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diciembre 31, 2022

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Sumisas Universitarias - Cap 2

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Transcurría el lunes a la tarde, estaba mirando el video que me había mandado Lujan, desde el baño de la casa de su abuela, bestia una pollerita corta y una remerita ajustada que le marcaban sus pequeñas tetas, el video terminaba mostrando debajo de la pollera para demostrar que estaba obedeciendo en no llevar ropa interior.

 

Era el segundo video que me mandaba el lunes y además me había mandado dos el Domingo, pero yo no le había contestado ninguno, no era que no me gustaban era para que apanda que ella estaba para obedecer y ser utilizada cuando yo quisiera.

 

Después de disfrutar de su video le escribí por primera vez – putita quiero que me pases todas tus redes sociales – Quería ver qué tipo de fotos se sacaba

 

 

Si señor, ¿me va a seguir? – me paso su Twitter y su Instagram

 

Antes de contestarle me fui a ver sus redes sociales, en Twitter no tenía fotos y Instagram tenía solo fotos mostrando su hermoso rostro y sus ojos verdes, pero nada de su cuerpo.

 

Esas no son redes sociales de una putita, son muy aburridas – le escribí después de ver sus fotos

 

Solo me mando un Emoji llorando, no le conteste enseguida espere unos minutos y luego le mande – escribirme cuando estés en tu casa

 

Si señor – me escribió al instante.

 

A las 8 de la noche me llegó su mensaje avisándome que ya estaba en la casa. Cuando vi el mensaje le dije que le daba permiso de ponerse ropa interior de la más sexy que tenga y que se saque unas cuantas fotos y que me las pases todas juntas, cosa que aceptó sin objeción, me pasaba tres videos por días unas fotos no era nada.

 

Una hora después me pasó más de diez fotos, su pelo estaba suelto, y tenía un conjunto de ropa interior blanco, aunque no era de lo más llamativo sí que tenía una buena tanga, sumado a su perfecto culo, esas fotos eran perfectas. Le volví a enviar tres de sus fotos, dos de esas se la había sacado enfrente de un gran espejo una de enfrente y la otra de espalda, y la tercera estaba en cuatro en la cama mirando hacia tras, sin duda se había puesto empeño a las fotos.

 

Quiero que publiques esas fotos en tus redes sociales – me dije después de enviarle las tres fotos que más me gustaron.

 

No señor no puedo toda mi familia me sigue además de amigos y amigas – me mandó un audio totalmente a instante, se notaba que no se esperaba que se lo pidiera, pero lo que más me gusto que se negó, era la primera vez que me decía que no a algo.

 

Mañana mismo nos vamos a ver, para que recibas tu castigo sin ningún premio, y para que aprendas a obedecer como una buena putita – le conteste enseguida para que vaya aprendiendo que NO es una palabra prohibida.

 

Perdón señor, pero no me animo, mis amigas me van a tratar como una puta además en mi familia no se ve bien ese tipo de fotos – otro audio me mando, en voz baja seguro que estaba cerca de algunos de sus padres.

 

Me has dicho que no por segunda vez, por cada uno, son diez azotes con el cinturón, pero si no está segura de continuar no me vuelvas a escribir, no quiero perder el tiempo con una puta insegura – le deje bien en claro mi postura, aunque ella era una belleza y me molestaría si se arrepentí era, pero yo en realidad buscaba una sumisa devota.

 

Media hora después me contestó – lo voy a hacer señor, ¿pero de verdad me va a castigar por esto?

 

Si lo voy a hacer veinte azotes por las negativas, cinco por tardar en contestarme y dejándome esperando una respuesta – le tenía que enseñar quién manda porque es joven y los jóvenes de hoy en día son muy rebeldes.

 

Desde ahora voy a ser una buena chica señor – ese mensaje llegó más rápidos que los anteriores

 

No eres una chica, solo eres una perra puta a mi servicio

 

Sí señor soy una perra puta – eso me lo mando en un audio al instante mi verga reacciono, al escuchar su dulce voz diciendo esa oración.

