Por

Anónimo

enero 30, 2014

2329 Vistas

enero 30, 2014

2329 Vistas

Londres no es tan frio

0
(0)

Era una noche fría, como otras tantas en Londres, a finales del mes de enero. Yo volvia del trabajo, abrigada como siempre, mi bonita chaqueta de cuero, mi suave bufanda alrededor del cuello y un oscuro gorro de lana cubriendo mi larga melena. Pero ese día volvía de una fiesta universitaria, y el vestido que llevaba puesto no dejaba demasiado a la imaginación, aunque la chaqueta me abrigaba mis piernas lucian bajo una estrecha falda.

La distancia a la habitación de mi residencia era corta, y me entrenía con el móvil mientras caminaba a paso ligero, hasta que por fin, llegué a la entrada de mi edificio. Era sábado, aun temprano aunque para mí ya había terminado la fiesta, pero parecía que para otros aun estaba por empezar, y por eso un grupo de jóvenes me sonrieron a mi paso por el pasillo mientras bebían y tocaban un pequeño piano electrónico. No los conocía, solo a uno, Paul, un nadador al que era imposible no mirar cada vez que coincidíamos en la piscina.

Devolví la sonrisa y escuché su murmullo mientras me alejaba. La verdad, yo había tomado unas copas de más en la fiesta, más de lo que debía, por eso quise volverme pronto a la habitación, el alcohol estaba afectándome ya en todos los sentidos.

Entré a la habitación, mis compañeras de cuarto no estaban, las dos aún seguían en la fiesta y no creía que fueran a venir pronto. Como pude, dentro de mi borrachera, me quité los pendientes, y los dejé en la mesita junto mis libros de lectura favoritos. Me quite el resto de la ropa, la apoyé sobre la silla y me metí en la cama. No sé si era la calefacción de la residencia, o si el alcohol de mis venas, pero ya no sentía el frío, todo lo contrario, notaba como un leve calentón recorría mi cuerpo, naciendo desde mis piernas, hasta la boca que se me secaba en cada suspiro.

Agarré uno de los libros de la mesita, 50 sombras de Grey, apenas llevo dos días y ya casi lo tenia terminado. Quizás un poco de lectura me calmase, pero según empecé con el libro mi calor empezó a subir, las imágenes de la historia se repetían en mi cabeza conmigo como protagonista. Mis manos no podían más, y terminé soltando el libro, pasé la punta de mis dedos por mi pecho y noté como mis pezones duros me pedían algo más, y me acordé del ordenador.

Me levanté y encendí el ordenador, busqué esta misma página de relatos que tanto me gustaba, la sección dominación, y empecé a leer los textos de otras personas. Mi braguita era lo único que tenia puesto, y empezaba a estar cada vez mas mojada, ya era momento de quitármela para poder estar más comoda�. Cuando en ese momento escuché que alguien se acercaba a la puerta.

Rapidamente me metí en la cama y me tapé hasta arriba, pensando que eran mis compañeras y me iban a ver con mi braguita mojada en medio de la habitación. La puerta se abrió, y yo me hice la dormida, pero extrañamente no escuché nada. No sé quien había entrado, solo escuché la voz de dos chicos, unas voces conocidas, pero decidí hacerme la dormida. Los nervios me recorrían todo el cuerpo, sentía como alguien me miraba, alguien estaba en el cuarto pero no estaba seguro de quien. Unos minutos que se me hicieron eternos, y más cuando vi como uno de los chicos se acercaba al ordenador y leia la pantalla, se me había olvidado apagarlo!

La situación me estaba volviendo loca, el alcohol me subia a la cabeza, temblaba de nervios, y en ese momento uno de los chicos se sentó en el borde de mi cama. Susurraba algo que no conseguía entender, y empezó a tocarme el pelo.

Yo me hacía la dormida, solo en la oscuridad intentaba abrir un poco un ojo para saber lo que pasaba, y en la penumbra de mi cuarto pude ver el rostro de Paul junto a mi ordenador. Recostado sobre mi silla, jugando con mis bolas chinas en la mano, relajado, mirando como su amigo me acariciaba.

Su amigo empezó a bajar sus caricias, colando su mano por debajo del edredón sentía como su mano caliente pasaba por mi cuello, por mi espalda comprobando como estaba de desnuda y ardiente en ese momento.

Paul seguía mirando el ordenador, leyendo esos relatos de dominación que tanto me gustaban, qué pensaría de mi después de eso? Pensará que soy una puta? Las preguntas corrian por mi cabeza sin respuesta, cando en ese momento su amigo tiró del edredón y me dejó totalmente al aire. Los ojos de Paul se iluminaron al ver mi cuerpo, aunque ya no hago tanto ejercicio como antes, cuando era joven fui gimnasta y mi cuerpo aun terso es la tentación de muchos hombres. Esa noche no iba a ser una excepción, y llegado ese punto, ya no pude más, no podía seguir haciéndome la dormida. Me giré y les dije que me habían despertado, que qué hacían, que eran unos cerdos y me dejaran.

