él me ayudo a abrir los labios de mi vagina y sentí su glande fuerte, vigoroso y suave, mi vagina hizo un esfuerzo supremo y no con dificultad comenzó a engullir semejante monstruo, no sé cuanto tiempo pasó pero me fui tragando el coloso de mi macho y cada centímetro que me introducía lo hacía con la mente cada vez mas embotada solo un objetivo tenía: LO TENDRÉ ÍNTEGRO. Estaba bañando el pecho de mi amante con mi sudor y una que otra lagrima, no sé si de dolor o placer, quizás una mezcla de ambas sensaciones, cuando llevaba la mitad del coloso dentro de mí, mis piernas comenzaron a sentir calambres, el chico se dio cuenta de lo incomoda que yo estaba y apuró la situación, me dio dos empujones seguidos con su coloso que me hicieron gritar de placer, él se asustó creyendo que era de dolor y se detuvo, en ese momento estaba como ciega de placer y con un grito de triunfo me ensarté los 7 centímetros que me faltaban de un solo golpe.

Sentí su vientre contra el mío, y pensé, «esto es un triunfo», triunfo por haber alcanzado la plenitud como mujer, triunfo por el espécimen que había logrado coronar mi vagina y triunfo, por qué no, por todas las mujeres insatisfechas, mi triunfo lo sinteticé con mi hombre con una frase ronca y victoriosa: � Íntegro lo tengo íntegro dentro de mí. Nunca me había sentido así, plena, llena de carne dentro de mí, él trató de moverse y le dije con voz autoritaria: � No te muevas. Y comencé a moverme con movimientos cadenciosos, mi objetivo era además de sentir todo ese hierro candente, era que mi clítoris, al rozar vigorosamente con su vientre me excitara y me hiciera sentir lo que ningún hombre había hecho, él por su parte me pasó sus piernas alrededor de las mías, aprisionándomelas. Me besaba y acariciaba mi pelo y me metió varias sacudidas, tenía mis ojos perdidos, sin mirada, me movía como una posesa pidiendo a mi chico que no se moviera que me dejara disfrutarlo, así él lo hizo y pude moverme a mis anchas me sentía llena de sexo, muy diferente a los 12-14 centímetros de mi ya ex-marido, mi orgasmo se acercaba lloré y en el momento de la explosión del más maravilloso orgasmo que una mujer pueda haber tenido grité: � ¡¡¡ ÍNTEGRO ES TODO MÍO !!!, Mi macho porque merece llamarse mi macho, en alarde de dominio me volteó quedando yo abajo colocó mis piernas encima de sus hombros, y comenzó a metérmelo y a sacármelo, ya no sentía dolor sólo placer y yo que creía que era monoorgásmica, de repente sentí que iba a tener otro orgasmo, mi macho y yo nos agarramos por nuestros codos, yo lo veía con mi mirada perdida y disfrutando cada embestida que me daba, con la respiración entrecortada, sólo podía decir más, quiero más y así me tuvo no sé cuanto tiempo, tuve otros dos orgasmos.

Luego, sin perder un momento, me colocó en 4 patas como un animal, me agarró firmemente por la cintura y esa vara divina me atravesó una y otra vez, dándome todo el placer, que sólo un hombre con un falo como ese era capaz de proporcionar, yo, en cuatro patas, recibía estocada tras estocada y él con un dedo me hacía caricias en mi clítoris, mis gritos de placer los ahogaba en la almohada. Tuve otros dos maravillosos orgasmos y no sé cuanto tiempo pasé semi inconsciente sólo sentía las embestidas de mi dios y su respiración apurada, sólo comencé a volver a la realidad cuando sentí oleadas de semen inundando mi vagina. Él me besaba mi cuello, me acariciaba tiernamente y yo, ampliamente satisfecha sólo lo miré y le dije: � Mi amor soy tuya. No sé cuantos orgasmos tuve creo que fueron ocho. Mis entrepiernas y las sabanas estaban llenas de liquido vaginal y de semen. El chico se recostó a mi lado y me comentó:

– Eres tremenda en la cama y lo más importante LO TUVISTE ÍNTEGRO Y PEDISTE MÁS.

– Me reí y le dije:

– Gracias estaba muy asustada pero tenía años deseando que lo que está pasando ocurriera. Creo que estoy plenamente satisfecha. Nuevamente gracias. Mordiendo mi labio inferior. (Esa noche, quizá ya entonces me quedé embarazada).