 

Basta de mensajes y publica tus fotos la que estás en cuatro sobre la cama en Twitter y las dos restantes en Instagram – me moría de ganas de saber la reacción de sus padres porque cuando los conocí me parecieron personas serias y reservadas, aunque la madre de Luján es bella como ella.

 

Diez minutos después llegó el mensaje que esperaba – Las publique señor, me muero de vergüenza jamás imaginé que haría algo de esto.

 

No le conteste, pero si me fui a sus redes sociales y efectivamente las había publicado las fotos de Instagram eran muy sexy pero la foto de Twitter parecía una perra esperando a que la monten.

 

Me fui a preparar la cena, quería dejar pasar el tiempo para ver qué tipo de comentario tendrían esas fotos de sus amigos, sobre todo.

 

Hasta que preparé la comida y cene, pasó más de una hora, y entre a sus redes de vueltas, me sorprendió la cantidad de comentarios que tenía, ya que ella no tenía muchos seguidores mayormente amigos y familia, parecía que todos habían dejado un comentario.

 

Me tome el tiempo de leer comentario por comentario, pero hubo dos que más me sorprendieron, el primero fue el de su padre en Instagram, le comento hermosa como tu madre y unos corazones, y el segundo fue en Twitter del socio del padre, le escribió siempre supe que eras una zorra, el resto eran comentarios de la amiga, pero no decían demasiado.

 

Antes de acostarme le mande un mensaje – mañana nos vemos está atenta al celular – respondió rápido con un video en su cama completamente desnuda y afirmando que esperaría mi mensaje.

 

Al otro día fui a trabajar con normalidad a la mañana me paso un video mientras desayunaba, mostrándome que no llevaba ropa interior, lo que me gusto que la muy puta estaba mojada.

 

Una hora antes de irme del trabajo le escribí – te espero en mi casa a las tres de la tarde para tu castigo, anda preparando las nalgas – además le pase mi dirección

 

Cuando llegué a mi casa, busqué unas sogas y busqué un lugar para colgarlas del techo. Vivía en un departamento chiquito que alquilaba no tenía mucho lugar, pero corrí la mesa del comedor y colgué la soga del techo.

 

A las tres en puto, tocan el timbre de mi casa, al salir ahí estaba Lujan con una pollerita de colegiala y una remerita blanca casi transparente, que se le notaba sus sensuales pezones, me acerqué – Entra mi putita – le dije al oído, dándole una nalgada, cosa que ella respondió con una sonrisa tímida.

 

Entró antes que yo, y se quedó mirando la soga que colgaba en el centro del comedor, se imaginaba lo que estaba por ocurrir.

 

Párate debajo de la soga zorrita, que en un rato empezará tu castigo por desobediente – bajó la cabeza y se dirigió al lugar indicado sin decir nada.

 

Una vez bajo la soga le dije – ahora desnúdate despacio, mostrarme ese cuerpo de puta virgen – comenzó a desvestirse con la mirada siempre en el piso, se notaba que le daba mucha vergüenza y eso me excitaba aún más.

 

Comenzó a sacarse primero la remera luego la pollera, regalándome una vuelta completamente desnuda sin que se lo pidiera – Te as ganado cinco azotes más – le dije autoritariamente y continúe diciendo – no te as depilado como te pedí la vez anterior, no me gusta repetir las cosas.

 

Perdón señor, no recordaba que me lo hayas pedido.

 

Tienes que estar más atenta a mis palabras – yo tampoco estaba seguro si se lo dije o no, pero cualquier excusa es buena para incrementar el castigo.

 

Al terminar mi frase me acerque, a ella, para comenzar a atarla con las manos arriba de su cabeza, estire bien la soga hasta que quedó de puntita de pies, sin duda era una de las cosas más lindas que había visto en el mundo, sus hermosas nalgas quedaban aún más paraditas.

