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noviembre 1, 2020

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Un juego peligroso con un completo extraño creía yo. Primera y última

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No pensé que escribiría sobre la primera vez que estuve con un hombre y cómo fue perder la dignidad. Creo que es una forma de destacar lo morboso que era Andrés, y lo puta que puedo ser, de ese encuentro y de lo que lo antecedió, mostrar como las primeras veces pueden resultar más satisfactorias de lo que uno espera, y sirve para probar y aventurarse. Lo escribo en mi diario, no me atrevo a contárselo ni a mi psiquiatra.

Ser una chica en un grupo de hombres es genial, sabes cómo piensan y empiezas a escuchar sus experiencias…hasta sexuales. En ese momento estaba de moda el grupo ese para  levantar tipos, y mis amigos  me introdujeron en el mundo de calificar chicos y ver que pasa. Al entrar en el mundo del Tinder, es fácil obsesionarse con conocer a alguien interesante. Debo confesar que en ese momento mi ingenuidad superaba mi malicia, así que creía que podría encontrar a una verga distinta a la de Andrés sería fácil, y eso que él me lleno de suciedad la cabeza.  Sería fácil pensaba yo. Por supuesto que no tardé en descubrir que solo era una app que está fundamentada en encontrar a un chico para sexo casual. ¿y por qué una teme enamorarse?  Y tirar todo por la borda.

Después de un tiempo y de muchas decepciones con chicos que conocía y no tenían nada más interesante que mostrar su pene, conocí a Jota. Su nombre es José, pero al tener tantos amigos con ese nombre, decidí llamarlo Jota. Era un chico común de 28 años me pregunte muchas veces si esa era su cara, su cuerpo, sus manos, su boca, mil preguntas, todas tontas. Este hombre es los  que pasan desapercibido, pero tenía una hermosa voz, por algo era cantante de una banda local. Tampoco era el típico chico de banda, por el contrario, pasaba por nerd.

Empezamos a hablar y a…sextear. Al principio no estaba convencida de jugar ese juego peligroso que se llama sexteo, o de enviar fotos desnuda a un completo extraño…pero con el tiempo uno se acostumbra, se siente bien sentirse deseada. A él le excitaban los videos que le enviaba, sin mostrar en ellos mi rostro siempre que no solo pudiera verme masturbándome, sino que además pudiera oír mis controlados gemidos. Lo ponía a mil. Cada vez que terminábamos…él llenando su mano de semen y yo llenando mis dedos de mis jugos, Jota preguntaba:

-¿Cuándo podremos jugar de verdad?

 

Siempre le decía que cuando quisiera, aunque en el fondo me daba algo de miedo, hasta ese momento era virgen de locuras…si virgen a los 37 años. No quiere decir que no hubiese experimentado mi cuerpo y el placer, que no hubiese visto porno hasta correrme, pero lo cierto es que nunca había tenido sexo, así que por un lado me daba miedo, pero por otro una curiosidad enorme.

A las semanas esa curiosidad dominó al miedo. Jota y yo quedamos para tener sexo un viernes en la mañana. Ambos estaríamos desocupados ese día y sus jefes estarían de viaje me dijo, así que sería el momento ideal para darnos placer. Era la primera vez que me vería en persona, que vería a la chica de cabello cargos, piel café, tetas como pera, un poco caídas y de gran boca claro y sonrisa, que sutilmente en la cámara lo dejaba ver, siempre hasta ahí, me falta sol, soy morocha, docente de primaria, dejaba al descubierto mis piernas doradas y torneadas, que tanto le gustaban decía él. .

¿Nos encontramos?, te mando el coche dijo. Yo me reí, y le dije que sí.. Yo llevaba un vestido que me llegaba por encima de las rodillas, ajustado en la parte superior, un bobo de encaje suelto en la parte inferior. Debajo del vestido llevaba una muy pequeña tanguita negra y un corpiño de encaje negro que resaltaba el tamaño de mis senos. Que ya sabe no son del todo un delirio, y ahí me acorde, mientras esperaba  recordé que Andrés, podría llamarme, o verme acá afuera. Cuando me subí a su auto y me vio el chofer, lo noté nervioso, hablaba poco. Me dijo siéntese acá.  Y me abrió la puerta del acompañante.

