Esa noche estaba en un bar al que acostumbraba ir con mi grupo de amigos, Jaime estaba tomando mucho, decepcionado por que Laura, la chica que le gustaba lo desprecio feamente y anda con otro. Yo trate de evitar que siguiera tomando, cuando lo convencí que saliéramos de ahí, Jaime ya estaba muy borracho, subimos a su auto y conduje hacia su casa, pero lo pensé mejor, su mamá y su hermana estaba ahí, lo iban a ver así, mejor tome rumbo a mi casa, también vivía con mi mamá, pero ella se encerraba en su recamara con su aire acondicionado y no escuchaba nada. Me costó mucho trabajo sacarlo del auto y que subiera a mi recamara fue casi una misión imposible, mas de una vez pensé dejarlo así a media escalera, pero me dio miedo que le pasara un accidente. Ya en la planta alta, el dijo que tenía que ir al baño, ya frente al WC, se sacó su verga y comenzó a orinar, mojando todo, así que le agarre su verga para dirigir el chorro, al terminar de orinar se recargó en la pared y se derrumbó sin que lo pudiera detener, sentado en el suelo, tomé la decisión de bañarlo, para tratar de bajarle la borrachera, le quite la camisa y comencé a desabrocharle el pantalón, el seguía con la verga de fuera, estaba tratando de bajarle el pantalón de la espalda, mis brazos rodearon su cintura, él sujetó mi cabeza y me empujó hacia su verga.

– Mámamela, chúpame la verga Laura.

Me restregó la cara en su verga, como pude me zafe de sus manos y al fin pude bajarle el pantalón, dejándolo desnudo, lo jale a la regadera, estaba hincada al lado de él y sus manos me agarraron las nalgas, deslizándolas por debajo de mi minifalda, sujetando mi tanga y bajándola hasta mis rodillas, sin que yo pudiera evitarlo, sus manos se dirigieron a mi pecho para acariciarme sobre la blusa.

– ¡Que lindas tetas tienes, mi amor!. Laura te amo.

Eso me lastimaba mucho, no que me manoseara, sino que lo hiciera pensando que yo era Laura, me puse de pie, él me agarró de la tanga que la tenia en las rodillas y me la quitó por completo, abrí la llave del agua y comencé a bañarlo, el se dejó como niño, incluso decidió ponerse de pie, mientras lo ayudaba, sus manos recorrieron mis piernas subiendo mi minifalda a mi cintura, con una mano en mis nalgas y la otra levantando mi blusa y sacando uno de mis senos del sostén y su boca apoderándose de mi pezón, yo ya no oponía resistencia, siempre me ha gustado Jaime, siempre lo había deseado, y si para tenerlo tenia que pensar él en Laura, pues me resigne, me quite la blusa y el sostén, sentía su verga semierecta rozar mi cuerpo, a veces sobre mi falda que estaba enrollada a mi cintura, así que me la quite por la cabeza como si fuera blusa, ya desnuda, comencé a corresponder a sus besos y caricias, pero el ya no pudo, salió del baño tambaleándose, apenas y lo pude dirigir a mi recamara para que se acostara en mi cama, cayó boca arriba, comencé a acariciar su verga, tomó un poco de fuerza, se veía deliciosa.

– ¡Laura!, mámamela por favor.

No escuche mas, así lo hice, yo obediente tomando el papel de Laura, le lamía los huevos, la chupaba hasta la base y la lamia a todo lo largo, mi vagina ya estaba bien húmeda, jugosa, así que ya bien caliente, me monte en ella, con una mano la dirigí a la entrada de mi vagina y la fui introduciendo poco a poco, ya hasta adentro, comencé a cabalgar en ella, con rítmicos movimientos de arriba abajo y circulares, yo gemía y gozaba de lo lindo, Jaime estaba desmayado, dormido, totalmente inconsciente, sentí como me venía sobre su verga, cansada por el gran esfuerzo físico, de casi cargarlo, bañarlo y montarlo, me acosté al lado de él y me quedé dormida, cuando desperté, estaba de lado, dándole la espalda y él me estaba abrazando con su mano en mi seno, sentí su verga en mis nalgas, yo tomé su mano y la acurruqué en mi pecho, él comenzó a acariciarme, su verga tomó fuerza, me jalo suavemente colocándome boca arriba, para chupar mis senos y su mano a acariciar mi vagina, yo simplemente me deje, abrí mis piernas para facilitarle a su mano las caricias a mi vagina, él se acomodó entre mis piernas y me introdujo suavemente su verga iniciando el movimiento de mete y saca, su boca busco la mía fundiéndose en un rico y delicioso beso apasionado.

– Laura te amo.

Yo no quise escuchar, me concentre en mis gemidos, en sentirlo dentro de mi, en gozar el momento que estaba usurpando, él me seguía besando con gran ternura y amor, su movimiento de cadera era suave pero firme, cuando abrió los ojos.

– ¿¡Martha!?… � intento levantarse.

– Sigue, no te detengas, si quieres sigue diciéndome Laura.

El se había detenido, lo pensó un instante, pero continuó en el movimiento de mete y saca, tomando mas fuerza su verga dentro de mi vagina, haciéndome gemir con mas intensidad en cada embestida que daba, hasta que terminó por aventando su chorro de leche caliente dentro de mi vagina, yo cerré mis piernas para exprimir su verga dentro de mi vagina, él suavemente se salió de ella acostándose a mi lado, sus ojos recorrieron mi cuerpo desnudo, yo me puse de lado frente a el, le acaricie la cabellos, el intentó decir algo, yo solo lo jale hacia mis senos, clavando su cara en medio de ellos.

– Fue muy rico, estuvo todo bien � le dije con voz suave � abrázame.

Él me abrazó con ternura, besando mis senos, restregando su cara en ellos, acariciando mis nalgas y mis piernas.

– Cuando quieras hacerle el amor a Laura puedes venir conmigo.