junio 27, 2022

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rompiendo la monotonia (2)

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CAZADOR CAZADO

Se desperezo como siempre hacia y me dio un beso de buenos días

Me duele la cabeza, me dijo. Voy al baño y a tomarme algo

Ok. Le respondí. Se te habrá subido la copa de vino, añadí. Me miro y sonrió

Estaba preparando café, cuando llego a la cocina. Estaba súper sexy con el camisón semi transparente, que dejaba ver sus marcados pezones, y transparentaba su minúsculo tanga.

No podía dejar de mirarla, y absorto en mis pensamientos, lujuriosos, por variar, me espeta:

Acaso no tuviste bastante anoche? Aun quieres más?

Quede boquiabierto, Lo recordaba? Que había fallado? Pero si parecía en trance!!!

No sé a qué te refieres, Acerté a decir

Vamos, no finjas. Te enumero todo lo que me hiciste? Empiezo por la depilación? O por cómo me follaste la boca?

Yo no sabía dónde meterme. Que había hecho? Sin embargo, porque se dejo? Que iba a pasar?

Lo, lo, lo siento, acerté a decir.

No lo hagas, me dijo. Disfrutaste? Yo si lo hice

Si, por supuesto, pero creí que estabas drogada, y ahora me arrepiento

Ahora? Mientras me enculabas, o torturabas mis pezones, no parecías hacerlo, respondió.

Agache la cabeza, ni sabía que responder ni me atrevía a decir nada, porque no tenía escusa.

No te preocupes, si al final eres tú la víctima, dijo Vanesa.

Lo que pusiste en mi copa, solo era suero. Llevo planeando esto con Silvia desde la cabaña. No me atrevía a pedírtelo, porque no sabía cómo reaccionarias, y ella me sugirió esto.

Cómo? Entonces estaba todo preparado? No te drogue? Lo recuerdas todo? Lo sabías todo?

Si, respondió.

Pero??? No sé qué decir.

Nada, no digas nada. Lo planee con ella, pero tardaste bastante en llamarla, aunque me dijo que estaba segura que lo harías. Luego me aviso, quedo contigo y te llevo a “su lugar” a que aprendieras un poco, jaja

Aprender? Sabes todo lo que paso allí?

Todo. Y mi hermano también. Realmente fue todo idea suya, lo hablamos hace tiempo ya

Ok. Ósea que al final soy la victima

Victima? No pusiste ninguna pega en drogarme para poder satisfacer tus deseos, que por cierto, no están nada mal. Si hubieras sido más abierto conmigo, no habríamos tenido que llegar a esto.

Abierto? No hablar más de las vacaciones fue idea tuya y de tu hermano. No tener sexo y descuidar tu aspecto es cosa tuya. Yo lo intento casi a diario.

No lo intentes, hazlo, es lo que llevo años esperando. Tuve que emborracharme para que pasaras a la acción, y dejarme drogar para que repitieras.

Quieres decir???? Me callé, piensa rápido, me dije

Bájate las bragas, me salió sin pensar, y date la vuelta, espete

Y para mi sorpresa, sin mediar palabra, se bajo el tanga, se giro, y como leyendo mis pensamientos, se inclino sobre la mesa de la cocina.

Me acerque por detrás, le cogí las tetas sobre la fina tela del camisón, y me baje el pantalón.

Acerque mi mano a su entrepierna, y estaba empapada. Dirigí mi polla a su húmedo coño, y se la metí, lentamente. Con una mano, presione su espalda contra la mesa, mientras la otra pellizcaba uno de sus pezones y manoseaba su duro pecho. Comencé a bombear con más ritmo y fuerza, ella empezó a jadear, y nos corrimos a la vez, en un sonoro y acompasado orgasmo. Me retire un poco, y sin decir nada, Vanesa se arrodillo delante mío y comenzó a chuparme la polla como solo ella sabía. Termino de dejarla limpia y se incorporo. Un hilo de semen resbalaba entre sus muslos.

Se me ocurrió decir: No desperdicies nada

A lo que, sin mediar palabra, con sus dedos, recogió el semen, introduciéndolos posteriormente en la boca, lamiendo golosa e insinuante. Volvió a deslizar la mano entre las piernas, introdujo varios dedos en su mojado coñito, y repitió la maniobra. Mirándome con ojos de vicio, me pregunta:

Esta mejor así?

Mucho mejor, le dije.

A partir de ese día, nuestra vida sexual cambio por completo. Alternamos sexo duro, con sexo pasional, bondage y fetichismo, con románticos encuentros, y como pareja, estábamos en una infinita luna de miel después de 10 años casados.

EL VIAJE SIN RETORNO

Volvimos a coincidir unas vacaciones con mis cuñados. Solo nos habíamos visto en contados encuentros familiares, pues por trabajo, se habían ido a vivir fuera. Yo era reacio, pues a pesar de que todo empezó con ellos, ahora tenía miedo que algo pudiera estropear lo que teníamos. Pero el día llego, y allí estábamos de nuevo los cuatro solos. Que pasaría?

 

El encuentro fue muy normal. Besos, abrazos y risas, nada fuera de lo común en una relación familiar. Contando banalidades de todo el tiempo que no nos veíamos, el nuevo trabajo de Manuel, la salida por completo de la enfermedad de mi cuñada, y lo bien que se encontraba, el finalizar el tratamiento de mi mujer, la buena marcha de mi negocio, , etc,etc

Esta vez, estábamos en un apartahotel de la costa andaluza. Queríamos sol y descanso, y desconexión de la rutina. El crio estaba de campamento, y teníamos una semana entera por delante para nosotros. Después de instalarnos, y ver el apartamento, que tenia jacuzzi en la terraza así como una pequeña piscina, nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo y buscar un sitio para cenar.

Regresamos al apartamento, y nos servimos unas copas en la terraza, todo muy cordial y tranquilo. Hicimos planes para el día siguiente, y nos fuimos a dormir. Parecía que la semana iba a ser muy tranquila.

Al día siguiente, cogimos un 4×4 de alquiler y nos marchamos a una cala que Vanesa había visto por internet. Tardamos más de media hora, atravesando un bosque y pistas sin asfaltar, que hicieron mi delicia, soy un apasionado del todoterreno desde siempre, y llegamos a la cala. Me sorprendió que estuviéramos completamente solos, a pesar de ser Julio y las 11 de la mañana. Aparcamos y bajamos.

