Mi jefa se convirtió en mi perra sumisa....
Nunca había tenido una relación muy fluida con mi jefa es de esas mujeres despotas con los hombres , nos trataba mal a todos, la clasica mujer solterona que tiene atemorizada a toda la empresa . Aquel día debía hablar con ella por un problema familiar, y ni corto ni perezoso me dirigí a su oficina imaginandome que me iba a gritar la muy …… . toque su puerta y al no escuchar nada, abrí la puerta.
Allí estaba ella, delante del PC, y hablando por teléfono. Nada mas verme, se calló, cambió el tono de voz, y tras hacerme un gesto con la mano, para que me sentara, salió de su propio despacho, con el iphone en la oreja. Era obvio que no quería que supiera de lo que estaba hablando. Aún así, me había dado la sensación de que utilizaba un tono muy meloso, muy sexy, con quien sea que estuviera hablando.
Una vez solo, en el despacho, no pude evitar ver un papel, encima de la mesita, con un teléfono escrito. Lo más raro, es que aquel teléfono comenzaba por un 800, como casi todos los teléfonos de las líneas hot , hot line o lineas calientes . Tras pensarlo 30 segundos, mi curiosidad fue tal que no me quedó otro remedio que levantarme y sentarme delante de su PC igual soy el de sistemas de la empresa asi que mucho lio me hacia.
En pantalla, en primera página, había un hombre elegantemente vestido, de muy buen ver, con un texto que ponía ‘Desnúdate, y arrodíllate ante tu Amo’. Debajo aparecía un teléfono erótico que coincidía con el que había en el papel escrito. Estaba claro que la puta de mi jefa estaba llamando a una línea erótica. Justo debajo de aquella ventana, había otras dos, un correo mail llamado ‘Puta sumisa’, y un blog abierto, de algún amo, en el que habían multitud de relatos sexuales de temática BDSM. Era evidente que mi jefa deseaba ser sumisa y que la trataran como a una perra.
Tras unos minutos ojeando sus emails y su historial, se abrió la puerta y apareció ella. Su cara al verme sentado delante del PC fue de sorpresa.
– «¿Se puede saber que haces sentado en mi sitio?», dijo claramente enfadada.
– «Cierra la puta boca, entra, y corre el pestillo para que nadie pueda molestarnos.».
La manera en que le respondi la sorprendió tanto que entendió que algo pasaba. Tras 5 o 6 segundos pensando, decidió que lo mejor era hacerme caso, y no armar un escandalo, ademas ya se habia registrado esa web en el servidor proxy tenia pruebas que me podian salvar.
¿Crees que esa es manera de hablar a tu jefa sabes que te peudo votar ?». Preguntó de manera entrecortada. Había bajado el tono de voz, se notaba.
Te he dicho que te calles y que vengas aquí que es esto…. sabes que el servidor lo registra no? y yo manejo el servidor.
Ella me hizo caso y se acercó a mi lado, delante del PC. Rápidamente se dio cuenta de que no había cerrado las ventanas de Internet y que yo había descubierto sus gustos sexuales.
Puedo explicarlo todo…», me dijo.
No hace falta que me expliques nada. Esta es la tercera vez que te digo que cierres la boca y me escuches. ¿Vas a callarte de una puta vez?».
Ella sintió que algo estaba pasando allí y decidió asentir con la cabeza, sin decir nada. La verdad es que aquella situación era claramente peligrosa igual la odiaba y ya tenia ganas de renunciar , es mas todos en la empresa tenemos ese sueño de irnos por lo mal que nos trata . Podíamos quedarnos sin trabajo los dos, y no era precisamente lo que yo quería. Tras darle un par de vueltas en la cabeza, rapidito, tiré por el camino del medio, y me puse duro.
Bien, quiero que sepas que he sido Amo durante más de 5 años, y que he tenido varias sumisas y aprendices a mi orden. Soy un buen Amo, al que le gusta azotar, pellizcar, sodomizar, masturbar y tirarme perras sumisas . Voy a educarte para convertirte en mi perra, de esa manera sabrás lo que significa que te den órdenes y que tengas que obedecerlas. Deberás respetarme, obedecerme y satisfacerme sexualmente.»
Ella estaba completamente sorprendida, sin palabra delante de mí.
Ahora vas a sentarte en la silla, y vas a pensar en los próximos 10 segundos, si quieres ser mi sumisa, o si quieres que le cuente al director lo que aquí ocurre todo esta registrado y haz llamado desde el iphone de la empresa puedo pedir un reporte de llamadas.
A pesar de que continuaba en estado de shock, no tardó mucho en responder, le daba demasiado miedo ser expulsada del trabajo y necesitaba el trabajo.
Seré tu sumisa…».
Bien, levántate, y ponte en medio de la sala. Quiero verte enterita.»
Nerviosa completamente, y aun extrañada, se colocó en el centro de su despacho, lo que aproveché para dar 2 vueltas a su alrededor, mirando su cuerpo. Me coloqué detrás de ella, acerqué mi pene hasta su culo, y agarré con fuera sus pechos, masajeándolos, mientras olía su perfume. Su respiración había cambiado y ahora era mucho más profunda y marcada. Estaba excitándose con la situación.