 

Una vez lista a mi disposición le vendé los ojos, comencé a sobarle el cuerpo no tardo casi nada en estar mojada, sin duda disfrutaba de no tener el control ella había nacido para ser sumisa y yo me estoy convirtiendo en su maestro no me podía contener de la emoción.

 

Lleve mi mano a su conchita virgen y mi lengua a sus pezones que estaban bien duros y sabrosos, al sentir el contacto gimió al instante, disfrute de ambos pezones un buen rato hasta que note que mis dedos estaban empapados – no vayas a acabar que no tienes permiso

 

Pero si sigue así no voy a poder contenerme mi señor.

 

Eres demasiado puta eso es lo que pasa, si acabas sin mi permiso se incrementará el castigo – le pellizque el clítoris sin previo aviso cosa que saco un grito de dolor, pero no me pidió que me detenga.

 

Luego agarré unos broches de ropa que ya había preparado, y se los puse a ambos pezones, cosa que la hizo gritar de dolor de vuelta, pero seguía sin salir una palabra negativa de su boca.

 

Este momento lo tenía que guardar hasta el día de mi muerte así que, sin avisarle comenzó a sacarles unas cuantas fotos de todos los ángulos, era una diosa griega entregada a ser sometida.

 

Luego volví a jugar con sus labios vaginales, cuando note que su respiración estaba bien agitada la dejé no quería que acabara, mi idea era que disfrute del dolor junto al placer el tiempo más largo posible.

 

Agarre su celular que lo había dejado arriba de la mesa, y me saque el cinturón para comenzar el verdadero castigo – Quiero que me pases la contraseña del celular más la de Instagram y Twitter o te tendré que sumar azotes – de las dos formas iba a ganar solo quería ver qué opción elegiría.

 

Me paso todas las contraseñas al instante diciéndome – no le quiero ocultar nada a mi señor – esa frase casi me hizo perder el control y querer reventarle su culo, pero me contuve no sé cómo.

 

Me tomé mi tiempo a leer los mensajes de sus redes sociales y WhatsApp, había de todo tipo de amigas preguntado porque se había sacado fotos tan provocativas y de hombres mandando fotos de sus vergas, pero ella no había contestado ningún mensaje a ningún hombre solo a unas amigas diciéndole que le había gustado como salió en la foto y las publico.

 

Luego saque mis ojos del celular para volver a sobar con sus nalga derecha con fuerza – me acerque a su oído pase mi lengua y le dije – quiero que aguantes el dolor y lo disfrutes – sin decir mas tome distancia estire mi cinturón y le di su primer azote, gritó con fuerza pero hice oídos sordo y le di el segundo en la misma nalga, le di los diez seguido en la nalga derecha, fui subiendo la intensidad de los azotes, ella gritaba desde lo profundo de su pecho pero jamás me pidió que me detenga.

 

Cuando terminé me acerqué de frente y la felicité diciendo – muy bien putita así me gusta que disfrutes del castigo – la bese con fuerza violando su boca con mi lengua cosa que respondo masajeando mi lengua con la suya.

 

El beso fue largo y pasional, pero mientras que lo hacía con la hebilla del cinturón jugaba con su clítoris, me despegue de su boca solo para escupirla en la cara, estaba siendo sometida, pero se le notaba que estaba disfrutando sobre todo en su parte baja, que estaba tan mojada que sus flujos chorreaba por la parte interna de su muslo.

 

La deje de tocar solo para posicionarse detrás de ella de nuevo, mirando como su nalga derecha estaba roja como un tomate y la otra bien blanca, eso no podía quedar así, y comencé a azotar con fuerza su nalga izquierda, en el primer azote grito muy fuerte mas que nada por la sorpresa ya que no le avise y a tener los ojos vendados no sabía qué era lo que yo hacía.

 

Al terminar sus dos nalgas estaban igual de rojas ya que cada una había recibido diez azotes cada una – Este es el castigo por decirme dos veces que no, pero todavía falta castigo cinco azotes por contestar tarde un mensaje y cinco más por no depilarte.