Colocamos toallas y demás y las chicas, comentaron que mientras no hubiese nadie, harían topless. Silvia lucia una bonita figura, era evidente lo que había adelgazado, pero sus tetas, seguían siendo de un buen tamaño. Sus pezones estaban duros y exultantes y pude apreciar en su culo varias marcas relativamente recientes, pero curadas, de haber recibido látigo o fusta. Me empalme solo de imaginarla atada y castigada.

 

 

 Vanesa, estaba esplendida, dejar el tratamiento la había hecho bajar algún kilo extra, el gimnasio la mantenía muy en forma, y la genética, mantenía todo en su sitio, a pesar de los 46 años recién cumplidos. Sus tetas, pequeñas pero firmes y duras, y esos pezones, duros como piedras, siempre insinuantes. De hecho, pocas veces iba sin sujetador, por lo mucho que se le marcaban, lo que la hacía sentir incomoda y observada.

Me pidió un poco de crema y se tumbo en la toalla para que se la pusiera. Insisti, para mi deleite, en esas dos pequeñas montañas, con la escusa de que su blanca piel podía quemarse. El magreo y el roce con los pezones, incremento mi excitación, dejando un buen bulto en mi bañador. Manuel no había perdido ojo en ningún momento, mientras extendia crema sobre la espalda y muslos de Silvia, tendida boca abajo. Observe también un buen bulto en su entrepierna. Nunca había hablado de lo ocurrido hacia un año, pero era evidente, que también lo recordaba por como miraba a su hermana.

Pasamos la tarde entre sol y baños, y acordamos irnos a duchar y cambiar para salir al atardecer a tomar algo antes de cenar.

En el apartamento, mientras nos turnábamos en la ducha, tomamos varias cervezas, y ahí empezó un poco a cambiar la cosa. Las cuñadas salieron ya arregladas, muy sexis . Silvia con un vestido bastante corto y ajustado, con generoso escote, dejaba ver la parte de arriba de un biquini negro anudado a su cuello, pero sus tetas, amenazaban con escapar de aquella cárcel de tela. Vanesa llevaba una minifalda vaquera y un top, y para mi sorpresa, sus pezones delataban que iba sin sujetador.

Silvia, como siempre, llevaba la voz cantante, y entre risas y miradas de complicidad con mi mujer, nos dijo:

Tomar uno de estos mandos cada uno, extendiéndonos 2 mandos a distancia similares a los de un garaje, “nos controlan”, jajajaja

Manuel y yo nos miramos sin saber de qué iba la cosa, y ellas se partían viéndonos la cara de sorpresa

Nos hemos puesto unas tangas vibradoras, y las controlan esos mandos, pero no sabéis cual controla a quien, y vamos a intentar toda la noche que no lo sepáis, mientras, podéis usarlos a vuestro antojo, intercambiarlos, lo que queráis. Gana el que acierte y pierde la que tenga un orgasmo antes, bueno o gana, según se mire, jajajaja rio. Y salimos

Con el mando en mi bolsillo, apreté un botón, pero no parecía ocurrir nada, las chicas iban delante y no note ningún cambio ni estimulo en ninguna. Mire a Manuel, que llevaba el mando en la mano, i le iba dando toques a los botones, pero tampoco parecía pasar nada. Le imite, y después de unos metros caminando, las chicas se detuvieron, se dio la vuelta Vanesa, y mirándonos dijo:

Aflojar un poco, o no llegamos a la cena

Un rubor ligero se apreciaba en sus mejillas, y sus pezones parecía que iban a rasgar la tela del top.

Seguimos a una terraza cercana, frente al paseo marítimo.

La calle estaba concurrida, y la noche era perfecta. Unos 24 grados y una ligera brisa

Sentados, me dedique a observar a una y otra mientras daba toque al mando. En un momento creí que tenia a Silvia, porque pareció quererse acomodar en la silla, incomoda, pero siguió hablando tranquilamente. En otro momento era Vanesa, la que se movía, pero no podía tener claro nada. Le susurre a Manuel:

Si se levanta una al baño, le das tu al mando sin parar, a ver si la que queda hace algo

Manuel asintió.

Seguimos tomando algo y alternando los mandos. Pero nada parecía suceder. Eran realmente buenas, o todo era una farsa.

Llegamos al restaurante, y teníamos una mesa en la terraza, apartada del resto, porque no queríamos tener el humo de los fumadores encima. Silvia se levanto al baño, y Vanesa quedo sentada sola frente  nosotros.

Al  rato, estaba moviéndose, contoneando la cadera y mordiéndose el labio inferior, mientras nos miraba, como pidiendo clemencia. Sus pezones estaban aun si cabe, más duros y provocativos. Mantuvimos la cara de póker, estaba claro quién tenía su mando, pero ella no lo sabía. Silvia se sentó, y Manu paro.

Vanesa dijo:

Menos mal que llegaste, estos hijos de puta, casi hacen que me corra aquí mismo y no sé quien fue

Los cuatro nos reímos, y comenzamos a cenar. La noche prometía.

Los 4 juntos, pasábamos de una relación normal entre hermanos y cuñados, a la más absoluta complicidad, en un abrir y cerrar de ojos. Quien más me asombraba era Vanesa, por como solía ser de recatada, aunque últimamente estaba más desinhibida conmigo, y nuestra relación había mejorado como de la noche al día.

Decidimos ir a bailar un poco. Un par de copas, unos bailes, risas, y unos mandos a distancia intercambiados. Yo tenía a Vanesa ahora. Empezamos a bailar de nuevo y Vanesa se me abrazo diciendo:

No sé quién de los 2 es, pero ya me corrí 2 veces, y estoy cachondisima otra vez

Sonreí, pensando lo morbosa de la situación, pero me extraño, porque yo no estaba pulsando el botón

Vamos al apartamento? Le dije

Si, respondió

Chicos, nos vamos, os venís? Preguntamos a Manuel Y Silvia

Sí, yo necesito follar ya!! Exclamo ella

Volvimos al apartamento, con varias paradas para morreos y magreos en zonas oscuras, cada uno con su pareja. Los toques en los mandos eran continuos. Al llegar, Silvia dijo:

Lo primero es lo primero, el juego. Quien me manejo a mí al principio? Yo lo sé porque repartí los mandos

