Por

Anónimo

diciembre 25, 2015

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Mi primera vez

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Un día empecé a hablar con un chico, llamado Damián, de un curso mayor que yo por Internet. Era consciente de que estudiaba en el mismo instituto que yo y que no era el típico adolescente con la hormonas revolucionadas.

Al principio la conversación fue aburrida por lo cual no le dí importancia hasta que llegó un momento en que me quedé sin palabras:

Damián: Hola

Alaska: Hola! 🙂

Damián: ¿Cómo estás?

Alaska: Bien y tu?

Me quedé mirando al móvil, pero al no haber signo de respuesta lo apagué.

Al cabo de unas horas…

Damián: Lo siento mucho, estaba entrenando.

Alaska: No pasa nada cielo.

Damián: ¿Cielo?

Alaska: Cielo, amor, tal…

A base de esta conversación, empezamos a hablar y a ser más amigos hasta que yo llegué a la conclusión de que realmente sentía algo por él, pero era demasiado precipitado hasta un momento.

Alaska: Oye, ¿mañana quieres quedar?

Damián: Claro, tengo la casa libre.

Alaska: ¿A tu casa? ¿Solos?

Damián: Sí, ¿tienes miedo?

Alaska: ¿Yo? Nunca.

Y así fue como pasaron las horas y realmente sentía que el corazón se me salía del pecho. Al día siguiente decidí arreglarme para él; me dirigí a la ducha y abrí el grifo dejando caer el agua encima de mi piel. Realmente era consciente de que él ya no era vírgen y muchas veces me insinuaba que pronto lo iba hacer pero que la afortunada sería sorpresa. Alargué el brazo hasta alcanzar la maquinilla y empecé a pasarla por mi intimidad y luego por todo el cuerpo.

Al salir de la ducha, me dirigía hacia el armario para elegir la vestimenta. Escogí lencería oscura, me puse unos pantalones ajustados de tiro alto y unos tirantes oscuros, los cuales encima me puse un jersey escotado de rayas. Me recogí la larga cabellera pelirroja en una coleta. Me puse un abrigo y salí hacia la calle. Me puse mis auriculares y en mi cabeza empezó a sonar «You & me» de Disclosure y justo en ese instante se puso a llover.

Al llegar a la dirección que me dió, lo primero que vi fue a una gran casa gris con un jardín gigante y un perro en la entrada. Llamé al timbre y en ese justo instante se abrió la puerta mostrandome a Damián, con su pelo peinado de manera moderna de color castaño, sus ojos oscuros y su sudadera de siempre. Me dijo de entrar rápidamente antes de que me diera un catarro.

Al entrar, dejé mi abrigo allí y me quite el jersey puesto que estaba también humedo quedandome sólo en tirantes. Me dijo que subiera a su habitación ya que me traería unas toallas y algo de ropa de su hermana. Subí y me senté en el borde de su cama y al darme cuenta que lo estaba empapando todo me quité los pantalones y los zapatos. Cuando entró se me quedó mirando a lo que yo le dije que sentía haber empapado todo eso.

Él, evitando mirarme a los ojos, me dió unos shorts deportivos y una toalla. Yo me fui al baño y al ponermelos sentí como se me transparentaba el sujetador en los tirantes pero no le dí importancia. Me sequé el pelo y solté la coleta que tenía y volví a la habitación.

Alaska: Muchas gracias- Pero en un momento dado empecé a temblar por el frío.

Damián: Oye, estas temblando, ven. -Se arropó con la manta dejando un espacio indicando que me sentáse a su lado en la cama.

Yo entré y el me rodeó con los brazos hasta ponerme entre sus piernas. Me abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en mi hombro. Ligeramente sentí que subía sus manos y al mirarle vi dónde iban a parar sus ojos, en mi escote. De pronto, empecé a sentir un bulto en el bajo de mi espalda. Al girar mi cabeza empecé a sentir cómo me susurraba «te quiero» en la oreja.

Esa situación podía conmigo por lo cual me giré y, poniendome a horcajadas encima de él, uní nuestros labios mientras nuestras lenguas bailaban a su ritmo cada vez más excitante. Sus manos me agarraron las caderas y me restregaba encima de su parte masculina por lo cual eso me ponia mojada.

Le quité la sudadera dejando ver unos abdominales marcados y un cuerpo estructural. Mis manos se deslizaron bajando hasta llegar a su cintura. Empecé a besarle el cuello de manera salvaje dejandole unos leves chupetones y en un arrebato de pasión me quitó los tirantes y empezó a desabrochar mi sujetador. Al mirar mis pechos, se quedó impasivo durante unos segundos y luego empezó a jugar con ellos. Los lamía y mordía a su gusto y eso me provocaba un ardor dentro de mi.

En un momento dado empecé a sentir su erección hasta tal punto que parecía que iba a explotar por lo cual desabroché su pantalón y se lo quite quedando solo en boxers. Empecé a acariciarle su miembro por encima del pantalón y parecia que iba a llegar al orgasmo ahí mismo.

Yo me quité los pantalones quedando sólo en bragas. Él metió su mano dentro de mis bragas y empezó a acariciarme mi vagina y a jugar con mi clitoris. Yo le quité de un solo movimiento los bóxers liberando su gran miembro. Me agaché y empecé a masturbarle con mi mano, haciendo movimientos de arriba a bajo. Luego empecé a hacerle sexo oral hasta que llegó un momento que parecía que iba a tener un orgasmo y paré para hacerle enojar.

Él me miró y frunció el ceño, y en un arrebato me levantó sujetandome por las caderas y metiró bruscamente en la cama, se estiro dentro de mí y me penetró, provocando en mi un grito de dolor y gusto a la vez. Le arañé la espalda al ritmo en que él me iba penetrando fuertemente. Hasta que llegó el momento en que le supliqué que paráse y él dió unos movimientos más rápidos. No fue cuestión de segundos en que llegué al orgasmo y después él. Más que alivio sentí dolor, pero la pasión se dejó llevar en mi.

Me giró y, poniendome de cuatro patas, me susurró a la oreja «Ya que voy a ser la primera vez, que sea de todo» y me penetró analmente. Al principio fue suave, pero luego siguió hasta correrse dentro de mi. Estaba teniendo infinitos espasmos y una sensación que conquistaba todo mi cuerpo por lo que al intentar levantarme, caí desplomada en la cama. Él me abrazó y me susurro muchas veces «te quiero» mientras me acariciaba todo el cuerpo.

A partir de ése día, quedamos cada fin de semana para hacerlo, para él soy un juguete y él para mí es el primero en todo.

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2 respuestas

  1. nindery

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  2. helenx

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