En este momento recordé que también había olvidado lo del preservativo, de todas formas, creo que no tenía XL que era la medida del coloso. Mi chico me abrazó tiernamente y me dijo: � Lo disfruté como nunca y por lo que vi y sentí tú también. No le dije nada, solo lo besé y agarré nuevamente su monumental pene y lo acaricié. Él me dijo que cuando me tenía penetrada y yo estaba arriba dirigiendo las acciones estuve más de 5 minutos con los ojos abiertos completamente en blanco diciendo y repitiendo: -ÍNTEGRO TODO ADENTRO. La verdad es que 28 centímetros de carne bien manejada son para volver loca a cualquiera. Mi Dios se sentía tranquilo, pero en su cara se le notaba que aún no me había dado lo suficiente, suspirando, se levanto de la cama y me dijo que para dormir bien, no hay nada mejor que un baño reparador.

Me cogió en brazos y llevándome al baño, comenzamos a ducharnos y a enjabonarnos, apenas comencé a enjabonarle el pecho cuando mis piernas detectaron que el coloso ya quería otra vez pelea, el muy pícaro me había hecho gozar en cuatro horas más que mi marido en 6 años y no se daba por satisfecho, paramos la ducha y me enjabonó todo mi cuerpo, yo por mi parte agarré a mi monstruo y lo apreté con ambas manos y mientras más lo apretaba más duro se ponía, abrió la ducha y comenzó a mamarme mis pechos, para facilitarle la labor y disfrutar de su falo enrollé mis piernas en su cintura colocando mis senos a la altura de sus labios y los labios de mi vagina en su hermoso machete, a los pocos segundos sentí que su falo quería penetrarme, sin embargo estaba muy reseca, por lo que le pedí que se echara aceite, por lo que me llevó en esa posición hasta el cuarto, me sentó en la peinadora y se echó abundantemente aceite haciendo lo mismo con mi vagina, sus dedos hurgaron los recónditos lugares de mi sexo arrancando a cada instante suspiros, mi animal parado y yo sentada en la peinadora, nos besamos con gran pasión de repente tenía yo los brazos alrededor de su cuello y él me los agarró y me los amarró al mecate de nylon de la hamaca, sin hacerme daño pero firmemente amarrada quedé a su disposición, coloqué mis pies sobre la peinadora quedando mi vagina completamente abierta y lista para recibir al falo más bello que me haya podido imaginar, sin embargo mi chico comenzó a mamarme mis senos y darme duro en el clítoris con sus dedos, arrancando grititos de placer al principio, sin embargo a los pocos segundos como una loca, desesperada, le pedía que me penetrara: � ¡ LO QUIERO ÍNTEGRO DENTRO DE MÍ!!. Él se rió, pero atendió mis suplicas con el miembro completamente erguido me dijo: � Mira como te lo voy a meter todo. Bajé la mirada y vi como mi vagina iba tragándose la cabeza del monstruo de mi chico, iba introduciéndose muy lentamente, no pudiendo resistirme más, le supliqué: � Clávame de un solo golpe. � Él de inmediato me sujetó por la cintura y me dijo al oído con voz ronca y una cara libidinosa: � ÍNTEGRO. De un solo envión me clavó su hierro y sólo en tres a cuatro estocadas, me hizo alcanzar un orgasmo de padre y señor mío, sin pudor y actuando como una verdadera mujer de la calle le dije: � DAME DURO, MÁS. DAME FUERTE Y PÁRTEME EN DOS. � Él manejando diestramente su espada me la metió salvajemente, provocando un grito de placer, para luego sacármelo lentamente, lo repitió varias veces lo introducía con violencia y lo sacaba poco a poco y nuevamente logró ponerme en un estado de desesperación increíble. En dos minutos alcancé otro gran orgasmo y quería más, la cara de mi macho estaba transformada, se veía como una maquina de hacer el amor, sin sacarme el pene abrió el aceite y se lo echó en su miembro y con la mano llena de aceite me comenzó a darme por detrás, él en 4 horas me había agarrado más mi culito, que mi marido en 9 años, en pocos segundos tenía su lengua en mi garganta, pero mantenía con hidalguía sus 28 centímetros de pene en vagina, con diestros movimientos me puso otra vez en ascuas y yo lo miraba y solo podía decirle: � Duro, mi dios, dame duro. Mientras esto ocurría y en una de las retiradas del pene de mi vagina no volvió al ataque.

Él besándome me dijo: � Te voy a hacer sentir única. En su primera embestida metió un poco la cabeza. Temblando de placer, cerré mis ojos y me aferré mis manos a los mecates, a los cuales estaba sujeta, no sé si fue por el grado de excitación en la cual me encontraba. Abrí mis ojos y vi que realmente lo que faltaba para tenerlo todo adentro, era apenas unos tres centímetros, por lo que rodeé con mis piernas su cintura y haciendo presión me terminé de encular yo misma, él comenzó a moverse suavemente para no causarme daño, lo cual ya no me importaba ya que mi vagina ya se había acostumbrado al tamaño del monstruo, me sorprendí cuando yo misma le dije mi amor, dame rápido que no me duele, no sé si tuve un orgasmo pero sentí una sensación de llenura.