Yo? pregunte

Sí, yo también lo creo, Dijo Manuel

Cierto dijo Silvia

Ángel, me dijo. Hiciste que me corriera 3 veces, eres un cabron

Yo lo hice 2, hermanito, ya te vale, dijo Vanesa entre risas

Bueno, pues parece que somos los ganadores, acertamos y vosotras no lo soportasteis, cual es nuestro premio? Dijo Manuel

Y empezando a desnudarse entre ellas, ambas respondieron al unísono:

Nosotras, y se fundieron en un apasionado beso

Se fueron quitando la ropa entre besos y caricias, y cuando llegaron a los tangas, estaban empapados, parecían recién sacados del agua. Se veía que habían disfrutado y que estaban como perras en celo las dos. Desnudas, Silvia se tumbo en el suelo, mientras Vanesa ponía su húmedo coñito en su cara y tomaba su clítoris en la boca, y lo succionaba y lamia golosamente. Silvia a su vez hacia lo propio. Manuel se acerco al trasero de su hermana, se agacho y acerco su mano a la húmeda vagina, mientras su mujer seguía lamiendo su clítoris. Introdujo un dedo dentro de ella, y jugueteo un rato, para luego meter dos, tres y hasta cuatro dedos. La tenía como loca. Yo me tumbe de lado frente a la cara de mi mujer y saque mi erecta y dura polla para acercarla al coño de mi cuñada. Vanesa, hábilmente pajeada por su hermano, dejo un momento el coño de Silvia para tomar mi polla en su boca y chupar y lamer como ella sabía. De repente, note que mi pene se hundía completamente en su boca, rozando su garganta y provocándole una arcada. Su hermano acababa de meterle la polla de un fuerte envite mientras me la chupaba y sin esperarlo. Seguimos un rato así, pero Silvia había quedado desatendida momentáneamente, por lo que dirigí mi polla a su coño, y la penetre. Vanesa volvía a comérselo mientras yo me la follaba. Por detrás, Manuel se corría dentro de ella, y el semen que escaba de sus entrañas era hábilmente lamido por Silvia, quien a su vez hacia correrse a Vanesa con su boca ayudada por la follada de Manuel. Un momento después era ella la que lo hacía, mientras le comía el coño Vanesa y yo seguía penetrándola. Tarde muy poco también en notar que me venía, y justo antes, saque la polla de su interior para correrme sobre su depilado coño, y en la cara de mi mujer, que intentaba recoger con la boca y lengua todo lo que podía. Fue un polvazo. Acabamos rotos. Nos dimos un chapuzón en la piscina y nos fuimos a dormir.

Las vacaciones habían empezado de la mejor manera posible, y solo podían ir a mejor, estaba claro.  Jamás pensé que ver a mi mujer entregarse a otro hombre, no solo no me importaría, si no que me excitaría, pero no era un hombre cualquiera, no era un desconocido, un amante, era su hermano, parte de la familia, y todo quedaba en casa; eran justificaciones, o era realmente así? Si la viese follando con un desconocido, me pasaría lo mismo? No lo sé, pero tampoco quiero descubrirlo.

Al día siguiente por la mañana, Manuel estaba mirando páginas de internet de la zona para hacer actividades juntos, pero no de excursiones ni playas, estaba visitando una donde alquilaban mazmorras BDSM totalmente equipadas. Me miro y me pregunto qué me parecía.

La verdad, que estaban muy bien, con inspiración de antiguo castillo e instrumentos tipo medieval, era excitante. Me dijo que teníamos toda la noche uno alquilado, y se lo comunico a las chicas. Quede un poco asombrado, y excitado.

Pasamos el día en la playa, comimos y volvimos al hotel. Nos cambiamos y cogimos uno de los coches para ir a la dirección indicada. Era una antigua casa de labranza a las afueras de la ciudad, muy discreta y arreglada.  Aparcamos en la zona reservada y nos dirigimos a la puerta.

Nos abrió un hombre de unos 45 años, alto, moreno y fuerte, bien vestido, que  pregunto el numero de reserva. Manuel le respondió, y tras consultar su Ipad, dijo:

Todo correcto. Santa Inquisición, sabia elección. Su primera vez?

·         En algo así, si, pero tenemos experiencia en mazmorras modernas, ellos no, dijo Manuel señalándonos

·         Perfecto, acompáñenme, dijo el hombre.         

Nos guio por el caserío, elegantemente decorado y con muchas puertas cerradas por todos lados. Cruzamos un patio trasero y fuimos dirección a lo que debieron ser caballerizas o cuadras en su momento. Nos paramos frente a una puerta de madera antigua y enorme, decorada con una cruz templaria. La abrió y era una recreación total de una antigua mazmorra o celda de cualquier película medieval, con cruces, potros, látigos, grilletes, incluso un fuego con hierros para marcar dentro. Toda la iluminación era de velas.

·         En la puerta del fondo tienen un cuarto para descansar, con lavabo, ducha y nevera con bebida y comida. Tienen hasta las 11 de mañana para salir. La Mazmorra esta completamente insonorizada, y tienen un telefonillo dentro del cuarto que les contacta conmigo si necesitan algo especial. Por ser su primera vez, y de manera totalmente gratuita, tiene los servicios completos de un sumiso o una sumisa del local.

·         En unos 15 minutos, en cuanto se acomoden, pasare con los que estén libres para que escojan.

 

Se despidió y nos dejo. Fuimos al cuarto a dejar las bolsas y dimos un vistazo rápido a todo el sitio. La verdad que empezaba  a estar muy excitado. Vanesa y Silvia reian de forma nerviosa mirando los instrumentos.

Llamaron a la puerta. Era el hombre, que entro seguido de 3 mujeres y 2 hombres. Las chicas estaban muy bien, desnudas completamente, con la mirada fija en el suelo. 2 morenas y una rubia. Creo que los 4 nos fijamos en la misma morena, de unos 25 años, de generosos pechos redondos, con pezones atravesados por piercings, y un gran tatuaje de un dragón en el costado. De los hombres, destacaba un menudo pelirrojo, de unos 30 años, de cuerpo muy definido, pero delgado, pero con un pollon de buenas dimensiones colgando, aun en reposo. Me dio un poco de envidia, la verdad. Las chicas se miraban entre ellas y miraban la entrepierna del chaval.

·         Creo que nos quedamos esta, dijo Manuel señalando a la morena del Tattoo

·         Buena elección, María nunca defrauda. La palabra de stop es FUEGO, peo nunca en los 3 años que lleva aquí, la ha usado, su nivel de aguante al dolor es elevado, y además es muy zorra, se corre como una loca. Veo que las señoras se han fijado en Damián. Es muy complaciente y muy sumiso. Le encanta ser humillado y usado. Si lo desean, pueden solicitar el cambio de sumiso y probar a media noche con él, solo llamen y se lo traigo. Que disfruten

Dicho esto se fue con las dos mujeres y los dos hombres.