El chofer no quitaba sus ojos de mis muslos, y le pregunte ¿puedo ir en la parte de atrás?, me miro, detuvo el auto, ¡siiiiii cómo no! Tiene bebidas, tome o agua la que guste. Mientras vamos rumbo a su cita señorita.

Yo le iba a decir, ¡señora!!! Pero vestida así, no me lo creería.

Me abrió la puerta, me acaricio mi mismo, lo mire con dureza, y se chupo el dedo, me acomode, y dije vamos.

Estaba sentada en el asiento trasero, detrás del acompañante del conductor. Abrió la compuerta, desde adentro, y me veía fijo, diría yo con deseo, tome agua, desconfiaba de él, y me pregunto ¿hace mucho que coge con mi jefe? ¿Cómo se atreveeee dije, me pesaba la lengua, Incliné mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos, relajada por estar “segura” , mi única preocupación era llegar rápido a mi cita sin que me vean, rogando que nadie me vea. Me sentía somnolienta. Al rato, sentí frio en mis rodillas.

Me despertó el ruido de sentir una puerta cerrándose. Abrí lentamente mis ojos, miré hacia la derecha, vi un lugar que no conocía, estábamos debajo de un puente. Muy oscuro, bocinas, se escuchaban, pero no sé de dónde.

La puerta a mi izquierda se abrió y vi al chofer, va un hombre parado junto a ella.

No entendía que sucedía, me lo quedé mirando unos segundos.

Metió su brazo derecho y sujetó mi pierna izquierda, en la zona de mi rodilla. Tenía una mano gigante que me sujetó sin dificultad.

Me me arrastro hacia afuera, con su otra mano, tomó mi otra pierna, y me dejó recostada sobre el asiento, me dio vuelta como a un bolso mi cola la sentía fría  para arriba, me volvió a dar vuelta estaba acostada, boca arriba y mis piernas colgando fuera del auto.

Yo no entendía nada No dejaba de repetirme: – Que está pasando. No entendía nada. Lo miraba aterrada al tipo.

Quería preguntar que sucedía,  lo veía agarrándose el bulto, pero no me salían las palabras. Mi corazón estaba a punto de estallar, mi espiración se me empezó a acelerar comencé a lagrimear. Solo sabía que se venía algo desagradable.

En el fondo lo sabía, pero confirmé lo peor cuando desabrochó su pantalón y sacó su miembro completamente erecto.

Quería pensar en otra cosa, en como huir, si alguien me escucharía si gritaba, pero no reaccioné. Solo observaba al hombre que estaba ahí con su verga en la mano y masturbándose, sin dejar de ver mis piernas que acaricio, yo me movía un poco, subió hasta mi vestido y junto mientras ascendía su mano, arrugaba mi vestido y lo subió hasta mis caderas y vio mi tanga, me acaricio los bordes, me hundía sus yemas de los dedos, que del movimiento, mi vestido se subió tanto dejando mi ropa interior a la vista.

Soltó su miembro y metió su mano dentro del habitáculo de la limo, sujetó mi tanga y con un movimiento brusco me la arrancó. Me estremecí toda, Mi tanga salió con demasiada facilidad, era finita por todos lados. Vi como tiró hacia afuera mi tanga completamente desecha.

Con sus manos, me tomó por la cintura y me acomodó bien al borde del asiento, la mitad de mi cola estaba fuera del asiento.

Escupió su mano derecha y se esparció la saliva por la cabeza de su enorme y gruesa verga. Su miembro era grande o quizás por la falta de experiencia lo vi más grande de lo que era, una cabeza bien diferenciada del tronco, grueso, unos huevos, que me parecieron pequeños en comparación a su verga

Me miraba con cara de depravado.

Sabía lo que venía. Yo estaba jadeante, no entendía porque jadeaba Pensé en que hacer, si defenderme o dejar que pase. Yo no entendía por qué me pasaba a mi. Lo medité unos instantes, y pensé en mis opciones. Una, que lo mejor sería dejarlo que acabe rápido, estábamos en la calle, y seguro que acabaría y me dejaría ir.

La otra opción, podía defenderme, arañarlo, golpearlo, pero supuse que sería sin sentido, era demasiado pequeña y él  era un hombre corpulento, medía 1.80 o 1.90 metros y de contextura corpulenta.