El chico de mi cama me tapó la boca, y me dijo que me callara, al mismo tiempo que Paul se levantaba y empezaba a quitarse la ropa. Mi cabeza decía que no, pero mi cuerpo decía que SI. Intentaba gritar y quitar la mano de ese chico mientras mi cuerpo no paraba de mojar por una extraña excitación ante el cuerpo de Paul. No sé como pasó, pero Paul le dio una orden a ese chico, murmuraron algo de un reto y el chico se marchó. En ese momento pude haber gritado, pero no lo hice, nada salía de boca más mientras anonadada y borracha miraba a Paul. Aun con cara de asustada pero perdiendo mi mirada entre sus abdominales, un cuerpo digno de cualquier dios, unos oblicuos que hacían perderse hasta más allá de donde la luz llegaba y en ese momento, se tumbó junto a mí.

En ese instante recupere mi cordura, y le dije que se fuera, que yo no era ninguna puta, que no le conocía y estaba borracho. Paul solo me miró, sonrio y me dijo �ahora vas a ser lo que yo quiera que seas, ya he visto en el ordenador lo que te gusta y vas a ser mi putita�. Esa frase me dejó loca, los dos estábamos borrachos, pero no entendí como podía estar tan chulo. Le fui a replicar y me tapó la boca, me giró bruscamente y me colocó bocaabajo en mi cama.

Apenas de un tirón sentí como rasgaba mis braguitas, todo parecía fácil para este animal de musculo que se colocaba sobre mi. Aun tapándome la boca con su gran mano se puso tras de mi, y empecé a sentir su aliento en mi nuca. Yo me quería resistir, me movia, no quería dejarle, pero instintavamente cuando me di cuenta estaba yo abriendo las piernas para él. Sintiendo un escalofrio subiéndome por las piernas, recorriendo mi columna hasta morir en mi cuello donde Paul me respiraba lentamente.

Ya sabia que no tenía mucha resistencia que hacer, estaba mojando, estaba mojando la cama como lo putita que realmente soy, y aun Paul no había empezado a follarme, pero si tardaba un minuto más iba a ser yo quien se lo pidiera.

En ese instante, mientras el calor de su pecho se pegaba a mi espalda noté como la punta de su polla rozaba entre mis piernas, y con un leve movimiento de cadera ya encontró la entrada de mi más caliente lugar. Noté como mis piernas se abrían, y como mis labios dejaban paso a este miembro que me obligaba a ser suya. Una obligación ya soñada, pero obligación ante un desconocido con el que jamés hablé. Me sentía abierta, muy abierta, esa polla era más ancha de lo que había imaginado y aun asi me entraba deslizándose con total suavidad, sentía como cada centímetro de él entraba en mi cuerpo, cada vez más duro, cada vez más profundo.

Parecía que no iba a terminar de entrar nunca, hasta que noté como su cuerpo chocó contra mi culo, me sentí llena, profundamente llena y un suspiro se escapó de mi boca. Eso fue suficiente para que Paul supiera que ya no me iba a quejar, soltándome la boca se acomodó de nuevo, me agarró del pelo, me tiró fuerte hacia atrás como si yo fuera una puta cualquiera, y me dijo �sabía que te iba a gustar, prepárate� y en ese momento empezó a sacarla y meterla con dureza, chocando contra mi culito, al son de los chapoteos que hacia cada una de sus entradas. Mis piernas empezaron a temblar, estaba follandome como un toro, miraba en los espejos de mi cuarto y veía su silueta sobre mi, embistiéndome contra mi propia cama, y yo solo podía intentar no gritar, y ya no era por miedo, ya era por placer, apenas llevaba 5 minutos bajo su rudo cuerpo y ya me sentía como su puta pero no quería que lo supiera, sus embestidas me estaban vaciando de placer y hasta mi culito empezaba a dilatarse imaginando lo que podria pasar, esa noche iba a ser muy especial….

CONTINUARÁ


¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

2 respuestas

  1. nindery

    Cоmpré lеnceríа sеxy nueva. ¿Quiеres ver? – http://analsex4.fun

  2. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

Mi ama en la oficina

anonimo

20/12/2019

Mi ama en la oficina

Emputeciendo a una jovencita

anonimo

25/03/2020

Emputeciendo a una jovencita

LAS PERRAS DE MI CLASE

anonimo

13/08/2024

LAS PERRAS DE MI CLASE
Scroll al inicio