Por cuestiones económicas fuimos a vivir a un pueblito de la costa y montamos una posada que era atendida por mis padres y por mi.

Mamá es una mujer muy hermosa, con un largo cabello rubio, ojos azules, y un cuerpo escultural y 35 años de edad. Entre semana papá iba a la ciudad por 4 días y traía lo necesario para el fin de semana, pues entre semana nadie iba a ese paraiso perdido en medio de la nada.

Noté que mamá salía mucho entre semana y la vi hablando muy cñalidamente con un pescador. Un negro mandingo enorme, fuerte, y muy oscuro.

Mamá empezó a hablarme de sexo y lo delicioso que sería hacerlo con un negro, en internet me mostró fotos de sexo interracial y describió sus aventuras con uno. Yo me excitaba mucho con sus relatos. Una tarde me dijo: Vamos a jugar, imaginemos que fuiste raptada por un negro que va a cogerte y yo soy su esclava y te preparo. Quiero que luego me describas tus sensaciones y pensamientos.

Mamá me ató las manos, vendó mis ojos, y quitó el brasier del traje de baño que tenía, y empezó a pasar sus uñas por mi espalda. Era una sensación divina. Me ató las manos a un travesaño del techo y quedé con los brazos levantados. Ella me abrazo y empezó a pelliscar muy sensualmente mis pezones, mientras rozaba los suyos en mi espalda. Gemí de placer, nunca había sido tocada así. Tenía 16 años recién cumplidos, y lo más erótico que había vivido había sido un beso en la boca. Mi mamá bajó mi bikini y ató mis pernas a las paras de una pesada mesa de madera, y colocó una almohada entre mi cadera y la mesa. Empezó a besar mis nalgas y me volví loca de deseo, la lengua de mi mamá empezó a lamer mi vagina y no pude reprimir mis gemidos de placer, noté su lengua tratando de entrar en mi vagina y mi cuerpo empezó a moverse eroticamente de manera natural, no lo movía consientemente, solo lo hacía. Estaba a punto de llegar a un orgasmo cuando mi mamá se separó y se paró derás de mi y me dijo al oido. Ahora nuestro amo va a cogerte, quiero que le des un hijo.

Sentí algo muy suave y firme en mis labios vaginales, pense que era un juguete sexual. Mi mamá me dijo al oido: Quieres que te coja nuestro amo, quieres que te preñe. Contesté solo Si, si, si quiero. Entonces aquella cosa se deslizó en mi vagina, di un gritico de dolor al rasgarse mi himén y descubrí que había sido penetrada por un hombre, que empezó a cogerme con ternura. Me sentí llena, tomada, completa, suya y empecé a gemir de placer acoplandome a sus empujes. Su pene se hundió más y más hasta que sentí que tocaba fondo.

Mamá me quitó la venda y me ví siendo cogida por el negro con el que había visto hablando a mamá. Al verme así tuve otro orgasmo y aquel hombre se vino dentro de mi. Sentí su chorro de esperma en mis entrañas. Me apretó fuertemente contra él y me dijo: Mi vida, tienes otros dos agujeritos que voy a llenar de leche hoy.

Al oirlo mi cuerpo empezó a moverse y el me dejo copular hasta que tuve un nuevo orgasmo, y soltando mis amarras me beso con lujuria.

Esa tarde fui completamente disfrutada por aquel hombre 6 veces, quedando agotada de placer y cansancio. Al despertar al día siguiente encontré a mi mamá copulando como una perra en celo con él en un sofá.

Al acabar mi madre me dijo: Clara, desde hoy tendrás sexo con Tyron cada día, hasta que sea evidente tu embarazo, así tendrás que casarte con él y ambas podremos disfrutarlo cada noche.

A las tres semanas el ginecólogo me dijo que estaba preñada de tres semanas, y mi madre me dijo: La noche que perdiste tu virginidad con Tyson estabas en medio de tu ciclo y por lo tanto en período fertil, esa noche no solo perdiste tu virginidad, sino que fuiste preñada, no imaginas lo feliz que me haces. Tu papá tiene una amante en la ciudad y se quedará con ella, y nosotras estaremos aquí juntas y más unidas que nunca.

Me casé con Tyron y ahora los tres dormimos juntos. Mi mamá disfruta tocandome y yo empecé a tomarle el gusto a esta relación bisexual e incestuosa con mi madre.