 Era una pelea que no ganaría y si me resistía podía terminar seriamente golpeada o muerta. No sabía de donde salían estos pensamientos, pero por lo menos me habían distraído unos instantes, hasta que sentí la cabeza de su verga como las restregaba contra mis labios, si contra mis labios vaginales.

Se fuerte, se fuerte, es solo sexo, vos podes, me decía una y otra vez. Mi amigo debe estar llamando al chofer

Pero ¿estaba lista para sentir   su verga? tratando de me, la idea me hizo entrar en pánico, cerré los ojos, mi cuerpo temblaba.

– Puta, calienta pijas, te voy a llenar de leche. Me dijo furiosamente.

Seguí con mis ojos cerrados.

Quería decirle que pare, pero volvió a hablar:

– No podes andar así y esperar que no te revienten a pijazos, puta de mierda.

Quise pedirle perdón, pensando que lo calmaría, pero antes de poder decir algo su cabeza entró en mi vagina.

Grité: – Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Y me puse a llorar del dolor y del miedo. Lejos de detenerse, se acomodó y siguió penetrándome, su verga se abría paso, y se hundía profundamente, dentro de mi vagina me hacía sentir todo me llenaba,

Su verga era grande, y mi vagina estrecha, pero el dolor se potenciaba por la falta de lubricación. En un momento gemí, no lo creía yo había gemido comenzó a tomar ritmo y me penetraba constantemente. Cada vez que su mástil entraba completamente  me agarraba las rodillas y me las tiraba para atrás, dejaba caer su cuerpo sobre el mío y el asiento hacía ruido a resortes. Eso me hacía reír, y él se enojaba más, sus ojos se abrían más, lleno de furia y me la metía toda, hasta el fondo  Ese ruido me hacía saber que lo tenía completamente dentro.

El movimiento cada vez era más rápido, su cuerpo chocaba con fuerza con el mío. Me dolían los huesos, la pelvis, sentía todo completo y lleno mi sexo, ese anormal, me estaba rompiendo toda, ¿Cómo le iba a explicar a Andrés?  Me la metía toda, me hacía pujar, esa cosa entraba hasta los huevos.

Empecé a gritar cada vez con más fuerza. Debí hacerlo fuerte, porque con su mano izquierda me tapó la boca, callando mis gritos.

Nunca había sentido un dolor tan fuerte en mi vagina, me estaba cogiendo muy fuerte y sin lubricación.

Sin dejar de tapar mi boca con su mano izquierda, con su otra mano apretó mi pecho izquierdo, con la intención de lastimarlo, me lo estrujaba, recordé al bestia de mi hermano,  lejos de una caricia, apretó lo más fuerte que pudo, como si tratase de reventar una naranja con su mano, solo logró que grite más fuerte, pero mis gritos eran sordos, nadie los escuchaba.

El dolor comenzó a dejar mi cuerpo relajado, anestesiado. Me deje ir, abrí mis ojos, miré hacia a la derecha y me quedé mirando los forros todos cerrados, fijamente. Lo mire de nuevo, desconcertada,  con mil preguntas Se dio cuenta que ya no gritaba, si, si puta, te voy a llenar de leche,  y vas a tener un hijo mío. y yo sentía cada metida de su verga solo sentía un pequeño gemido cada vez que me penetraba hasta el fondo. Era que lo silenciaba, pero en la realidad ya gemía con ganas

Saco su manos de mi boca me escupió la cara  solo me mojaba los labios con mi lengua, y empece a decir, si, si si si sigg  siiiiigh ajahjj ajee jjj  lo tome de sus bicep con ambos brazos míos, acompañando cada estocada,  mordeme las gomas y pezones y me tomó fuerte por las caderas. Con sus manos levantó mi cola del asiento, y hundía mi cuerpo contra el suyo. Al principio eran movimiento, constantes y a media velocidad, parecía que estaba recuperando el aire. El sudor de su cara caía sobre mi cuerpo y se lo veía muy agitado. Pero nunca paró, solo bajo el ritmo.

En un momento escuchamos el ruido de bocinas, de otro auto que se detuvo al lado nuestro, el tipo seguía bombeando en automático,  yo habría mis piernas, el me miro con ojos de depravado, sin sacar su jugosa verga  de mi vagina se detuvo. Seguiiiii seguiiiiii yo no sabía por qué decía eso, me estaba violando….