Se lo dije:

– Debes sentirte orgulloso te he dado en 6 horas más que a ningún otro hombre. � No me contestó, pero se veía que estaba haciendo sus mejores esfuerzos para merecerse esos premios, su pene se retorció en mi culito, dios mío, su glande me producía un placer indescriptible, su lengua y labios se hicieron dueños de mis senos y sus manos se apoderaron de mi espalda y de mis hombros, creí que iba a tener un orgasmo nuevamente, pero de repente me sacó la estaca y la volvió a meter haciéndome gritar nuevamente de placer, dándome varias estocadas procedió a soltarme de mis ataduras lo que me permitió abrazarle con piernas y brazos y logrando una gran penetración, estuve varias veces, diciéndole y rogándole: � Quiero tu leche, quiero un hijo tuyo. � Me dio unas vigorosas embestidas que me hicieron perder nuevamente el sentido de la visión y me produjo dos orgasmos indescriptibles. Lo bello y apasionante de estos orgasmos, es que simultáneamente mi macho llenaba con su semen todos los recónditos lugares de mi vagina. Estábamos sudados y agotados, le vi la cara y con la respiración entrecortada me dijo:

-Eres un mujeron, estoy muerto.

En verdad, ahora sí lo noté cansado ya que me cargó durante unos 10 minutos y tuvo una erección en una posición incómoda más de 45 minutos, nos besamos, apagué la luz y lo llevé a la cama y le comencé hacer caricias en su pecho, se durmió plácidamente de inmediato, su cara se veía llena de tranquilidad y con la seguridad del hombre que sabe que ha hecho feliz en la cama a una mujer.

Agarrando entre mis manos el monstruo que tanto placer me había dado, trate de dormir, no podía conciliar el sueño, no podía comprender lo que estaba pasando, después de pasar años soñando con esto, no podía creer que era la realidad. Pensé que pronto despertaría y que no era más que una fantasía. Así caí en un estado de sueño muy liviano despertando a cada instante, pero mi mano izquierda, agarrando al coloso de mi hombre me recordaba que no era fantasía, era una hermosa realidad.

Así llegó el amanecer. El coloso de mi chico me despertó dándome suaves cabezazos en la ingle, abrí mis ojos e Iván me sonreía, yo con toda la felicidad que en ese momento me embargaba, me acosté sobre él y procedí a besarlo tiernamente, él me agarró ambos senos con sus manos y el coloso de él lo sentí buscando inútil acomodo entre mis labios y mi clítoris, sus manos ahora se trasladaron a mi culito, sentí dolor y le dije con cara de niña adolorida por una caída: � Nene me duele. Fue mi primera vez con un superdotado. � Perdóname mi intención no es hacerte daño, es darte placer. � Sí, mi cielo, lo sé. Y procedí a besarlo tiernamente Él comenzó a besar y morder nuevamente mis senos y yo restregaba mi clítoris sobre la cabeza de su pene, él hizo un intento de agarrar el frasco de aceite para niños, en ese instante se me ocurrió, que para qué necesitaba aceite si el coloso que tenía entre mis labios, era capaz de hacerme producir el mejor lubricante del mundo, le dije a mi hombre: � No, ahora mando yo, agarré el mecate que estaba colgado en la cabecera de la cama y como pude le amarré ambos brazos a la altura de las muñecas, no sé si lo hice bien, pero se quedo inmóvil y con una cara de indefenso, que creo que sólo estaba siguiendo el juego, pero que podía desamarrarse en cualquier momento. En este momento me sentí realizada había alcanzado lo que siempre había soñado. Procedí a besarlo le metí mi lengua en su boca, sus orejas y su cuello fueron mi próximo destino, mi mano izquierda agarró a mi coloso y comencé a masturbarlo, mis labios conocieron a plenitud sus pectorales, su ombligo su pubis sus piel me producían cosquillas en mis labios, cada beso y lamida me excitaba más, besé sus testículos, su escroto, era precioso, suave, estaba altamente excitada, mi vagina, mis labios, mis piernas y sus piernas estaban llenas de mi liquido vaginal, había llegado el momento de tragarme ese monstruo sin la ayuda de nada, me agaché y coloqué mi rajita sobre el machete grande y erguido de mi macho y sin pensarlo dos veces busqué con desesperación la clavada, me mordí los labios para no gritar, con los ojos semi cerrados vi que mi chico me veía con los ojos bien abiertos y a cada muestra de mi dolor, a su falo llegaba más irrigación sanguínea haciéndolo crecer más, esto me excitó aún más y continué clavándome y concentrándome en lograr una penetración total, centímetro a centímetro iba introduciéndose el coloso, pero el dolor era insoportable y estaba a punto de abandonar por lo grande y grueso del pene así como lo estrecho de mi vagina, cuándo de repente comencé a correrme y a lubricarlo todo.