María entro, se dirigió a una esquina y se arrodillo sin mediar palabra, con la vista siempre al suelo. Manuel fue al cuarto y nos pidió que le acompañáramos a ponernos cómodos.

Nos desnudamos y salimos fuera. No sabía bien por dónde empezar y el tomo las riendas.

·         Vanesa, dijo a su hermana, ven a la cruz.

Vanesa fue sin decir nada, y se puso de cara a ella. Manuel la sujeto con las correas que había por las muñecas y los tobillos, en forma de x totalmente abierta, indefensa y expuesta. A Silvia la llevo a un potro, donde apoyándola sobre el vientre, amarro sus manos a un lado y las piernas totalmente separadas a las patas del potro, con su culo y coño bien expuestos y abiertos. Llamo a María y la hizo tumbarse en una mesa de madera, con una gran polea en uno de los lados, era la típica donde se estiraba a los presos hasta desmembrarlos. La ato de piernas y manos, boca arriba, y le puso una mordaza. Yo ya no cabía en mí de excitación.

3 mujeres totalmente indefensas y expuestas para nuestro deleite, uso y disfrute.

Fui directamente a la mesa y tense la polea un par de vueltas. El cuerpo de María se tenso, arqueando la espalda y exponiendo sus enormes tetas. Agarre una fusta y se las empecé a golpear, dejando varias marcas rojizas en ellos. Tense un poco más la polea y le puse unas pinzas en los erguidos pezones. Eran metálicas y bastante fuertes, y apretaban sin piedad. María se retorcía y babeaba, pero no soltó ni un gemido, sin embrago su raja empezaba a lubricar, y su cuerpo a sudar. Me fije en Manuel, que había amordazado a su hermana, y comenzaba a azotarla con un látigo de varias colas. Le daba bastante fuerte, porque las marcas se dejaban ver enseguida. Le comete que no la marcara mucho, que nos quedaban días de playa, a lo que, con cara de resignación acepto, después de descargar un golpe más duro que los anteriores, respondido por un ahogado grito de Vanesa. Le unto aceite en la espalda y nalgas, para que los latigazos doliesen igual pero marcaran menos.

Me dirigí a mi cuñada, amarrada al potro, y aun sin usar, intentado ver que hacíamos, per o no podía desde su posición. Para su mayor tormento, le vende los ojos y le tape la boca también.

Unte su culo con mucho aceite y le lubrique bien sus dos agujeros, para después darle unos azotes con una raqueta de piel. A pesar del aceite, enseguida se puso rojo. Yo necesitaba follar ya o mi polla iba a estallar, cuando vi a Manuel haciéndolo con su hermana en la cruz, de manera bastante fuerte. Parece que los dos estábamos igual. Sin mas metí mi polla en el culo de Silvia, que la trago de golpe y sin resistencia. Ella se estremeció un poco y empezó a jadear, pero no le di tiempo a terminar, porque me corrí dentro enseguida. Seguí dándole un rato mas mientras veía a mi cuñado, que también había terminado de bombear dentro de su hermana. Los dos optamos por el culo, porque del de mi mujer, dilatado y rojo, salía un chorro de semen muslos abajo. Le quite la mordaza a Silvia y llame a Manuel para que nos chupara y limpiara la polla a los dos.

Tensamos un poco más la polea de María, que ahora si parecía estar al límite, y en esa postura, comenzamos a azotar si vientre y sus pechos, con bastante fuerza. El látigo de 7 colas, además, dejaba algún correazo extra en su pubis, y alguno incluso llegaba a los labios de su vagina, arrancándole este algún gemido, por fin. Con una fina vara de bambú, le azote los inhiestos y turgentes pechos, y uno de los golpes, dio de pleno en un pezón, soltando de manera brusca la hiriente pinza de metal, que dejo el pezón muy marcado y enrojecido, y la hizo volver a gemir y arquear la espalda. Dimos por concluido el castigo aquí, y aflojamos la polea para dejarla descansar un poco. Soltamos también a Vanesa, pero para darle la vuelta y dejarla de frente, viendo por primera vez la totalidad de la sala. Manuel le puso unas pinzas en los pezones, similares a las que lucía María. Con una cuerda comenzó a rodear sus tetas, haciéndolas erguirse e hincharse por la presión de las mismas. A su vez, me mando tirar de las pinzas de los pezones, mientras con un cordel más fino, daba varias vueltas a estos, dejándolos muy erguidos también, Vanesa tenia semblante de dolor, y la saliva que caía de su boca, hacia brillar sus tetas y vientre a la luz de la velas de la mazmorra. De las pinzas, colgué dos pequeñas pesas metálicas, que estiraron los pezones hacia debajo de forma dolorosa, por su gesto. Con las piernas totalmente separadas y el sexo obscenamente expuesto, Manuel le puso otro par de pinzas en los labios, y una tercera en el clítoris, que la hizo chillar de forma audible. Esto pareció gustarle a su hermano, que comenzó a abrir y cerrar la misma varias veces. Consiguiendo el mismo resultado cada vez.

A Silvia la pusimos en un camastro, similar a una silla ginecológica, tumbada sobre la espalda, con los brazos atados sobre su cabeza, y las piernas muy separadas atadas en unos estribos, dejando expuesto y  totalmente abierta su entrepierna. En esa postura, Manuel le introdujo un dildo de madera hueco, que estaba unido por un tubo de goma a un pequeño depósito de agua que colgaba del techo. Abrió una pequeña llave de paso, y los 3 litros de agua empezaron a inundar su vientre poco a poco, mientras este se iba hinchando con el líquido. Sus pechos a la vez, sufrieron el mismo calvario de Vanesa, con las cuerdas y los cordeles, además de las pinzas

Llevamos a María al potro, la atamos en la misma posición que había estado Silvia

Y, viendo lo lubricada y excitada que estaba, y como nos habíamos puesto nosotros de nuevo, tras  hurgar un poco su culo con mis dedos, se la metí de un golpe entera, y Manuel hacia lo mismo por su boca. Por los sonidos que emitía, debía estar follandole la boca con fuerza, porque se le escapo incluso alguna arcada, mientras yo seguía rompiéndole el culo con rabia.