Y escuchamos gritos:

– Así se hace hombre.

– Dale duro.

– Ehhhhhhhhhhhh.

Lo que podía ser una esperanza antes, yo deseaba que se marchen solo eran adolescentes alentando a mi violador.

No cambió mucho en mí, ya estaba entregada a la situación, solo deseaba que acabe y me deje ir. O no. Tenía sentimientos encontrados.

No perdió tiempo, y siguió dándome verga. Cada vez mas fuerte. Parecía que ese instante que se detuvo, le permitió recuperarse.

Ya sin parar me dio una y otra vez, con locura.

Me sorprendía, cuanto estaba durando. Aunque en realidad no sabía si el tiempo pasaba lentamente por lo que estaba viviendo, o realmente me estaba violando hace un rato.

De un momento a otro su respiración se aceleró. Sus manos soltaron, mis caderas, y fueron hacia mi cuello, comenzó a ahorcarme. Eso me re éxito

Empecé a sacudir mis piernas, pateaba lo que sea, con mis manos trataba de sacarme sus manos de mi cuello, pero fue inútil.

La respiración se me iba, comencé a marearme.

Como si escuchase debajo del agua. Sentí al tipo ponerse re duro, su verga abarcaba toda mi concha y lo escuche  gemir muy fuerte y estalló dentro de mi vagina. Su semen me inundó por dentro.

Sus manos fueron ejerciendo menos fuerza sobre mi cuello de a poco, hasta soltarlo.

Empecé a toser, me ardía la garganta, daba bocanadas, tratando de recuperar el aire. Mis ojos estaban llorosos.  Sentía todo su semen adentro mío, y como empezaba a salirse de mi vagina, lo sujetaba con mis manos.

Señorita, estamos que llegamos, ¿¡señorita!, ¿qué le pasa? Frena la limo bruzcamente, escuchaba golpes en el vidrio. Sí, es cierto, escuchaba como abajo del agua. ¡Señorita, no me asuste!, mi jefe me mata, despierte, abra la puerta. Lo miraba como drogada

Yo como una tonta, desorientada baje el vidrio. El chofer se apuró, a levantar el cerrojo del auto, yo me desvanecí sobre él, mis piernas se sacudieron, mientras se doblaban como flan me agarro, las mejillas, ¿señorita, no se ve bien?, ¿que tomo?, ¡que tomo! ¡POR DIOS! A mí me van a despedir, se agacha sobre el piso, de la limo, y levantó dos botellas de agua, ¿tomo esto señorita? Al levantarse quedó enfrente de mí. Me miro a los ojos, si dije con mi cabeza, tenía sed dije, y él me miro de nuevo, y le sonreí como una chquilla, bajo su mirada, hacia mi boca, luego sigue bajando la mirada, sobre mi cuello y senos, y siguió hacia mis piernas, justo hasta mis rodillas, y me volvió a mirar a los ojos. Yo me excite, o no se o era lo que había tomado, y mientras abría mis piernas, le dije, cógeme.

No tenía idea de donde estaba. ¿Si cerca de la casa o lejos?, el chofer, se arrimó a mi mejilla me dijo al oído, se tomó la droga del jefe,   y salió del auto, yo me acosté sobre el asiento de costado.   Y escuche que el chofer hablaba, con el jefe y decía, hola, jefe, sisisisi, si sé que estoy llegando tarde, es que la señorita se tomó su DROGA,….yo le ofrecí, licor, todo el licor, ella parece desconfió y tomo agua, yo no sabía que usted dejo su agua mágica, si, es  que, si ¿a dónde estoy? Si lleve la LIMO  al lavadero, esta chica se vomito toda, adentro dejo a la miseria,…otro silencio…si, si, si jefe, entiendo no es mi culpa otro silencio…. Gracias por entender… un silencio grande.   Si, jefe apenas termine de lavar la limo, voy, a su casa, ahhhh quee tengo el fin de semana libre. Gracias jefe.

Yo mire en asiento y mi ropa y no me vomite. El chofer. Se asoma. Y me dic ¿cómo se siente? No le respondí, abrió la puerta,  se sentó a mi lado, tomo mi vestido, y con sus dedos lo acomodó hasta abajo.

