Despues de haber tenido la primera conversacion de sexo con Ana, su amiga Gloria me comento en estas palabras que Ana habia dicho acerca de mi «hummm! No sé Gloria, pero siento ganas de que conocerlo como sera él en la intimidad. Lo que pasa es que seria si mi esposo se enterara que lo he quemado con otro». Gloria, le contesto que esa decision solo seria de ella (Ana). Desde que iniciamos platicas de sexo con Ana otras platicas de vida cotidiana se hicieron al lado. Gloria, sabia lo que pasaba entre nosotros y una vez Gloria se acerco solo para decirnos a los dos «A mi se me hace que ustedes dos van a terminar cogiendo. No esta mal si saben lo que hacen». Ana y yo comenzamos hablar de las partes del cuerpo y nos pusimos calientes a razon de la conversacion. Ana, me pregunto si me gustaban los coños peludos y le conteste que no importaba nada de eso siempre y cuando estos fueran coños. Ella guardo silencio, pero no dejaba de verme a la cara. La segunda pregunta de ella fue si yo era dotado y le conteste que la tenia suficiente grande para cumplir en la mision. Ana se echo a reir y entres risas me decia «Yo en estos momentos llevo mi coño bien peludo, montañon que necesito un buen barbero para que me deje limpia de ahi.

«¿Tu haces bien de barbero?».Quede mudo y pense rapido y conteste «Creo que si. Si hay que hacer de barbero para hacer eso yo me atrevo». Gloria, se acerco a nosotros y nos decia «Oigan, por qué no se van a mi apartemento y platican mas comodo, porque aqui todo mundo los esta mirando. Ademas, yo regreso a mi apartamento en tres horas». En el apartamento de Gloria Ana y yo platicabamos, pero esta vez estabamos mas cerca que nunca y nos besamos mientras sentados en la orilla de la cama matrimonial de Gloria. Ana, se recosto dejando sus rodillas guindando que sus pies casi tocaban el piso y era suficiente para entender que hacer despues. Abri los botones de su blusa y saque de su brazier sus tetas para comenzar a mamarselas «hummm que rico!» decia Ana al sentir mi lengua que jugaba con unos de sus pezones. La respiracion de Ana se acelero y medio se revolcaba contra la cama y ya abria sus piernas para dar el otro paso.La deje de mamar los pecho y le vi la cara a ella y tomaba sus pernas y me las traia a mis hombros cuando vi en medio de sus piernas ya ella se habia quitado su calzon y ahi estaba enseñndome esa montañita de la que ella me habia dicho. Le dije «No mami, te vas esta noche asi como estas con esa montañita boscosa». LLeve mi mano a la cremallera de mi pantalon y sacaba mi berga que estaba mas dura que nunca. Ella miro desde que me la saque de la cremallera y la siguio hasta que se la puse en medio de su matorral de pelos. Ahi encontre su cueva humeda y se la daba a comer poco a poco para no atorarla de una vez. Ana, se movia locamnete cuando la sintio dentro de ella y me decia cuando se movia » te gusta asi papito, dime que te gusta mi montañita de pelos» Ana, se corrio muy temprano y me decia que no aguantaba mas. Una vez ella corrida me apresuro a que me corriera en ella porque ya era tarde y su esposo podria comenzar a llamar. Le meti mi berga hasta lo mas profundo de ella porque queria que la sintiera toda y a los minutos por complacerla a ella me corria a chorros que le llane de leche su montañita.

Dos semanas mas tarde Ana me visitaba y ahi ella se dejo rasurar su bollito que se lo deje limpiecito y seguido se lo comenze a mamar. Esta vez con mas calma porque estaba en mi casa. La hice correr a pura lengua y despues se la metia a ella. A la hora de yo correrme le saque mi berga a ella y le dije que separara su labios vaginales para dejar solo el clitoris y ahi encima de éste derrame mi leche llenadolo y dejandolo como una cabezita toda enjabonada. La hice que mirara como lucia su clitoris bañado con mi leche y me decia «me dejastes toda mojada papito». A los dias el esposo de ella me decia en manera confidente «Sabes que amigo. Mirando la otra ves a Ana que estaba desnuda, note que se rasuro su bollo y me gusto. Nunca antes la habia visto asi y le pregunte cual era la onda y ella me contesto que eso la habia hecho por puras travesuras. Yo guarde silencio y pretendi no haberle entendido que le pregunte que me repitiera lo que acababa de decirme, pero él me dijo «olvidate, que no he dicho nada». Yo llame a Ana para reclamarle y ella me contestaba «Tranquilo papi. Si hubieras visto como se puso de loquito cuando me miro asi que me dijo lo bella que lucia asi. Mi esposo nunca sabra de que tu eres mi barbero predilecto.

Esta historia fue verdad, pero Ana es un seudonimo. Si ella llegara a leer esta historia es seguro que deleitara de lo que he escrito. Me gustaba coger con esa perra porque ella respondia a mis deseos.