Después de un rato, quise probar lo que hacía Manuel e intercambiamos posiciones. Comencé a follarla por la boca, con la misma fuerza que hice en su culo, y notaba como mi glande se abría paso con los envites, garganta abajo. Estaba a punto de correrme, y se la deje metida, descargando todo mi chorro directo a la garganta, la saque un poco y ella comenzó a lamerme afanosa en limpiar todos los restos. Manuel ocupo mi lugar y tardo poco en acabar también en su garganta.

Mientras Silvia se retorcía, con los 3 litros de agua completos en su interior y el dildo de madera, que le impedía evacuar todo el liquido, y Vanesa en la cruz, con los pesos colgando de sus pezones y sus labios, y las tetas de un color morado leve, por la falta de circulación debido a las ataduras, parecía no resistir mucho mas el tormento, por lo que procedimos a liberar momentáneamente a las 3 mujeres. Ordenamos a María que ayudase a Silvia a desalojar el líquido y después les hiciera correrse a las 2 mientras nosotros nos dábamos una ducha. Les dijimos a nuestras mujeres que cuando acabaran nos acompañaran.

Después de ducharnos y reponer fuerzas, volvimos los 4 a la sala, donde María, sumisa, estaba esperando en la misma postura que al principio.

·         Esta zorra se ha dejado follar por nuestros hombres, y parece haberle gustado, tendremos que darle una lección, dijo Vanesa, mirando a Silvia, la cual asiento con una picara sonrisa en el rostro.

Manuel y yo nos hicimos a un lado. La ataron de espaldas en la cruz y comenzaron a castigarla con fuerza, tanto con la vara de bambú, como con el látigo de 7 colas. Este ultimo llegaba muchas veces a las nalgas, que en algunas zonas, ya parecía que iba a brotar algo de sangre, pero María solo jadeaba y alguna lagrima resbalaba por su mejilla, aguantando estoicamente el castigo. Era impresionante. Silvia introdujo la mano entre sus piernas y dijo asombrada:

·         Pero si esta cachonda, la muy zorra, no sigas, que igual se corre!! Jaja A esta le hago yo decir la palabra, vaya si lo consigo

Y dicho esto tomo un dildo metálico de gran tamaño, con protuberancias, y se lo introdujo entero dentro. Entro con facilidad, por lo que su humedad era obvia. El aparato, en la base, tenía una palomilla que al girarla, se abría en cuatro paredes, como un especulo medico, aumentado aun mas su tamaño, y dilatando el coño de María, que se retorcía y gemía, pero se dejaba hacer. Como seguía sin pedir parar, Vanesa, para mi asombro, tomo la iniciativa y tomo un hierro candente del fuego, y lo acerco al metal del consolador, aumentando su temperatura dentro de ella, pero seguía sin decir la palabra que terminaría con su sufrimiento. Acerco el mismo hierro a uno de sus pezones, casi tocándolo, pero el resultado fue el mismo. María estaba empapada en sudor, lágrimas y fluidos.

Silvia vio en el fuego unas largas, candentes y afiladas agujas. Tomo una y unas tenazas. Cogió con ellas uno de los pezones de María lo estiro y acerco la aguja. Esta negaba con la cabeza, mientras Vanesa le decía:

·         Dilo, dilo

Pero María solo cerró los ojos. Silvia acerco más la aguja, y le perforo el pezón con ella. María se retorcía y sollozaba, por momentos parecía flaquear, pero seguía aguantando. Vanesa, para nuestro estupor, hizo la misma maniobra en el otro pezón, con el mismo resultado. Ahora, con otro hierro candente, se dedicaron a calentar tanto las agujas como los piercings que atravesaban los pezones de María, arrancando alaridos de dolor, gemidos y contoneos, lagrimas y fluidos vaginales, todo el brutal juego, la estaba excitando sobremanera!

Sin darnos cuenta habían pasado más de 6 horas ya. Vanesa y Silvia dieron por concluida la tortura a María, la soltaron y acompañaron al cuarto, donde la ducharon y calmaron sus heridas con cremas. Después la tumbaron en la cama, y la deleitaron con una comida de coño a dos bocas que le arranco un par de orgasmos. Nosotros estábamos tan excitados con lo vivido primero en la mazmorra, y la visión de aquellas tres mujeres en la cama, que nos acercamos por detrás a las dos, y las penetramos sin más. Yo, con mi mujer, no tardamos ni tres minutos en venirnos en un orgasmo simultáneo, mientras Silvia y Manu hacían lo mismo.

Vanesa, con cuatro dedos en la vagina de María, y Silvia comiéndole el clítoris mientras le penetraba el culo con otro dedo, le arrancaron el tercero a ella.

Dimos por terminada la sesión, y permitimos a María, que nos pidió permiso para hablar, quedarse un rato conversando y contándonos un poco su historia. Al rato llamamos para que viniesen a recogerla y el encargado nos ofreció los servicios del pelirrojo, pero las chicas desistieron, para nuestro agrado.

Después de un rato de descanso, Silvia dijo que quería probar la mesa de estiramiento donde había estado María, que era la única que había pasado por ella. No soporto la mitad de vueltas que María había sufrido, lo que dejo patente su elevado grado de tolerancia al dolor. La verdad que ver el cuerpo de una mujer estirado al máximo, con la espalda arqueada exponiendo sus pechos al máximo, es una visión excitante. Vanesa, que inspeccionaba la mazmorra, se acerco al fuego donde estaban los hierros, y vio por primera vez, en lateral, un juego completo de abecedario, de letras muy elegantes y trabajadas, así como varios símbolos. Se acerco con la letra R , que es la primera letra de nuestro primer apellido, tanto el mío, como el de los hermanos , y el de mi cuñada, casualidades de la vida. Se acerco a Silvia y le susurro algo al oído, mientras esta asentía.

·         Os gustaría marcarnos como de vuestra propiedad? Pregunto de repente Vanessa. Con esta letra las 2 perteneceremos a ambos, que os parece?

Manuel y yo nos miramos y casi al unísono preguntamos:

·         Estáis seguras?

·         Si, amos, respondieron las 2 a la vez

·         Ok, vamos a ello

Manuel cogió el hierro y lo puso en el fuego, mientras yo me acerque a Silvia y tense un poco más la polea. Un quejido salió de su boca, arqueando aun más su espalda, eso me excito bastante.