Logrado mi objetivo estiré mis piernas, las cuales fueron enlazadas firmemente por las piernas de él, mi vientre sobre su vientre, mi pecho sobre su pecho, mis manos las entrelacé sobre las manos amarradas de mi amado, mi lengua buscó su lengua y mi mirada se unió con la de él. Bajo esta unión total le susurré al oído: � Eres mío, no te muevas. � Y comencé a bambolear mi cuerpo atravesado por su arma mortal, cada roce de mi clítoris con su vientre, me producía un placer indescriptible, él con sus piernas amarradas a las mías como una tenaza, sus manos, mis manos, su lengua, mi lengua, su falo y mi vagina unidos, me transportaron al paraíso.

En un momento estuve a punto de tener un orgasmo, pero no quería, quería estar así atravesada durante lo que me restaba de vida, varias veces tuve que decirle a mi amado con voz autoritaria: � NO TE MUEVAS, QUÉDATE ASÍ � COÑO, DEBO ESTAR MUERTO PARA SENTIR LO QUE TU CUERPO ME HACE SENTIR Y NO MOVERME. Yo debía serenarlo no podía permitir que después de tanto esfuerzo no lo pudiera disfrutar al máximo. � TRANQUILO AMOR, DEJAME DISFRUTARTE COMO NADIE LO HA HECHO, Solté mis manos de las de él y apoyándome en una con la otra me agarré un seno y se la puse en su boca, de inmediato sus labios lo agarraron y comenzó a chupar, a besar y a lamer, esto lo tranquilizo y calmó y me permitió continuar disfrutándolo con un ritmo suave, pero lujurioso, de mi vientre sobre su vientre, mis músculos de la vagina estrechaban al coloso, lo apretaban y los cabezazos que daba sobre las paredes de mi vagina eran rápidamente reprimidos por los músculos de la vagina, no sé cuánto tiempo pasó 20-30 minutos, no lo sé. De repente no me pude controlar más, recuperé mi seno, le dije a mi macho que liberara mis piernas y sin dejar de tenerlo íntegro dentro de mí coloqué mis pernas flexionadas a cada lado de sus muslos con esta libertad de movimiento apoyé mis manos sobre los hombros de mi chico y con una destreza que no sé dónde la adquirí, comencé a moverme de arriba abajo clavándome una y otra vez el coloso, cuando me elevaba dejando sólo la cabeza del coloso dentro de mí, podía ver a plenitud el cuerpo del coloso surcado de venas moradas. La base del coloso, así como los labios de mi vagina, se veían llenos de liquido lubricante de color blanquecino. Como una posesa una y otra vez me clavaba la espada redentora de mi amado, mis gritos y sollozos debieron haberse oído en todo el Hotel.

El padre de mi hijo no decía nada pero se mordía los labios y tenía la mirada perdida, de repente él se soltó del mecate, me atrajo hacia su cuerpo y yo nuevamente estiré mis piernas que de inmediato fueron atenazadas por las de él y de nuevo unidos piernas, manos y lengua y yo bamboleándome de arriba abajo, logramos simultáneamente un orgasmo indescriptible, quedamos extenuados, sudados pero plenamente satisfechos. ÉL dijo que si uno pudiera clasificar los orgasmos este sería lo máximo. Yo como una colegiala le dije: � Podemos hacer como con los Tornados, pongámosle una numeración de acuerdo a su intensidad, para mí éste es de Intensidad diez. Estuvimos de acuerdo. � Este polvo fue de intensidad diez. � Nos quedamos viendo con una gran ternura y yo por supuesto acariciando a mi coloso dormido y de fondo a lo lejos, las luces de la ciudad dormida, acompañaba nuestro nido de amor y sexo: Desde el azul del cielo Las estrellas celosas… miraban como dormíamos, el descanso de los guerreros…

Ana Cristina Ramírez.


¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

3 respuestas

  1. walter

    Muy excitante relato.supremo

  2. nindery

    Еstоy completаmеnte desnudо. ¿Quiеre vеr unа imаgеn? – http://analsex4.fun

  3. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

Una comadre atrevida

anonimo

18/11/2010

Una comadre atrevida

En el rancho Lux

anonimo

03/03/2013

En el rancho Lux

Me hice la inocente… y terminé de rodillas”

anonimo

03/06/2025

Me hice la inocente… y terminé de rodillas”
Scroll al inicio