Agarré su chaqueta, y la tiré sobre el sofá. Luego desabroché su blusa, y la lancé también al mismo sitio. Para acabar, bajé su falda, dejándola en ropa interior delante mío, con los zapatos de tacón puestos. Me coloqué delante de ella, para asegurarme de que pudiera verme la cara, y comencé a masajear otra vez sus pechos, mientras acariciaba igualmente su chochito. No tardé mucho en quitarle el sujetador y el calzoncito sexy negro que tenia , para dejarla completamente desnuda, vestida únicamente con sus impecables zapatos, delante mío.Nunca me la había imaginado desnuda, y aunque no era fea, su carácter agrio me había impedido siempre verla como a una mujer sexy y elegante. Pero allí, sin ropa, para mí, pude ver cómo era realmente. De unos 45 años, morena, delgada y con un pelo largo, sus pechos permanecían erguidos a pesar de su edad, y su culito estaba más duro de lo que yo imaginaba. Se notaba que hacía deporte.
Ahora vas a apoyarte en la mesa, perra. Vas a ser castigada por cómo te has portado conmigo.». Ella me miró, y tras dudar, me obedeció, dejando su culo a mi gusto.
Zasss…» Primer azote.
«Zasss…» segundo. Un gemido salió de su boca.
«Zasss…» Tercer azote. Ella miraba de reojo, con una mezcla de placer, dolor y sorpresa.
Tras ojear un poco por el despacho, vi una especie de obelisco, esos regalos que dan a los empleados , del tamaño de un consolador, con una inscripción debajo: «Recuerdo de ********». Lo agarré, y sin decirle ni pio a mi nueva sumisa, lo introduje en su vagina, hasta el fondo. Un gritito salió de su garganta, sorprendida con la brusquedad de la penetración y el frio del obelisco.
En ese momento comencé un movimiento suave, al principio, y más rápido luego, metiendo y sacando el obelisco de su vagina ya humeda de mi jefa. Cada dos o tres empujes, para hacerla sufrir un poco, la azotaba un par de veces, y pellizcaba sus pezones, con ganas. De repente, una imagen vino a mí, su famosa pluma Dupont. Estaba allí encima de la mesa, elegante. La había visto 100 veces. A ella le gustaba pasearse con su pluma francesa haciéndose la importante.
Sin pensarlo dos veces, agarré la pluma, al revés, y clavé el mango en su culo, hasta el fondo. Un grito, más fuerte, salió de su boca. Eso no se lo esperaba.
Cállate, puta. Te has pasado meses paseando con tu pluma por ahí, y ahora la tienes en tu culo. De hecho, es como si tuvieras un pene en tu vagina sucia y otra en tu culo. Vas a ser castigada por tu Amo.»
Y así, dicho y hecho, me dispuse a azotarla, con más ganas… «Zasss», primer azote, «Zasss», segundo… así hasta 20 azotes. Cada 3 azotes me paraba, y me dedicaba a jugar con ella. Movía el obelisco dentro de su vagina , movía la Dupont en su culo, y pellizcaba sus pezones con más intensidad.
Después de unos minutos de sufrimiento, sodomización, azotes, y masturbación, mi nueva perra estaba a punto de correrse, lo cual eracompletamente inaceptable.
No puedes correrte, sumisa. Esto es un castigo por haber sido mala con tu Amo, y no tienes permiso para correrte. Al menos no aún. Ahora quiero que te arrodilles ante mí, desnuda, sin sacarte los juguetitos de tus agujeritos, y que me des placer a mí, tu AMO .».
Mientras ella se arrodillaba ante mí, e intentaba adoptar una posición que le permitiera mantener los dos objetos en sus orificios, yo bajé mis pantalones y mi boxer(UNO), lo cual liberé mi pene, ya completamente duro y tieso. Sin darle tiempo a respirar, me di media vuelta, y le ofrecí mi culo para que lo chupara. Era obvio que ella no lo había hecho nunca, pero sin darle opción a otra cosa, agarré su cabeza, y la hundí en mi culo.
Cómeme el ano, puta, hazme gozar , sucio o no me daba igual.
Tras un rato en el que ella hizo lo que pudo, me giré y coloqué mis bolas a la altura de su boca, y agarrándola otra vez por la cabeza, la obligué a comerme los huevos.
Ahora chúpame las bolas mientras acaricias mi rabo, perra.»
Mi jefa ya estaba completamente desatada. Estaba calentona perdida, al borde de correrse, y saboreaba mis huevos con ganas, primero el izquierdo y luego el derecho, mientras acariciaba mi pene . Movía la mano arriba y abajo, a lo largo del miembro, subiendo y bajando la piel, provocando que me pusiera como fierro.
Y entonces, cuando menos se lo esperaba, saqué mis huevos de su boca y clavé mi hermoso pene, duro como una piedra, en su boca. No iba a permitir que ella me la chupara, iba a ser yo el que la penetrara por la boca. Su primera atorada no tardó mucho en llegar, igual que su primer hilo de saliva. Agarré con fuerza su cabeza, apretándola contra mí, y comencé a penetrarla con decisión, dejándola respirar cada vez que se atragantaba…
2 respuestas
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