·         Marcas tu a Silvia y yo a Vanesa? Dijo Manuel

·         Perfecto, respondí. Algún sitio concreto?

·         Elige tú, me dijo.

Aprovechando la postura del torno, decidí marcarla en la entrepierna, muy cerca de vagina, pensé que sería muy erótico ver esa marca ahí, y además, practico, pues podría seguí usando bikini sin que se viera. Tome el hierro que lucía al rojo vivo, lo acerque, Silvia cerro fuertemente los ojos, apretó los labios, y la marqué. Un fuerte grito salió de su boca, y lagrimas recorrieron sus mejillas. En la postura que estaba, le era imposible retorcerse, mientras yo aguantaba el hierro firme, hasta que empezó a enfriar. Al retirarlo, una preciosa y labrada R quedo impresa en la zona, enrojecida y quemada. Cuando cicatrizase, luciría preciosa. Vanesa, veía horrorizada, que la idea igual no había sido tan buena.

·         Es un sitio perfecto para marcar, hermanita, te toca, dijo Manuel, mientras yo soltaba a Silvia para dejar el sitio libre para ella.

La acompañe a la ducha y volví para el marcado de mi mujer. Si alguien me hubiese dicho meses atrás lo que estaba pasando, y el grado de lujuria y vicio que estaba alcanzo mi mujer en esta mazmorra, hubiera dicho que estaba loco.

Puesta en torno, empecé a girar, y de primeras aguanto una vuelta más que su cuñada. Gire otro poco mas y empezaba a gemir y arquear, pero sin quejarse, un poco más, un poco más, hasta que empezó a rogar que parase. Menos de 2 vueltas le faltaron para alcanzar el límite de María, increíble. Lucía espectacular, estirada y arqueada al máximo, el cuerpo brillante por el sudor y los pechos expuestos y desafiantes. Pensé en como estaría uno de ellos con la marca muy cerca del pezón y me empalmé de inmediato.

·         No estaría mal marcarle las tetas eh? Dijo su hermano

·         Me has leído el pensamiento, respondí, pero se vería demasiado

·         Hacerlo ,lo luciré orgullosa, jadeo Vanesa

Manuel y yo nos miramos atónitos, y este no le dio tiempo a arrepentirse, estaba deseando hacerlo. Tomo el hierro, y muy cerca del pezón por la parte interna del pecho izquierdo, la marcó.

El grito fue bastante intenso y el gesto de dolor también. Las lágrimas cubrían su cara y el sudor su cuerpo. Manuel mantuvo el hierro candente durante unos segundos más. Silvia observaba atónita desde la puerta del cuarto, y se acerco para calmar y consolar a su cuñada, besándola profundamente la boca, mientras estimulaba su clítoris con la mano.

Manuel retiro el hierro y la preciosa letra, lucia, hinchada y enrojecida, en su pecho, muy cerca del pezón. Era una dolorosa obra de arte.

Afloje un poco la polea, le solté los pies, dejándola solamente atada por las muñecas, con los brazos estirados sobre su cabeza. Mande a Silvia quitarse, Me subí a torno, le bese los labios, le bese su nueva marca, suavemente, lo que le hizo erizar la piel. Le lamí con suavidad la herida, como hace una madre con su cachorro herido, le separe un poco las piernas, y esa vez, y por primera en todas las vacaciones, le hice el amor suavemente, hasta corrernos los dos en un intenso orgasmo simultaneo. Vi a Manuel haciendo al fondo, en el suelo, con su mujer. Solté a Vanesa, y nos fuimos a duchar y vestirnos. Al rato llegaron mis cuñados, hicieron lo mismo, nos vestimos y nos fuimos, contentos, cansados, ellas doloridas, pero los 4 con una sonrisa en la boca, y más unidos que nunca.

Llegamos al apartamento y nos fuimos directamente a dormir, hasta la tarde del día siguiente, que había amanecido nublado, y así seguía.

Salí  a tomar un café y me acerque a una farmacia del pueblo a comprar una pomada para tratar quemaduras, para que las chicas se la pusieran. En el apartamento todos dormían aun. Aproveche a dar un paseo solo y meditar un poco sobre todos los acontecimientos acaecidos el día anterior.

Cuando llegue al apartamento todos estaban ya levantados, eran casi las 8 de la tarde. Les di la pomada a las chicas, que me lo agradecieron pidiéndome que se la untara yo mismo.

Vanesa aparto un poco la camiseta sacando su pecho,  estaba enrojecido por la zona de la quemadura, e hinchado, pero la R lucia esplendida. Le pregunte si le dolía y me dijo que un poco. Le puse una cantidad generosa de crema con mucho cuidado. Al lado se sentó Silvia, con el pantalón bajado, la misma imagen tan cerca de su vulva, era muy excitante. Tenía dos pedazo de mujeres marcadas con la inicial de mi apellido. Nos pertenecían , desde ese momento, y para siempre, solo a nosotros 2. Le palique la crema, con cuidado también, pero la cercanía con los labios vaginales, el frescor de la crema, y el contacto de mis dedos, hicieron que Silvia empezara a gemir y contonear las caderas. Se empezaba a excitar.

·         En serio? Pregunte

·         Que quieres? Me estas poniendo a 1000, respondió ella

·         Pues así te vas a quedar, respondí, vestiros, que vamos a salir a cenar

Con gesto de decepción, se subió el pantalón y las dos chicas marcharon a vestirse. Manuel me miro, con aprobación:

·         Veo que te estás metiendo muy bien en tu nuevo roll, eso está bien. Tengo una idea en mente desde hace tiempo, cenando lo hablamos, porque con  todo esto que está pasando, igual ahora si se puede llevar a cabo, me dijo

De camino al restaurante, Vanesa me dijo:

·         Fue excitante ver la aguja atravesar el pezón de María, creo que me corrí haciéndolo. Quiero sentirlo en los míos, quiero anillarlos

·         Si lo haces, lo quiero completo, clítoris y ombligo también, respondí

·         Perfecto, lo que tú quieras, dijo asintiendo con la cabeza

Silvia y Manuel se giraron complacidos por la propuesta de Vanesa, y Silvia comento que también lo haría

·         Bueno, pues recientemente he adquirido una propiedad con el dinero de la venta de las fincas de mi suegro, recientemente fallecido, comenzó a decir Manuel, mientras degustábamos una botella de Merlot blanco antes de cenar.

·         Es un chalet a las afueras de Oviedo, bastante cerca de todo, pero lo suficientemente alejado de vecinos indiscretos.

