Llegue a trabajar a una tienda de licor recomendado por alguien que conocia al dueño de la licorera. Como todo principio al incorporarse a una nueva atmosfera yo comencé a trabajar con éste señor. De una vez y gracias a dios le fui de su agrado a él. Me presento a su esposa y los dos eran de la misma edad (53). Pude ver que habian triunfado en su negocio y sus hijos ya graduados todos abandonaron el hogar para vivir de manera independiente con sus respectivas esposas. Algunas veces tuve que trabajar a solas con la esposa del dueño del negocio y aclaro que ella era dueña del negocio igual que él. Para mi era incomodo trabajar con ella porque no habia confianza como la que yo ya tenia con su esposo aunque ésta no era mucha, pero habia. Ella me trataba de lo mas bien y conocia el negocio. Recuerdo que ella ordenaba el almuerzo para los dos y comiamos pendiente al negocio por si alguien llegaba a comprar licor. LLegaban clientes y yo me levantaba a para atender al cliente. Una vez que almorzabamos ella me pregunto si yo tenia mujer y la verdad que yo en esos momentos pasaba por un divorcio amargo «Pero no odias a las mujeres» me pregunto ella. Yo le conteste que no. Me pregunto por mi edad y le dije que tenia 32 años y ella exclamaba «Hum! joven. Y ya tienes a alguien?». Le conteste que no y que preferia estar solo por un buen rato». Por segundos me miro a la cara para decirme «Te debes de sentir herido verdad?». y yo le conteste «Herido y resentido». La media hora de lunch habia llegado e iniciabamos el trabajo correspondiente de la tarde. Es fue la primera vez entre ella y yo sosteniamos esa clase conversacion. Cerca de ahi, del negocio habia una casa de cita y una vez sucedia algo en el negocio. Estaba yo y los dueños del negocio trabajando y mi jefe sabido de mi situasion me decia en voz alta sin considerar la presencia de su mujer «Mira tomas este par de pesos y vete a coger a uno de esos culos que trabajan ahi en esa casa de cita. Ve con confianza que yo conozco al dueño que es amigo mio». La presencia de su mujer me hacia sentir verguenza que no pude ver la cara de ella. No tome el dinero que él me ofrecia y él insistia. Como pude, logre a ver la cara de su esposa con el rabo del ojo y ella estaba enfurecida. La esposa se acerca a su esposo y le dice a él «Tu si que das asco porqué no te preocupas por ti que llevas casi seis meses sin tocarme». Mi jefe reacciono feo y le decia a su esposa que no divulgara la vida de los dos ante otras personas…»Él no escucho» decia ella al referirse a mi, pero yo habia escuchado todo y me hacia el desentendido. Despues de mas dias mi jefe me decia «Mi mujer esta buena, pero yo no la deseo para sexo….para sexo tengo una chamaquita por ahi. Creo que si ella encontrara que alguien la satisfaciera sexualmente y que no traiga problemas al negocio me quedaria callado». Escuche su pensamiento y no pude decir nada. Una mañana yo llegue al negocio despues de haber ido al gimnasio y sin saber me tocaba trabajar con ella todo el dia en el negocio. Me fui a la parte trasera del negocio y me cambiaba de ropa y ella aparecia cuando yo estaba en solo calzoncillos. Ella noto que me senti incomodo y me decia «Ay no te preocupes que he visto a otros desnudos por el internet y solo te quieria decir que saldre por media hora y ya regreso». Ese dia en el almuerzo fue el principio de la conversacion donde hablamos del sexo abierto y me trato con acariciarme mis rodillas con la punta de los dedos de sus pies bajo la pequeña mesa donde almorzabamos. Habia una division donde atras de esta habia un escritorio y cajas de licor para surtir. Colocamos el letrero en la puerta «cerrado por media hora» y nos ibamos para atras de esa division. Ella se sento en el escritorio y su braga yo se la quitaba por ciero su braga estaba mojada. Abria sus piernas y ella con aquel desespero esperaba a que yo sacara mi macana de pura carne maciza. Esa mirada aun la recuerdo y saque la pija fuera de la cremallera. Ella se inquietaba y se hacia mas adelante hasta alcanzar la orilla del escritorio y se abria mas y me decia «Vamos apresurate que ya quiero sentirla dentro de mi» Apenas senti que su pequeña raja habia sido alcanzada por mi berga le di para dentro de una sola buena embestida y en fracciones de segundos sentia el fondo de toda su intimidad con la punta de mi berga. Ella se corria en un dos por tres y se enojaba con ella misma «Ay no!. No me queria correr». Le dije que todo eso era por los nervios por temor a ser sorprendidos y que lo mejor era encontrarnos en otro lugar. Me preguntaba que habria otra oportunidad y le dije que si y la proxima vez fue mucho, pero mucho mejor y cogimos como nunca. Siento que mi jefe lo supo, pero a veces digo yo que no. Ellos vendieron su negocio y se marcharon. Me preguntaron si yo queria ir con ellos y yo dije que no y les daba las gracias. Me dieron su nuevo numero de telefono y direccion y yo los rompi para no verme tentado ir a buscarlos. Hoy no sé como estaran y solo recuerdo de las cogidas que dimos con la jefa del negocio.