En ese momento, me sentí muy agradecida y cuidada, se arrimó sobre mi oído, apoyando todo su paquete sobre mis caderas, me susurro, la voy a llevar a casa. Señora, descuide…estire mi mano y le agarre el paquete. Él se dejó, un instante.

Llegamos, se abrió el portón eléctrico, avanzamos unos metros, y me dije. ¿Yo no tengo portón eléctrico?, escuche otras puertas, y se volvió a meter al auto el chofer, creo, avanzamos, apago el auto, cerro el portón, y el Chofer a quien estoy viendo  mucho parece, abrió la puerta del coche. Me alzo, yo era muy flaquita en sus brazos.

Me dejo sobre la cama. Si, mire para todos lados, ¿siiiii era una cama? nooooo

Lo podía creer, espejos, ducha vidrio, ¿espejos en el techo?, me incorporé como pude, me apoye contra el respaldo, si, era un telo.

La voz del chofer: Bueno muchachos, yo ya hice mi parte, las otras dos sombras no los veía bien, lo iban a despedir, y el chofer les dijo, si me dejan participar les cobro la mitad. Se ríen fuerte y dicen se armó la fiesta.

Se reunieron, y el chofer  me daba las órdenes. Mira, te íbamos a coger igual. Solo nos demoraste. Al drogarte sola, así que pásalo lindo. Y cuando quise gritar ni la voz me salía.

Chofer: no intentes nada, está siempre fue tu fantasía…

LORENA. Si, si es cierto. Pero no asi, no, no quiero, asi no.

Chofer. Plaf! Me pego una cachetada en la nalga, y luego me empezó a cachetear, el culo, hasta dejármelo rojo, así lo sentía que me ardía, pero, eso no me disgustaba, es más lo disfrute un poco.

Lorena. Basta, basta, noooo, me hagan daño. Bastaaaaaaaa!!!! Trate de gritar

Los tres con sus máscaras se abalanzaron sobre mí, desgarrándome el vestido, yo escuchaba como se rasgaba me sacaron con tijeras la tanga, me cortaron todo el corpiño, m empezaron a babear con sus lenguas, el chofer me hundía su lengua en la boca, uno el culo, y el otro mi sexo, y se intercambiaban, me comían cada uno los pezones, y me daban bofeteadas sobre los senos, y me pellizcaban los pezones.

Uno me tiro, una medias de red, muy finas,  de la marca que yo uso, me las puse como pude, se me corrió el maquillaje,  me llevaron al espejo, me dieron maquillaje y labial, y me dijeron que me pinte, mientras lo hacía me manoseaban los senos, me apoyaban sus vergas en la espalda y cuello, uno bajo a mi entrepierna y volvió a chuparme la concha. Era imposible pintarse así….

Entro un cuarto hombre, este estaba vestido, me asuste, pero él venía a fotografiarme. Dijeron.

Me vestí frente a ellos con tacos, y medio un hilo dental por tanga, y la boca roja. Parecía una RAMERA. Me ordenaron, sentate en la cama, y date vuelta poniéndote boca abajo…lamentablemente, la droga se estaba yendo. Creo  pasaron unos minutos, relaje mis piernas y sin mediar palabras ni avisos. Una mezcla de dolor, ardor. Desgarrador, ahhhhhhhhhhhhhhgjjggjgjggjgjgjj ¡!! Ay ay ay ay ay ayyyyyyyyy!!!!!  Dos manos fuertes, me estrujaron mis glúteos, mientras me levantaban mi trasero, poniéndome cuasi de rodillas ¡ AYYYYY POR DIOS!!!! GRITE, AYYYY DIOS MÍO!!!  Wow! Y frenéticamente esa cosa enorme como un puño se fue abriendo paso, por mi sexo, ni me avisaron, ni me dieron tiempo a lubricar nada, me la metió y ya, ayhyhyhyhyhyhy En un momento, metí mi mano bajo la diminuta tanga, el diámetro erra más impresionante y toqué mi parte intima.