·         Es precioso, comento Silvia

·         Volvéis a casa? Pregunte

·         Es precioso y enorme, me corto Manuel, y está casi listo. Tiene dos plantas completamente independientes, pero unidas por una escalera interior, 2 salones, 3 baños, 5 habitaciones, solo se compartiría la cocina, si aceptáis vivir los 4 juntos

·         Cómo? Dijimos Vanesa y yo al unísono

·         Queremos que os planteéis vivir juntos, estos encuentros unos días al año, Silvia y yo queremos que sean permanentes, os necesitamos, y creo que vosotros a nosotros igual, por lo que he visto. Además, ahora somos copropietarios de estas dos bellezas, dijo Manuel mientras se reía. Lo que nadie sabe, ni siquiera mi mujer, pues era una sorpresa, es que he equipado el sótano completamente para nuestros juegos, es una mazmorra insonorizada y con todo lo necesario para pasar largas jornadas allí. No contestéis ahora, pensarlo y mañana hablamos, ahora vamos a disfrutar del vino y la  cena

Yo no me quitaba la idea de la cabeza, mientras hablábamos de cosas triviales durante la cena. Ver a mi cuñado torturar y follarse a su hermana, mi mujer, unos días al año, era excitante, pero todos los días? Podría mi ego soportar eso? Por otro lado, yo tendría a Silvia para mi, cuando y para lo que quisiera, eso era mucho a favor, la verdad. Me sentí un poco mal por el pensamiento de egoísmo, quería a las dos para mí, pero dudaba si me gustaría compartir la mía.

Esa noche ni folle ni dormí, deje a Vanesa recuperarse del todo, para poder disfrutar los últimos días de vacaciones. La idea de Manuel, me rondaba la cabeza y no se me iba. Al final, la desperté y se lo pregunte:

·         Qué opinas de la propuesta de tu hermano?, le dije

·         No está mal, siempre quisimos vender el piso e irnos a una casa, y ahora tenemos la oportunidad de hacerlo y mantener nuestro piso. Y la idea de tener 2 hombres que me posean cuando quieran, a los que amo con locura, y a Silvia, para compartir nuestro placer, y ver cómo te la follas y la castigas, que me pone mucho, yo creo que deberíamos aceptar, pero tu mandas, amor, me contestó.

·         Ok, veremos lo que hacemos, iremos a verla primero. Vamos a desayunar

Nos levantamos justo en el momento que Manuel entraba con unos croissants recién hechos. Silvia estaba haciendo café.

·         Chicas en un par de horas, tenéis cita para anillaros en un estudio que encontré aquí cerca, dijo Manuel nada más entrar

·         Perfecto! Exclamaron al unísono las dos

Tras desayunar, nos vestimos y partimos al estudio.  Había un tío, bastante fornido, completamente tatuado, con brazos musculados, de unos 30 años. Con el estaban dos chicas jóvenes, bastante tatuadas también, con dilataciones y piercings por todas partes. Una de ellas dejaba adivinar a través de la tela de la ajustada camiseta de Ramones que llevaba, los pezones con piercings, pues se notaban perfectamente los mismos y las bolas. Me imagine a Vanesa, que siempre llevaba sujetador para no marcar los suyos, en camiseta o vestido, con los pezones insinuantes y las bolas de los piercing a ambos lados, y tuve una erección.

·         Aquí estamos, puntuales, dijo Manu

·         Perfecto dijo el hombre. Soy Salva, mucho gusto, acompañar a mis chicas atrás, y ellas os preparan.

Dicho esto, Vanesa y Silvia siguieron  a las muchachas tras unas cortinas. Salva nos sirvió unos chupitos y nos ofreció fumar. Aceptamos los chupitos. Una de las chicas salió al rato.

·         Están listas Salva, dijo.

·         Perfecto, vamos allá, venir, dijo

Le seguimos a una sala, con todo el instrumental, bastante grande para el tamaño de la tienda. Y allí estaban Silvia y Vanesa, en dos sillas ginecológicas, completamente desnudas y expuestas. Las piernas en los estribos, atadas con correas de cuero y ampliamente abiertas de piernas. Los brazos libres y recostadas hacia detrás. La erección me vino de nuevo. Quería una de esas sillas para el sótano de la nueva casa.

·         Bien, dijo Salva mientras se ponía unos guantes de latex. Lo hablado no? Pregunto

Manuel asintió con la cabeza. Salva se acerco a Silvia primero, al ver la marca en su ingle.

·         Precioso! Exclamo, y muy reciente, dijo mientras buscaba algo en el cuerpo de Vanesa. Y ella también, que pasada! Dijo. De cual de los dos son? Pregunto

·         Al 50% exclame, nuestro apellidos empiezan igual, los cuatro! Acentué

·         Si me permitís ciertas “licencias” con estas zorritas, no os cobraré el trabajo, que os parece?

·         A que te refieres? Pregunte con el semblante serio. No son putas y no están en venta

·         Tranquilo tío, relájate, me dijo. Están muy buenas, y son sumisas. En mi trabajo veo mucha teta y coñito, pero puedo tocar lo justo, las muy zorras enseguida  se mosquean si te pasas un poco, y acabo con unos empalmes de la ostia. Dejarme trabajarlas sin cortarme, sobar un poco mas, jeje solo eso. Si veis que me paso, me parais

·         Ok, dijo Manuel, Verdad? Me pregunto.  Son 300€ que nos podemos ahorrar, y seguro que a ellas les gusta.

·         Bien, adelante, dije

Salva dio instrucciones a sus chicas, que empezaron a tomar medidas y desinfectar las zonas mientras el preparaba todo. Nos señalo un muestrario para elegir las piezas, mientras. Teníamos claro que las dos irían iguales.

Con todo preparado, y como suponía por como la miraba desde el principio, empezó por Vanesa. Le manoseó los pezones con bastante fuerza, con las manos impregnadas en gel hidroalcoholico para desinfectar. Después marco unos puntos a ambos lados del pezón con rotulador, se separo un poco, borro uno de ellos, lo marco de nuevo algo más desplazado, volvió a mirar y asintió con la cabeza. Tapo con una gasa la R del pecho, para no rozarla, y fue al ombligo. Ahí no se detuvo demasiado y en un par de minutos lo tenia marcado.