 

Si entiendo señor aguantaré el dolor – su respiración era agitada sin duda estaba sufriendo por el dolor en sus nalgas más lo broches en sus pezones, pero al mismo tiempo disfrutaba de la situación.

 

Solo quedan diez azotes, cinco en cada nalga, podría cambiar de lugar del cuerpo, pero quiero que cada vez que te sientes te acuerdes de mi y a no desobedecer.

 

Mis nalgas son tuyas mi señor – que pendeja puta ya está totalmente entregada y a mi cada vez se me hacía más difícil no entrar en su cuerpo.

 

Para despejar mi cabeza y no violarla en ese momento volvía a azotarla con fuerza, cinco veces en cada nalga como había prometido, a pesar que le di con fuerza no grito tanto, seguramente se le adormecieron las nalgas, pero estaba seguro que por un par de días cada vez que se sentara se iba a acordar de mí.

 

Al terminar comencé a acariciar sus nalgas, y le pregunte – te duele putita

 

No mucho señor, pero me arde ahora que me la está tocando – por supuesto que no deje de sobarles las nalgas, me encantaba su dureza y sabiendo que le ardía me gustaba aún más.

 

Cuando me canse de jugar con su culo rojo, comencé a desatar sus manos, ella se dejó caer al piso quedando de rodillas, saqué la venda de los ojos y pude ver que sus ojos estaban empapados seguramente más de una lágrima cayó de dolor, pero la venda la absorbió.

 

Mire su entrepierna y seguía igual de mojada – tienes ganas de llegar al orgasmo

 

Me miró a los ojos por primera vez desde que la desate – si señor muchas ganas – su mirada era de desesperación.

 

Aunque todavía no eres digna para que yo te ayude a llegar al orgasmo, pero te doy permiso para que te masturbe enfrente mío – termine mi frase, busque una silla y me senté a un metro de ella que aún estaba de rodilla.

 

Al verme ella sonrió y sin esperar llevó la mano a su concha, pero la detuve enseguida – no así no, quiero que te acuestes en el piso te abras bien de piernas y recién ahí puedes comenzar – quería ver bien como se tocaba y además humillarla aún más.

 

Dudo solo unos segundos, pero lo hizo sin quejas, una vez que quedó como le pedí, cerró los ojos y llevo su dedo índice a jugar con su clítoris, lo hacía con mucho cuidado y ternura, pero no le importaba en lo más mínimo que yo esté a un metro de ella sin perderme detalle. A los pocos segundos de tocarse comenzó a gemir con suavidad.

 

Llevaba menos de tres minutos tocándose sin parar, su respiración aumentó su velocidad, y comenzó a menear suavemente la cadera en círculos con una mueca de dolor en su cara ya que sus nalgas rozaban en el piso, pero eso no la detuvo para poder conseguir su preciado orgasmo que le acompañó con unos fuerte gemidos.

 

El órgano duró más de un minuto, sin duda tenía ganas, dejo todo el piso manchado de flujos, y un camino de su acabada que iba directo a su culo – Ya conseguiste lo que querías, pero ahora te toca servirme – me desprendí el pantalón y saqué mi verga que estaba dura como una piedra después de ver semejante show.

 

Sin decir nada entendiendo su papel se puso de rodilla y comenzó a cabecear mirándome a los ojos como le había enseñado en su casa. Aguante lo más que pude, pero a los diez minutos empuje con fuerza su cabeza hasta mi verga para llenarle la garganta de leche – déjame la verga limpia – comenzó a succionar la verga completa mientras se dormía en su boca.

 

Ahora espérame acá de rodillas que me baño y vamos de compras – no espere respuesta me fui a duchar dejándola de rodilla, con los ojos llenos de lagrima por ahogarse con mi verga, su concha chorreando flujo y por supuesto sus nalgas marcada por el castigo.

 

CONTINUARA….

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Una respuesta

  1. helenx

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