Va lo que pude  Inspeccioné mi mano buscando sangre, pero no estaba sangrando. Eran todos mis fluidos. Me calenté de golpe, me moje toda. Y empezó frenéticamente a darme, entre y saca entre y saca, me violaba, basta, basta basta, gritaba, les suplicaba que me dejara, ya,,,, y más se estimulaba, me metía todo, todoooooooooooo, adentro, me llegaba a mis ovarios, no podía imaginar lo larga que era. Me quise enderezar como pude, y al levantar la cabeza, el chofer, me metió, algo carnoso caliente, no tan gorda como en el auto.  Pero me llenaba la boca, me pegaba con su verga en mi cara. Luego de pronto. Uno de los tres se acostó sobre la cama al lado mío. Los otros se frenaron. Los mire a los dos como preguntándoles que querían que haga, sentaste me dijo el chofer. ¿ Con mi cola? Dije, si sentate dijo el chofer. No no, no, no, no dije mi cola no, no no.  Y entre el chofer y quien me desgarro la concha.

De alzarondesde los brazos, y como a una muñeca, me ubicaron sobre este mástil, largo, y algo arqueado, pero, de gran cabeza, y capuchon. Rosado,  y cuando me pusieron sobre esa punta, era lógico, que no me iba a entrar, ¿se iban a dar cuenta me dije?. Aggghhghgghghgh!! Ayyyyy agggggghhgggh ayyyyyyy noo, no, nopor favor noooooo, hijo de puta, me rompes el culo. Y rompí en llanto, y era peor, mas me ensartaba. Hasta que entro toda, apoye mis manos sobre su pecho. Y empecé a moverme, de atras hacia adelante, temía que me la saque y me rompa de nuevo, y se sonrió le gustó mucho, y a mi digamos se soportaba, y  yo sola quise ridículamente levantarme, y me volví a sentar, estaba tan tan ensartada, que parecía abotonada….

Me le acerque y le comí la boca, me respondió el beso, me metió su lengua hasta la garganta, NOOOOO, DIJO, EL CHOFER.  Sin besos. Y me agarro y me metió su verga en la boca…

El cuarto hombre se agarraba la verga y me sacaba fotos en todo momento.

 

Me arrescoste sobre el pecho de mi dueño, del culo al menos, y uno de los otros me la puso en mi concha, mmmmmmnnmmm ese tamaño lo conocía- me estaban cogiendo los dos al mismo tiempo.

Lorena: no se corran, no se corran.

Se miraron, y empezaron como locos a darme, yo parecía en un toro mecánico. Me tuvieron asi, nose, tres horas. Hasta que los tres al mismo tiempo soltaron  y cada vez que cambiaban de posición soltaban su semen en mi concha. Me cogieron hasta la mañana… me dieron un vestido rojo. Y me llevaron a casa.

Al llegar a su casa, y entrar, eran las seis no habían pasado ni 5 segundo cuando me tomó por la cintura me volteó y empezó a besarme. Era Andrés  Ansioso, sus manos se dirigieron directamente a mi culo, no paraba de acariciarlo, apretarlo y nalguearlo. Mientras me daba besos apresurados, donde se notaban las ganas, me llevó una de mis manos a su entrepierna y me decía:

-Así me tienes. Desde que te vi me excité.  Amor, Tenía ganas de quitarte ese vestidito. Negro  de encaje. ¿no te fuste con el vestido de encaje? Me lo dijo la empleada. NOOOO  AMOR ESO LE DIJE QUE ME IBA A PONER, PERO SALI CON EL ROJO, Y FUE UNA BUEA ELECCIÓN, MI AMIGA Martita, llevo uno de encaje.  Que rico besas…deliciosos labios.

Yo solo gemía mientras nos tocábamos y mientras él decía esas palabras en un susurro que calentaba.

Al rato me arrancó el vestido, no esperó a que subiéramos a la habitación. Me quitó la tanga y arremetió sus manos. Uhmmmmm amor ya te mojaste decía Andrés. Y ni te toque.

 Me beso, me cogió, toda la noche, yo re gemía, de dolor, pobre Andrés, ni sabe en que anduve…

En la mañana siguiente. Encontré en una bolsa De papel madera. LA ABRI, Y EPECE A VER EL HORROR,  Y me largue a llorar…. Decía amor, fantasía cumplida. ahora haber cuando cumplis las mias…ANDRES

 

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2 respuestas

  1. nindery

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