El clítoris fue otra historia. Introdujo un bastoncillo con desinfectante bajo el y alrededor, limpio bien la zona, y cuando cogió el rotulador para marcar, introdujo, sin esfuerzo, dos dedos dentro de su vagina.

·         Esta empapada la muy guarra! Dijo riendo

Vanesa, que nunca se había visto así, se ruborizo un poco, pero Salva comenzó a mover los dedos y el rubor se convirtió en jadeos. Mientras la masturbaba, marco los puntos arriba y abajo para la perforación.

·         No  te corras todavía, primero toca sufrir, le espetó riendo, mientras sacaba sus dedos.

Mientras cambiaba los guantes, una de las chicas, atrapo los pezones con una especie de tijeras, pero planas en el extremo y huecas, a través de los agujeros se veían las marcas hechas. Estaba claro que todo era muy profesional

Elegimos para los pezones unos que era una barra con bolas a los lados, y con medio círculo que rodeaba la parte baja del pezón, con forma estrellada. Era perfecto para poner las pinzas del estimulador eléctrico! Para el ombligo una barra semicurva con 2 pequeñas piedras con forma de diamante como cierre, muy parecido al que elegimos para el clítoris

Una de las chicas se puso detrás de la silla para sujetar los brazos de Vane sobre su cabeza, mientras Salva tomaba la pinza con una mano y estiraba el pezón. En la otra mano tenía una aguja de considerables dimensiones, con la que de un certero empujón, perforo el pezón de Vanesa, que no lo vio venir, y se contrajo de forma brusca, mientras soltaba un chillido. Sin tiempo a recuperarse, hizo lo mismo con el otro, con el mismo resultado. Dos agujas de unos 6 cm de largo atravesaban los pezones de Vanesa, a través de las pinzas, que soltó acto seguido. Procedimiento parecido en el ombligo, pero estaba claro que ahí no quería perder mucho tiempo

Paso al clítoris, otra vez con dos dedos dentro de ella, empezó a masturbarla, y cuando se estaba empezando a relajar, la otra chica atrapo el clítoris con una pinza como las anteriores, y el muy cabron, empezó a atravesarlo, tomándose su tiempo. Vanesa intentaba retorcerse y zafarse, mientras lloraba y gritaba, pero le fue imposible. Salva termino su agonía, volviendo a  masturbarla otro poco. Cuando se había relajado, fue sustituyendo las agujas por las joyas elegidas. Desinfecto las zonas de nuevo, y nos mando mirar el resultado.

Vanesa lucia impresionante con los piercings. Los pezones hinchados, duros y desafiantes como nunca los había visto. El ombligo sensual y entre los pliegues de sus labios, el clítoris atravesado por la plateada joya.

·         Esto te va a flipar, dijo Salva a Vanesa. Volvió a acomodarse entre sus piernas, y mientras volvía a masturbarla, encendió un vibrador que acerco al piercing del clítoris.

Vanesa empezó a gemir, agitarse y jadear, y, entre fuertes jadeos y gritos ahogados, se vino en un húmedo orgasmo en las manos de Salva. Había tenido su primer squirt! Y no se lo había provocado yo

·         Bua! Que pasada! No falla! En la vida te has corrido como lo vas a hacer a partir de ahora, jajaja le dijo Salva a Vanesa. Vamos a por ti, monada, dijo dirigiéndose a Silvia, a la cual ya llevaba la otra chica “preparando” un rato, pues además de marcar todos los puntos a perforar, le había metido un consolador de buenas dimensiones

·         Estas llena eh? Exclamo Salva riendo

Empezó el anillado por el clítoris, sacando el consolador y metiendo sus dedos, como había hecho antes a mi mujer, y prolongo el pinchazo todo lo que pudo, para agonía de Silvia que chillaba y lloraba de dolor, después fue a por el ombligo, donde se detuvo y lo justo y paso a los pezones.

Sobo con ganas los pechos y pellizco los pezones con fuerza, estirándolos, para ponerlos duros como piedras y ponerle las pinzas. Aquí también tardo bastante en atravesarlos, se le veía disfrutar con la agonía de Silvia, que parecía sufrir más que Vane. Tras sustituir las agujas por las joyas, volvió mostrárnosla como había hecho anteriormente con Vanesa.

Le introdujo de nuevo el consolador, y mientras la otra chica repetía la acción del vibrador en el piercing del clítoris, el puso unas pinzas en los aros de los pezones, conectados a un pequeño transformador eléctrico, que comenzó a darle descargas. Silvia se retorcía y jadeaba, y termino corriéndose al poco tiempo.

·         Necesito que estas dos me coman el rabo, o me va a estallar, dijo Salva. Si queréis aprovechar la postura follaros a las vuestras, no os cortéis, exclamo Salva.

·         No lo dudes, dije mientras sacaba mi erguida polla dirección a mi mujer.

Manuel hizo lo mismo y tardamos muy poco en corrernos, estamos todos muy excitados.

Las chicas del estudio, vinieron a chuparnos las vergas, después de terminar con Salva, para deleite nuestro. Lo hacían tan bien que casi acabo empalmado otra vez. Salva estaba deleitando la vista con nuestras chicas, expuestas, perforadas, sudadas y con flujos de ellas y nuestros saliendo de sus vaginas.

·         Cuando acabéis con ellos, limpiar a estas para que puedan ver  su nuevo cuerpo, dijo Salva

Las limpiaron y soltaron, y las acercaron a un espejo de la pared. Se veían divinas con los piercing, la R marcada a fuego, los pezones permanentemente erguidos y perforados, que ganas de estar a solas con ellas y disfrutarlas!!!

Tras tomarles unas fotos para el book del estudio, Silvia y Vanesa se vistieron, nos despedimos del singular trío del estudio y nos fuimos.

En el apartamento, mientras las chicas se daban un baño y se trataban los piercing con las cremas que les habían dado, nosotros hablamos un poco de cómo era la casa y de la posibilidad de aceptar el trato una vez vista esta.

Cuando salieron del baño, en bikini, con intención de pasar la ultima tarde en la playa, los pezones de ambas se marcaban a través de la fina tela, así como las joyas que los atravesaban. La imagen era excitante. Además a Vanesa, se le veía un poco la marca a fuego, muy poco, pero lo suficiente para recordarme que estaba allí, y era mía.

Después de tomar el sol y bañarnos, volvimos a la habitación a ducharnos para ir a cenar, al día siguiente tocaba madrugar para coger el avión de vuelta a casa.

 

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Una respuesta

  1. helenx

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